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domingo, 4 de junio de 2023

TE ALEJAS


¿Te has dado cuenta alguna vez del hecho de que casi el noventa por ciento de los niños nacen durante la noche, no durante el día? ¿Por qué? Debería ser el cincuenta por ciento. ¿Por qué más niños eligen la noche? Y ¿por qué el noventa por ciento? Porque por la noche la madre está inconsciente, relajada. Está durmiendo y el niño puede salir fácilmente.Si ella está consciente, se esforzará, y entonces hará su presencia la ley del efecto contrario. Mientras la madre esté despierta, hará todos los esfuerzos posibles para poder sobrellevar el dolor, para que la cosa se acabe y el niño nazca. Y todo esfuerzo es una barrera; ella pone obstáculos. Cuanto más se esfuerza, más estrecho se hace el canal, y el niño no puede salir.

En las sociedades primitivas las madres no sienten ningún dolor cuando dan a luz, ningún dolor en absoluto. Es un milagro. Cuando, por primera vez, la ciencia médica occidental descubrió esto (que todavía existían sociedades primitivas en las que las madres no sufrían en absoluto) no se lo podía creer. ¿Cómo es posible esto? Entonces hicieron muchos experimentos, llevaron a cabo muchos proyectos de investigación, y se descubrió que todo se debe a que se trata de mujeres inconscientes. Viven como animales salvajes; no hay lucha, no hay conflicto, no hay esfuerzo. No quieren nada, simplemente flotan. Son primitivas, no tienen una mente muy consciente. Cuanto más civilizado eres, tu mente está más consciente. Cuanto más civilizado, más entrenada está tu voluntad, y tu inconsciencia se aleja cada vez más, hacia las profundidades, y entonces se crea una distancia.

Si hay algo que hacer, por difícil que sea, siempre podrás encontrar la forma de hacerlo, de cómo hacerlo. Puedes aprender la técnica; hay expertos que te pueden enseñar. Pero el zen no es algo que se le pueda enseñar a nadie. En Dios no hay expertos ni autoridades; no puede ser, porque no es una cuestión de saber cómo, de hacer, sino de relajarte en tu ser. Lo más importante te ocurrirá sólo cuando tú no estés ahí. Y si estás haciendo algo tendrás que estar ahí. El sueño llega cuando tú no estás ahí. La iluminación también sigue la misma regla; llega cuando no estás ahí. Pero cuando estás haciendo algo, ¿cómo vas a estar ausente al mismo tiempo? Si estás haciendo algo, estarás ahí. La acción alimenta el ego. Cuando no estás haciendo nada el ego no puede alimentarse. Simplemente desaparece, se muere, no está ahí. Y cuando el ego desaparece, desciende la luz. Así que, lo que sea que hagas queriendo, será la propia barrera. 

Cuando estés aquí, en mis meditaciones, hazlas, pero no a base de voluntad. No las fuerces; es mejor que dejes que ocurran. Flota en ellas, abandónate en ellas. Déjate absorber, no pongas tu voluntad. No manipules, porque al manipular te divides, te conviertes en dos: el manipulador y el manipulado. Y una vez que eres dos, inmediatamente se crean el cielo y el infierno; entonces se abre una distancia enorme entre tú y la verdad. No manipules, deja que las cosas ocurran.

Si estás haciendo la meditación Kundalini, permite el movimiento; ¡no lo hagas! Quédate de pie en silencio, siéntelo llegar, y cuando tu cuerpo comience a temblar un poco, colabora, ¿pero no lo hagas? Gózalo, disfrútalo, permítelo, recíbelo, dale la bienvenida, pero no lo hagas voluntariamente.

Si lo fuerzas, se convertirá en un ejercicio, un ejercicio físico. Entonces aparecerá el temblor, pero sólo en la superficie. No te penetrará. En el interior permanecerás sólido, como una piedra, como una roca. Continuarás siendo el manipulador, el hacedor, y el cuerpo tan sólo te estará siguiendo. El cuerpo no es lo importante, lo importante eres tú.

Cuando digo muévete, quiero decir que se mueva tu solidez, tu ser rocoso debe sacudirse hasta los mismos cimientos para que así se vuelva líquido, fluido, para que se derrita y fluya. Y cuando el ser rocoso se vuelve líquido el cuerpo le sigue. Entonces no hay un alguien que lo mueva, sólo movimiento; entonces nadie lo está haciendo, sino que simplemente está ocurriendo. Entonces no hay un hacedor.

Disfrútalo, pero no lo hagas voluntariamente. Y recuerda, siempre que haces algo voluntariamente no puedes gozarlo. Esas dos cosas son contrarias, opuestas; nunca se encuentran. Si fuerzas algo no puedes disfrutarlo, si lo disfrutas no puedes forzarlo.
Por ejemplo, puedes forzar tu amor. Puedes hacerlo de acuerdo a los manuales, pero así no lo disfrutarás. Si lo quieres disfrutar tendrás que tirar todos los manuales, todos los Kinseys y los Masters & Johnsons; tendrás que tirarlos todos. Tendrás que olvidarte por completo de todo lo que has aprendido acerca del amor. Al principio te sentirás perdido, porque no tendrás ninguna guía, ningún mapa. ¿Por dónde empezar?

Simplemente espera..., deja que se mueva tu energía interior, entonces síguela adondequiera que te lleve. Puede que tarde un poco de tiempo, pero cuando el amor llega te sobrepasa. Ya no estás ahí. El amor está ahí pero no hay nadie que ame. El amor ocurre como una energía, pero en él no hay ego. Entonces es algo inmenso, es una gran liberación.

Entonces el amor se convierte en éxtasis, y descubres algo que sólo han conocido aquellos que han llegado a lo Divino. Descubres un pequeño fragmento de ella, un rayo de luz, una gota del océano; entonces te llega su sabor.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

domingo, 30 de octubre de 2022

2. EL CAMINO ES PERFECTO.


UNAS CUANTAS COSAS antes de entrar en este sutra de Sosan. En Occidente, hace sólo unos años, hubo un hipnotizador francés, Emile Coué, que redescubrió una de las leyes básicas de la mente humana. La llamó "la ley del efecto contrario"; este es uno de los sutras más antiguos del pensamiento taoísta y del zen. Sosan está hablando de esta ley. Intenta comprenderla, y entonces sus palabras te serán fáciles de entender.

Por ejemplo, si no tienes sueño ¿qué harás? Tratarás de dormirte; harás esfuerzos, harás esto y aquello, pero todo lo que hagas tendrá justo el efecto contrario; no traerá lo que necesitas. Ocurrirá justo lo contrario, porque cualquier actividad, cualquier esfuerzo, irá en contra del sueño. Dormir es una relajación. No puedes provocarlo, no puedes hacer nada para que ocurra; no forma en absoluto parte de tu voluntad. Dormir es entrar en el inconsciente y tu voluntad es simplemente un fragmento de la consciencia. Cuando entras en el inconsciente, en lo profundo, dejas en la superficie la parte que es consciente, el fragmento que es la voluntad. No puedes llevar tu superficie a la profundidad, no puedes llevar tu circunferencia al centro.

Por eso cuando haces esfuerzos para dormir, estás haciendo algo autodestructivo. Estás haciendo algo que se convertirá justo en lo opuesto; te despertarás aún más. La única manera de entrar en el sueño es no hacer nada.

Si no viene, no viene. Espera... ¡No hagas nada! De otra forma lo alejarás aún más y crearás una distancia. Simplemente espera, apaga la luz, cierra los ojos, relájate y espera. Cuando llega, llega. No puedes provocarlo con ningún acto de tu voluntad; la voluntad está en contra del inconsciente.

Y esto ocurre con muchas cosas de la vida: que ocurre justo lo contrario. Si quieres estar en silencio, ¿qué harás?; porque el silencio es como el sueño. No puedes forzarlo. Sólo puedes permitir que ocurra, es un dejarse llevar, pero no hay forma de producirlo. ¿Qué harás si quieres estar en silencio? Si haces algo estarás aún menos en silencio.

Si quieres estar tranquilo, ¿qué harás?; porque quietud significa no-hacer. ¡Solamente flotas, solamente te relajas! Y cuando digo que solamente te relajas, quiero decir solamente. No hay que usar ningún método para relajarse, porque cualquier método significaría de nuevo que estás haciendo algo. Hay un libro que se titula ¡Tienes que relajarte! Y el "tienes que" va justamente en contra de la relajación; el "tienes que" no se debería incorporar, si lo haces así te pondrás más tenso. Esta ley fue descubierta por Emile Coué, quien dijo: "Deja que las cosas ocurran, no las fuerces". Hay cosas que se pueden forzar; todo lo que pertenece a la mente consciente se puede forzar. Pero hay cosas que no: todo lo que pertenece al inconsciente, a tu profundidad, no se puede forzar.
Ocurre muchas veces: intentas recordar un nombre o un rostro y no lo consigues, aunque sientes que lo tienes justo en la punta de la lengua. La sensación es tan intensa que te parece que va a llegar en cualquier momento y tratas de que te venga a la memoria. Y cuanto más lo intentas, menos te viene. Hasta empiezas a sospechar si esta sensación es real. Pero lo sientes; todo tu ser te dice que está ahí, justo en la punta de la lengua. ¿Pero por qué no te viene si está justo ahí? No te saldrá. Hagas lo que hagas, no te saldrá.

Entonces te sientes frustrado, te desesperas y te olvidas del asunto. Sales al jardín y te pones a trabajar en él, o te pones a leer el periódico o enciendes la radio y escuchas música; y de repente te viene a la memoria. ¿Qué ha ocurrido?

Pertenecía al inconsciente, estaba en lo profundo de ti. Y cuanto más lo intentabas, más difícil se hacía; y cuanto más lo intentabas más se perturbaba el inconsciente. Entonces todo se volvió un caos, todo se removió. Estaba ahí, justo en la punta de la lengua, pero al tú estar tan activo intentando recordarlo... estabas usando la voluntad, y la voluntad no puede traer las cosas de tu profundidad. Sólo a través de la rendición puedes hacerlo, sólo cuando te dejas llevar.
Así que cuando te fuiste al jardín, al parque o empezaste a leer el periódico o a cavar un hoyo en el suelo o a escuchar música, te olvidaste completamente del asunto..., y de repente ahí lo tienes. Esta es la ley del efecto contrario. Recuerda, con el inconsciente la voluntad no sirve para nada; no es que no sirva para nada sino que además resulta peligrosa, perjudicial.

Lao Tse, Chuang Tzu, Bodhidharma y Sosan... son los maestros de esta ley del efecto contrario. Y esta es la diferencia entre el yoga y el zen. El yoga hace toda clase de esfuerzos y el zen no hace ninguno; y el zen es más auténtico que cualquier yoga. Pero el yoga te atrae, porque en lo que a ti concierne hacer es fácil; por muy duro que sea, hacer es fácil. No-hacer es difícil. Si alguien dice: "No hagas nada", te sientes perdido. Vuelves a preguntar: "¿Qué es lo que tengo que hacer?". Si alguien dice: "No hagas nada", esto es lo más difícil para ti. Si lo comprendieras, no sería así. No-hacer no requiere cualificación alguna. Puede que el hacer sí, puede que el hacer requiera práctica. No-hacer no requiere práctica alguna. Es por eso que el zen dice que la iluminación puede ocurrir en cualquier momento; porque no es cuestión de cómo alcanzarla, es cuestión de cómo permitirla. Es como el dormir: te relajas y ahí está, te relajas y ocurre. No estás permitiendo que ocurra porque tienes mucha actividad en la superficie.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

miércoles, 24 de agosto de 2022

TU ELECCIÓN ES LA TOTALIDAD


Si quieres ver la verdad, no mantengas ninguna opinión a favor o en contra. La lucha entre lo que a uno le gusta y lo que le disgusta es la enfermedad de la mente.

ESTA ES LA ENFERMEDAD DE LA MENTE: Lo que a uno le gusta y lo que le disgusta, a favor y en contra. ¿Por qué está la mente dividida? ¿Por qué no puedes ser uno? Te gustaría, desearías ser uno, pero continúas alimentando las divisiones, las preferencias, el "esto me gusta" y "esto no me gusta".

Precisamente el otro día vino una mujer y me dijo: "Bendíceme, por favor dame tus bendiciones". Pero me di cuenta de que estaba inquieta, preocupada, así que le pregunté: "¿Qué pasa?".

Ella dijo: "Es que ya estoy iniciada con otro maestro".
Un conflicto; ella quería mis bendiciones pero la mente le decía que yo no soy su maestro. Ella tiene otro maestro, entonces ¿qué hacer? Yo le dije que dejara a ambos. Hubiera sido más fácil si le hubiera dicho: "Deja al otro. Elígeme a mí". 

¡Hubiera sido mucho más fácil!, porque entonces la mente podría continuar funcionando, pero el problema seguiría siendo el mismo. Cambiaría el nombre de la enfermedad, pero la enfermedad sería la misma. De nuevo, en algún lugar, surgiría la misma duda, la misma agitación. Pero si yo digo: "Deja a ambos"... Pues esa es la única manera de llegar a un maestro: no tener ninguna preferencia por esta vía o por aquella. Simplemente ir vacío. Simplemente ir sin ninguna opinión. Ve simplemente disponible, receptivo. ¡Sólo así se llega a un maestro! No hay otra forma. Y si el maestro va a ser la puerta a la verdad, tiene que ser así, porque esta es la preparación, esta es la iniciación.

Un maestro está para ayudarte a dejar las opiniones, a dejar la mente. Y si el propio maestro se convierte en una elección entonces también se convertirá en una barrera. De nuevo has vuelto a elegir, de nuevo has usado la mente. Y cuanto más usas la mente, más se refuerza, más fuerte se hace. No la uses.

Es difícil, porque dirás: "¿Y qué le ocurrirá a nuestro amor? ¿Qué va a ser de nuestro compromiso? ¿Qué va a ser de nuestras creencias? ¿Qué va a ser de nuestra religión, de nuestra Iglesia, de nuestro templo?". Estas son tus cargas. Libérate de ellas, y deja que ellas se liberen de ti. Te están manteniendo aquí, arraigado, y la verdad quiere liberarte. Liberado llegas, con alas llegas, sin peso llegas.

Sosan dice:
La lucha entre lo que a uno le gusta y lo que le disgusta es la enfermedad de la mente.

¿Cómo curarse? ¿Hay alguna manera de superar esta enfermedad? No, no hay manera. Uno simplemente tiene que entenderlo. Uno simplemente tiene que mirar el hecho en sí mismo. Uno sólo tiene que cerrar los ojos y mirar en su propia vida; observarla. Y sentirá la verdad de Sosan. Y cuando sientes la verdad, la enfermedad desaparece. No hay ningún remedio para ella, porque si se te da algún remedio, ese remedio te empezará a gustar. Entonces olvidarás la enfermedad pero empezará a gustarte el remedio, y el mismo remedio se convertirá en la enfermedad.
No, Sosan no te dará ningún remedio, no te dará ningún método. No te sugerirá qué hacer. Simplemente insistirá una y otra vez, una y mil veces, en que entiendas cómo has creado toda esta confusión a tu alrededor, cómo has creado todo este sufrimiento. Y nadie más que tú lo ha creado; es la enfermedad de tu mente: preferir, elegir.

No decidas. Acepta la vida en su totalidad. Tienes que ver la totalidad: la vida y la muerte juntas, el amor y el odio juntos, la felicidad y la desgracia juntas, la agonía y el éxtasis juntos. Si los ves juntos, entonces ¿qué quedará para elegir? Si ves que son uno, entonces ¿por dónde va a entrar la elección? Si ves que la agonía no es otra cosa que éxtasis, y el éxtasis agonía; si puedes ver que la felicidad no es otra cosa que infelicidad; que el amor no es otra cosa que odio y el odio, amor; entonces ¿dónde elegir? ¿cómo elegir? Entonces la elección desaparece.

No es que tú la dejes. Si eres tú el que la dejas, se convertirá en una elección; esta es la paradoja. No supongas que tienes que dejarla, porque si la dejas, eso ya quiere decir que has elegido a favor y en contra. Ahora tu elección es la totalidad. Estás a favor de la totalidad y en contra de la división, pero la enfermedad ha entrado. Es algo muy sutil.
Simplemente entiende, pues la propia comprensión hace que la elección desaparezca. Nunca la abandonas. Simplemente te ríes... y pides una taza de té.

Cuando no se entiende el significado
profundo de las cosas,
se perturba en vano la paz esencial de la mente.
El Camino es perfecto, como el espacio infinito
donde nada falta y nada sobra.
De hecho, es debido a nuestra elección
de aceptar o rechazar que no vemos
la verdadera naturaleza de las cosas.
No vivas en los enredos de las cosas externas
ni en los sentimientos internos de vacío.
Mantente sereno, sin hacer esfuerzos,
en la unidad de las cosas,
y tales falsos conceptos desaparecerán por sí solos.
Cuando tratas de parar la actividad
para alcanzar la pasividad,
el propio esfuerzo te llena de actividad.
Mientras estés en un extremo o en el otro,
nunca conocerás la Unidad.
Aquellos que no viven en el Camino único
fracasan en ambas: actividad y pasividad,
afirmación y negación.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

jueves, 4 de agosto de 2022

CLARO Y DIÁFANO


Cuando ambos, amor y odio, están ausentes todo se vuelve claro y diáfano.

La mente tiene que amar y odiar, y la mente tiene que luchar continuamente entre estas dos cosas. Si no amas ni odias, vas más allá de la mente. ¿Dónde está la mente entonces? Dentro de ti, cuando la elección desaparece la mente desaparece. Aunque digas: "Me gustaría estar en silencio", nunca estarás en silencio porque tienes una preferencia. Este es el problema. La gente viene y me dice: "Me gustaría estar en silencio, no quiero tener más estas tensiones". Me dan lástima; lástima porque lo que dicen es estúpido. Al no querer más tensiones crearás otras nuevas, porque este no-querer creará una nueva tensión. Y si deseas mucho el silencio, si lo persigues demasiado, el propio silencio se convertirá en tensión. Debido a ello sentirás más inquietud aún.

¿Qué es el silencio? El silencio es un profundo entendimiento; un entendimiento de que el fenómeno de elegir te causa tensión. Aunque lo que prefieras sea el silencio, te pondrás tenso.

Entiéndelo, siéntelo; siempre que prefieres algo, te pones tenso; cuando no prefieres, no hay tensión, estás relajado. Y cuando estás relajado, tus ojos poseen cierta claridad; no están velados por nubes y sueños. No se mueven pensamientos en la mente; puedes ver a través de ella. Y cuando puedes ver la verdad, ello te libera. La verdad libera.

Sin embargo, haz la más mínima distinción, y el cielo y la tierra se distancian infinitamente.

Haz la más mínima distinción, la más mínima elección, y estarás dividido. Entonces tendrás un cielo y un infierno, y entre ellos dos serás aplastado.

Si quieres ver la verdad, no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.

Vive sin opiniones. Vive desnudo, sin ropa alguna, sin opiniones acerca de la verdad, porque la verdad detesta todas las opiniones. ¡Abandona todas tus filosofías, teorías, doctrinas, escrituras! ¡Abandona toda esa basura! Vive en silencio, sin elegir, con los ojos simplemente dispuestos a ver lo que hay, de ninguna manera esperando ver tus deseos realizados. No cargues con deseos. Se dice que el camino del infierno está completamente lleno de deseos, de buena voluntad, de esperanzas, de sueños, de arco iris, de ideales. El camino del cielo está absolutamente vacío.

¡Despréndete de todas las cargas! Cuanto más alto quieras llegar, más ligero tendrás que ir. Si quieres ir a los Himalayas tendrás que dejar toda la carga. Al final, cuando llegues al Gurisankar, al Everest, tendrás que dejarlo todo. Tendrás que ir completamente desnudo, porque cuanto más alto llegues, más ligero necesitarás estar. Y todas las opiniones son cargas. No alas. Sin opiniones, sin ninguna preferencia...

Si quieres ver la verdad, no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.

Si quieres saber la verdad no seas ni creyente ni ateo. No digas: "Dios existe", ni: "Dios no existe", porque lo que sea que digas se convertirá en un deseo profundo. Y proyectarás todo lo que haya oculto tras el deseo.
Si quieres ver a Dios como un Krishna con una flauta en sus labios, algún día lo verás; no porque Krishna esté ahí, sino tan sólo porque tienes una semilla de deseo que proyectas en la pantalla del mundo.

Si quieres ver a Jesús crucificado, lo verás. Lo que quieras se proyectará, pero es sólo un mundo de sueños; no te estás acercando a la verdad. No plantes ninguna semilla en tu interior: vive sin opinión, sin ningún pensamiento a favor o en contra, sin filosofía. Simplemente ve lo que hay. No lleves contigo ninguna mente. Vive sin mente.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

jueves, 2 de junio de 2022

CUANDO AMBOS, AMOR Y ODIO, ESTÁN AUSENTES


Cuando ambos, amor y odio, están ausentes...

El amor y el odio; ambos colorean tu visión y entonces no puedes ver con claridad. Si amas a alguien empiezas a ver cosas que no existen. Ninguna mujer es tan hermosa como tú piensas cuando la amas, porque proyectas. Tú tienes en la mente una chica de ensueño y la proyectas. De alguna manera la chica real solamente hace de pantalla.

Por eso, tarde o temprano, todo amor llega a un punto de frustración, porque ¿cómo puede la chica seguir haciendo de pantalla? Ella es una persona real; se afirmará, dirá: "¡Yo no soy una pantalla!". ¿Durante cuánto tiempo puede ella encajar en tu proyección? Antes o después te darás cuenta de que no encajan. Al principio ella cedía, al principio tú cedías. Tú eras una pantalla para ella, ella una pantalla para ti.

La esposa de Mulla Nasrudin le decía (y lo he oído tantas veces): "Ya no me amas como me amabas antes, cuando me cortejabas". Mulla Nasrudin dijo: "Querida, no le des mucha importancia a esas cosas; sólo eran la campaña publicitaria. Yo he olvidado lo que decías, olvida tú lo que decía yo. Ahora somos seres reales".

Nadie puede pretender ser una pantalla de proyección para ti durante toda la vida porque es muy pesado. ¿Cómo puede alguien ajustarse a tu sueño? Él tiene su propia realidad, y la realidad se hace valer. Si amas a una persona, proyectas cosas que no existen. Si odias a una persona, de nuevo proyectas cosas que no existen. En el amor, la persona se vuelve un Dios. En el odio la persona se vuelve un demonio; y esa persona no es ni un Dios ni un demonio. Esa persona es simplemente ella misma. Esos dioses y diablos no son sino proyecciones. Tanto si amas como si odias no podrás ver con claridad.

Cuando el "me gusta" y el "no me gusta" no existen, tus ojos no están empañados, tienes claridad. Entonces ves al otro tal como es. Y cuando posees esa claridad de consciencia, toda la existencia te revela su realidad. Esta realidad es Dios, esta realidad es la verdad.

¿Qué significa esto? ¿Que un hombre como Sosan no amará? Su amor tendrá una cualidad completamente diferente; no será como el tuyo. Amará, pero su amor no será una elección. Amará, pero su amor no será una proyección. Amará, pero su amor no será un amor por su propio sueño. Amará lo real. Este amor por lo real es compasión.

Él no proyectará esto o aquello. No verá en ti un Dios o un demonio. Simplemente te verá, y compartirá porque tiene suficiente; y cuanto más compartes, más crece. Compartirá su éxtasis contigo. Cuando amas, proyectas. No amas para dar; amas para tomar, amas para explotar. Cuando amas a una persona intentas encajarla de acuerdo a ti, de acuerdo a tus ideas. Todos los maridos hacen esto, todas las esposas hacen esto, todos los amigos. Continuarás intentando cambiar al otro, al ser real, y el ser real no puede ser cambiado; sólo conseguirás frustrarte.

El ser real no puede cambiarse; lo único que pasará es que tu sueño se hará añicos y entonces te sentirás herido. No escuchas la realidad. Nadie está aquí para realizar tu sueño. Todo el mundo está aquí para realizar su propio destino, su propia realidad.

Un hombre como Sosan ama, pero su amor no es una explotación. Él ama porque tiene mucho amor, le desborda. No está creando un sueño alrededor de nadie. Comparte con cualquiera que aparezca en su camino. Su compartir es incondicional, de forma que no espera nada de ti. Si el amor espera algo sólo habrá frustración. Si el amor espera algo habrá desilusión. Si el amor espera algo habrá sufrimiento y locura.

Sosan dice: "No, ni amor ni odio. Simplemente ve la realidad del otro". Este es el amor de un buda: ver la realidad del otro, ver al otro tal como es, ver sólo la realidad; no proyectar, no soñar, no crear una imagen, no intentar encajar al otro de acuerdo a la imagen de uno.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

jueves, 26 de mayo de 2022

PERMÍTELE A LA VIDA MOVERSE


El Gran Camino no es difícil...Tú lo haces difícil, tú eres difícil. El Gran Camino es fácil... ...para aquellos que no tienen preferencias.

No prefieras; simplemente permítele a la vida moverse. No digas a la vida: "Muévete de esta forma, ve hacia el norte, o ve hacia el sur". No lo digas; simplemente fluye con la vida. No luches contra la corriente, hazte uno con ella.

... para aquellos que no tienen preferencias.

El Gran Camino es fácil para aquellos que no tienen preferencias. Y tú tienes preferencias ¡acerca de todas las cosas! En todo pones tu mente. Dices: "Me gusta, no me gusta. Prefiero esto y no aquello".

Cuando ambos, amor y odio, están ausentes...

Cuando no tienes preferencias..., cuando todas las actitudes "a favor" y "en contra" están ausentes, ambos, amor y odio, están ausentes, a ti ni te gusta ni te disgusta algo, simplemente permites que todo ocurra...

...todo se vuelve claro y diáfano.
Sin embargo, haz la mínima distinción,
y el cielo y la tierra se distancian infinitamente.

Pero tu mente dirá: "Si no tienes preferencias te convertirás en un animal. Si no eliges, ¿cuál es la diferencia entre tú y un árbol?". Hay una diferencia, una gran diferencia; pero no la diferencia que trae la mente sino una que viene a través de la consciencia. El árbol vive sin elección, inconscientemente. Tú vivirás sin elección, conscientemente. Esto es lo que significa consciencia sin elección, y la mayor diferencia es que serás consciente de que no estás eligiendo.

Y esta consciencia te da una paz tan profunda..., te conviertes en un buda, un "Sosan", un "Chuang Tzu". El árbol no puede convertirse en un Chuang Tzu. Chuang Tzu es como un árbol, y algo más. Es como el árbol en lo que respecta a la elección, pero es absolutamente distinto del árbol en lo concerniente a la consciencia; es absolutamente consciente de que no elige.




Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

sábado, 14 de mayo de 2022

DAR TU ENERGÍA ES UN REGALO, Y A CAMBIO SE TE DA MÁS


Se dice que la gente casada vive más tiempo que la soltera, así que alguien le preguntó a Nasrudin: "¿Es eso verdad, Nasrudin?".Y Nasrudin contestó: "Eso parece. Un hombre casado no vive más tiempo, pero parece que ha vivido mucho más". Porque cuando la vida se vuelve dura, el tiempo pasa más lentamente. 

Cuando la vida es fácil, el tiempo parece más corto. Esos a los que la gente llama yoguis, que cada vez respiran menos y más despacio, lo único que hacen es disminuir el proceso de la vida. Están menos vivos, eso es todo. No van a vivir más tiempo; tan sólo van a estar menos vivos. No están viviendo plenamente; su llama no arde adecuadamente. El ánimo, el entusiasmo y la danza desaparecen. Se consumen a sí mismos, eso es todo.

Y esto también ha ocurrido con el sexo, porque la gente cree que con el sexo viene la muerte. Y tienen razón, porque la energía sexual da nacimiento a la vida; así que cuanta más energía sexual sale, más vida se va. Lógico, absolutamente aristotélico, pero estúpido. Y no puedes encontrar gente más estúpida que la gente lógica. Es lógico que la energía vital venga del sexo (los niños nacen del sexo, el sexo es el origen de la vida), así que guárdala. No la permitas salir, o morirás. Por eso todo el mundo tiene miedo.

Pero es lo mismo, exactamente igual, que cuando contienes la respiración, entonces todo el cuerpo quiere espirar. Lo mismo pasa con vuestros llamados brahmacharías, célibes, que tratan de contener la energía sexual, mantener el semen dentro, mientras que todo su cuerpo quiere deshacerse de él. Toda su vida se vuelve sexual; su mente se vuelve sexual, sueñan con el sexo, piensan en el sexo. El sexo se convierte en su obsesión porque tratan de hacer algo que, aunque desde luego es lógico, no es realista. Y no viven más tiempo, se mueren antes.

Recientemente se ha descubierto que un hombre vive más tiempo si prolonga su vida amorosa lo más posible. Si un hombre puede hacer el amor a los ochenta años vivirá más tiempo. ¿Por qué? Porque cuanto más espiras, más inspiras. Así exactamente... Si quieres más vida, espira más para que puedas crear un vacío dentro y entre más aire. No pienses en inspirar. Simplemente espira tanto como puedas y todo tu ser inspirará. Ama más (amar es espirar) y tu cuerpo recogerá energía de todo el cosmos. Crea el vacío y la energía vendrá. Y lo mismo pasa con todos los procesos de la vida. Comes, pero si retienes el alimento, te estriñes. La lógica es correcta: simplemente no echas el aire. El estreñimiento es una elección a favor de coger aire y en contra de soltarlo. 

Casi todo ser civilizado está estreñido; puedes medir la civilización por el grado de estreñimiento. Cuanto más estreñido esté un país, más civilizado será, porque será más lógico. ¿Para qué soltar el aire? Sigue tomándolo. El alimento es energía. ¿Por qué echarla? Puede que no te des cuenta pero esto es el inconsciente volviéndose lógico y aristotélico. Pero la vida es un equilibrio entre echar afuera e invitar adentro. Tú eres un pasaje. ¡Comparte!, ¡da!, y te será dado más. ¡Sé tacaño!, ¡no des!, y te será dado menos, porque necesitarás menos.

Recuerda y observa los procesos de tu vida. Si a pesar de todo sigues realmente interesado en entender la iluminación, acuérdate de dar para que te sea dado más; sea lo que sea. Deja salir el aire, expulsa más. Eso es lo que significa compartir, lo que significa dar.

Dar tu energía es un regalo, y a cambio se te da más. Pero la mente dice... Ella tiene su propia lógica, y Sosan a esta lógica la llama la enfermedad.




Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

viernes, 29 de abril de 2022

EL CAMINO ES FÁCIL, LA MNETE LO VUELVE DIFÍCIL


EXACTAMENTE IGUAL QUE CHUANG TZU: "Lo fácil es lo correcto". El Gran Camino no es difícil. Si parece difícil, eres tú el que lo hace difícil. El Gran Camino es fácil. ¿Cómo va a ser difícil? Hasta los pájaros vuelan en él y los peces nadan en él. ¿Cómo va a ser difícil? El hombre lo hace difícil, la mente lo vuelve difícil; y el truco para hacer de cualquier cosa fácil algo difícil es elegir, hacer una distinción. 

El amor es algo fácil, el odio es algo fácil, pero tú eliges. Dices: "Sólo voy a amar, no voy a odiar". Así todo se vuelve difícil. ¡Así ni siquiera puedes amar! Inspirar es fácil, espirar es fácil. Pero tú eliges. Dices: "Sólo voy a inspirar, no voy a espirar". De esta forma todo se vuelve difícil. La mente puede decir: "¿Para qué espirar? La respiración es vida. Simple aritmética: inspira, no expulses el aire; estarás cada vez más vivo. Acumularás más vida. Tendrás grandes reservas de vida. Inspira solamente, no espires porque espirar es morir". Lo primero que hace un niño al nacer es inspirar. Y lo último que un hombre hace al morir es espirar. La vida comienza con la inspiración y la muerte comienza con la espiración. 

Cada vez que inspiras renaces; cada vez que espiras mueres, porque el aliento es vida. Es por eso que los hindúes lo han llamado prana: prana significa "vida". El aliento es vida. Simple lógica, simple aritmética, ningún problema, lo puedes hacer sencillo: inspira cada vez más y no espires, así no morirás. Si espiras morirás. ¡Y si espiras mucho te morirás antes! Entonces, ¿qué se supone que una persona lógica debería hacer? Una persona lógica solamente inspiraría, nunca espiraría.

El amor es inspirar, el odio espirar. ¿Qué hacer entonces? La vida es fácil si no decides, porque entonces sabes que inspirar y espirar no son dos cosas opuestas; son dos partes de un mismo proceso. Y estas dos partes son orgánicas, no puedes dividirlas. ¿Y si no espiras...? La lógica se equivoca. No vivirás; sencillamente, te morirás inmediatamente.

Pruébalo: solamente inspira, no espires. Lo entenderás, te pondrás tenso, muy tenso. Todo tu ser querrá espirar porque si no morirás. Si eliges, te meterás en un problema. Si no eliges, todo será fácil. Lo fácil es lo correcto.

Si el hombre se encuentra en un problema es debido a los muchos maestros que han envenenado su mente, que le han estado enseñando: "¡Elige esto! ¡No hagas esto, haz esto". Todas estas elecciones le han destruido. Y parecen lógicos. Si discutieras con ellos, ellos siempre tendrían razón. La lógica les apoya: "¡Mira, es tan simple! ¿Para qué espirar si espirar es morir?".

Y esto ha ocurrido, no sólo con la respiración..., o incluso con la respiración. Hay escuelas de yoga que dicen que tu vida se cuenta a través de la respiración; que tu vida no se cuenta por los años que vives sino por las veces que respiras; así que respira lentamente. Si respiras doce veces por minuto morirás pronto; así que respira seis veces, o mejor aún tres, vivirás más tiempo.

Nadie lo ha conseguido, pero la gente lo sigue intentando. Respira lentamente. ¿Por qué?; porque si respiras lentamente espirarás menos veces, así que cada vez estarás muriendo menos, o podrás vivir más tiempo. Pero lo único que ocurrirá será que perderás tus ganas de vivir. Y la vida no se prolongará, aunque lo parezca.




Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

martes, 26 de abril de 2022

LA VIDA NO ES LÓGICA


La vida no es lógica. La lógica es sólo una parte (por supuesto, muy clara, categorizada, encasillada, dividida) pero la vida es confusa. ¿Qué le vas a hacer? Es así. No es tan lineal, tan clara, tan dividida; es un caos. Pero la lógica está muerta y la vida está viva, así que la cuestión radica en, elegir la lógica, o bien elegir la vida. Si te inclinas demasiado hacia la lógica cada vez estarás más muerto, porque la lógica sólo es posible si abandonas su opuesto completamente. Entonces amas y solamente amas, y nunca te enfadas, nunca odias, nunca te peleas. Obedeces y solamente obedeces (nunca desobedeces, nunca te rebelas, nunca te vas. Pero entonces todo se paraliza, entonces la relación se envenena), y entonces te mata.

Sosan no está a favor de la lógica, está a favor de la vida. Ahora, trata de entender el significado de sus palabras, que dicen así:

El Gran Camino no es difícil
para aquellos que no tienen preferencias.
Cuando ambos, amor y odio, están ausentes
todo se vuelve claro y diáfano.
Sin embargo, haz la más mínima distinción,
y el cielo y la tierra se distancian infinitamente.
Si quieres ver la verdad,
no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.
La lucha entre lo que a uno le gusta
y lo que le disgusta
es la enfermedad de la mente.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

martes, 5 de abril de 2022

LOS OPUESTOS


En verdad, lo opuesto no es lo contrario. Es sólo un ritmo, el ritmo de lo mismo; obedeces y luego desobedeces; es sólo un ritmo. Porque si no, estar siempre solamente obedeciendo y obedeciendo hace que todo se vuelva monótono y sin vida. 

La monotonía es la naturaleza de la muerte, porque lo opuesto no está ahí. La vida está viva. Lo opuesto está ahí, hay un ritmo. Te vas, vuelves; te despides, llegas; desobedeces, y luego también obedeces; amas y odias. Así es la vida, pero no la lógica. La lógica dice que si amas no puedes odiar. Que si amas, ¿cómo vas a enfadarte? Si amas de esa forma amas de una forma monótona, siempre lo mismo. Pero entonces te pondrás tenso, te será imposible relajarte. La lógica cree en un fenómeno lineal: se mueve en una línea. La vida cree en círculos: la misma línea sube, baja y se convierte en un círculo. 

Seguramente habrás visto el símbolo chino del yin y el yang. La vida es así: el encuentro de los opuestos. Este círculo del yin y el yang es mitad blanco y mitad negro. En la parte blanca hay un punto negro, y en la parte negra hay un punto blanco. El blanco se mueve hacia el negro, y el negro se mueve hacia el blanco; es un círculo. La mujer moviéndose hacia el hombre, el hombre moviéndose hacia la mujer...: así es la vida. Y si lo observas minuciosamente, lo verás dentro de ti.

Un hombre no es un hombre las veinticuatro horas del día, no puede serlo; a veces es una mujer. Y una mujer no es una mujer las veinticuatro horas; a veces ella es también un hombre. Se trasladan a lo opuesto. Cuando una mujer se enfada ya no es una mujer; se vuelve más agresiva y más peligrosa que cualquier hombre, porque su masculinidad es más pura y además está sin usar. Así que cuando la usa, tiene una intensidad con la que ningún hombre puede competir. Es como un terreno que no ha sido usado durante muchos años: arrojas unas semillas, ¡y surge una abundante cosecha'.

A veces una mujer se vuelve hombre, y cuando lo hace ningún hombre puede competir con ella; se vuelve muy peligrosa, por lo que entonces es mejor que el hombre se rinda. Y eso es exactamente lo que hacen todos los hombres: se vuelven sumisos, se rinden. Porque el hombre tiene que convertirse inmediatamente en mujer, pues si no, habrá problemas. Dos espadas en el mismo lugar causarán problemas. Si la mujer se ha convertido en hombre, si ella ha cambiado el rol, inmediatamente el hombre se convierte en mujer. Así todo se restablece. Y de nuevo el círculo se completa.

Y siempre que un hombre se somete y se rinde, su rendición tiene una pureza con la que ninguna mujer puede competir; porque ordinariamente el hombre nunca adopta esta postura, este juego. Normalmente él se levanta y lucha. Normalmente él es voluntad, no sumisión. Pero cuando se rinde posee una inocencia con la que ninguna mujer puede competir. Mira a un hombre enamorado; se vuelve como un niño pequeño.

Pero es así como se mueve la vida. Y si lo entiendes ya no te preocupas en absoluto. Entonces sabes que aunque el amante se haya ido, volverá; que aunque la amada esté enfadada, te amará.

Entonces tienes paciencia. Con Aristóteles no puedes tener ninguna paciencia, porque si el amante se ha ido, se ha ido en un viaje lineal, sin regreso; no es un círculo. Pero en Oriente creemos en el círculo; por el contrario, en Occidente se cree en la línea. La mente occidental es lineal, la mente oriental es circular. Por eso en Oriente un amante puede esperar. Sabe que la mujer que le ha dejado volverá. De hecho ya está en camino, debe de estar arrepintiéndose, ya debe de haberse arrepentido, debe de estar viniendo; tarde o temprano llamará a la puerta. Sólo espera.,., porque lo opuesto está siempre presente.

Y siempre que una mujer vuelve, después del enfado, el Amor es nuevo. Ha dejado de ser una repetición. El intervalo de la ira ha destruido el pasado. Ahora ella es de nuevo una joven, una muchacha virgen. Se vuelve a enamorar otra vez; y todo se vuelve nuevo.

Si entiendes esto, entonces no estás en contra de nada. Entonces sabes que hasta la ira tiene su hermosura, que hasta una pelea de vez en cuando le da tono a la vida. Y que todo contribuye a su riqueza. Entonces aceptas, y cuando aceptas profundamente tienes paciencia, entonces no hay ni impaciencia ni prisa. Entonces puedes esperar, rezar, tener esperanza y soñar.

De otra forma, si la vida es lineal, como piensa Aristóteles o Bertrand Russell (dado que el pensamiento occidental se ha movido desde Aristóteles a Bertrand Russell), entonces la vida se vuelve muy impaciente. Nadie va a volver; entonces estás siempre temblando, con miedo, y empiezas a suprimir tus sentimientos. Entonces puede que estés con una mujer durante diez años o diez vidas, pero estarás con una extraña. Tú te controlas, ella se controla, y no hay encuentro.




Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

miércoles, 30 de marzo de 2022

CUANDO ELIGES DIVIDES


Cuando eliges, divides. Entonces dices: "Esto está bien, esto está mal". Y la vida es una unidad. La existencia no puede dividirse, la existencia es un profundo "unísono". Es unidad. Si dices: "esto es bonito y esto es feo", la mente ha entrado en escena, porque la vida es las dos cosas juntas. Lo bonito se vuelve feo, y lo feo se va haciendo bonito. No hay una línea divisoria; no se les puede poner en compartimentos separados. La vida va fluyendo de esto a aquello. El hombre tiene compartimentos fijos. 

La naturaleza de la mente es la fijación, y la fluidez es la naturaleza de la vida. Es por eso que la mente es obsesión; está siempre fija, es sólida. Y la vida no es tan sólida; es fluida, flexible, se mueve hacia lo opuesto. Algo está vivo en este momento y al siguiente está muerto.

Alguien era joven en ese momento, y al siguiente se ha hecho viejo. Esos ojos, que eran tan hermosos, han desaparecido; ahora son sólo ruinas. Ese rostro era tan lozano..., y ahora no queda nada, ni siquiera un fantasma. Lo bonito se vuelve feo, la vida se convierte en muerte, y la muerte vuelve a nacer de nuevo.
¿Qué vas a hacer con la vida? No puedes elegir. Si quieres estar con la vida, con la totalidad, tendrás que vivir sin elegir.

La mente es una elección. Aristóteles hizo de ella la base de su lógica y de su filosofía. No puedes encontrar un hombre más distante de Sosan que Aristóteles, porque Sosan dice: "Ni esto ni aquello, no elijas". Sosan dice: "Vive sin elegir". Sosan dice: "¡No hagas distinciones!". Desde el momento en que haces una sola distinción, desde el momento en que la elección aparece, ya estás dividido, fragmentado; has enfermado, no estás entero.

Recuerda, si le preguntas a un cristiano... Este realmente no sigue a Jesús, sino que básicamente sigue a Aristóteles. El cristianismo está basado más en Aristóteles que en Cristo. Jesús se parecía más a Sosan, pues dice: "¡No juzgues y no serás juzgado!"; dice: "No elijáis. No digáis: ¡Esto es bueno y esto es malo! Eso no os concierne. Dejad que la totalidad decida. No os convirtáis en jueces". Pero el cristianismo no está orientado hacia Jesús. Los fundadores del cristianismo fueron más aristotélicos que cristianos.

No se puede construir una Iglesia basándose en Sosan o en Jesús. ¿Cómo vas a poder levantar una Iglesia sin elegir? Una Iglesia tiene que estar a favor o en contra de algo; tiene que estar a favor de Dios y en contra del diablo. Y en la vida Dios y el diablo no son dos, son uno. El diablo es una cara y Dios es la otra cara de la misma energía; no son dos.

Unas veces se presenta como diablo y otras como Dios. Y si te fijas atentamente, descubrirás que son lo mismo. Unas veces se presenta en forma de ladrón y otras en forma de hombre ejemplar. Unas veces le encontrarás en lugares respetables y otras en lugares de perdición. Se mueve, él es un movimiento. Y para él ninguna costa está demasiado lejos, nadie está fuera de su alcance; se mueve entre todo el mundo.

Jesús no hace distinciones, pero el cristianismo sí, porque una religión tiene que hacerlas; una religión tiene que convertirse en algo moral. Y una vez que una religión se ha vuelto moral ya no es una religión. La religión es la cosa más osada que existe. Se necesita un gran valor para vivir sin elegir, porque la mente dice: "¡Elige!". La mente dice: "¡Di algo!" Esto está mal, esto está bien. Esto es bonito, esto es feo. Amo esto, odio aquello". La mente dice: "¡Decídete!".

La mente tiene la tentación de dividir. Una vez que divides, la mente se encuentra a sus anchas. Si no divides, si dices: "No voy a decir nada. No voy a juzgar", la mente se siente como en su lecho de muerte. Aristóteles dice que A es A y nunca puede ser no-A; los opuestos no se pueden encontrar. Sosan dice que no hay opuestos; que ya se han encontrado, que siempre han estado encontrándose.

Esta es una de las verdades más fundamentales de las que uno tiene que darse cuenta: que los opuestos no son opuestos. Tú eres el que dice que lo son, pero no lo son. Míralo existencialmente y sentirás que son la misma energía.

Tú amas a una persona...
Una mujer vino a verme y me dijo: "He estado casada durante diez años y mi marido y yo jamás hemos discutido por nada. Y ahora de repente, ¿qué es lo que ha pasado? Él me ha abandonado".
Ella pensaba que el hecho de que nunca se hubieran peleado, demostraba que estaban muy enamorados. Eso es absurdo; pero es aristotélico; la mujer es absolutamente lógica.

Ella me dijo: "Hemos estado casados durante diez años. Nunca hemos discutido ni nos hemos enfadado el uno con el otro. Estábamos tan enamorados que nunca nos peleábamos por ninguna razón. No tuvimos ni un sólo momento de disputa. Y en cambio ahora, ¿qué ha ocurrido? ¡De repente me ha dejado! ¿Se ha vuelto loco o qué? Nos adorábamos". Ella se equivoca.

Si el amor es tan grande tiene que haber alguna disputa. Algunas veces os peleareis. Y la lucha no destruirá el amor, sino que lo enriquecerá. Si hay amor, se enriquecerá al pelear; si no hay amor, entonces os alejareis, os separareis. Diez años es mucho tiempo; hasta veinticuatro horas es mucho tiempo para estar constantemente en un estado mental, porque la mente se mueve hacia lo opuesto. Amas a una persona pero a veces te enfadas. En realidad, sólo porque amas te puedes enfadar. ¡A veces odias! Algunas veces te sacrificarías por tu amante, y otras quisieras matarle. Y tú eres ambas cosas.

Que nunca os peleaseis durante esos diez años, sólo significa que no había ningún amor. Significa que no era una relación. Y que teníais mucho miedo a que cualquier enfado, cualquier conflicto, cualquier cosa sin importancia pudiera romperlo todo. Teníais tanto miedo, que nunca discutisteis. Nunca creísteis que el amor pudiera ser más profundo que la disputa, que la pelea pudiera ser momentánea y que después de ella cayerais uno en brazos del otro aún más profundamente. No, nunca confiasteis en eso. Por eso es que os las apañabais para no pelear. Y entonces no hay por qué sorprenderse de que el hombre se haya ido. Yo le dije: "Lo que a mí me sorprende es que haya sido capaz de estar contigo durante todos esos años. ¿Por qué razón?".

Una vez vino un hombre y me dijo: "Algo le pasa a mi hijo. Le conozco muy bien; y siempre ha sido obediente. No se puede encontrar un muchacho mejor que él. Jamás me ha desobedecido, nunca me ha contestado. Y ahora de repente se ha vuelto hippie. Ya no me escucha. Me mira como si ya no fuera su padre. Me mira como a un extraño. Siempre me había obedecido en todo. ¿Qué es lo que le ha ocurrido a mi hijo?".

No le ha ocurrido nada. Esto es lo que se debe esperar, porque si un hijo realmente ama a su padre también le desobedece. ¿A quién si no va a desobedecer? Si un hijo realmente ama a su padre y confía en él, también a veces le tiene que desobedecer; porque sabe que la relación es tan profunda que no se romperá por desobedecer. Por el contrario, se enriquecerá. Los opuestos se enriquecen.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

sábado, 26 de marzo de 2022

ESCUCHA, DEJA DE PENSAR


Una vez ocurrió que...Mulla Nasrudin volvía, completamente borracho, al amanecer. Y al pasar por el cementerio se fijó en un cartel, en el que estaba escrito con letras grandes: TOQUE LA CAMPANA PARA LLAMAR AL VIGILANTE; y eso es exactamente lo que hizo.

Al ser tan temprano, el vigilante se molestó. Salió tambaleándose y enfadado; y cuando vio a Nasrudin, absolutamente borracho, se enfadó más aún.
Le preguntó: "¿Pero por qué? ¿Por qué has tocado la campana? ¿Para qué me has despertado? ¿Qué pasa? ¿Qué quieres?". Nasrudin le miró un momento en silencio, luego se volvió hacia el cartel y le dijo: "Pues a mí me gustaría saber: ¿por qué me piden a mí que llame al vigilante?".

El cartel decía: TOQUE LA CAMPANA PARA LLAMAR AL VIGILANTE. Ahora bien, cómo lo interpretes, depende de ti.

No interpretes; escucha. Mientras interpretas no puedes escuchar, porque la consciencia no puede hacer dos cosas opuestas simultáneamente. Si empiezas a pensar, dejas de escuchar. Escucha como escuchas la música; con una forma de escuchar diferente, sin interpretar. No hay significados en los sonidos. Esto también es música. Sosan es un músico no un filósofo. Sosan no está diciendo palabras, está diciendo algo más, más que palabras. Sus palabras tienen un significado pero no significan nada. Son más bien como sonidos musicales. Ve y siéntate cerca de una cascada. Escuchas, pero ¿interpretas lo que la cascada dice? No dice nada... y aún así dice. Dice mucho, mucho que no puede ser dicho.

¿Qué haces cuando estás cerca de una cascada? La escuchas, te quedas quieto y en silencio, absorbes. Permites que la cascada vaya entrando cada vez más profundamente dentro de ti. Entonces todo se calma y se queda en silencio en tu interior. Te conviertes en un templo; lo desconocido entra a través de la cascada. ¿Qué haces cuando escuchas los cantos de los pájaros, o el viento pasando a través de los árboles, o las hojas secas cuando el viento se las lleva? ¿Qué haces? Simplemente escuchas.

Sosan no es un filósofo ni un teólogo ni un sacerdote. No quiere venderte ninguna idea, las ideas no le interesan. No está ahí para convencerte, simplemente florece. Es una cascada, una catarata, un viento soplando a través de los árboles, o tan sólo el canto de los pájaros; sin significado, pero con mucho sentido. Tienes que absorber este sentido, sólo entonces serás capaz de entender. Así que escucha pero no pienses. Entonces es posible que ocurran muchas cosas dentro de ti, porque quiero decirte que este hombre, Sosan, del que no se sabe casi nada, era un hombre de poder, un hombre que llegó a saber. Y cuando dice algo, trae algo de lo desconocido al mundo de lo conocido. Con él entra lo divino, un rayo de luz, en la oscuridad de tu mente.

Antes de que entremos en sus palabras recuerda su sentido, no lo que significan: la música, la melodía; no el significado literal; el sonido de su mente sin ningún sonido, su corazón, no su pensamiento. Tienes que escuchar a su ser, a la cascada.

¿Cómo escuchar? Sólo quédate en silencio. No metas tu mente en ello. No empieces a pensar: "¿Qué está diciendo?". Sólo escucha, sin decidir esto o aquello, sin decir si tiene razón o no, si es verdad o no, si te convence o no. A él no le importa tu convicción, a ti tampoco tiene por qué importarte. Simplemente escucha y disfrútalo. Las personas como Sosan son para deleitarse; son un fenómeno natural.

Una hermosa roca; ¿qué hacer con ella? Te deleitas en ella. La tocas, la recorres, sientes su musgo. ¿Qué haces con las nubes que se mueven en el cielo? Danzas sobre la tierra, las miras, o simplemente te tumbas y te quedas quieto; las miras y las dejas flotar. Te llenan. No solamente el cielo exterior; poco a poco, cuanto más en silencio te quedas, van llenando también tu cielo interior. De repente ya no estás ahí, sólo hay nubes moviéndose, adentro y afuera. La división desaparece, ya no hay ninguna delimitación. Te has convertido en cielo y el cielo se ha convertido en ti.

Trata a Sosan como a un fenómeno natural. Él no es un hombre: es Dios, el Tao, un buda.

Antes de que tratemos de entrar en su trascendencia, primero hay que entender algunas cosas. Te darán un empujón.

LA MENTE ES UNA ENFERMEDAD. Esta es una verdad básica que Oriente ha descubierto. Occidente dice que la mente puede enfermarse, o puede sanarse. La psicología occidental depende de esto: que la mente puede estar sana o enferma. Pero Oriente dice que la mente como tal es la enfermedad, que no puede estar sana. Ninguna terapia psiquiátrica puede servir de ayuda; como mucho puede hacer que esté normalmente enferma.

Así que en relación a la mente existen dos tipos de enfermedades: normalmente enferma (esto es, que tienes la misma enfermedad que otros a tu alrededor) o anormalmente enferma, que quiere decir que padeces algo único. Tu enfermedad no es algo ordinario; es excepcional. Tu enfermedad es algo individual, no colectivo; esta es la única diferencia. O normalmente enferma o anormalmente enferma, pero la mente no puede estar sana. ¿Porqué? Oriente dice que la propia naturaleza de la mente es tal que siempre estará enferma. La palabra "salud" es hermosa, procede de la misma raíz que la palabra "totalidad". Salud, curación, totalidad, sagrado o santo...: todas estas palabras proceden de la misma raíz.

La mente no puede estar sana porque nunca puede estar entera. La mente siempre está dividida; la división es su base. Si no puede estar íntegra ¿Cómo va a poder estar sana?, y si no puede estar sana ¿Cómo va ser sagrada? Todas las mentes son profanas. No existe cosa tal como una mente santa. Un hombre santo vive sin mente porque vive sin división.

La mente es la enfermedad. ¿Cómo se llama esta enfermedad? Su nombre es Aristóteles, o si prefieres que que realmente parezca una enfermedad puedes llamarla "aristotelitis". Así suena totalmente como una enfermedad. ¿Por qué es Aristóteles la enfermedad? Porque dice: "O esto o lo otro. ¡Elige!". Y elegir es la función de la mente; la mente no puede existir sin elegir.

Al elegir caes en la trampa, porque siempre que eliges lo haces en contra de algo. Si estás a favor de algo, tienes que estar en contra de algo; no puedes estar solamente a favor ni puedes estar totalmente en contra. Cuando el "a favor" entra, el "en contra" le sigue como una sombra. Cuando aparece el "en contra", el "a favor" aparece también; oculta o abiertamente.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet
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