jueves, 31 de marzo de 2022

¿ES EL VACIÓ LA FUENTE DE NUESTRO DESASOSIEGO?


 

¿CÓMO ESTAR SEGURO DE QUE TE AMARÉ TODA LA VIDA?


 

DE LA OBLIGACION, AL AMOR VOLUNTARIO


Los siguientes valores guía (solidaridad, reciprocidad y autonomía) te servirán para ubicar el amor en un sitio mejor y más gratificante. La ausencia de cualquiera de ellos hace insostenible cualquier relación, por más buena voluntad, que tengan los implicados.

Tercer valor: De la obligación, al amor voluntario

Las relaciones afectivas cuyo vínculo se instala exclusivamente sobre la base del deber y la obligación o cuando los deberes pesan mucho más que los derechos, se van agotando a sí mismas. Hay algo castrense en esto de la "imposición afectiva" que no deja de sorprenderme.

La relación amorosa no puede ser una exigencia. No se trata de estar con quien se debe estar, sino de estar quien se quiere estar.

Autonomía: del griego, autos (propio) y nomos (ley). Es decir, autogobierno, independencia personal con ayuda de la razón. ¿Cómo potenciar tu "yo" auténtico si no eres libre para querer lo que quieras y desear lo que deseas? Dos típicas manifestaciones del deber afectivo frustrado: Quisiera quererte o "Desearía desearte".

Así como el sentimiento amoroso no se obliga, tampoco puede imponerse a una persona vivir con alguien si no desea hacerlo o no le conviene. ¿Cómo estar seguro de que te amaré toda la vida? No puedo. ¿Cómo estar seguro de que nunca llegaré a desenamorarme, si el desamor no depende solamente de mí sino también de lo que tú hagas o intentes hacer conmigo? No digo que haya que fomentar una actitud laissez-faire y eliminar toda forma de convenio.

Como ya expliqué, los deberes son necesarios para cualquier tipo de convivencia, a lo que me opongo es a la exigencia de sacrificar la dignidad en nombre de los deberes adquiridos.

El deber razonable y bien concebido es un cimiento para el respeto, pero el deber inexorable e irracional tiende a justificar todo tipo de violaciones. Hay que convivir con el deber razonable y pasarle por encima al deber irracional.

¿Habrá mayor placer que amar con independencia? Al amor juramentado y vuelto a juramentar le falta espontaneidad. Mejor un amor sin gravámenes, sin la carga de los "debería", sin deudas adquiridas: "Quiero estar contigo porque me nace, con la menor cantidad posible de preceptos y disposiciones". El amor sano no es una tabla de mandamientos ni un listado de códigos, sino un proceso vital de descubrimiento y crecimiento personal. Amas a una persona cuando respetas su capacidad de crearse a sí misma.

Lipovetski, en su libro El crepúsculo del deber, dice: Lo que está en boga es la ética, no el deber imperioso en todas partes y siempre; estamos deseosos de reglas justas y equilibradas, no de la renuncia a nosotros mismos; queremos regulaciones no sermones, "sabios" o sabiondos; apelamos a la responsabilidad, no a la obligación de consagrar íntegramente la vida al prójimo, a la familia o a la nación, Entonces, en un amor inteligente y maduro, básicamente ético, la responsabilidad asumida libremente pesa más que el deber tajante, el querer amar, más que el deber amar.

Tu relación es libre y autónoma cuando:

• Puedes disponer de tu tiempo y tus cosas.

• Expresas tus puntos de vista cómodamente.

• Puedes desarrollar tus actividades tranquilamente.

• No debes pedir permiso.

• Las obligaciones no te asfixian.

• Tu pareja no te vigila.

• Sientes que creces como persona. No debes justificar y explicar cada comportamiento frente a tu pareja como si fuera un juez.

• Obras de acuerdo con tus decisiones.

• Puedes expresar el amor como quieras.

• Tu pareja escucha seriamente tus quejas.

No respeta tu autonomía, tu libertad y tu independencia quien te quita la posibilidad de actuar, querer o conocer de acuerdo con tu buen entender y parecer.



Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

miércoles, 30 de marzo de 2022

NO SON DOS, SON UNO


 

TRES COSAS QUE DEBERÍAN ESCUCHARSE


 

CUANDO ELIGES DIVIDES


Cuando eliges, divides. Entonces dices: "Esto está bien, esto está mal". Y la vida es una unidad. La existencia no puede dividirse, la existencia es un profundo "unísono". Es unidad. Si dices: "esto es bonito y esto es feo", la mente ha entrado en escena, porque la vida es las dos cosas juntas. Lo bonito se vuelve feo, y lo feo se va haciendo bonito. No hay una línea divisoria; no se les puede poner en compartimentos separados. La vida va fluyendo de esto a aquello. El hombre tiene compartimentos fijos. 

La naturaleza de la mente es la fijación, y la fluidez es la naturaleza de la vida. Es por eso que la mente es obsesión; está siempre fija, es sólida. Y la vida no es tan sólida; es fluida, flexible, se mueve hacia lo opuesto. Algo está vivo en este momento y al siguiente está muerto.

Alguien era joven en ese momento, y al siguiente se ha hecho viejo. Esos ojos, que eran tan hermosos, han desaparecido; ahora son sólo ruinas. Ese rostro era tan lozano..., y ahora no queda nada, ni siquiera un fantasma. Lo bonito se vuelve feo, la vida se convierte en muerte, y la muerte vuelve a nacer de nuevo.
¿Qué vas a hacer con la vida? No puedes elegir. Si quieres estar con la vida, con la totalidad, tendrás que vivir sin elegir.

La mente es una elección. Aristóteles hizo de ella la base de su lógica y de su filosofía. No puedes encontrar un hombre más distante de Sosan que Aristóteles, porque Sosan dice: "Ni esto ni aquello, no elijas". Sosan dice: "Vive sin elegir". Sosan dice: "¡No hagas distinciones!". Desde el momento en que haces una sola distinción, desde el momento en que la elección aparece, ya estás dividido, fragmentado; has enfermado, no estás entero.

Recuerda, si le preguntas a un cristiano... Este realmente no sigue a Jesús, sino que básicamente sigue a Aristóteles. El cristianismo está basado más en Aristóteles que en Cristo. Jesús se parecía más a Sosan, pues dice: "¡No juzgues y no serás juzgado!"; dice: "No elijáis. No digáis: ¡Esto es bueno y esto es malo! Eso no os concierne. Dejad que la totalidad decida. No os convirtáis en jueces". Pero el cristianismo no está orientado hacia Jesús. Los fundadores del cristianismo fueron más aristotélicos que cristianos.

No se puede construir una Iglesia basándose en Sosan o en Jesús. ¿Cómo vas a poder levantar una Iglesia sin elegir? Una Iglesia tiene que estar a favor o en contra de algo; tiene que estar a favor de Dios y en contra del diablo. Y en la vida Dios y el diablo no son dos, son uno. El diablo es una cara y Dios es la otra cara de la misma energía; no son dos.

Unas veces se presenta como diablo y otras como Dios. Y si te fijas atentamente, descubrirás que son lo mismo. Unas veces se presenta en forma de ladrón y otras en forma de hombre ejemplar. Unas veces le encontrarás en lugares respetables y otras en lugares de perdición. Se mueve, él es un movimiento. Y para él ninguna costa está demasiado lejos, nadie está fuera de su alcance; se mueve entre todo el mundo.

Jesús no hace distinciones, pero el cristianismo sí, porque una religión tiene que hacerlas; una religión tiene que convertirse en algo moral. Y una vez que una religión se ha vuelto moral ya no es una religión. La religión es la cosa más osada que existe. Se necesita un gran valor para vivir sin elegir, porque la mente dice: "¡Elige!". La mente dice: "¡Di algo!" Esto está mal, esto está bien. Esto es bonito, esto es feo. Amo esto, odio aquello". La mente dice: "¡Decídete!".

La mente tiene la tentación de dividir. Una vez que divides, la mente se encuentra a sus anchas. Si no divides, si dices: "No voy a decir nada. No voy a juzgar", la mente se siente como en su lecho de muerte. Aristóteles dice que A es A y nunca puede ser no-A; los opuestos no se pueden encontrar. Sosan dice que no hay opuestos; que ya se han encontrado, que siempre han estado encontrándose.

Esta es una de las verdades más fundamentales de las que uno tiene que darse cuenta: que los opuestos no son opuestos. Tú eres el que dice que lo son, pero no lo son. Míralo existencialmente y sentirás que son la misma energía.

Tú amas a una persona...
Una mujer vino a verme y me dijo: "He estado casada durante diez años y mi marido y yo jamás hemos discutido por nada. Y ahora de repente, ¿qué es lo que ha pasado? Él me ha abandonado".
Ella pensaba que el hecho de que nunca se hubieran peleado, demostraba que estaban muy enamorados. Eso es absurdo; pero es aristotélico; la mujer es absolutamente lógica.

Ella me dijo: "Hemos estado casados durante diez años. Nunca hemos discutido ni nos hemos enfadado el uno con el otro. Estábamos tan enamorados que nunca nos peleábamos por ninguna razón. No tuvimos ni un sólo momento de disputa. Y en cambio ahora, ¿qué ha ocurrido? ¡De repente me ha dejado! ¿Se ha vuelto loco o qué? Nos adorábamos". Ella se equivoca.

Si el amor es tan grande tiene que haber alguna disputa. Algunas veces os peleareis. Y la lucha no destruirá el amor, sino que lo enriquecerá. Si hay amor, se enriquecerá al pelear; si no hay amor, entonces os alejareis, os separareis. Diez años es mucho tiempo; hasta veinticuatro horas es mucho tiempo para estar constantemente en un estado mental, porque la mente se mueve hacia lo opuesto. Amas a una persona pero a veces te enfadas. En realidad, sólo porque amas te puedes enfadar. ¡A veces odias! Algunas veces te sacrificarías por tu amante, y otras quisieras matarle. Y tú eres ambas cosas.

Que nunca os peleaseis durante esos diez años, sólo significa que no había ningún amor. Significa que no era una relación. Y que teníais mucho miedo a que cualquier enfado, cualquier conflicto, cualquier cosa sin importancia pudiera romperlo todo. Teníais tanto miedo, que nunca discutisteis. Nunca creísteis que el amor pudiera ser más profundo que la disputa, que la pelea pudiera ser momentánea y que después de ella cayerais uno en brazos del otro aún más profundamente. No, nunca confiasteis en eso. Por eso es que os las apañabais para no pelear. Y entonces no hay por qué sorprenderse de que el hombre se haya ido. Yo le dije: "Lo que a mí me sorprende es que haya sido capaz de estar contigo durante todos esos años. ¿Por qué razón?".

Una vez vino un hombre y me dijo: "Algo le pasa a mi hijo. Le conozco muy bien; y siempre ha sido obediente. No se puede encontrar un muchacho mejor que él. Jamás me ha desobedecido, nunca me ha contestado. Y ahora de repente se ha vuelto hippie. Ya no me escucha. Me mira como si ya no fuera su padre. Me mira como a un extraño. Siempre me había obedecido en todo. ¿Qué es lo que le ha ocurrido a mi hijo?".

No le ha ocurrido nada. Esto es lo que se debe esperar, porque si un hijo realmente ama a su padre también le desobedece. ¿A quién si no va a desobedecer? Si un hijo realmente ama a su padre y confía en él, también a veces le tiene que desobedecer; porque sabe que la relación es tan profunda que no se romperá por desobedecer. Por el contrario, se enriquecerá. Los opuestos se enriquecen.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

martes, 29 de marzo de 2022

EL SABOR DE LA LIBERTAD


 

EL ZORRO MUTILADO


Fábula del místico árabe Sa’di:

Un hombre que paseaba por el bosque vio un zorro que había perdido sus patas, por lo que el hombre se preguntaba cómo podría sobrevivir. Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una presa en su boca. El tigre ya se había hartado y dejó el resto de la carne para el zorro.

Al día siguiente Dios volvió a alimentar al zorro por medio del mismo tigre. El comenzó a maravillarse de la inmensa bondad de Dios y se dijo a sí mismo: «Voy también yo a quedarme en un rincón, confiando plenamente en el Señor, y este me dará cuanto necesito».

Así lo hizo durante muchos días; pero no sucedía nada y el pobre hombre estaba casi a las puertas de la muerte cuando oyó una Voz que le decía: «¡Oh, tú, que te hallas en la senda del error, abre tus ojos a la Verdad! Sigue el ejemplo del tigre y deja ya de imitar al pobre zorro mutilado».

Por la calle vi a una niña aterida y tiritando de frío dentro de ligero vestidito y con pocas perspectivas de conseguir una comida decente. Me encolericé y le dije a Dios: «¿Por qué permites estas cosas? ¿Por qué no haces nada para solucionarlo?».

Durante un rato, Dios guardó silencio. Pero aquella noche, de improviso, me respondió: «Ciertamente que he hecho algo. Te he hecho a ti».


Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

lunes, 28 de marzo de 2022

ESTUDIARSE A SÍ MISMO


 

PLAN B: CUANDO LA VIDA NOS OBLIGA A CAMBIAR


Si un proyecto laboral, sentimental o incluso existencial fracasa, existe el riesgo de quedarnos paralizados o de que 
caigamos en las redes de la autocompasión. Para evitarlo, dentro de nuestra planificación conviene contemplar otras salidas y posibilidades a cada situación. Dicho de otro modo: un plan B que nos permita seguir avanzando aunque estemos obligados a variar nuestro rumbo.

Decía el dramaturgo Tom Stoppard que «toda salida es una entrada a otra parte», por lo que a menudo tras una crisis descubrimos que la alternativa que nos hemos visto obligados a tomar es mejor que el punto de partida. Algunos ejemplos:

• Un despido laboral puede promover un cambio de orientación profesional más satisfactorio o incluso una vía hacia el propio negocio.

• Una ruptura sentimental nos obliga a replantearnos qué persona necesitamos como compañero de vida.

• Una enfermedad superada favorece un cambio de hábitos para vivir con más energía, optimismo y vitalidad.

• Una discusión aporta un nuevo enfoque sobre cómo nos relacionamos con los demás.

• Una ruina económica nos enseña un modo diferente y sostenible de llevar nuestras finanzas.

Al final, lo importante no es tanto mantenernos fieles al plan inicial, sino movernos, evolucionar, ganar sabiduría y experiencia, dos divisas que nunca pierden valor.

Ingvar Kamprad: diseño y belleza para todos.

«Nuestra idea es servir a todo el mundo, incluidas las personas con poco dinero.»

Comenzó con la madera, pero para cerillas. De esta forma se iniciaba en el mundo de los negocios el sueco Ingvar Kamprad. Cuando aún era un niño, se dedicaba a comprar cerillas al por mayor en Estocolmo y las vendía en su pueblo a un precio que le permitía obtener el beneficio justo.

Esta mentalidad empresarial y su brillante expediente académico, que propició que su padre le diera una buena cantidad de dinero como recompensa, le llevaron a abrir a la edad de diecisiete años una pequeña tienda de muebles. La llamó IKEA, las iniciales de su nombre y apellido, y las iniciales de la granja donde vivía: Elmtaryd Agunnaryd.

En 1951 lanzó al mercado su primer catálogo. Dos años más tarde organizaba la primera exposición de productos Ikea.

Pero no todo fue sobre ruedas en su carrera profesional. Ante la imparable carrera de Kamprad, el gremio de vendedores de muebles suecos vieron en él una auténtica amenaza, por lo que presionaron a los proveedores para que dejaran de suministrar sus productos a Ikea, con lo que la marca fue excluida de las ferias más importantes del sector.

Fue en esta situación límite cuando el empresario tomó una decisión que cambiaría totalmente Ikea. Decidió diseñar y producir sus propios muebles y dirigirse al exterior tanto para obtener materias primas como para situar nuevos puntos de venta.

Comienza de esta forma el auge imparable de esta tienda de muebles, convertida en un conglomerado con cientos de establecimientos en multitud de países. Actualmente, el dueño de Ikea es una de las personas más ricas del mundo.

Como estamos viendo en este libro, todo éxito empresarial tiene un para qué, un sentido. En el caso de Ikea, una de las claves de su éxito fue la idea innovadora del mueble «listo para llevar». Kamprad pensó que si desmontaba el mueble ocuparía menos espacio, por lo que no era necesario un gran espacio para su almacenamiento. Esto se traducía en un ahorro considerable y, a su vez, en precios más competitivos para sus clientes. Además, el hecho de estar desmontado, permitía al cliente transportar a su casa el mueble recién comprado sin necesidad de que nadie hiciera este trabajo por él, lo que también suponía el ahorro del transporte.

Con su regla de oro «céntimo a céntimo», este empresario ha sabido derribar barreras y hacer frente a todo tipo de situaciones para lograr sacar a flote a su empresa.

No son pocos los que hablan de él como un hombre tacaño al que no le gusta malgastar el dinero, pese a ser una de las personas más ricas del mundo. Y no les falta razón: en su actual lugar de residencia, Suiza, usa el transporte público para desplazarse, cuando no conduce su Volvo de dieciocho años de antigüedad. Realiza los viajes en vuelos de bajo coste y se hospeda en hoteles baratos.

Para Kamprad, el ahorro es fundamental, regla que aplica al cien por cien en su empresa. «La gente comenta que soy tacaño pero no me importa. Sin embargo, me siento muy orgulloso de continuar las normas de nuestra empresa», dijo este singular empresario.

Otro de los rasgos que caracterizan al «Imperio Ikea» es su política de trabajo. Ikea es famoso por tener una política de incentivación del trabajo única. Con trabajadores motivados, la producción será de mucha más calidad.

En este sentido, Kamprad siempre ha admitido que «si hay algo bueno en el liderazgo es dar un buen ejemplo. Tengo que hacerlo por todos los empleados de Ikea».

Es por ello que Kamprad sabe cómo tratar a sus trabajadores y los considera su principal fuente de beneficios. Prueba de ello es que posee seis mandamientos que procura que sus empleados tengan muy en cuenta.

Los seis mandamientos del éxito según Ikea:

1. Sobre los errores: sólo mientras se duerme no se cometen errores.

2. Sobre la utilización del tiempo: divide tu vida en unidades de 10 minutos y sacrifica las menos posibles en actividades insignificantes.

3. Sobre la simplicidad: la burocracia complica y paraliza. La planificación en exceso es la principal causa de «muerte corporativa».

4. Sobre el cumplimiento: el saber que una tarea se ha terminado es la más efectiva pastilla para dormir.

5. Sobre la felicidad: la felicidad no está en alcanzar tu objetivo. La felicidad se encuentra en el camino hacia el objetivo. La palabra «imposible» ha sido borrada de nuestro diccionario.

6. Sobre Ikea: lo que es bueno para nuestros clientes, a largo plazo es bueno para nosotros.

ALGUNAS INSPIRACIONES DE INGVAR KAM PRAD:

«No tengo miedo de sobrepasar los ochenta y tengo muchas cosas que hacer. No tengo tiempo para morirme.»

«Yo soy austero y me siento orgulloso de serlo. La gente de Ikea no conduce coches llamativos ni se hospedan en hoteles lujosos.»

«Todo lo que ganamos lo necesitamos como reserva.»

«Deberíamos tener más mujeres en diversos puestos directivos, porque las mujeres son las que deciden casi todo en el hogar.»



Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet

domingo, 27 de marzo de 2022

TU SONRISA PUEDE CAUSARTE ALEGRÍA


 

AYUDAR A LOS DEMÁS


 

26. DIÁLOGO POR ALOJAMIENTO


Cualquier monje vagabundo puede quedarse en un templo zen 
siempre que proponga, y gane, un debate sobre budismo con los que viven en él.

En un templo situado al norte de Japón, vivían solos dos hermanos que eran monjes. El mayor era docto, pero el menor era estúpido y le faltaba un ojo.

Un buen día, un monje vagabundo llegó y pidió alojamiento, proponiendo a los hermanos un debate sobre la sublime enseñanza. El hermano mayor, cansado ese día de mucho estudiar, dijo al menor que ocupara su lugar. «Ve y propón que el diálogo se haga en silencio», le advirtió.

De modo que el joven monje y el forastero se dirigieron al oratorio y tomaron asiento.

Poco después, el viajero se levantó y fue hacia donde se encontraba el hermano mayor, al que dijo: «Tu hermano menor es fantástico. Me ha derrotado».

«Cuéntame cómo fue el diálogo», dijo el hermano mayor.

«Bien», explicó el viajero, «primero levanté un dedo, representando a Buda, el iluminado. Él levantó dos dedos, indicando a Buda y a sus enseñanzas. Levanté tres dedos, representando a Buda, sus enseñanzas y sus seguidores, llevando una vida armoniosa. Entonces agitó su puño cerrado frente a mi rostro, indicando que las tres cosas proceden de una realización única. Por tanto, ha ganado y no tengo derecho a quedarme». Tras decir esto, partió.

«¿Dóndes está ese tipo?», preguntó el hermano menor corriendo hacia su hermano mayor.

«Tengo entendido que ganaste el debate».

«No gané nada. Le voy a dar una paliza».

«Cuéntame el tema del debate», pidió el hermano mayor.

«Vaya, en cuanto me vio me levantó un dedo, insultándome al insinuar que tenía un solo ojo. Dado que era un forastero, pensé que debía ser cortés con él, de modo que levanté dos dedos, felicitándole porque tenía dos ojos. Entonces el muy miserable levantó tres dedos sugiriendo que entre los dos sólo teníamos tres ojos. De modo que me enfureció y empecé a darle puñetazos, pero se escapó corriendo y así acabó todo».



Extracto del libro:
Zen flesh. Zen bones
Paul reps y Nyogen senzaki
Fotografía de Internet

sábado, 26 de marzo de 2022

SABIDURÍA E INTELIGENCIA ATROFIADAS POR LA IRA


 

ESCUCHA, DEJA DE PENSAR


Una vez ocurrió que...Mulla Nasrudin volvía, completamente borracho, al amanecer. Y al pasar por el cementerio se fijó en un cartel, en el que estaba escrito con letras grandes: TOQUE LA CAMPANA PARA LLAMAR AL VIGILANTE; y eso es exactamente lo que hizo.

Al ser tan temprano, el vigilante se molestó. Salió tambaleándose y enfadado; y cuando vio a Nasrudin, absolutamente borracho, se enfadó más aún.
Le preguntó: "¿Pero por qué? ¿Por qué has tocado la campana? ¿Para qué me has despertado? ¿Qué pasa? ¿Qué quieres?". Nasrudin le miró un momento en silencio, luego se volvió hacia el cartel y le dijo: "Pues a mí me gustaría saber: ¿por qué me piden a mí que llame al vigilante?".

El cartel decía: TOQUE LA CAMPANA PARA LLAMAR AL VIGILANTE. Ahora bien, cómo lo interpretes, depende de ti.

No interpretes; escucha. Mientras interpretas no puedes escuchar, porque la consciencia no puede hacer dos cosas opuestas simultáneamente. Si empiezas a pensar, dejas de escuchar. Escucha como escuchas la música; con una forma de escuchar diferente, sin interpretar. No hay significados en los sonidos. Esto también es música. Sosan es un músico no un filósofo. Sosan no está diciendo palabras, está diciendo algo más, más que palabras. Sus palabras tienen un significado pero no significan nada. Son más bien como sonidos musicales. Ve y siéntate cerca de una cascada. Escuchas, pero ¿interpretas lo que la cascada dice? No dice nada... y aún así dice. Dice mucho, mucho que no puede ser dicho.

¿Qué haces cuando estás cerca de una cascada? La escuchas, te quedas quieto y en silencio, absorbes. Permites que la cascada vaya entrando cada vez más profundamente dentro de ti. Entonces todo se calma y se queda en silencio en tu interior. Te conviertes en un templo; lo desconocido entra a través de la cascada. ¿Qué haces cuando escuchas los cantos de los pájaros, o el viento pasando a través de los árboles, o las hojas secas cuando el viento se las lleva? ¿Qué haces? Simplemente escuchas.

Sosan no es un filósofo ni un teólogo ni un sacerdote. No quiere venderte ninguna idea, las ideas no le interesan. No está ahí para convencerte, simplemente florece. Es una cascada, una catarata, un viento soplando a través de los árboles, o tan sólo el canto de los pájaros; sin significado, pero con mucho sentido. Tienes que absorber este sentido, sólo entonces serás capaz de entender. Así que escucha pero no pienses. Entonces es posible que ocurran muchas cosas dentro de ti, porque quiero decirte que este hombre, Sosan, del que no se sabe casi nada, era un hombre de poder, un hombre que llegó a saber. Y cuando dice algo, trae algo de lo desconocido al mundo de lo conocido. Con él entra lo divino, un rayo de luz, en la oscuridad de tu mente.

Antes de que entremos en sus palabras recuerda su sentido, no lo que significan: la música, la melodía; no el significado literal; el sonido de su mente sin ningún sonido, su corazón, no su pensamiento. Tienes que escuchar a su ser, a la cascada.

¿Cómo escuchar? Sólo quédate en silencio. No metas tu mente en ello. No empieces a pensar: "¿Qué está diciendo?". Sólo escucha, sin decidir esto o aquello, sin decir si tiene razón o no, si es verdad o no, si te convence o no. A él no le importa tu convicción, a ti tampoco tiene por qué importarte. Simplemente escucha y disfrútalo. Las personas como Sosan son para deleitarse; son un fenómeno natural.

Una hermosa roca; ¿qué hacer con ella? Te deleitas en ella. La tocas, la recorres, sientes su musgo. ¿Qué haces con las nubes que se mueven en el cielo? Danzas sobre la tierra, las miras, o simplemente te tumbas y te quedas quieto; las miras y las dejas flotar. Te llenan. No solamente el cielo exterior; poco a poco, cuanto más en silencio te quedas, van llenando también tu cielo interior. De repente ya no estás ahí, sólo hay nubes moviéndose, adentro y afuera. La división desaparece, ya no hay ninguna delimitación. Te has convertido en cielo y el cielo se ha convertido en ti.

Trata a Sosan como a un fenómeno natural. Él no es un hombre: es Dios, el Tao, un buda.

Antes de que tratemos de entrar en su trascendencia, primero hay que entender algunas cosas. Te darán un empujón.

LA MENTE ES UNA ENFERMEDAD. Esta es una verdad básica que Oriente ha descubierto. Occidente dice que la mente puede enfermarse, o puede sanarse. La psicología occidental depende de esto: que la mente puede estar sana o enferma. Pero Oriente dice que la mente como tal es la enfermedad, que no puede estar sana. Ninguna terapia psiquiátrica puede servir de ayuda; como mucho puede hacer que esté normalmente enferma.

Así que en relación a la mente existen dos tipos de enfermedades: normalmente enferma (esto es, que tienes la misma enfermedad que otros a tu alrededor) o anormalmente enferma, que quiere decir que padeces algo único. Tu enfermedad no es algo ordinario; es excepcional. Tu enfermedad es algo individual, no colectivo; esta es la única diferencia. O normalmente enferma o anormalmente enferma, pero la mente no puede estar sana. ¿Porqué? Oriente dice que la propia naturaleza de la mente es tal que siempre estará enferma. La palabra "salud" es hermosa, procede de la misma raíz que la palabra "totalidad". Salud, curación, totalidad, sagrado o santo...: todas estas palabras proceden de la misma raíz.

La mente no puede estar sana porque nunca puede estar entera. La mente siempre está dividida; la división es su base. Si no puede estar íntegra ¿Cómo va a poder estar sana?, y si no puede estar sana ¿Cómo va ser sagrada? Todas las mentes son profanas. No existe cosa tal como una mente santa. Un hombre santo vive sin mente porque vive sin división.

La mente es la enfermedad. ¿Cómo se llama esta enfermedad? Su nombre es Aristóteles, o si prefieres que que realmente parezca una enfermedad puedes llamarla "aristotelitis". Así suena totalmente como una enfermedad. ¿Por qué es Aristóteles la enfermedad? Porque dice: "O esto o lo otro. ¡Elige!". Y elegir es la función de la mente; la mente no puede existir sin elegir.

Al elegir caes en la trampa, porque siempre que eliges lo haces en contra de algo. Si estás a favor de algo, tienes que estar en contra de algo; no puedes estar solamente a favor ni puedes estar totalmente en contra. Cuando el "a favor" entra, el "en contra" le sigue como una sombra. Cuando aparece el "en contra", el "a favor" aparece también; oculta o abiertamente.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

jueves, 24 de marzo de 2022

NO SOMOS UN NOMBRE Y APELLIDOS


 

EXPLORANDO EL VACÍO


A veces podríamos sentir una sensación interna de vacío. Cuando buscamos 
dentro, parece que no hay nada allí, por tanto nos distraemos con algo externo, como la comida o la televisión. Sin embargo, estas distracciones externas pasajeras, llenan el vacío de modo pasajero, capturan nuestra atención solo un momento. Cuando la distracción termina, vuelve el vacío.

¿Qué hay en el vacío que nos motiva a alejarnos de él? ¿En realidad es una mala sensación el vació? Cuando considera el significado literal de vacío, ¿cómo puede ser un problema? ¿Es posible que la ‘nada’ te haga daño? ¿En realidad es incomoda esa sensación de vacío o lo incomodo es la inquietud y la actividad de intentar distraerse o evitar el vació?

Esta es una distinción importante. Estamos acostumbrados a pensar que los sentimientos de carencia, vacío o la sensación de que falta algo, son problemáticos e incómodos. Pero, ¿es el vació la fuente de nuestro desasosiego? ¿O es nuestra reacción al vacío lo que ocasiona el malestar? 

Incluyendo las historias que nos hacemos y los juicios que emitimos en relación al hecho de sentir el vació.

No es nuestra culpa la tendencia de evitar la sensación de vacío. Lo aprendimos de todo aquel que nos rodea y hace lo mismo. De hecho, hay una buena razón para evitar sentir un vacío—la sensación de hambre—pues necesitamos comer cuando tenemos hambre. Sin embargo, muchas veces interpretamos la sensación de carencia como una necesidad de comer. ¿Alguna vez ha comido sin tener hambre, para intentar distraerse o aliviar un sentimiento? Es posible vivir las sensaciones de vacío y carencia, y descubrir que no son tan malas. Inténtelo usted mismo:

Ejercicio: ¿Qué sucedería ahora mismo si solo diese cabida a cualquier sensación que tenga de vacío, carencia o de no ser suficiente? ¿Son dolorosas esas sensaciones, o son solo sensaciones? Quizá haya algo en particular que siente carece: fuerza, energía, autoestima; falta de entusiasmo o interés; una sensación de no tener suficiente seguridad; o una sensación de que ahora mismo no hay alegría o felicidad. Y sin embargo, ¿las sensaciones que le dejan saber que estas cosas parecen faltar, son incomodas? ¿Qué sucede si solo deja que esas sensaciones estén presentes un momento?

Claramente, nos simplificaría la vida si no tuviésemos que hacer nada en relación a estos sentimientos de carencia. Dedicamos tanto esfuerzo, actividad y lucha interna para conseguir aquello que pensamos carecer. Pero ¿Qué tal si está bien carecer algo? ¿Qué tal si está bien simplemente sentir vacío? ¡Qué alivio! ¡Mucho menos por hacer! 

Aún más sorpresivo es descubrir que podemos disfrutar la sensación de vacío. Hay riqueza en el silencio, en la quietud, en el espacio en sí. Pasamos por alto la riqueza de los espacios de silencio interno. La mayoría de nosotros nos familiarizamos con ellos porque hemos estado evitándolos casi toda la vida. Igual que un catador de vinos puede hacer distinciones claras en el sabor y la calidad del vino, más que una persona que solamente haya probado el vino unas pocas veces, podemos convertirnos en catadores del vacío.

Quizá la mayor sorpresa es cuando descubrimos que precisamente aquello que sentimos carecer en una experiencia, podemos hallarlo justamente en el vacío en sí. Por ejemplo, si se siente débil, sin fortaleza y energía, y permanece presente a esa sensación de debilidad o carencia, puede notar una sensación más profunda y sutil de fortaleza apareciendo en el vacío.

La fortaleza, alegría, paz y amor que podemos encontrar en los espacios vacíos dentro de nosotros mismos, son mucho más sutiles que las emociones generadas por nuestros acostumbrados intentos de sentirnos fuertes, felices o amados. Sin embargo, cuando nos enfocamos en la fortaleza, alegría, paz o amor interno, la experiencia puede ser poderosa y real, a tal punto que supera nuestras expectativas. ¿Quién hubiese dicho que tras esa sensación de carencia, hallaríamos una infinita reserva de paz? ¡Qué sorpresa hallar alegría abundante bajo la sensación seca y vacía de falta de diversión!

Este principio—podemos hallar fortaleza, alegría, paz y amor dentro de la sensación de vacío y carencia—es una perspectiva nueva y radical.

Esta verdad solamente puede ser vista por completo sumergiéndose en sus experiencias de vacío. Ya que hacer esto va totalmente en contra de nuestro condicionamiento previo, debemos desarrollar el hábito de prestar atención a los sentimientos de vacío para poder descubrir las riquezas que allí nos esperan.

Esto sería más fácil de hacer si cada vez que dedicara atención a su sensación de vacío o carencia, de inmediato rebosara la sensación de paz o alegría. Pero la experiencia de vacío, como una cebolla, tiene muchas capas. Así que mientras se adentra a una sensación particular de vacío, puede encontrar un profundo sentido de fortaleza o amor, o podría descubrir una capa más profunda de condicionamiento. Inicialmente, la sensación de vacío o carencia puede empeorar. Al permitir la emoción de no ser suficiente, o de ser inadecuado, podrían surgir recuerdos dolorosos o una fuerte aversión a la sensación, lo cual dificulta mantener su atención en el vacío en sí. Cuando es distraído por algo o se evita la sensación de carencia, puede perder la oportunidad de descubrir algo más sobre la naturaleza de ese vacío, incluyendo cualquier cualidad sutil que pueda estar allí. Necesita desarrollar un nuevo hábito de permanecer con cada nueva capa de sensaciones y memorias, y posiblemente sensaciones más fuertes de vacío y carencia. Nada puede hacer para evocar los sentimiento de paz y alegría, únicamente permanecer con su experiencia, sea cual sea, hasta que surjan la paz y la alegría.



Extracto del libro:
Eso es eso
aka Nirmala
Fotografía tomada de internet

miércoles, 23 de marzo de 2022

EQUILIBRIO CONOCIMIENTO Y CONCIENCIA


 

PLANES


 

PROGRAMAR CADA ESCALA


Haz planes siempre con tiempo suficiente. No diluviaba 
cuando Noé empezó a construir el arca.

Richard C. Cushing

Cuanto más ambicioso sea el objetivo que nos hemos fijado, mayor debe ser nuestra preparación para el camino que tenemos por delante.

Independientemente del tesoro que aspiremos a alcanzar, hay una serie de factores que debemos considerar previamente a nuestro viaje:

1. Las cosas siempre se ven más fáciles antes de que las llevemos a cabo.

2. Si se trata de una inversión, debemos estar seguros de la misma y tener en cuenta el siguiente principio: cualquier persona aceptará nuestro dinero a cambio de bienes, pero lograr el intercambio en el sentido inverso es extremadamente difícil.

3. Una vez que has dado el paso, ya no hay vuelta atrás.

Además de estas tres leyes, al concretar nuestro plan de navegación debemos prever una reserva suficiente de recursos, así como un plan B para todas aquellas cosas que pueden salir mal.

Los secretos del guerrero interior

Así como los que libran guerras externas se procuran provisiones y armas para la lucha, adquirir la disposición de un guerrero interior nos puede ayudar a no desalentarnos antes de llegar a la meta:

• Definir los objetivos. Es inútil ponernos en camino si antes no clarificamos adónde queremos llegar. Tal vez la principal misión de nuestra vida sea justamente descubrir cuál es esta misión y entregarnos a ella sin demora.

• Conocer nuestros puntos fuertes y débiles. Cada guerrero tiene virtudes diferentes y debe diseñar su camino a partir de ellas. Asimismo, conocer las propias debilidades nos ayuda a perfeccionar los aspectos de nuestra personalidad que frenan nuestro progreso.

• Actuar de dentro hacia fuera. El guerrero debe marcarse metas interiores, pero, al mismo tiempo, salir al mundo para experimentar y aprender de él. Todos tenemos en el día a día ocasiones de descubrir, corregir errores y superarnos.

• Unir acción y pensamiento. Para no disipar nuestras fuerzas, nuestros pensamientos deben orientarse a la acción inmediata y no divagar sobre lo que podría haberse hecho o lo que queda por hacer. El guerrero actúa aquí y ahora, aprovechando las oportunidades que se le presentan.

• Comprometerse en cada pequeña batalla. Para lograr una gran meta hay que entregarse previamente a muchos pequeños objetivos. Cada uno de ellos exigirá toda nuestra energía. Sin lo pequeño no se llega a lo grande.

• No temer la derrota. Todo camino de superación está sembrado de fracasos más o menos sonados. El guerrero interior debe decidir si da media vuelta o los acepta como regalos de un viaje de superación y mejora personal.

• Estar dispuesto a morir. Dentro de una misma vida, hay momentos en los que debemos tener el valor de cerrar una etapa para dar nacimiento a otra nueva, con otras prioridades y objetivos.

Fluir con las dificultades

Cuando se afronta una etapa difícil, si fluimos con los acontecimientos sin juzgarlos ni desesperar, las dificultades se irán diluyendo y las oportunidades se multiplicarán.

Hay dos clases de actitudes respecto al flujo:

1. La de las personas que culpan de sus calamidades a todo lo que les rodea, como si vivieran en un campo minado.

2. Las que sacan partido de ese mismo tejido con el que está hecha la realidad, que tanto sirve para hacer una escalera como una cuerda para ahorcarse.

Las primeras no saldrán del fracaso hasta que no se gradúen las gafas —las de detrás de los ojos, que son las que cuentan—, ya que en última instancia el éxito depende de cómo la mente interpreta las experiencias cotidianas.

Antes de lanzarse a fluir es aconsejable, como los nadadores antes de entrar en la piscina, tomar una buena ducha que haga caer todos los prejuicios, ideas preconcebidas y autolimitaciones que vamos cargando por el mundo. Sólo así, ligeros de equipaje, podremos navegar por los rápidos de la vida.



Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet
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