miércoles, 30 de septiembre de 2020

¿ADICTOS A LOS OBJETOS?


 

ARMONÍA



A pesar de su tradicional proceder, el Maestro no sentía un excesivo respeto por las normas y las tradiciones. En cierta ocasión surgió una disputa entre un discípulo y su hija, porque aquél insistía en que ésta se ajustara a las normas de su religión para elegir a su futuro marido. El maestro se puso inequívocamente del lado de la muchacha. Cuando el discípulo le manifestó la sorpresa que le producía el que un santo actuara de aquella manera, el Maestro le dijo: Debes comprender que, al igual que la música, la vida está hecha de sentimiento y de instinto, más que de normas.



Anthony de Mello 
Fotografía tomada del internet

martes, 29 de septiembre de 2020

ACTITUD GRANDE


 

OPINIÓN O RAZÓN


 

UN CUENTO SOBRE LAS DIFERENCIAS APARENTES


Cuatro viajero provenientes de distintos países que seguían la misma ruta juntaron el poco dinero que tenían para comprar comida.

-El persa dijo: comparemos angur.

-El árabe contestó: no, yo quiero inab.

-El turco no estuvo de acuerdo y exclamó: de eso nada, yo comeré uzum.

-El griego protestó diciendo: lo que compraremos será stafil.

Como ninguno sabía lo que significaban las palabras de los demás, comenzaron a pelear entre sí.

Tenían información, pero carecían de conocimiento.

Pasó por allí un hombre que dijo:

-Yo puedo satisfacer el deseo de todos ustedes, denme su dinero.

Los viajeros accedieron a la solicitud del recién llegado. Al cabo de un rato, el hombre regresó con aquello que todos habían mencionado sin saber que se referían a lo mismo: uvas.




Del libro:
Los 120 mejores cuentos
de las tradiciones espirituales de oriente
Recopilación de Ramiro Calle y Sebastián Vázquez
Fotografía tomada de internet

lunes, 28 de septiembre de 2020

PERDER EL MOMENTO PRESENTE


 

CARISMA



El discípulo era judío. ¿Qué es lo que debo hacer para ser aceptable a Dios?, preguntó. ¿Y cómo voy a saberlo yo? Respondió el Maestro. Tú Biblia dice que Abraham practicaba la hospitalidad y que Dios estaba con él. Que a Elías le encantaba orar y que Dios estaba con él.

Que David gobernaba un reino y que Dios también estaba con él. ¿Y tengo yo alguna forma de saber cuál es la tarea que se me ha asignado? Sí. Trata de averiguar cuál es la más profunda inclinación de tu corazón, y síguela.



Anthony de Mello 
Fotografía tomada del internet

domingo, 27 de septiembre de 2020

LA VERDADERA COMPASIÓN


 

VIGILANCIA



¿Hay algo que yo pueda hacer para llegar a la iluminación? 
-Tan poco como lo que puedes hacer para que amanezca por las mañanas. 

Entonces, ¿para qué valen los ejercicios espirituales que tú mismo recomiendas? 
-Para estar seguro de que no estáis dormidos cuando el sol comienza a salir.



Anthony de Mello 
Fotografía tomada del internet

sábado, 26 de septiembre de 2020

MILAGROS



Milagros Un hombre recorrió medio mundo para comprobar por sí mismo la extraordinaria fama de que gozaba el Maestro."¿Qué milagros ha realizado tu Maestro?", le preguntó a un discípulo. "Bueno, verás...  hay milagros y milagros. En tu país se considera un milagro el que Dios haga la voluntad de alguien. Entre nosotros se considera un milagro el que alguien haga la voluntad de Dios"



Anthony de Mello 
Fotografía tomada del internet

OBJETO-SUJETO


 

viernes, 25 de septiembre de 2020

YO SOY LA MEDITACIÓN



Imagen tomada de:
https://www.eltallerdelalma.com/

¿QUE ESTÁS DICIENDO?



El Maestro imprime su sabiduría en el corazón de sus discípulos, no en las páginas de un libro. El discípulo habrá de llevar oculta en su corazón esta sabiduría durante treinta o cuarenta años, hasta encontrar a alguien capaz de recibirla. Tal era la tradición del Zen. 

El Maestro Zen Mu-nan sabía que no tenía más que un sucesor: su discípulo Shoju. Un día le hizo llamar y le dijo: «Yo ya soy un viejo, Shoju, y eres tú quien debe proseguir estas enseñanzas. Aquí tienes un libro que ha sido transmitido de Maestro a Maestro durante siete generaciones. Yo mismo he añadido al libro algunas notas que te serán de utilidad. Aquí lo tienes. Consérvalo como señal de que eres mi sucesor». 

«Harías mejor en guardarte el libro», replicó Shoju. «Tú me transmitiste el Zen sin necesidad de palabras escritas y. seré muy dichoso de conservarlo de este modo». «Lo sé, lo sé ...» dijo con paciencia Mu-nan. «Pero aun así el libro ha servido a siete generaciones y también puede ser útil para ti. De modo que tómalo y consérvalo». 

Se hallaban los dos hablando junto al fuego. En el momento en que los dedos de Shoju tocaron el libro, lo arrojó al fuego. 

No le apetecían nada las palabras escritas. Mu-nan; a quien nadie había visto jamás enfadado, gritó: «¿Qué disparate estás haciendo?». 

Y Shoju le replicó: «¿Qué disparate estás diciendo?». 

El Guru habla con autoridad de lo que él mismo ha experimen­tado. Nunca cita un libro.




Del libro:
Anthony de Mello 
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

miércoles, 23 de septiembre de 2020

GRAN FORTUNA O MALA SUERTE

 

EL GATO Y LA CARNE



Un hombre tenía una mujer de carácter desabrido, sucia y mentirosa, que derrochaba todo lo que su marido traía a la casa. Un día, este hombre, que era muy pobre, compró carne para obsequiar a sus invitados. Pero la mujer se la comió a escondidas, rociándola con un poco de vino. En el momento de la comida, el hombre le dijo: 

«¡Los invitados están aquí! ¿Dónde está la carne y el pan? ¡Sirve a mis invitados! 

—El gato se ha comido toda la carne, respondió la mujer. ¡Vuelve a comprar, si quieres!». 

El hombre tomó entonces al gato y lo pesó en una balanza. Encontró que el animal pesaba cinco kilos. Exclamó: 

«¡Oh, mujer mentirosa! ¡La carne que he comprado pesaba también cinco kilos! Si acabo de pesar el gato, ¿dónde está la carne? Pero si es la carne lo que acabo de pesar, entonces ¿adónde ha ido a parar el gato?». 




150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

martes, 22 de septiembre de 2020

¿A QUÉ DISTANCIA ESTA DELHI?

 


16.LO DIFÍCIL I.



La Práctica del Budismo Zen, que consiste en seguir las Instrucciones, es aparentemente fácil porque se trata de una atención constante sobre asuntos conocidos y cotidianos. Esta atención consciente sobre el cuerpo y la mente desarrolla un estado de alerta de manera que el autoengaño al que nos somete nuestro Ego, es identificado inmediatamente impidiendo los automatismos del Egorobot, que no pudiendo invadir la consciencia, no puede robarnos la vida.

Para ello hay que contar con energía y para disponer de ella, hay que ahorrarla de las fugas en entretenimientos y distracciones superficiales no conducentes al Despertar. El Zen no puede practicarse con las energías que quedan, “las escurriduras”, después de un día agotador al servicio del Ego. Es infantil pretender recuperarse del estrés sin suprimir las causas que le producen. No hay nada misterioso en esto.

La desactivación de la consciencia egótica o superficial, va a ser el resultado de una Concentración poderosa en lo que estamos haciendo en cada momento pero esto no es siempre posible en los primeros años del adiestramiento. Sin embargo, en poco tiempo aprendemos a identificar el funcionamiento del Ego y con sólo advertirlo, con sólo sorprenderle, se enfría. Poco después aprendemos a “cortar” todo inicio de su actividad en forma de pensamiento, deseo, ilusión, proyecto, previsión… que nos saque del momento presente. El abandono inmediato de esta tendencia de despreciar el presente a favor del pasado y del futuro que hemos de considerar una costumbre tan difícil de abandonar como cualquier adicción, es el logro consiguiente a la experiencia del abandono y desapego de muchos momentos en los que descubrimos la abundante ocupación de nuestras existencias en lo superfluo. ( Ver las Seis Disciplinas de Daidoji al final del libro) El hecho de “cortar” con frecuencia es un descondicionamiento continuado.



Bibliografía: 
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet

lunes, 21 de septiembre de 2020

UNA NOTA DE SABIDURÍA



Nadie supo lo que fue de Kakua después de que éste abandonara la presencia del Emperador. Sencillamente, desapareció. 

He aquí la historia: 

Kakua fue el primer japonés que estudió Zen en China. No viajaba en absoluto. Lo único que hacía era meditar asiduamente. 

Cuando la gente le encontraba y le pedía que predicara, él decía unas cuantas palabras y se marchaba a otro lugar del bosque, donde resultara más difícil encontrarle. 

Cuando Kakua regresó al Japón, el Emperador oyó hablar de él y le hizo llegar su deseo de que predicara Zen ante él y toda su corte. Kakua acudió y se quedó en silencio frente al Emperador. Entonces sacó una flauta de entre los pliegues de su vestido y emitió con ella una breve nota. Después hizo una profunda inclinación ante el rey y desapareció. 

Dice Confucio: «No enseñar a un hombre que está dispuesto a aprender es desaprovechar a un hombre. Enseñar a quien no está dispuesto a aprender es malgastar las palabras».


Del libro:
Anthony de Mello 
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

¿A QUÉ EDAD TIENES QUE LLEGAR?


 

domingo, 20 de septiembre de 2020

EL REINO DE DIOS


 

TOLERANCIA


El aliento ártico enrosca las montañas,
Haciendo castañetear los huesos del bosque.
Las gotas se aferran de las ramas:
Adornos enjoyados arrojados a la tierra.

Los árboles pierden sus hojas en invierno. Algunos árboles pueden incluso caer durante las tormentas, pero la mayoría resiste pacientemente y aguanta su suerte.

Soportan la lluvia, la nieve, el viento y el frío. Resisten sin preocuparse el adorno de gotas de lluvia como glicerina, trémulos carámbanos de hielo, o coronas de nieve. No les importa cuando tal lustroso esplendor es estrellado contra el suelo. Resisten y esperan, el poder de su crecimiento aparentemente dormido. Pero por dentro, un florecimiento se construye imperceptiblemente.

Suya es la tolerancia de ser fieles a su naturaleza interna. Es con ese poder que resisten tanto las vicisitudes como los adornos de la vida, porque ni la mala fortuna ni la buena suerte alterarán lo que son. Nosotros deberíamos ser del mismo modo. Puede que tengamos una gran fortuna o mala suerte, pero deberíamos cargar con ambas pacientemente. Sin importar qué suceda, siempre debemos ser fieles a nuestro yo interior.


Extracto del libro:
365 Meditaciones Tao
Fotografía tomada de internet

sábado, 19 de septiembre de 2020

PREPARÁNDONOS PARA VIVIR

 


TODO LO QUE HEMOS BUSCADO


 

EL ESCOZOR DEL DERVICHE.


Estaba pacíficamente sentado un derviche a la orilla de un río cuando un transeúnte que pasó por allí, al ver la parte posterior de su cuello desnudo, no pudo resistir la tentación de darle un sonoro golpe. Y quedó encantado del sonido que su golpe había producido en el cuello del derviche, pero éste se dolía del escozor y se levantó para devolverle el golpe. 

«Espera un momento», dijo el agresor. «Puedes devolverme el golpe si quieres, pero responde primero a la pregunta que quiero hacerte: ¿Qué es lo que ha producido el ruido: mi mano o tu cuello? 

Y replicó el derviche: «Respóndete tú mismo. A mí, el dolor no me permite teorizar. Tú puedes hacerlo porque no sientes lo mismo que yo». 

Cuando se experimenta lo divino, se reducen considerablemente las ganas de teorizar. 




Del libro:
Anthony de Mello 
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

miércoles, 16 de septiembre de 2020

DESPERTAR


 

EL CIELO AZUL MÁS ALLÁ DE LAS NUBES



Más allá del miedo, del sufrimiento, de la violencia, de la desesperación y de la confusión que afectan a nuestra sociedad, el cielo nunca deja de resplandecer. A veces, el cielo se nos muestra completamente azul, mientras que, en otras ocasiones, solo vemos un pedacito y, en otras, parece haber desaparecido. Y, de la misma manera que la niebla, las nubes o las tormentas ocultan el cielo azul, el Reino de los Cielos puede parecer también oculto tras las nubes de la ignorancia o la tempestad del enfado, la violencia y el miedo. Pero la plena consciencia nos ayuda a cobrar conciencia de que, por más nublado, brumoso o tormentoso que sea al día, el cielo azul siempre se halla presente más allá de las nubes. Su simple recuerdo impide que nos hundamos en la desesperación. 

Mientras predicaba en el desierto de Judea, Juan el Bautista conminaba a la gente a arrepentirse «porque el Reino de Dios está cerca». Yo entiendo el término “arrepentirse” como detenerse. Lo que Juan quería decir era que dejásemos de implicarnos en actos de violencia, apego y odio. Arrepentirse significa, en suma, despertar y ser consciente de que el miedo, el enfado y el apego están ocultando el cielo azul. 

Arrepentirse también significa empezar de nuevo. Para ello, hay que admitir nuestras transgresiones y bañarnos en las aguas claras de la enseñanza espiritual que afirma la necesidad de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. También debemos comprometernos a desprendernos de todo nuestro odio, resentimiento y orgullo y empezar de nuevo con una mente fresca y un corazón renovado dispuestos a mejorar. Esta enseñanza, que cuadra perfectamente con la doctrina budista, fue lo que Jesús empezó a predicar después de ser bautizado por Juan. 

Si sabemos cómo transformar nuestra desesperación, violencia y miedo, el inmenso cielo azul no solo se nos revelará a nosotros, sino a todos los que nos rodean. Todo lo que hemos estado buscando –incluida la Tierra Pura, el Reino de Dios y nuestra naturaleza búdica– puede ser encontrado en el momento presente. Es posible llegar a percibir, aquí y ahora, el Reino de Dios con nuestros ojos, nuestros pies, nuestros brazos y nuestra mente. Cuando estamos concentrados y nuestra mente y cuerpo devienen uno, solo tenemos que dar un paso para entrar en el Reino de los Cielos. Cualquier cosa que tocamos, cuando prestamos atención y somos libres, mora en el Reino de los Cielos, independientemente de que se trate de la nieve o de las hojas de un roble. Y todo lo que entonces escuchamos –el canto de los pájaros, el silbido del viento– pertenece también al Reino de los Cielos. 

La condición indispensable para conectar con el Reino de Dios consiste en liberarnos del miedo, la desesperación, el enfado y el apego. 

La práctica de la plena consciencia nos permite reconocer la presencia de la nube, la niebla y la tormenta sin olvidarnos, no obstante, del cielo azul que se oculta detrás de ellos. Tenemos suficiente inteligencia, valor y estabilidad para contribuir a que el cielo azul se nos revele de nuevo en todo su esplendor. 

«¿Qué puedo hacer –me pregunta la gente– para contribuir a poner de manifiesto el Reino de los Cielos?». Esa es una pregunta sumamente práctica, que muchos nos hemos formulado y que equivale a preguntar: «¿Qué puedo hacer para reducir la violencia y el miedo que sobrecogen a nuestra comunidad y a la sociedad en su conjunto?». 

Cualquier paso que demos con estabilidad, solidez y libertad puede contribuir a despejar el cielo de la desesperación. Cuando cientos de personas caminamos juntas conscientemente, produciendo la energía de la solidez, la estabilidad, la libertad y la alegría, estamos ayudando a nuestra sociedad. Cuando sabemos cómo mirar con ojos compasivos a los demás y cómo sonreírles con el espíritu de la comprensión, estamos contribuyendo a que el Reino de los Cielos se manifieste. Y cuando respiramos conscientemente, también estamos contribuyendo a que se revele la Tierra Pura. En cualquier momento de nuestra vida cotidiana, siempre cabe la posibilidad de hacer algo para contribuir a que el Reino de Dios se manifieste. No te dejes vencer por la desesperación. Puedes hacer un buen uso de todos y cada uno de los instantes de tu vida cotidiana. 

Cuando actuamos como una comunidad de practicantes, imbuidos con la energía de la plena consciencia y la compasión, somos más poderosos porque, al formar parte de una comunidad espiritual, contamos con mucha más alegría y podemos resistir mejor la tentación de rendirnos a la desesperación. La desesperación es la gran tentación de nuestra época. Aislados, somos vulnerables y tenemos miedo. Si somos una pequeña gota de agua y tratamos de aproximarnos al océano, nos evaporaremos antes de llegar siquiera. Pero si nos acercamos como lo hace un río, es decir, si lo hacemos como una colectividad, acabaremos llegando con toda seguridad al océano. Si vamos acompañados de una comunidad que nos brinda su apoyo y nos recuerda la existencia del cielo azul, nunca perderemos nuestra fe y el miedo acabará disolviéndose. Con independencia de que seamos líderes políticos, empresarios, trabajadores sociales, padres o profesores, todos podemos servirnos de algo que nos recuerde que el cielo azul sigue siempre con nosotros. Todos necesitamos una comunidad o sangha que impida que nos hundamos en la ciénaga de la desesperación. 




Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet

martes, 15 de septiembre de 2020

LA LEY DEL ESFUERZO INVERTIDO


 

TOMÁS DE AQUINO DEJA DE ESCRIBIR



Cuentan las crónicas que Tomás de Aquino, uno de los teólogos más portentosos de la historia, hacia el final de su vida dejó de Pronto de escribir. Cuando su secretario se le quejaba de que su obra estaba sin concluir, Tomás le replicó: «Hermano Reginaldo, hace unos meses, celebrando la liturgia, experimenté algo de lo Divino. Aquel día perdí todas las ganas que tenía de escribir. En realidad, todo lo que he escrito acerca de Dios me parece ahora como si no fuera más que paja». 

¿Cómo puede ser de otra manera cuando el intelectual se hace místico? 

Cuando el místico bajó de la montaña se le acercó. el ateo, el cual le dijo con aire sarcástico: 

«¿Qué nos has traído del jardín de las delicias en el que has estado?». 

Y el místico 'le respondió: «En realidad tuve intención de llenar mi faldón de flores para, a mi regreso, regalar algunas de ellas a mis amigos. Pero estando allí, de tal forma me embriagó la fragancia del jardín que hasta me olvidé del faldón». 

Los Maestros de Zen lo expresan más concisamente: «El que sabe no habla. El que habla no sabe».




Del libro:
Anthony de Mello 
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

lunes, 14 de septiembre de 2020

VIVIR EN EL MOMENTO


 

¿TODAVÍA TIENES ESO EN MENTE?



Una mañana, una monja budista acudió a visitar al Maestro chan Chao Chou y le preguntó cuál era el significado del «misterio más profundo de todos los misterios». Chao Chou le dio un pellizco como respuesta, la monja se indignó mucho ante este descarado comportamiento. 

-¿Todavía tienes eso en mente?-exclamó. 

-No -clamó el Maestro-. ¡Eres tú quien todavía tienes eso en mente! 

Comentario: «El misterio más profundo de todos los misterios» constituye el principio más importante y elevado de todas las enseñanzas. Es la esencia del logro de la naturaleza del verdadero yo. A través de su pellizco, Chao Chou impulsó a la monja a comprender el hecho de que el misterio más profundo para ella era su propia naturaleza, su cuerpo, su ser. Al decir «todavía tienes eso en mente», demostró su error de dividir a las personas en hombres y mujeres, así como otras cosas en dos mitades opuestas. Alguien que hubiera alcanzado la plena realización no podría haber tenido ningún concepto opuesto de dualidad en su mente. Así pues, la mente iluminada no hace ninguna discriminación entre hombre y mujer. Chao Chou demostró la imposibilidad de alcanzar el misterio cuando se mantienen en la mente dos partes opuestas de la dualidad. Los maestros chan del pasado eran aficionados a decir: «Una mente pura producirá una tierra pura.» 

Quienes buscan desde dentro alcanzan instantáneamente la compresión del «misterio más profundo de todos los misterios».


Extracto tomado del libro:
100 Koans del budismo Chan
Alexander Holstein
Imágenes tomadas del Internet

domingo, 13 de septiembre de 2020

EXCESOS EN LA POSESIÓN DE...


 

¿POR QUÉ ESTOY SIEMPRE FANTASEANDO SOBRE EL FUTURO?



Pregunta 15:
¿Por qué estoy siempre fantaseando sobre el futuro?

Osho:
Todo el mundo lo hace. La mente humana como tal es una facultad para la fantasía. A menos que llegues más allá de la mente, seguirás fantaseando. La mente no puede existir en el presente; sólo puede existir en el pasado o en el futuro. No puede existir en el presente. Estar en el presente significa estar sin mente.

Inténtalo. Si se da un momento de silencio en el que no cruza ningún pensamiento por tu ser, por tu consciencia —cuando la pantalla de la consciencia está completamente nítida—, de repente estás en el presente. Ése es el momento, el momento real, el momento de la realidad, de la verdad. Entonces no hay ni pasado ni futuro.

El tiempo se suele dividir en estos tres tiempos verbales: pasado, presente y futuro. Esta división es errónea, carece de base científica, porque el presente no forma parte del tiempo. Sólo forman parte del tiempo el pasado y el futuro. El presente va más allá del tiempo; es la eternidad.

El pasado y el futuro sí forman parte del tiempo. El pasado es lo que ya no es, y el futuro lo que aún no es. Los dos son no existenciales. El presente es aquello que es. Lo existencial no puede formar parte de lo no existencial. Nunca coinciden, nunca se entrecruzan.

Y el tiempo es la mente; el pasado acumulado: en eso consiste tu mente.

¿Qué es tu mente? Analízala, indaga en ella. ¿Qué es? Simplemente la acumulación de tus experiencias pasadas. Tu mente es como un manto, como un paraguas que protege tu pasado, nada más. Si poco a poco vas sacando tu pasado de ese envoltorio, el envoltorio desaparecerá.

Si el pasado es la única realidad para la mente, ¿qué puede hacer esa mente? Una posibilidad consiste en darle vueltas y más vueltas al pasado. Eso es lo que llamamos recuerdos, nostalgia. Retrocedes sin cesar, una y otra vez, a los momentos pasados, a los momentos bonitos, felices. Son muy escasos, pero te aferras a ellos. Evitas los momentos feos, tristes.

Pero no lo puedes hacer continuamente, porque es inútil; esa actividad no parece tener sentido. Por eso la mente crea una actividad «significativa»; en eso consiste fantasear sobre el futuro.

La mente te dice: «Sí, el pasado era bueno, pero se acabó; ya no puedes hacer nada. Pero sí puedes hacer algo con el futuro porque aún no ha llegado». Por eso eliges de tus experiencias pasadas las que te gustaría repetir, y te olvidas de las tristes, las dolorosas, las que no quieres repetir en el futuro. Fantasear con el futuro no es sino modificar el pasado, un pasado más adornado, más agradable, menos doloroso, más placentero. Así funciona tu mente, y así te pierdes la realidad.

La meditación sencillamente supone unos momentos en los que no funcionas con la mente, unos momentos en los que te escapas de esa mente. Te introduces en la realidad, en lo que es. Esos momentos existenciales producen tal éxtasis que en cuanto los pruebas dejas de fantasear.

Seguirás fantaseando a menos que empieces a probar la meditación. A menos que te alimentes de la meditación, seguirás pasando hambre y anhelando la comida del futuro. Y sabes que el futuro no te va a traer ese alimento, porque hoy era el futuro hace un día. Ayer, hoy era el futuro, y estabas fantaseando sobre él. Ahora está aquí. ¿Qué ocurre? ¿Eres feliz? Ayer también era el futuro en cierto momento. El pasado era un cierto momento parte del futuro, y se ha ido, como también se irá el futuro. Te estás engañando con tanto fantasear.

Intenta ser más consciente y llevar tu consciencia a los hechos de la existencia. Mira esa flor concreta, no pienses en ella. Escucha esta palabra que estoy pronunciando ahora, no la palabra que voy a pronunciar. Fíjate en el aquí y el ahora. Si lo aplazas incluso un segundo, te lo perderás todo, y entonces se convertirá en una costumbre, en un hábito arraigado. Mañana también te lo perderás, y pasado mañana, porque tú seguirás igual. No sólo eso; la costumbre de fantasear se fortalecerá.



Bibliografía: 
Alegría: Osho
Fotografía tomada de internet

sábado, 12 de septiembre de 2020

NO OFREZCA RESISTENCIA


 

RESTABLECER LA COMUNICACIÓN


El objetivo de la escucha profunda y de las palabras amables consiste en restablecer la comunicación porque, una vez que esta se ha visto recompuesta, todo es posible, incluida la paz y la reconciliación. 

He visto a muchas parejas servirse provechosamente de la escucha profunda y las palabras amables para solucionar sus problemas o sanar una relación rota. Gracias a esta práctica, han sido muchos los padres e hijos, las madres e hijas y las esposas y esposos que han podido restaurar la paz y la felicidad de sus familias. La escucha profunda y compasiva y las palabras amables posibilitan la reconciliación, algo de lo que también pueden aprovecharse los líderes de los países. 

Todos podemos reconocer que, cuando aparece una situación problemática, no somos los únicos que sufrimos. La otra persona que se halla en la misma situación que nosotros también sufre y somos parcialmente responsables de su sufrimiento. Cuando entendemos esto, podemos mirar al otro con los ojos de la compasión y permitir que aflore la comprensión cuya llegada cambia la situación y posibilita la comunicación. 

Todo proceso real de paz debe comenzar en nuestro interior, en el seno de nuestro grupo o con nuestra propia gente. No debemos seguir culpando a los demás por no practicar la paz. Nosotros somos quienes tenemos que empezar practicando la paz para ayudar a que la otra parte haga también lo mismo. 


Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet

martes, 8 de septiembre de 2020

LA RAÍZ Y LOS SÍNTOMAS

 


EL CULTO DEL BUDA



Había una vez un Maestro llamado Huang Nieh que visitó al Maestro chan Yen Kuang. Al entrar en el templo, se arrodilló respetuosamente ante la estatua del Buda. En ese momento, un joven emperador de la dinastía Tang llamado Hsuan Tsung estaba asistiendo al servicio religioso allí como novicio. Por casualidad, estaba en la sala del Buda y vio todo lo que hizo Huang Nieh. 

-Para alguien que busca la Verdad-se atrevió a decir Hsuan Tsung-, no es necesario adorar al Buda, hacerse monje o adherirse a ninguna enseñanza. Decidme, Maestro, ¿por qué veneráis la estatua del Buda? 

-Puesto que no necesito ni adorar al Buda, ni hacerme monje, ni adherirme a ninguna enseñanza, lo hago -respondió el Maestro sin dudar-. Me libero a mí mismo, eso es todo. 

Tras reflexionar sobre el asunto un buen rato, el novicio preguntó: 

-Maestro, ¿para qué sirve practicar las formas de culto? 

Huang Nieh le dio una bofetada como respuesta. 

-¿Por qué?, ¡qué brutalidad! -dijo, encolerizado, el joven emperador. 

-¡Qué grosero sois! 

-¿Cómo? -replicó el Maestro-. ¿Todavía te atreves a discutir quién es grosero y quién no lo es? ¡esto ya ha ido demasiado lejos! -afirmó Huang Nieh, para vergüenza de Hsuan Tsung. 

Comentario: En la escuela chan existe una advertencia: «Quienes recitan el nombre del Buda una vez tienen que enjuagarse la boca durante tres días.» Los maestros chan creen que ver la naturaleza del ser y alcanzar la budeidad es un asunto personal. No es posible comprender la Verdad dependiendo de los demás, incluido el Buda. Por otra parte, sabemos con cuánta frecuencia los maestros chan se permiten jurar por el Buda. En la tradición chan existe incluso el ritual de quemar al Buda. Todo esto se utiliza para destruir cualquier distinción entre «yo» y «Buda» en la mente del practicante, pero no para profanar el nombre del Buda. Hsuan Tsung pensó para sí: «Soy el ernperador.» Ésta es la razón por la que, aun siendo novicio, se atrevió a interrumpir la oración del viejo Maestro y fue debidamente reprendido. A través de la bofetada, el Maestro destruyó su concepto de «emperador» y «súbdito», mostrando que el templo era el templo y no la corte imperial. 



Extracto tomado del libro:
100 Koans del budismo Chan
Alexander Holstein
Imágenes tomadas del Internet

lunes, 7 de septiembre de 2020

CAOS EN EL INDIVIDUO

EL EXPLORADOR

El explorador había regresado junto a los suyos, que estaban ansiosos por saberlo todo acerca del Amazonas. Pero ¿cómo podía él expresar con palabras la sensación que había inundado su corazón cuando contempló aquellas flores de sobrecogedora belleza y escuchó los sonidos nocturnos de la selva? ¿Cómo comunicar lo que sintió en su corazón cuando se dio cuenta del peligro de las fieras o cuando conducía su canoa por las inciertas aguas del río? 

Y les dijo: «Id y descubridlo vosotros mismos. Nada puede sustituir al riesgo y a la experiencia personales». Pero, para orientarles, les hizo un mapa del Amazonas. 

Ellos tomaron el mapa y lo colocaron en el Ayuntamiento. E hicieron copias de él para cada uno. Y todo el que tenía una copia se consideraba un experto en el Amazonas, pues ¿no conocía acaso cada vuelta y cada recodo del río, y cuán ancho y profundo era, y dónde había rápidos y dónde se hallaban las cascadas? 

El explorador se lamentó toda su vida de haber hecho aquel mapa. Habría sido preferible no haberlo hecho. 

Cuentan que Buda se negaba resueltamente a hablar de Dios. Probablemente sabía los peligros de hacer mapas para expertos en potencia.



Del libro:
Anthony de Mello 
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet
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