lunes, 13 de noviembre de 2017

A TRAVÉS DE LA QUIETUD


YO CREO OTRA COSA


ANGULIMALA (collar de dedos)


¿Podemos escapar a nuestro destino?

Hubo una vez un brahmán, consejero del rey, que tuvo un hijo. Como el hombre era supersticioso, examinó atentamente distintos presagios para saber qué sería de su heredero, para poder así actuar del mejor modo. Así supo horrorizado que su retoño se volvería muy violento. Para prevenir esta catástrofe, llamó a su hijo Ahimsaka, que significa “inocente”. Además, le enseñó a ser siempre obediente, de forma que nunca transgrediera las normas del buen decoro. El niño aprendió así el respeto y era un alumno aplicado y brillante, para gran satisfacción de sus padres. Cuando llegó a la edad de continuar sus estudios decidieron enviarle lejos, a casa de un reputado gurú. Antes de partir, su padre no olvidó recordarle que debía obedecer escrupulosamente a su maestro.

El chico confirmó las expectativas de su familia, porque resultó ser disciplinado y trabajador. Pero hete aquí que esta situación acabó por despertar los celos de sus condiscípulos, quienes vieron en él al favorito del profesor. Criticaban su obediencia escrupulosa, su preocupación permanente por adelantarse a los deseos de su maestro. Para vengarse, dejaron correr el rumor de que Ahimsaka, aprovechándose de su familiaridad, quería de hecho desembarazarse del gurú y reemplazarle cuando terminara sus estudios, y que además ya había logrado seducir a la esposa del maestro.

La tradición indicaba que, al finalizar los estudios, todo estudiante ofrecía a su maestro un regalo importante, según el deseo de este último. Para vengarse de este alumno “ambicioso”, el gurú decidió pedirle un horrible tributo: “Matarás a mil personas y me traerás sus pulgares derechos”. Esperaba que de este modo su alumno lograría hacerse matar.

Esta orden provocó un auténtico tumulto en el corazón de Ahimsaka, pero había sido educado para obedecer, y se dispuso a cumplir la tarea que se le había encomendado. Fue a vivir al bosque, asesinando a aquellos que pasaban por él, ya fueran mercaderes o peregrinos, y entrando en las ciudades cuando no encontraba víctimas. Nunca robaba su dinero ni sus bienes, pero conservaba los pulgares en una gruta en la que se había construido su refugio. Desgraciadamente, los animales se comieron los pulgares guardados. Así que Ahimsaka decidió en adelante llevar colgados los pulgares de sus víctimas. De ahí le vino su nuevo nombre: Angulimala, que significa “collar de dedos”.

Los habitantes de la región, aterrorizados, solicitaron ayuda al rey para desembarazarse del feroz criminal. El rey envió una tropa para perseguirle y matarle. Cuando la madre de Angulimala lo supo, decidió ir a prevenir a su hijo para que pudiera huir. Cuando Angulimala vio llegar a la anciana mujer, no la reconoció. Acababa de llegar a los 999 pulgares y no le faltaba más que uno. En este preciso momento el Buda, que pasaba por allí, decidió intervenir a pesar de las advertencias de los lugareños. Felizmente, ya que Angulimala decidió matar al Señor en lugar de a su madre, lo que habría supuesto para él mil años de infierno por matricidio.

sábado, 11 de noviembre de 2017

PARA LA CÁTEDRA DE LITERATURA


Enrique Buenaventura estaba bebiendo ron en una taberna de Cali, cuando un desconocido se acercó a la mesa. El hombre se presentó, era de oficio albañil, a sus órdenes, para servirlo:

—Necesito que me escriba una carta. Una carta de amor.

—¿Yo?

—Me han dicho que usted puede.

Enrique no era especialista, pero hinchó el pecho. El albañil aclaró que él no era analfabeto:

—Yo puedo escribir. Pero una carta así, no puedo.

—¿Y para quién es la carta?

—Para... ella.

—¿Y usted qué quiere decirle?

—Si lo sé, no le pido.

Enrique se rascó la cabeza.

Esa noche, puso manos a la obra.

Al día siguiente, el albañil leyó la carta:

—Eso —dijo, y le brillaron los ojos—. Eso era. Pero yo no sabía que era eso lo que yo quería decir.

DISCULPAS


viernes, 10 de noviembre de 2017

TIENES RAZÓN, TU TAMBIÉN


¿Podemos estar seguros de lo que decimos?

El maestro acababa de terminar una explicación complicada de conceptos difíciles. Un largo silencio siguió a sus palabras. Algunos monjes se aventuraron a hablar, poco seguros de sí mismos, después comenzaron paulatinamente a envalentonarse, emitiendo opiniones sobre lo que se había dicho, buscando más que nada la aprobación del maestro sobre lo que habían comprendido. Como éste no decía nada, cada uno de los que tomaba la palabra terminaba por afirmar categóricamente la veracidad de su proposición. Finalmente estalló una viva disputa teórica entre dos monjes particularmente testarudos y verbilocuentes.

Como ninguno de los dos lograba convencer a su adversario, decidieron de común acuerdo someterse a “la autoridad”. El primero expuso su argumentación y preguntó al maestro lo que pensaba sobre ello. Tras un momento dubitativo, éste respondió sucintamente: “En efecto, tienes razón”. El joven quedó encantado con la respuesta y, poniendo semblante de gran entendido, lanzó una mirada victoriosa a su adversario y salió de la sala. El segundo monje, algo turbado, lanzó entonces una larga demostración para explicar al maestro su punto de vista. Éste escuchó pacientemente hasta el final, dudó por un instante, y concluyó entonces de igual modo: “Es cierto, tienes razón”. El monje, tranquilizado, quedó también encantado y salió de la sala.

Un tercer monje, que había seguido toda la discusión sin decir nada, muy sorprendido por las dos aprobaciones sucesivas y contradictorias del maestro, se dirigió a él: “No comprendo, maestro. Las dos tesis que hemos escuchado son totalmente opuestas. ¡No pueden ser ciertas las dos al mismo tiempo! ¿Cómo puede decir a esos dos monjes que los dos tienen razón?”

El maestro le miró sonriendo, asintió y respondió: “Tienes razón, tu también”.

Algunas preguntas para profundizar y ampliar.

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jueves, 9 de noviembre de 2017

LA LÓGICA EN LA VIDA


Resulta que un hombre fue acusado formalmente de usar dinero falsificado para pagar una cuenta. En la corte el acusado arguyó que no sabía que el dinero era falso. Cuando se le insistió que lo comprobara, respondió: "Yo lo robé. ¿Me hubiera robado ese dinero a sabiendas de que era falso?"

Tras pensarlo, el juez decidió que la respuesta del hombre tenía sentido; por tanto, lo absolvió del cargo de falsificación y le impuso un nuevo cargo: hurto

-Claro, yo me lo robé-, admitió de buen grado el acusado. Pero el dinero falsificado no tiene ningún valor legal. Desde cuando es un crimen robarse nada? 

Nadie pudo encontrar la menor falla en su lógica, por lo que el acusado fue absuelto. 

Pero la lógica no basta en la vida. No puedes ser absuelto tan fácilmente. Puedes salirte de una trampa de manera legal y lógica. Puedes utilizar la misma lógica para zafarte. Pero en la vida no podrás liberarte por medio de la lógica, ni de la teología, ni de la filosofía, ni por listo que seas para inventar teorías. Puedes salir de la vida o ir más allá de ella solo a través de la experiencia verdadera. 

ACCIONES Y BENEFICIOS


miércoles, 8 de noviembre de 2017

¿DÓNDE ESTA EL AMOR?


LA SEÑORA THOMPSON


Al inicio del año escolar una maestra, la señora Thompson, se encontraba frente a sus alumnos de quinto grado. Como la mayoría de los maestros, ella miró a los chicos y les dijo que a todos los quería por igual. Pero era una gran mentira, porque en la fila de adelante se encontraba hundido en su asiento, un niño llamado Jim Stoddard. La señora Thompson lo conocía desde el año anterior, cuando había observado que no jugaba con sus compañeros, que sus ropas estaban desaliñadas y que parecía siempre necesitar un baño. Con el paso del tiempo, la relación de la señora Thompson con Jim. Se volvió desagradable, hasta el punto que ella sentía gusto al marcar las tareas del niño con grandes tachones rojos y ponerle cero.

Un día, la escuela le pidió a la señora Thompson revisar los expedientes anteriores de los niños de su clase, y ella dejó el de Jim de último. Cuando lo revisó, se llevó una gran sorpresa.

La maestra de Jim en el primer grado había escrito: "Es un niño brillante, con una sonrisa espontánea. Hace sus deberes limpiamente y tiene buenos modales; es un deleite estar cerca de él".

La maestra de segundo grado puso en su reporte: "Jim es un excelente alumno, apreciado por sus compañeros, pero tiene problemas debido a que su madre sufre una enfermedad incurable y su vida en casa debe ser una constante lucha".

La maestra de tercer grado señaló: "La muerte de su madre ha sido dura para él. Trata de hacer su máximo esfuerzo pero su padre no muestra mucho interés, y su vida en casa le afectará pronto si no se toman algunas acciones".

La maestra de cuarto escribió: "Jim es descuidado y no muestra interés en la escuela. No tiene muchos amigos y en ocasiones se duerme en clase".

La señora Thompson se dio cuenta del problema y se sintió apenada consigo misma. Se sintió aún peor cuando, al llegar la Navidad, todos los alumnos le llevaron sus regalos envueltos en papeles brillantes y con preciosos listones, excepto Jim: el suyo estaba torpemente envuelto en el tosco papel marrón de las bolsas de supermercado.

Algunos niños comenzaron a reír cuando ella sacó de esa envoltura un brazalete de piedras al que le faltaban algunas, y la cuarta parte de un frasco de perfume. Pero ella minimizó las risas al exclamar: "¡Qué brazalete tan bonito!", mientras se lo ponía y rociaba un poco de perfume en su muñeca. Jim Stoddard se quedó ese día después de clases sólo para decir: "Señora Thompson, hoy usted olió como mi mamá olía".

lunes, 6 de noviembre de 2017

KANDATA Y LA ARAÑA


¿Somos responsables de lo que nos sucede?

Hubo una vez un hombre llamado Kandata, un criminal de corazón frío y de una crueldad excepcional. Ladrón, estafador, manipulador, asesino, había terminado por topar a su turno con una muerte violenta. Se encontró entonces en las tinieblas el Infierno, ora pudriéndose en un lago de sangre, ora caminando descalzo sobre una montaña de espinas. A su alrededor la oscuridad se extendía hasta el infinito, en un océano de sufrimiento.

Muy por encima de él, desde alguna parte del cielo, una araña le vio. La araña fue en busca del Buda, el ser absoluto de la luz y del entendimiento, y le dijo:

- Kandata merece ser salvado. Por su única buena acción: un día salvó al minúsculo insecto que soy. En lugar de aplastarme, me dejó vivir.

El Iluminado no respondió, pero accedió con la cabeza. Así que la pequeña araña tejió un largo hilo que dejó descender a lo largo de un pozo que comunicaba con el abismo profundo.

Kandata, doblado por el peso del dolor, sufría con toda su alma cuando de pronto, al levantar la cabeza, percibió un destello. Un minúsculo punto de luz brillaba en lo alto, a lo lejos. Vio también un fino hilo plateado resplandeciendo en la oscuridad. Con el corazón lleno de esperanza, rompió a reír y exclamó triunfante:

- ¡Por fin he hallado el modo de salir de aquí!

Tiró del hilo, que parecía extrañamente resistente. Comenzó entonces a izarse con la fuerza de sus brazos hacia el punto luminoso que se vislumbraba a lo lejos.

EN FRECUENCIA


domingo, 5 de noviembre de 2017

RELACIONES DE AMOR/ODIO


Hasta que no entre en la frecuencia de conciencia de la presencia, todas las relaciones y particularmente las relaciones íntimas serán profundamente defectuosas y en últimas disfuncionales. Pueden parecer perfectas por un tiempo, como cuando está "enamorado", pero invariablemente esta perfección aparente se interrumpe cuan­do las discusiones, los conflictos, la insatisfacción y la violencia emocional o incluso física ocurren cada vez con mayor frecuencia. Parece ser que la mayoría de las "relaciones amorosas" se convierten en relaciones de amor/odio muy pronto. El amor puede convertirse entonces en un ataque salvaje, en sentimientos de hostilidad o en el abandono completo del afecto en un abrir y cerrar de ojos. Esto se considera normal. La relación entonces oscila por un tiempo, unos meses o unos años, entre las polaridades del "amor" y el odio, y le proporciona tanto placer como dolor. No es poco común que las parejas se vuelvan adictas a esos ciclos. Su drama los hace sentir vivos. Cuando se pierde el equilibrio entre las polaridades positiva y negativa y los ciclos negativos, destructivos, ocurren con frecuencia e intensidad crecientes, lo que tiende a ocurrir tarde o temprano, no pasará mucho tiempo antes de que la relación finalmente fracase. 

Puede parecer que si usted simplemente pudiera eliminar los ciclos negativos o destructivos, todo iría bien y la relación florecería hermosamente, pero esto no es posible. Las polaridades son mutuamente interdependientes. Usted no puede tener una sin la otra. Lo positivo ya contiene en sí mismo, aunque todavía sin manifestar, lo negativo. Los dos son de hecho aspectos diferentes de la misma disfunción. Estoy hablando aquí de lo que se llama comúnmente relaciones románticas, no del verdadero amor, que no tiene contrario porque surge de un lugar más allá de la mente. El amor como un estado continuo es todavía bastante raro, tan raro como los seres humanos conscientes. Sin embargo son posibles breves y elusivos atisbos de amor, siempre que hay una ruptura en la corriente de la mente.

El lado negativo de una relación es, por supuesto, más fácilmente reconocible como disfuncional que el positivo. Y también es más fácil de reconocer la fuente de la negatividad en su pareja que en usted mismo. Puede manifestarse en muchas formas: posesividad, celos, control, retraimiento y resentimiento no ma­nifestado, la necesidad de tener la razón, insensibilidad y enfrascamiento, reclamos emocionales y manipulación, la necesidad de discutir, criticar, juzgar, culpar o atacar, ira, revancha inconsciente por el dolor pasado infligido por un padre, rabia y violencia física. En el lado contrario, usted está "enamorado" de su pareja. Este es al principio un estado profundamente satisfactorio. Usted se siente intensamente vivo. Su existencia se ha vuelto repentinamente significativa porque alguien lo necesita, lo desea y lo hace sentir especial, y usted siente lo mismo por él o ella. Cuando están juntos, se sienten completos. El sentimiento puede volverse tan intenso que el resto del mundo se desvanece en la insignificancia.

EN LA INCERTIDUMBRE


sábado, 4 de noviembre de 2017

EL VIAJERO SEDIENTO


Lentamente, el sol se había ido ocultando y la noche había caído por completo. Por la inmensa planicie de la India se deslizaba un tren como una descomunal serpiente quejumbrosa.

Varios hombres compartían un departamento y, como quedaban muchas horas para llegar al destino, decidieron apagar la luz y ponerse a dormir. El tren proseguía su marcha. Transcurrieron los minutos y los viajeros empezaron a conciliar el sueño. Llevaban ya un buen número de horas de viaje y estaban muy cansados. De repente, empezó a escucharse una voz que decía:

--¡Ay, qué sed tengo! ¡Ay, qué sed tengo!

Así una y otra vez, insistente y monótonamente. Era uno de los viajeros que no cesaba de quejarse de su sed, impidiendo dormir al resto de sus compañeros. Ya resultaba tan molesta y repetitiva su queja, que uno de los viajeros se levantó, salió del departamento, fue al lavabo y le trajo un vaso de agua. El hombre sediento bebió con avidez el agua. Todos se echaron de nuevo. Otra vez se apagó la luz. Los viajeros, reconfortados, se dispusieron a dormir. Transcurrieron unos minutos. Y, de repente, la misma voz de antes comenzó a decir:

--¡Ay, qué sed tenía, pero qué sed tenía!

HIJOS


jueves, 2 de noviembre de 2017

A MI VERDADERO HOGAR


Introducción de Thich Nhat Hanh

Escucha, escucha, este maravilloso sonido me devuelve a mi verdadero hogar.

Cuando yo tenía nueve años vi en la portada de una revista una imagen del Buda sentado sobre la hierba con una expresión muy serena. En aquel momento supe que yo también quería estar tan tranquilo y feliz como él. Dos años más tarda, mientras cinco amigos estábamos sentados charlando sobre lo que queríamos ser de mayores, nos planteamos muchas profesiones distintas: uno de nosotros dijo que quería ser médico; otro, ingeniero, y otro, ejercer alguna otra profesión. Pero después de un rato nos dimos cuenta de que ninguna de aquellas profesiones nos atraía de veras.

Mi hermano Nho dijo entonces: “Quiero ser monje”. En una idea nueva, pero yo sabía que también quería serlo. En parte debido a la imagen que había visto en la portada de la revista.

Uno de los chicos exclamó: “¿Por qué no nos hacemos todos monjes?”. Fue una conversación infantil, pero en realidad acabamos los cinco siendo monjes. Uno se hizo monje católico, y los cuatro restantes nos hicimos monjes budistas. Y hasta el día de hoy, tres de nosotros seguimos siéndolo. Las semillas para hacerme monje se sembraron profundamente en mí después de aquella conversación. Yo quería de veras serlo, pero sabía que a mis padres les costaría aceptarlo, porque la vida de monje es muy modesta y ellos querían que sus hijos disfrutaran del bienestar de una buena posición económica en la vida. Sabía que debía irles preparando para darles esta noticia con mucha delicadeza.

En aquella época escribía un diario y de vez en cuando anotaba en él mi deseo de ser monje. Un día le pedí a mi madre que se lo leyera a mi padre para que él se fuera acostumbrando a la idea, ya que me resultaba demasiado difícil decírselo personalmente. De esa forma, paso a paso, poquito a poco, fui ganándome la aprobación de mis padres hasta que me permitieron ingresar en un templo. A los dieciséis años me convertí en un novicio.

CORRECTO-EQUIVOCADO


miércoles, 1 de noviembre de 2017

ACTOS DE AMOR


MOVIMIENTO CONTINUO


LOS REFLEJOS EN LA TINAJA

 ¿ Es la identidad una ilusión?

El hijo de un noble acababa de contraer matrimonio y los nuevos esposos se amaban mucho. El hombre dijo a su mujer: “Ve a la cocina y trae vino de la tinaja para brindar”. La mujer fue la cocina y al abrir la tinaja se vio reflejada en el vino y pensó que había en ella otra mujer escondida. Enfurecida volvió donde estaba su marido y le dijo: “Ya tenías una esposa, y la has metido en la tinaja para poder venir a pedirme en matrimonio”.

El marido fue él mismo a la cocina para ver qué sucedía. Abrió la tinaja y vio su propia imagen reflejada. Volvió con su mujer y se lanzó contra ella acusándola de haber escondido a un hombre. Ambos estaban furiosos el uno contra el otro, cada uno de ellos convencido de tener razón.

En estas estaban cuando un brahmán llegó para visitar a la pareja. Preguntó cuál era la causa de la disputa, y fue a su turno a ver de qué se trataba, encontrando también él su propia imagen. Se irritó entonces con el hijo del noble que, pensaba, había escondido a uno de sus amigos en la tinaja y luego había fingido discutir con su mujer. Así que inmediatamente se fue.

Más tarde, una monja a quien el noble hacía donaciones vino y se enteró de cuál era su discusión. Ella quiso conocer el problema por sí misma, y encontró con gran sorpresa una monja en la tinaja, marchándose encolerizada ella también.

Un sabio que pasaba por allí, curioso ante esta historia, quiso mirar, pero él sí comprendió que se trataba de un simple reflejo. Suspiró: “Los hombres de este mundo, ignorantes y estúpidos, toman el vacío por la realidad”. Llamó entonces a los esposos para que vinieran a mirar juntos. Les dijo: “Voy a hacer salir para vosotros a las personas que están en la tinaja”. Cogió entonces una gran piedra y rompió la tinaja. Cuando todo el vino se hubo derramado, no quedó nada en ella. En ese momento el entendimiento de las dos personas despertó y ambos comprendieron que habían discutido por un vulgar reflejo de su propia persona, y ambas se sintieron muy confusas.

martes, 31 de octubre de 2017

TÚ ERES YA UN FUTURO BUDA


El nombre de “Buda” viene de la palabra “bud”. “Bud” significa despertar, comprender y conocer. Un Buda es aquel que está despierto, que es consciente de lo que está sucediendo en el momento presente. Posee una comprensión y un amor muy profundos. Todo el mundo puede ser un Buda. Todos somos futuros Budas. Lo somos porque podemos tener una profunda comprensión y una gran capacidad para amar y aliviar el sufrimiento de los demás.

Los amigos del Buda suelen saludarse entre sí uniendo las palmas de las manos como una flor de loto. El loto es una flor muy hermosa parecida a una magnolia. Unimos las palmas y mientras inspiramos decimos mentalmente en silencio: “Te ofrezco un loto”. Luego nos inclinamos, exhalamos el aire y decimos mentalmente en silencio: “Un futuro Buda”. Ofrecemos este gesto como un regalo.

El Buda dijo que hay muchos otros Budas en todas partes que están enseñando e intentando llevar el amor y la compasión a la vida cotidiana. El Buda dijo: “Todos vosotros sois futuros Budas”. Y tenía razón, porque en cada uno de nosotros hay semillas de comprensión, amor y compasión. Cuando cultivamos el amor y la comprensión, regamos esas semillas y entonces crecen y dan fruto. Si practicamos según las enseñanzas del Buda, nos convertimos en Budas.

EL POTENCIAL DE BUDA EN TI


SIENDO UN BUDA


MI OPINIÓN SOBRE LOS DEMÁS


lunes, 30 de octubre de 2017

TAO TE KING: PRINCIPIO 34


El gran SENTIDO es omnipresente,
puede estar a la derecha y a la izquierda.

Todas las cosas le deben su existencia,
y a ninguna se rehusa.

Cuando termina una obra
no pretende poseerla.

Todo lo viste y alimenta,
pero no se erige en su dueño.

Podemos calificarlo como Pequeño,
porque siempre carece de deseos.

Podemos calificarlo como Grande,
porque todo, aun desconociendo su soberanía,
depende de él.

El Sabio nunca se da importancia.

DUEÑO DE TODO


domingo, 29 de octubre de 2017

MOMENTOS DE INADECUACIÓN E INQUIETUD


Según un antiguo maestro chino, la verdad no es así ni de la otra forma. Es como un perro que anhela lamer un cuenco de aceite hirviendo. No puede dejarlo porque es demasiado deseable,, y tampoco puede lamerlo porque está demasiado caliente.

¿Cómo actuamos ante un aprieto así? De algún modo, alguien tiene que acabar animándonos a ser inquisitivos con ese territorio desconocido y con la pregunta incontestable de qué es lo que va a ocurrir a continuación. 

El estado de presencia en el instante está a nuestra disposición en el momento en que estamos en un aprieto. Ese momento extraño y ambiguo es nuestra mente sabia. Allí mismo, en la incertidumbre del caos cotidiano, está nuestra mente sabia.

Necesitamos coraje para experimentar y probar este tipo de cosas. Es muy expuesto y quizá sintamos que no estamos preparados para ello, pero ésa es la cuestión. Ahí mismo, en ese mismo sentimiento de inadecuación e inquietud, está nuestra mente sabia. Podemos experimentar, no tenemos nada que perder; podemos experimentar con el hecho de no dejarnos desplazar por lo que creemos correcto o equivocado y aprender a relajarnos en la falta de suelo bajo los pies.

PERCIBIENDO EL SILENCIO


miércoles, 25 de octubre de 2017

LA VIDA EN BLANCO Y NEGRO

Continuación

Señalaré tres modos cognitivos que emplean las mentes simples para reafirmar su insoportable levedad: atribuciones incompletas o infantilismo mental; la vida en blanco y negro; y «mejor cambiemos de tema» o «ya es suficiente». 

LA VIDA EN BLANCO Y NEGRO 

Es considerar las cosas en categorías absolutas: o blanco o negro. Es más «económico» y menos complejo para una mente simple decir «sí» o «no». Como hemos visto, el todo o nada adopta diferentes formas en la mentalidad rígida. Aquí, el pensamiento dicotómico está al servicio de la simplificación o de evitar ampliar y revisar las posturas asumidas. 

Para una mente que busca afanosamente la certeza, los términos medios son fuente de estrés. Entre otras cosas, porque los grises requieren muchas veces un cálculo de probabilidades que el estilo rígido rechaza con tozudez. Por ejemplo, afirmar que «todas las personas de derechas son autoritarias y fundamentalistas» es un claro error cognitivo, ya que no sólo las investigaciones muestran que no es así sino que la experiencia cotidiana no lo avala: hay personas de derechas que no son autoritarias ni dogmáticas. Por lo tanto, deberíamos cambiar la palabra «todas» por «algunas», flexibilizar la afirmación y hacerla menos categórica. Con todo, es posible que el ajuste no sea del agrado de un político de izquierdas obstinado, porque implicaría aceptar que no toda persona de derechas es fascista. 

Lo mismo ocurriría con la afirmación: «Todas las personas de izquierdas son autoritarias y fundamentalistas.» Un político de ultraderecha no aceptaría cambiar «todas» por «algunas», porque implicaría aceptar que existen personas de izquierdas con un pensamiento democrático. Pero es evidente que hay personas de izquierdas que no son autoritarias ni fundamentalistas. En política, la rigidez afecta tanto a los de derechas como a los de izquierdas. Las mentes totalitarias se hallan tanto en un bando como en el otro. 

Veamos dos ejemplos de dicotomía simplista: 

TAL Y COMO SON LAS COSAS


martes, 24 de octubre de 2017

EL TAMBOR MÁGICO


¿Mis poderes sobrenaturales, mis poderes maravillosos? 
Son sacar agua y traer leña. 
P'ang Yun (740-811) 

Érase una vez un muchacho llamado Gengoró. Era un desharrapado, un golfo, un vagabundo, que arrastraba por los caminos sus harapos y no tenía padre, ni madre, ni casa. Una mañana de verano se despertó a la orilla de un río y descubrió entre la espesura un pequeño tambor mágico, abandonado por algún dios de las aguas. Muy contento con esa ganga, lo cogió, lo ató a su cinturón y quiso verificar inmediatamente sus poderes: 

-¡Nariz, crece, crece! -dijo, tocando el tambor, y su nariz creció y creció, y cuanto más tocaba el tambor más se alargaba su nariz. Su apéndice pronto cruzó el río y, con gran regocijo por su parte, salió por encima de la copa de los árboles, al otro lado del agua. 

-¡Nariz, encógete, encógete!-dijo entonces tocando el tambor, y su nariz volvió a su medida normal. 

Era un juego muy distraído, y Gengoró, que era un bromista, lo habría prolongado un buen rato. Pero, mientras caminaba, reflexionaba. Utilizado con tino, ese tam bor mágico podía procurarle gloria y fortuna. En aquel momento pasaba por delante de la residencia de un gran señor que tenía, decían, una hija bella como el sol, en edad de casarse. Gengoro, con su tambor mágico sujeto al cinto, merodeó por los alrededores. Finalmente descubrió un agujero en un seto, se metió en él y, después de atravesar varios patios, se encontró en el gineceo. Allí, una muchacha bellísima, como sólo existen en sueños, estaba sentada al borde de un estanque y contemplaba en el agua una flor de loto. Gengoró se acercó y murmuró, tocando su tambor mágico: 

-Nariz de muchacha, encógete, encógete ... 

LOS OPUESTOS


lunes, 23 de octubre de 2017

LA EXISTENCIA ES PARADÓJICA


La existencia es paradójica. La paradoja es su esencia misma. Se manifiesta a través de los opuestos; es un equilibrio de opuestos. Y quien aprende el equilibrio logra saber lo que es la vida, lo que es la existencia, lo que es Dios. El secreto está en el equilibrio. 

Si Aristóteles hubiera tenido razón, sólo habría hombres y no habría mujeres, o sólo mujeres y ningún hombre. Si el mundo hubiera sido creado según Aristóteles, habría sólo luz y no habría oscuridad, o sólo oscuridad y no luz. Lógico: habría vida o muerte, pero no ambas. Pero la vida no se basa en la lógica aristotélica, y tiene de ambas. La vida es posible porque existen ambos, los opuestos: hombre y mujer, yin y yang, día y noche, nacimiento y muerte, amor y odio. La vida consiste en ambos. 

El amor es una especie de pelea, es una pelea. Sin esta pelea el amor no puede existir. Parece un contrasentido porque pensamos que los amantes no deberían pelear. Es lógico: si amas a alguien, cómo puedes pelear con esa persona? Es absolutamente claro y obvio para el intelecto que los amantes no deberían pelear. Pero lo hacen. Es más, son enemigos íntimos; pelean constantemente. Es en la pelea misma que se libera la energía que llamamos amor. 

EXPRES-ARTE


domingo, 22 de octubre de 2017

ECOS


Sonaba como el zumbido de los mosquitos en verano, aunque no era verano. Aquella noche de 1964, Arno Penzias y Robert Wilson no podían trabajar tranquilos. Desde una montaña de Nueva Jersey, los dos astrónomos estaban tratando de medir las ondas emitidas por alguna galaxia, pero la antena captaba un zumbido que no los dejaba en paz. El zumbido atormentaba los oídos, como ocurre cuando las hembras de los mosquitos, hambrientas, enloquecidas por el calor, llaman a sus machos y acosan a la gente.

Después, se supo. Por increíble que pueda parecer, el zumbido era el eco de la tremenda explosión que había dado origen al universo hace 15 mil millones de años, días más, días menos. Aquella vibración de la antena no venía de las hembras de los mosquitos, sino del estallido que había fundado el tiempo y el espacio y los astros y todo los demás. Y quizá, quién sabe, digo yo, un suponer, el eco estaba todavía allí, resonando, zumbando en el aire, porque quería ser escuchado por nosotros, terrestres personitas, que al fin y al cabo también somos eco de aquel remoto llanto del universo recién nacido.
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