miércoles, 31 de marzo de 2021

DEMASIADO


 

EL PENSAMIENTO ES SELECTIVO


 

POR FUERA DICE UNA COSA, POR DENTRO SIENTE OTRA


La anciana quejumbrosa había estado en cama durante una semana por órdenes del médico. Nada le gustaba. Se quejaba del tiempo, de sus medicinas, y en particular de la comida que su esposo le preparaba. Un día, después de haberle llevado el desayuno a su esposa y limpiado la cocina, el anciano se sentó en su cuarto de trabajo. Ella oyó el rasguñar de su pluma.


-Qué estás haciendo ahora? -le gritó-.

-Escribo una carta.

-A quién le estás escribiendo?’

-A la prima Ana.

-Y qué le estás escribiendo?

-Le estoy diciendo que estás enferma pero que los médicos dicen que estarás bien muy pronto y que no hay ningún peligro.

Y, después de una breve pausa, añadió:

-Cómo se escribe 'cementerio'? Con 'c' o con 's'?’




FUENTE: OSHO: ‘El Hombre que Amaba las Gaviotas y Otros Relatos’, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2003, ISBN 958-04-7279-3, Pag. 285

lunes, 29 de marzo de 2021

LO QUE DESTRUIMOS ERA MÁS BELLOS QUE LO QUE BUSCÁBAMOS


 

EL MIEDO A VOLVER A SUFRIR UN ABANDONO


 

NO SABER


Pasamos gran parte de nuestra vida en busca de conocimiento. Parece 
que nunca podríamos saber demasiado; nuestra familia y nuestra cultura apoyan esta forma de ver la vida. Como resultado, la mayoría de personas siente confusión o temor al no saber algo. Parece difícil, no saber qué hacer, qué uno desea o qué sucederá.

Pero ¿qué tal si hay riqueza y posibilidad en la experiencia de no saber?

¿Qué tal, si en nuestra prisa por alcanzar un nivel de sabiduría y certeza, pasamos por alto espacios vacíos de incertidumbre que podrían contener verdades profundas? La vida es compleja y tiene muchas dimensiones.

Los elementos más sutiles y profundos usualmente no encajan con el conocimiento común y corriente. Descubrir estas dimensiones más profundas puede requerir que nuestro pensar y actuar sea más lento para permitir el reconocimiento de más tranquilos y más profundos aspectos de la existencia. ¿En realidad el desconocimiento es un lugar de carencia o existe algo que vale la pena descubrir en los momentos de silencio e incertidumbre?

No hay nada de malo en tener conocimiento. Pero resulta, que tampoco es malo desconocer, incluso nos puede llevar a nuevas profundidades de sabiduría. Desarrollar familiaridad, y sentirse cómodo con no saber, además puede conducir a una más completa y satisfactoria experiencia de la vida tal cual es. Ya que usualmente no conocemos más allá de lo que sabemos, el espacio del desconocimiento es donde gran parte de la vida transcurre.

Ahora mismo, ¿en realidad sabe cómo late su corazón de modo tan regular? ¿Sabe cómo funciona la electricidad? ¿Hacia dónde se dirige su vida? ¿Qué hará para lograr el crecimiento personal? ¿Qué es en realidad el amor? ¿Sabe en quién confiar y por qué esta aquí? Aun sin saberlo, su corazón late, la electricidad funciona, su vida parece tener dirigirse en una dirección, de algún modo parece crecer, el amor y la confianza existen y usted está aquí. Todas estas experiencias no son parte de, ni dependen de su sabiduría, sin embargo suceden y suman en gran medida a la riqueza de su vida.

De todos modos, luchamos contra no saber. Nos empujamos a aprender más. Nos esforzamos y esmeramos en saber lo más que nos sea posible. Todo este esfuerzo y empeño es una fuente de sufrimiento.

Pero ¿y qué si el desconocimiento, por sí solo, fuese una sensación perfectamente aceptable? Solamente cuando luchamos contra la experiencia de no saber y deseamos saber cuando no podemos, es que se torna doloroso el no saber.

Darnos permiso de no saber, puede brindarnos un alivio profundo de la lucha. También da mayor apertura a nuestra consciencia, ya que ponemos más atención cuando no sabemos algo. El espacio en blanco del desconocimiento da paso a una curiosidad natural y al hambre por hallar la verdad. Esta curiosidad es una experiencia rica, viva y cambiante, de todo aquello que podemos conocer y todo aquello que está más allá de nuestro modo habitual de saber.



Extracto del libro:
Eso es eso
aka Nirmala
Fotografía tomada de internet

domingo, 28 de marzo de 2021

PALABRAS QUE ETIQUETAN


 

NO QUIERO SUFRIR UNA SEPARACIÓN


 

24.CULTURA Y TRADICIÓN.


Participan de lo material y de lo inmaterial porque abarcan a toda clase de 
instrumentos, maneras, costumbres, saberes y creencias que modifican el entorno para una buena adaptación y supervivencia de los grupos humanos, sus fiestas, juegos e instituciones de todas clases como los refranes, los cuentos,…etc. Su repetición generación tras generación con pocos cambios, forma parte del condicionamiento, acostumbramiento e impronta desde la infancia.



Bibliografía:
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet

sábado, 27 de marzo de 2021

NO SE PUEDEN ELIMINAR LOS PENSAMIENTOS Y FANTASÍAS, ESE NO ES EL ANTÍDOTO


 

SI FUNCIONA CON EL HIJO, DEBE FUNCIONAR CON EL PADRE


Una mujer recibió un informe de la escuela: ‘Su niñito es muy inteligente’, escribía el maestro en una nota que acompañaba la libreta de calificaciones. ‘Pero le dedica demasiado tiempo a jugar con las niñas. Sin embargo, estoy desarrollando un plan para quitarle esa costumbre’.

La madre firmó el informe y lo devolvió con la siguiente nota:

-Hágame saber si funciona y lo pondré en práctica con su padre.


FUENTE: OSHO: ‘El Hombre que Amaba las Gaviotas y Otros Relatos’, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2003, ISBN 958-04-7279-3, Pag. 282

AGRADAR A LOS DEMÁS


 

BUENAS COSTUMBRES


 

viernes, 26 de marzo de 2021

AUSENCIA DE RESISTENCIA


 

HUMANIDAD


La conferencia que el Maestro iba a pronunciar sobre LA DESTRUCCION DEL MUNDO había 
sido profusamente anunciada, y fue mucha la gente que acudió a los jardines del monasterio para escucharle.

La conferencia concluyó en menos de un minuto. Todo lo que el Maestro dijo fue:
Estas son las cosas que acabarán con la raza humana:

La política sin principios.

El progreso sin compasión.

La riqueza sin esfuerzo.

La erudición sin silencio.

La religión sin riesgo.

El culto sin consciencia".



Anthony de Mello
Fotografía tomada del internet

jueves, 25 de marzo de 2021

LA RELIGIÓN NO PERMITE LA DUDA


 

CONOCIMIENTO RACIONAL


 

ALEJANDOSE DE LA ESPIRITUALIDAD


 

UN NO CREYENTE PROFUNDAMENTE RELIGIOSO


Soy un no creyente profundamente religioso, lo cual viene a ser una nueva clase de religión.
(Albert Einstein)


Prácticamente todas las religiones marcan lo que debe hacerse y en lo que debe creerse sin opción de ponerlo en duda. Pero ¿por qué no creer en que el propio ser humano puede ser espiritual en sí mismo?

Existen muchas diferencias entre lo religioso y lo espiritual, pero entre todas ellas podría afirmarse que la espiritualidad es acercarse a algo internamente supremo, mientras que ser religioso implica seguir los preceptos y los dogmas impuestos por otros.

Quizá el problema sea que la fe se nos ha intentado inculcar tradicionalmente por la fuerza, sin permitirnos elegir nuestro propio camino. Usa el sistema de la negación de otras opciones, y coarta la fundamental curiosidad que desde pequeños poseemos, y que a medida que crecemos vamos olvidando mientras seguimos las pautas sociales.

Nos alejamos de nuestra propia espiritualidad para acercarnos a lo dictado por la religión.

El científico Carl Sagan dijo al respecto: «La vida es solo un vistazo a las maravillas de este asombroso universo, y es triste que tantos la desperdicien con fantasías espirituales».

Nuestro Albert Einstein trató la espiritualidad de una forma tan directa en afirmaciones como «cuanto más avanza la evolución espiritual de la humanidad, más seguro me parece que el camino hacia la genuina religiosidad no reside en el miedo a la vida, y el miedo a la muerte, y la fe ciega, sino a través del esfuerzo del conocimiento racional».


Tomado del libro:
Einstein para despistados
Allan Percy
Fotografía de Internet

miércoles, 24 de marzo de 2021

ALIVIAR EL SUFRIMIENTO DEL MUNDO


 

APROBACIÓN COMO EXIGENCIA O COMO PREFERENCIA


 

QUÉ VA A PENSAR LA GENTE SI ME SEPARO (2do mandato social)


Veamos algunos de los mandatos sociales que nos impiden resolver satisfactoriamente nuestra vida afectiva y ponerle límites al amor enfermo.

Primer mandato social: "La separación es un fracaso"

Segundo mandato social: "Qué va a pensar la gente si me separo"

Una mujer que se separó hace poco me decía: "No entiendo a la gente... Antes tenía fama de idiota porque aceptaba que mi marido tuviera otras mujeres, pero ahora que lo mandé a la porra y salgo con otros hombres, me critican porque dicen que me comporto como una puta".

Conclusión: hagas lo que hagas, la mitad de las personas te va a criticar.

La necesidad de aprobación es una enfermedad que requiere ayuda profesional, y se define como la creencia de que debo ser aprobado y amado por todas las personas significativas de mi comunidad. Es la aprobación como exigencia y no como preferencia. Es agradable recibir refuerzos, pero si se convierte en una necesidad imprescindible, ya estamos en la adicción interpersonal: El pensamiento que impulsa a actuar a estas personas es: "Debo agradar a los demás a cualquier costo".

Si te importa demasiado la opinión de la gente, la buena noticia es que los separados pasan de moda muy rápido. Al cabo de uno o dos meses otra persona ocupará el centro del chisme y tú serás historia. ¿Por qué le das tanta importancia a la opinión de los demás? La gente que te critica no te ayudará a mudarte, a criar los hijos, a conseguir el dinero para pagar el alquiler, es decir, no te servirán de soporte en ningún sentido cuando te sientas mal. Entonces, ¿para qué tenerlos en cuenta? Una paciente afirmaba que su mayor preocupación cuando el marido le gritaba, la insultaba y rompía cosas era lo que iban a pensar los vecinos. Por eso, la estrategia de la atribulada señora consistía en apaciguar al enfurecido hombre dándole gusto o la razón, así no la tuviera. Buda decía en una de sus parábolas que si alguien te clava una flecha, sería absurdo preguntarte mientras estás sangrando a borbotones cuál fue el ángulo de entrada de la misma, la casta del guerrero que te disparó o de qué material está confeccionada el arma: ¡lo importante es que te estas muriendo! Confundir lo urgente con lo importante es un error típico en el que caen las personas que son víctimas de este mandato social.

La preocupación: "Qué van pensar de mí" crea una personalidad encapsulada, con un marcado bloqueo a cualquier forma de espontaneidad. Un paciente hombre perdía su erección porque su mujer gritaba mucho durante el acto sexual, lo cual, según él, alertaba a los vecinos.

Para que el hombre I pudiera funcionar, la mujer tuvo que reemplazar sus quejidos por susurros.

Pregunto nuevamente: ¿por qué es tan importante lo que |; piensa la gente durante un proceso de separación o discusión? ¿Acaso los demás tienen algún tipo de sabiduría de la cual te podrías ver beneficiada o beneficiado? Si estás pendiente de la aprobación de los demás para tomar decisiones, no podrás ponerle límites al amor, porque la gente es especialmente dura con los que se liberan del yugo de un amor enfermizo; no sé si es envidia o moralismo, pero en casi todas partes suele ser así. No necesitas del visto bueno del público para ser feliz.

Al que no le guste, que no mire o que se tape los oídos.



Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

martes, 23 de marzo de 2021

TUS SENTIMIENTOS SON LOS QUE TÚ QUIERAS QUE SEAN


 

NO CAMBIES


Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado, deprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que yo era.

Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no acababa de conseguirlo por mucho que lo intentara.

Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara.

Y también con él estaba de acuerdo, y no podía sentirme ofendido con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado.

Pero un día me dijo: «No cambies. Sigue siendo tal como eres. En realidad no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte».

Aquellas palabras sonaron en mis oídos como música: «No cambies. No cambies. No cambies... Te quiero...».

Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡Oh, maravilla!, cambié.

Ahora sé que en realidad no podía cambiar hasta encontrar a alguien que me quisiera, prescindiendo de que cambiara o dejara de cambiar.

¿Es así como Tú me quieres, Dios mío?




Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

lunes, 22 de marzo de 2021

ANTES Y DESPUÉS DEL ZEN


 

COMPARTIR LA MESA


 

CONSEJOS DE UN PADREA AL HIJO ANTES DE CASARSE


Oí hablar a un padre que le estaba dando consejos a su hijo. El padre, un notorio don juan en su juventud, discutía con su hijo el inminente matrimonio de éste:

- ‘Hijo. sólo tengo dos consejos para darte: insiste en tu derecho a salir con tus amigos una noche por semana’.

El padre hizo una pausa. El hijo le preguntó cuál era el segundo consejo. El padre le dijo:

-No la derroches con tus amigos!


FUENTE: OSHO: ‘El Hombre que Amaba las Gaviotas y Otros Relatos’, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2003, ISBN 958-04-7279-3, Pag. 280

sábado, 20 de marzo de 2021

TÚ Y SÓLO TÚ DECIDE EL SIGNIFICADO


 

LA SEPARACIÓN ES UN FRACASO (1er mandato social)


CAPÍTULO 5
Pensamientos conformistas frente a los mandatos sociales.

Nadie duda de que el aprendizaje de las normas sociales es importante para el desarrollo integral de los individuos y por ende de la cultura misma. Sin embargo, algunas pautas sociales, como por ejemplo las relacionadas con el amor de pareja idealizado, pueden resultar contraproducentes si se toman muy a pecho y se ignoran las excepciones a la regla.

Si el mandato social no reconoce salvedades, se convierte en un imperativo insalvable o en totalitarismo moral. La palabra clave para flexibilizar los mandatos sobre el amor y la pareja es: depende. ¿Hay que luchar por el matrimonio? Depende; si la relación afecta mis principios, no. ¿La separación es sinónimo de fracaso? Depende; a veces es liberación o una suerte. ¿Hasta que la muerte nos separe? Depende; si todo va bien y no se vulneran mis derechos.

Esto no implica asumir una actitud negativa y generalizada frente a todos los preceptos sociales, más bien lo que sugiero es asumir una actitud crítica frente a ciertas exigencias y no tragar entero. Hay cuestiones personales, profundamente idiosincrásicas, que solamente uno puede elucidar. El conformismo o la adecuación ciega a los cánones culturales se llama "normatividad": la creencia de que las normas deben ser respetadas y acatadas a como dé lugar, no importa su grado de irracionalidad o de desajuste con la realidad. El apego irrestricto a las reglas y el miedo a salirse de ellas hace que la capacidad de exploración se vea prácticamente reducida. La gente normativa o conformista no es capaz de tomar decisiones por sí misma y tiene dificultades para ensayar comportamientos nuevos que no estén autorizados por las "buenas costumbres".

Algunos imperativos sociales sobre el amor y el matrimonio, así como ciertas normas de urbanidad afectiva, parecen estar diseñados por fanáticos de la insensibilidad y el auto-castigo. Por ejemplo, se exalta la estabilidad afectiva como un valor que se debe emular, así sea aguante o simple resistencia, mientras que el placer y la felicidad son vistos como sospechosos de laxitud y falta de autocontrol. Estoicismo amoroso, deberes más que derechos: "Nunca seas un desertor del amor", pero sí un suicida amoroso.

Veamos algunos de los mandatos sociales que nos impiden resolver satisfactoriamente nuestra vida afectiva y ponerle límites al amor enfermo.

Primer mandato social: "La separación es un fracaso"

Es obvio que el paso de la ilusión a la desilusión afectiva impacte negativamente a quien ha decidido entregarse en cuerpo y alma a su consorte. Sin embargo, creo que debemos matizar la cuestión con una buena cantidad de realismo, así los casamenteros se molesten. Algunas separaciones son liberadoras y otras, traumáticas; algunas son dolorosas y otras, placenteras.

Cuando me separé, después de quince años de -casado, muchos de mis pacientes no volvieron a las citas porque consideraban que yo había "fracasado en mi matrimonio".

Por el contrario, yo veía mi separación como un logro y una segunda oportunidad que la vida me ofrecía. Me había dado cuenta a tiempo, y ella también, de que debíamos seguir nuestros propios caminos. Una buena separación es siempre mejor y más saludable que un mal matrimonio, no solamente para la pareja sino también para los hijos. Como sea, la mayoría de la gente se acercaba a mí con actitud de pésame y demostrándome sentimientos de consideración por la pérdida. Muy pocos me dijeron: "Si ha sido por el bien de todos, mejor".

Ana María era una mujer de 52 años que llegó a mi consulta debido a una depresión moderada. Rápidamente se refirió al motivo de su cita:

Paciente: Mi hija se separó y estoy muy triste. Apenas duraron un año y medio de casados... Ha sido muy difícil para mí superar esto...

Terapeuta: ¿Cómo se encuentra anímicamente su hija?

Paciente: Yo la veo muy bien, a veces está demasiado contenta, cambió su vestimenta y dice que va a estudiar de nuevo. Eso es lo que me impresiona... No le importó...

Terapeuta: ¿Cómo era su ex yerno?

Paciente: Debo reconocer que no fue un buen marido, ella terminó haciéndose cargo de lo económico porque a él no le gusta trabajar. Además, no la trataba bien.

Terapeuta: A ver si entiendo: su hija se separó de un hombre que dejaba mucho qué desear como esposo y ahora es libre para reiniciar su vida y está contenta de encarar una nueva realidad. ¿Por qué está usted triste entonces? ¿No debería compartir la felicidad de su hija? Paciente: ¡Pero se separó! Más bien, debió haber pensado mejor antes de casarse...

Terapeuta: ¿Usted es muy religiosa?

Paciente: Un poco, aunque no soy una beata, si a eso se refiere. Pero ella fracasó en su matrimonio y no parece estar consciente de ello.

Terapeuta: Bueno, pero está "triunfando" en la vida, ¿no le parece? Hay mujeres que se demoran años en descubrir que pueden empezar de nuevo y otras que son incapaces de alejarse de un marido que las maltrata. Si las cosas son como usted dice, su hija es muy afortunada.

Paciente: ¿Me va a decir ahora que la separación es un motivo de festejo?

Terapeuta: Estar feliz y sentirse bien sí es motivo de festejo.

Paciente: Pero la gente... Los hombres que se le acerquen ahora sabrán que es separada... Su imagen como profesional... Ella debió haber esperado un tiempo...

Ana María no pensaba en su hija, sino en ella misma.

Tenía un mandato grabado a fuego en su base de datos: El matrimonio es bueno, la separación es mala. Estaba tan obsesionada por las consecuencias sociales, que su mente no alcanzaba a captar el bienestar que la separación había producido en su hija.

Mientras respetes a los demás, tienes el derecho de cuestionar los mandatos. Mijail Bakunin afirmaba que ser personalmente libre "significa no reconocer ninguna verdad que no haya sido aceptada por la propia conciencia".

Insisto: no sostengo que haya que pasarse los semáforos en rojo porque "eso me dicta la conciencia". Lo que sugiero es crear la mayor resistencia posible ante cualquier intento de lavado cerebral y defender la posibilidad de ser feliz como una opción válida; ésa es la condición ineludible de la dignidad humana.


Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

viernes, 19 de marzo de 2021

CONSCIENCIAS CONTRAIDAS


 

EN LA IGLESIA


Ocurrió una vez en una iglesia que el predicador gritó en la ceremonia: ‘Que se paren todos los maridos que tienen preocupaciones en la mente!’

Todos los hombres en la iglesia se pararon excepto uno.

-Ah -exclamó el predicador-. Tú eres único!

-No es eso. No me puedo parar -dijo el hombre-. Soy paralítico.



FUENTE: OSHO: ‘El Hombre que Amaba las Gaviotas y Otros Relatos’, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2003, ISBN 958-04-7279-3, Pag. 276

jueves, 18 de marzo de 2021

CARENCÍAS


 

«DIENTES DE LEÓN»


Un hombre que se sentía orgullosísimo del césped de su jardín se encontró un buen día con que en dicho césped crecía una gran cantidad de «dientes de león». Y aunque trató por todos los medios de librarse de ellos, no pudo impedir que se convirtieran en una auténtica plaga.

Al fin escribió al ministerio de Agricultura, refiriendo todos los intentos que había hecho, y concluía la carta preguntando: «¿Qué puedo hacer?». Al poco tiempo llegó la respuesta: «Le sugerimos que aprenda a amarlos».

También yo tenía un césped del que estaba muy orgulloso, y también sufrí una plaga de «dientes de león» que traté de combatir con todos los medios a mi alcance. De modo que el aprender a amarlos no fue nada fácil.

Comencé por hablarles todos los días cordial y amistosamente. Pero ellos sólo respondían con su hosco silencio. Aún les dolía la batalla que había librado contra ellos. Probablemente rece­laban de mis motivos.

Pero no tuve que aguardar mucho tiempo a que volvieran a sonreír y a recuperar su sosiego. Incluso respondían ya a lo que yo les decía. Pronto fuimos amigos.

Por supuesto que mi césped quedó arruinado, pero ¡qué delicioso se hizo mi jardín...!

***

Poco a poco iba quedándose ciego, a pesar de que trató de evitarlo por todos los medios. Y cuando las medicinas ya no surtían efecto, tuvo que combatir con todas sus emociones. Yo mismo necesitaba armarme de valor para decirle: «Te sugiero que aprendas a amar tu ceguera».

Fue una verdadera lucha. Al principio se resistía a trabar contacto con ella, a decirle una sola palabra. Y cuando, al fin, consiguió hablar con su ceguera, sus palabras eran de enfado y amargura. Pero siguió hablando y, poco a poco, las palabras fueron haciéndose palabras de resignación; de tolerancia y de aceptación.... hasta que un día, para su sorpresa, se hicieron palabras de sim­patía... y de amor. Había llegado el momento en que fue capaz de rodear con su brazo a su ceguera y decirle: «Te amo». Y aquel día le vi sonreír de nuevo. Y ¡qué sonrisa tan dulce... !

Naturalmente que había perdido la vista para siempre. Pero ¡qué bello se hizo su rostro...! Mucho más bello que antes de que le sobreviniera la ceguera.



Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

martes, 16 de marzo de 2021

¿QUÉS ES PEOR?


 

UNA BREVE MEDITACIÓN PARA EL DOLOR Y EL DESCOMFORT


En lugar de pensar en tu dolor o molestia en este momento (y cómo deshacerse de él), ¿puedes cerrar los ojos y experimentar directamente tu dolor o molestia en el cuerpo? ¿Puedes salir de la narrativa del pasado y el futuro, tus historias sobre lo que sucederá, tu búsqueda de 'soluciones' y atender lo que está sucediendo en este momento ¿Dónde está?

¿Hay tensión en el cuello, tensión en los hombros? ¿Notas una presión en la cabeza, una sensación agitada y sin fundamento en el estómago? ¿El área del corazón se siente contraída, cerrada, atada? Traiga una conciencia curiosa, abierta y receptiva a las sensaciones que denominas "dolor" o "incomodidad". Sin tratar de deshacerse de las sensaciones, o cambiarlas, o incluso curarlas, dales un permiso profundo para estar aquí ahora; darles espacio, espacio. No pienses en las sensaciones, solo mira, escucha, observa, observa, permite. ¿Están las sensaciones revoloteando, temblando, pulsando, palpitando? ¿Se sienten puntiagudas, suaves, afiladas, doloridas, crudas, irregulares, redondas? ¿Se mueven, rápido o lento? ¿Tienen un centro, un límite, un núcleo, algún lugar donde terminan o comienzan? ¿Son calientes, cálidos, fríos? ¿Qué tan profundo en el cuerpo van las sensaciones? Invita tu aliento ahora a las sensaciones; infundir y bendecirlos con oxígeno. Respirar en un área de ternura, dolor o dolor es un acto tremendamente amoroso. Empapa las sensaciones con tu suave aliento, en este momento, el único momento que hay. Di a las sensaciones: "Puedes estar aquí, ahora".

En lugar de tratar de arreglar u borrar tu dolor o incomodidad en este momento, ¿puedes traerle una curiosidad amorosa, una sensación de bienvenida amable? Quizás tu dolor o incomodidad es solo un lugar dentro de que ha estado anhelando amor, empatía, permiso, aceptación. Intente incluso dejar caer las palabras 'dolor' e 'incomodidad' porque incluso esas son solo juicios, ideas y atienden directamente las sensaciones crudas, vivas y siempre cambiantes en el cuerpo vivo. No esperes que se vayan; permíteles quedarse si quieren. Permítales moverse, volverse más intenso, o menos, o disiparse o expandirse. (…)
Felicitaciones, estás inmerso en meditación ahora, sin ningún esfuerzo. Ya no estás luchando contra la vida, ya no estás buscando una "solución", porque estás atendiendo a una experiencia cruda, manteniéndote cerca de la vida mientras revolotea, pulsa, se intensifica, se relaja. E incluso si notas una sensación de lucha en ti mismo, tampoco hay necesidad de luchar contra la lucha. Bendice incluso la lucha, permite incluso la lucha, porque también es la vida. Incluso la parte de ti que quiere ser libre, es libre de ser y amada por el Corazón.

¿Qué es peor, tu incomodidad o tu agotadora lucha contra ella? ¿Puedes recibir el momento exactamente como es, en lugar de ir a la guerra? ¿Puedes dejar de lado todas las ideas sobre cómo debería ser este momento?

- Jeff Foster-

lunes, 15 de marzo de 2021

¡ERES ASÍ DE IMPORTANTE!


SOBRE LAS TENDENCIAS MENTALES


 

COMPARACIÓN Y POSESIÓN


OTRO PODER DE LA MENTE es el de vivir la experiencia y clasificarla, 
ubicándola en la categoría correcta. Lo que puede verse, clasificarse y categorizarse está dentro del reino de la mente. Algunas cosas son feas, otras hermosas; algunas cosas son buenas, otras malas..., pero tú no eres nada de eso. No puede ver quién eres. Sin embargo, puedes experimentarlo directamente, y siempre estás haciéndolo.

Como estamos enamorados de esta función clasificadora de la mente, pasamos por alto esta experiencia continua de lo que no puede ser visto y que es exactamente igual en todos, independientemente del género, de la raza, de la cultura, de la clase, del sistema nervioso, del intelecto o de la sofisticación. Está más cerca que cualquier concepto de iluminación o cualquier concepto de ignorancia.

Si dejas de alimentar por un momento la tendencia de la mente a comparar y a polarizarse, sobrevendrá la risa. ¡Qué su-gerente risa! «Tenía pelo y estaba intentando ser calvo. Tenía los ojos marrones y quería tenerlos azules. Era occidental y creía que debía ser oriental. Era mujer y creía que tenía que ser hombre.» Esto no son más que ejemplos burdos. La cosa llega a ser muy, muy sutil. En la práctica mental de clasificar, comparar y polarizar, pasamos por alto trágicamente la igualdad del yo uno. Los poderes mentales se enfocan principalmente en poseer.

Aprender es poseer conocimiento mental. El aprendizaje es un proceso imponente y maravilloso que exige activar la función poseyente de la mente. Este poder produce las grandes obras de arte, los grandes descubrimientos científicos y la capacidad de diseñar y construir una casa, una prenda de ropa o una comida. Pero lo que la mente no puede alcanzar, lo que no puede poseer, es la fuente de su propio poder.

Una vez que la atención de la vida individual da un giro misterioso y sagrado hacia su fuente, hacia la reunión con Dios, el reino de la mente no sirve de nada. Como estamos tan enamorados de los poderes mentales, es posible que tardemos muchas vidas en descubrir esta verdad. No queremos creer que hay lugares donde nuestras mentes no pueden ir. Ni siquiera queremos oír que para llegar a la verdad absoluta de nuestra existencia es posible que tengamos que abandonarlo todo.

No podemos poseer la verdad; eso sería una idea mental. Pero la verdad puede reivindicar su posesión, que somos nosotros, cada alma, cada ser.

Cuando hablo de «detener» o de «acabar la búsqueda», simplemente apunto a nuestra tendencia habitual de intentar conseguir algo, que es lo que hemos aprendido a hacer mediante las herramientas mentales, los poderes del pensamiento, la proyección, la imaginación, la discriminación o el ocultamiento. Pero, en un instante de simple ser —sin ser nadie, sin ser nada, sin hacer las cosas bien, sin perder, sin nombrar y sin conocer—, el despertar está presente. Lo cierto es que cada persona tiene momentos así cada día, pero los pasamos por alto porque estamos encantados con los poderes mentales. La mente no está presente en ninguno de estos momentos puros y perfectos. Pero a continuación vuelve a surgir, y seguimos adelante con nuestro trabajo, con nuestras definiciones, y con nuestras ideas de quién nos ha hecho mal, de lo que necesitamos o de lo que tenemos que conocer.

Para lograr la verdadera libertad, tenemos que abandonar el encantamiento mental, y para poder cortar con la mente, antes tenemos que verla. Cada uno de nosotros necesita investigar y después decir la verdad. Al decir la verdad, exponemos y amansamos la mente. Si mentimos, la mente sigue en el poder. Cuando amansamos la mente, se revela una gran felicidad.

Entonces las capacidades intelectuales y creativas de cada individuo, las experiencias de vida individuales, pueden usarse gozosamente al servicio de la verdad.

La invitación a descubrir el amor, la verdad, la iluminación, la libertad o a ti mismo revela la verdad despiadada de que la mente no puede dártelos.

Todo lo que es verdaderamente puro y libre es incognoscible. Aquí es donde la mente se torna humilde. Esta es la comprensión básica que la mente puede entender. Este es el tránsito mental hacia la rendición. Como has llegado a saber muchas cosas, tienes la esperanza de que si trabajas duro, tendrás éxito. Pero la realización de la verdadera libertad es lo opuesto de trabajar duro mentalmente. Necesitas perseverancia para renunciar a la esperanza de que la mente pueda darte la libertad; renuncia a la esperanza de que la mente pueda darte el corazón, que es amor; renuncia a la esperanza de que la mente pueda darte la iluminación, que es verdad.

En ese reconocimiento, la rendición puede llegar de manera natural.



Extracto del libro:
El Diamante en tu bolsillo: Descubre tu verdadero resplandor
Gangaji
Imágenes tomadas de internet
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