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martes, 8 de noviembre de 2022

INTELIGENCIA PURA (DIOS)


 

LA VERDADERA NATURALEZA DE DIOS (CONTINUACIÓN)


En marzo de 2007 impartí en Tokio un satsang en el que debatí la 
verdadera identidad de Dios. Al principio del programa había descrito a Dios de la manera siguiente:

«Dios no es un Ser Superior que está en el Cielo y que tiene las mismas tendencias y necesidades emocionales que los seres humanos, entre ellas la necesidad de amor y de venganza. Dios es la Energía Esencial de la vida.

Podríamos llamar a esta energía Inteligencia Pura.

»A la Inteligencia le da igual que tú creas en Ella o no. Le da igual que la utilices a propósito o no. Si la utilizas a propósito, también le da igual el cómo.

No hace juicios de valor respecto de nada de esto. De hecho, no hace juicios de valor respecto de nada en absoluto.

»La Inteligencia Pura no desea nada, no necesita nada, no busca nada.

Simplemente, Es. Existe de una manera tal que se permite a sí misma ser usada.

Hace esto, permite esto, hace posible esto, a base de ponerse a sí misma dentro de Todo.

»Mires donde mires, encontrarás Inteligencia Pura. Se encuentra en la base de todas las cosas que existen. En los copos de nieve se refleja la Inteligencia Pura. En los átomos más minúsculos se refleja la Inteligencia Pura. En las amplias regiones del firmamento se refleja la Inteligencia Pura. La Inteligencia Pura se refleja en el proceso mismo de la vida, a cualquier nivel que lo examinemos.

»La energía que llamo aquí Inteligencia Pura la puede utilizar, la está utilizando, la Vida Misma a todos los niveles de la vida. Tú estás utilizando esta energía, tú estás enfocando esta energía, en cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día... normalmente, sin saberlo.

»La existencia de esta energía, y el modo de enfocarla para utilizarla en beneficio propio, es lo que han llamado «el secreto». El año pasado se estrenó una película de este mismo título que ahora se está viendo en todo el mundo.

»La energía a la que llamo Inteligencia Pura, y que os digo que es otra manera de llamar a Dios, no alberga opiniones acerca de nada. Esto es así porque no necesita nada. Carece notablemente de necesidades, por el sencillo motivo de que es todo lo que existe bajo cualquier forma. En esto no sólo se incluyen las cosas físicas sino también las metafísicas. Se incluyen todas las cosas espirituales y cualquier otra cosa, de cualquier forma, que simplemente ES... incluso los pensamientos, las emociones, los sentimientos, las ideas y, sí, los agujeros negros del espacio.

»Pensadlo. Si Dios es, verdaderamente, todo lo que existe bajo cualquier forma, ¿qué podría Dios querer, necesitar o requerir? ¿Por qué nos iba a castigar Dios por no darle lo que imaginamos que quiere, que necesita o que requiere?

»La respuesta a estas preguntas es evidente. No hará falta debatirla con gran detalle, pues la lógica más sencilla nos desvela claramente cómo hemos caído en poder de las mitologías de nuestra propia cultura y de su pasado.

»La oportunidad que tenemos delante, y que tienen delante todos los seres sensibles, es aprovechar la Energía Esencial de la Inteligencia Pura dándole el empleo para el que fue diseñada.

No todas las cosas que existen en el universo pueden utilizar conscientemente esta Energía Esencial. Es decir, no la pueden utilizar con conciencia e intención plenas. Sólo pueden utilizarla los elementos de la Vida Misma que son autoconscientes, es decir, conscientes de sí mismos.

»Debo enmendar esto último. Ni siquiera todos los elementos de la vida que son autoconscientes pueden utilizar conscientemente la Energía Esencial. No es sólo una cuestión de ser conscientes; también es una cuestión del nivel de consciencia que ha alcanzado un ser o una especie. Por ejemplo, aunque un perro es un ser muy inteligente, no tiene (que nosotros sepamos) la autoconsciencia suficiente para poder utilizar la Energía Esencial de manera intencionada.

»Los seres humanos no sólo son conscientes de sí mismos, sino que son conscientes de que son conscientes; por ello, han ascendido al menos al segundo nivel de la consciencia. Este nivel de la consciencia permite a los seres sensibles advertirse a sí mismos, e incluso advertir que se advierten a sí mismos. Es decir, podemos situarnos «fuera de nosotros mismos» y observarnos hacer lo que hacemos y pensar lo que pensamos y decir lo que decimos.

»Hasta podemos observar cómo nos observamos. Podemos salir al pasillo de la consciencia y asomarnos a las puertas que tenemos por delante y por detrás; y, según dicen algunos, llegar a ver y a vivir nuestro Yo Divino y Sagrado.»

Cuando terminé de hacer estos comentarios, me pareció que había hecho una definición de Dios bastante «prudente» (dejé para más adelante el tema de que Dios y nosotros somos Uno); por eso me sorprendió que mi descripción sumiera en la desesperación a un miembro del público; pero ahora me doy cuenta de que debería habérmelo esperado.



Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet

viernes, 7 de octubre de 2022

LA VERDADERA NATURALEZA DE DIOS


CAPITULO 20
LA VERDADERA NATURALEZA DE DIOS

He dicho al principio de este libro que el Proceso de la Creación Personal son, en realidad, tres fenómenos que interaccionan entre sí como Uno. El primer fenómeno tiene que ver contigo, y el tercero tiene que ver contigo y con Dios juntos.

Dije que esto se podría describir de otra manera, diciendo que la primera parte de la «fórmula misteriosa de la vida» es el Yo Soy, la segunda parte es el Tú Eres, y la tercera parte es el Cómo Hacerlo.

Muchos humanos tienden a concebir a Dios —el Yo Soy— de una manera que más que reconocer el poder de Dios, lo reduce. Si no vamos con cuidado, acabaremos más interesados por vivir a Dios como imagen que como poder.

Ahora vamos a aprender algo más acerca del poder del Yo Soy.

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Cuando llegamos por fin a la conclusión de que Dios es algo más que una versión ampliada de lo que es un ser humano, y de que no está dotado de la agitación emocional, de las complejidades y de las necesidades del ser humano (la necesidad de amar, el deseo de venganza, etcétera), alcanzamos la totalidad de la Verdad Callada: Dios no es una versión ampliada del ser humano; el ser humano es una versión reducida de Dios.

Aquí es donde empieza el camino que conduce a la comprensión general del mayor misterio de la vida; pues esto forma parte del misterio mismo.

No cabe duda de que la identidad de Dios ha sido el mayor de los misterios en el transcurso de los siglos. Pero no ha sido misterioso porque Dios lo haya querido así. Ha sido misterioso porque la humanidad ha querido hacerlo misterioso.
(O, al menos, algunas partes de la humanidad.)

Nuestra especie ha invertido muchísimo esfuerzo en seguir pensando en Dios de maneras o con imágenes determinadas. La mayoría de la gente concibe a Dios, en efecto, como una especie de ser humano gigante, como un «Nosotros» inmensamente más poderoso e infinitamente más sabio. Muchos seres humanos y muchas religiones humanas han llegado a asignar a Dios un sexo (masculino, durante la mayor parte de los últimos milenios) y una raza (que no sería la negra).

Es decir, algunos seres humanos lo han hecho así. Otros han atribuido características diferentes a Dios.

Se dice que en realidad no son muchas las personas que creen estas ideas, pero que más vale pensar así que no pensar nada. La mente necesita algún asidero, algo que pueda concebir y visualizar. Pero si la gente no cree estas cosas de manera literal, ¿qué es lo que cree la gente, entonces?

Creo que si las personas fueran sinceras, la mayoría nos dirían que no saben qué creer en lo que respecta a la naturaleza, al aspecto o a las características exactas de Dios.

Me gusta recordar la anécdota de una niña de seis años que, sentada a la mesa de la cocina, dibujaba afanosamente en un papel con sus lápices de colores.

Su madre, enternecida al verla, le dijo desde la pila, donde estaba fregando:

—¿Qué estás pintando, mi vida?

—A Dios —respondió la niña tranquilamente.

—Ay, cielo, qué bonito —dijo la madre con una sonrisa—; pero ¿sabes una cosa? Nadie sabe de verdad cómo es Dios.

—Bueno —replicó la pequeña—, tú déjame terminar.




Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet

jueves, 3 de febrero de 2022

PENSAMIENTO POSITIVO INCLUYE OBSERVAR LO NEGATIVO


 

UNAS PALABRAS SOBRE EL «PENSAMIENTO NEGATIVO»


CAPITULO 19

UNAS PALABRAS SOBRE EL «PENSAMIENTO NEGATIVO»

Hay quien dice que el Proceso de la Creación Personal no permite que se piense, que se observe ni que se diga nada «negativo». Entiendo que algunas personas hayan podido llegar a esta conclusión, pero la conclusión en sí es errónea.

Nadie que enseñe la Creación Personal por medio del pensamiento positivo sería capaz de dar a entender ni por un instante que no se pueda dedicar un solo pensamiento a las circunstancias existentes que no encajan con tu sentido de quién eres y de quién eliges ser.

Es verdad que los partidarios del pensamiento positivo desaconsejan el pensamiento negativo; pero no desaconsejan pensar. Y la observación no es negación. No es más que observación. Los comentarios «parece que hoy puede llover»; «oigo que ya llega el tren»; «en este planeta mueren de hambre cuatro niños cada hora» no son comentarios negativos. No equivalen a «esparcir energía negativa». No son más que decir lo que hay.

¿Cómo podrías hacer algo respecto de «lo que hay» si ni siquiera puedes decir lo que hay? Claro está que no podrías. De modo que la doctrina del pensamiento positivo no te exige que cierres al mundo los ojos y los oídos. No te exige que te conviertas en una Pollyanna que asegura que todo es maravilloso, por muy horrible que sea.

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No es lo mismo decir que todo es «perfecto» que decir que todo es «maravilloso». Decir que una situación es perfecta no es más que reconocer que está alineada perfectamente con el plan de trabajo de-este-momento de tu alma, que muy bien puede consistir en cambiar la situación como medio para conocer, mostrar y vivir Quien Eres de Verdad.

Por eso no es malo, ni mucho menos, observar las situaciones, las circunstancias o las posibilidades creadas anteriormente y que no te agradan; asumir la responsabilidad de tu papel de co-creador suyo; decir unas palabras de agradecimiento por su existencia y, acto seguido, elegir de nuevo, creando otra situación o circunstancia, sin emitir juicios ni condenas. («No juzgues, ni tampoco condenes.») Los partidarios del pensamiento positivo pueden decir, respecto de cualquier aspecto supuestamente negativo de tu vida: «Deja de pensar en ello»; pero jamás dirían: «No empieces a pensar en ello».

Desde luego que tienes que ser consciente del mundo que te rodea; del mundo que los demás y tú habéis co-creado colectivamente en tiempos y lugares anteriores a este cuando/donde concreto. Lo que se recomienda es, simplemente, que no insistas en pensar en las cosas que no eliges; pero nadie ha dicho que no las observes.

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Lo que proponen los pensadores positivos no es que te digas a ti mismo que vives en todo momento en el mundo de tu elección superior. El pensamiento positivo consiste en saber que puedes producir una elección más elevada si quieres hacerlo de verdad.

Vivir con el conocimiento de que el mundo es «perfecto» (adecuado de manera ideal para tu plan de trabajo individual y para el plan de trabajo colectivo de la humanidad) en el momento en que los demás y tú lo creáis, y saber que puedes trazar siempre que lo desees una definición nueva de lo que es la perfección, eso es vivir en la maestría.

Y sí que puedes trazar esa definición nueva y crear esa realidad nueva en cualquier momento que lo desees. Esto es posible individualmente en el momento en que cambies tu manera de pensar acerca de lo que sea. Colectivamente, es posible cuando cambia la conciencia colectiva. La conciencia colectiva puede cambiar en cualquier momento dado del mismo modo que la conciencia individual.

La oportunidad que se pone al alcance de todos los miembros de la raza humana es la de intervenir en la cuestión en calidad de causa.

Eres, verdaderamente, el creador de tu propia realidad; y estamos creando juntos la realidad que estamos viviendo todos. Utilizando el poder del Dios-en-nosotros, controlamos por completo lo que pasa aquí.

Ésta es la Verdad Callada, expuesta con palabras.



Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet

sábado, 4 de diciembre de 2021

¿CÓMO Y POR QUÉ OLVIDAMOS?


CAPÍTULO 18
CÓMO Y POR QUÉ OLVIDAMOS

Cuanto más nos hacemos, más capaces somos de hacernos; y cuanto más capaces somos de hacernos, más nos hacemos. Si no fuera así, la vida llegaría a su fin último y lógico, pues cesaría el crecimiento; y, cuando cesa el crecimiento, se detiene la vida, pues el proceso de la vida es el crecimiento mismo.

La Vida se hará siempre una versión más amplia de sí misma. Y cuando se descubra, se conozca y se viva la versión más amplia de sí misma, la Vida inventará una versión más amplia todavía. Pues la Vida no tiene intención de terminar. Dios no tiene intención de no ser Dios. No podría aunque quisiera. Lo único que no puede hacer Dios es No Ser.

Ésta es una cosa que tú tampoco puedes hacer. Pero sí que puedes hacer una cosa bastante fuera de lo común. Puedes olvidarte de quién eres. Y la verdad es que lo harás, para poder vivir Quien Eres otra vez. Para vivir que eres Divino.

¿Por qué es necesario el olvido? En realidad, es muy sencillo. Dios es el Creador. Esto significa que tú eres el Creador. Pero para que te vivieras a ti mismo como Creador, tendrías que crear algo, y ya se ha creado todo lo creable. Todo lo que fue, es y será, es ahora.

El tiempo es una invención de Dios que te permite ver de una en una todas las cosas creadas.

Para que te vivieras a ti mismo «creando» algo, sería necesario que no pudieras verlo todo a la vez. Para eso se inventó el tiempo. Como en cualquier «punto» dado del «tiempo» no puedes verlo todo a la vez, no puedes saber que todo ha sido creado ya.

... a no ser que recuerdes que es así, claro está. Aquí es donde interviene el olvido.

El tiempo produce la posibilidad de la memoria. (En el lugar sin-tiempo, la «memoria» sería imposible e inútil, pues todo se percibe a la vez, aquí mismo, ahora mismo.)

La memoria, como el tiempo, es limitada. La eternidad no lo es. Como tanto la memoria como el tiempo están limitados, y como lo limitado no puede contener a lo ilimitado, la memoria humana no puede contener el conocimiento de todas las cosas que se han creado en todos los aquis y ahoras de la eternidad.

La memoria se limita al «entonces» y al «allí», mientras que el Aquí y el Ahora no tiene límites, sino que se extiende para siempre, a lo largo de la eternidad y del infinito. Observarás que, hasta en tu propia vivencia terrenal, siempre es Aquí y Ahora. iNo existe ningún otro tiempo que puedas vivir!.

¿Me sigues? Sigúeme con atención. No me pierdas de vista.

Resulta que la Divinidad es una Vivencia de Una Sola Vez.

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Dios quiere vivirse a sí mismo siempre. De hecho, para siempre jamás, por los siglos de los siglos. Y por eso Dios te inventó a ti.

Tú, y el tiempo, y todo lo que hay en la vida, sois herramientas de Dios, que servís para que Dios pueda vivirse a sí mismo sin fin. Gracias a los recursos del tiempo y de la memoria, que permiten la posibilidad del olvido, eres capaz de vivir de nuevo la experiencia de crear. Este acto de recreación es la Gran Alegría de Dios. Por eso se llama «recreación».

Cuando tú, como ser humano, «creas» algo de la nada (y así es como se ha creado todo, claro está, pues todo lo que ha sido creado por los seres humanos empezó siendo una simple idea en la mente de alguien), lo único que estás haciendo en realidad es «recordar» que ya existe.

Todas las cosas existen ya. Todos los efectos, todas las circunstancias, todas las consecuencias... todas las vivencias y manifestaciones de la vida que se pueden concebir, han sucedido ya, y existen ahora en el Espacio Atemporal.

Reposan en paz en todos los dondes/cuandos de la eternidad (por servirnos de la expresión memorable de Robert Heinlein).

Cuando utilizas la Energía de Atracción, lo que estás haciendo es magnetizar y hacer salir del Campo de las Posibilidades Infinitas la vivencia y la manifestación de la vida que eliges aquí mismo, ahora mismo.

Con esto, vuelves a vivir la experiencia de ser creador. Y puedes «crear» (hacer salir) prácticamente cualquier cosa que elijas. Lo único que tienes que saber es cómo «se elige».



Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet

jueves, 5 de agosto de 2021

NO TIENES POR QUÉ PREOCUPARTE DE TI MISMO


CAPITULO 17
NO TIENES POR QUÉ PREOCUPARTE DE TI MISMO

La Verdad Callada representa un desafío directo a todas las ideas que albergan sobre sí mismas la mayoría de las personas; y cuánto más a las ideas que albergan acerca de Dios. También es fundamental para la cuestión de cómo se producen las cosas. Tiene que ver más que ninguna otra cosa con el cómo se hace realidad la realidad.

Para entender el Proceso de la Creación Personal tenemos que hablar mucho de Dios; cuánto más para enseñarlo. También puede resultarnos beneficioso hablar mucho a Dios.

Así lo he hecho yo en mis conversaciones con Dios, y una parte de lo que voy a decir en este capítulo se encuentra en mis libros anteriores en los que presento estas conversaciones. Si has leído alguno o varios de estos libros, lo que vas a leer a continuación te resultará familiar. Te ruego que tengas paciencia por consideración con los que no han leído esos textos anteriores. (Y ten en cuenta que tampoco tiene nada de malo repasar estas nociones.)

Como ya he dicho varias veces, muchos mensajeros que están dispuestos a hablar a los demás de la «Ley de la Atracción» rara vez suelen pronunciar la palabra «Dios». Yo creo que esto se debe a que algunos de estos escritores y cineastas pueden tener la impresión de que la idea de que Dios es la fuente de la Energía de Atracción desvirtúa el concepto principal que quieren transmitir ellos, a saber, que el poder se encuentra dentro de ti.

Parece claro que algunos de estos mensajeros han llegado a la conclusión de que la explicación que parecerá más interesante a la gente será la que ponga el Proceso de la Creación Personal en las manos de la gente misma. Si se consigue que las personas se sientan poderosas, y algunas no se habrán sentido así en toda su vida, se les estará otorgando un don muy valioso.

No es que yo esté en desacuerdo con esta parte. Pero sí que creo que si no haces intervenir a «Dios» en el Proceso de la Creación Personal, estarás tentado de creerte a ti mismo el único poder que está detrás del proceso, en vez de creer que Dios y tú, en sociedad, sois el poder de alma(1) que está detrás del proceso. Estoy seguro de que, si sucumbes a esta tentación, podrás hacer manifestar con muchísima menor eficacia lo que quieres crear.

(1) El autor hace un juego de palabras intraducibie. En inglés, sole (único) se pronuncia igual que soul (alma). [N. del T.]

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La Creación Personal es el modo que tiene Dios de decirnos: «Tus deseos son órdenes para mí».

A muchas personas les resulta difícil aceptar esto. Esta manera de pensar en Dios representa un gran desafío. La mayoría de las personas que creen en Dios de una manera u otra conciben que es Dios quien nos da órdenes a nosotros. No consideran que nosotros podamos dar órdenes a Dios. Pero es verdad que Dios dice a todos los seres humanos: «Tus deseos son órdenes para mí».

Esto no es así porque Dios sea magnánimo(2), sino porque es ubicuo; no es por la inmensidad del amor de Dios, sino por la inmensidad del propio Dios.

(2) Conviene señalar que en el original se evita atribuir a Dios pronombres que lo asocien a un sexo o género gramatical; es decir, que no se considera a Dios masculino ni femenino. En la traducción española, por la necesidad de concordar los adjetivos y atributos, le atribuiremos convencionalmente el género gramatical masculino, sin que ello suponga atribuir sexo alguno a Dios. [N. del T.]

Dios es tan grande que no hay lugar donde no esté. Ésta es otra verdad de la vida, tan asombrosa que muchas personas no la entienden plenamente, y que muchas religiones no ayudan a la gente a entenderla plenamente.

Muchos seres humanos creen que Dios está limitado en algunos sentidos.

Creen que hay lugares donde Dios no está. Creen también que hay cosas que Dios no puede controlar. Ambas ideas son inexactas.

Vamos a ver primero esta cuestión del control.

Si Dios no quisiera, tú no podrías mover ni el dedo meñique. Por eso, todo lo que haces, más aún, todo lo que ha sucedido en la tierra, está dentro de la Voluntad de Dios, y no fuera de ella.

También están los que dicen que tal o cual cosa «no es la Voluntad de Dios». Pero ¿cómo podría pasar una cosa si no fuera la Voluntad de Dios?

También están los que dicen que Dios permite que pase. Pero, si Dios lo permite, ¿no lo convierte así en Voluntad Suya?


¿Se puede decir que una cosa que Dios permite es una cosa que Dios no quiere permitir? Pero, si Dios lo quiere, ¿no es entonces voluntad de Dios? ¿Qué diferencia hay entre lo que Dios «quiere» y la «voluntad» de Dios?

Todo es Voluntad de Dios, lo cual se demuestra por el hecho mismo de que sucede. Esto debe ser así... a no ser que seamos, verdaderamente, Hijos de un Dios Menor.

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Del mismo modo que Dios no está limitado en cuanto a poder, tampoco está limitado en cuanto a tamaño. Como ya hemos dicho, Dios es ubicuo. Dios está en todas partes. Eso significa que no hay ningún lugar donde no esté Dios.

Ningún lugar.

Esta idea es revolucionaria teológicamente. Anuncia la realidad omnipresente de Dios en y dentro de todas las cosas. Incluso de ti.

Muchas personas creen que Dios está en todas partes pero no creen que Dios resida dentro de ellas. Puede que lo digan por humildad, pero en realidad suponer que Dios existe en todas partes del universo menos dentro de ti es el colmo de la soberbia.

Si así fuera, tu cuerpo, tu mente y tu alma serían como una finca privada y muy exclusiva.

Por otra parte, si aceptamos lo que dicen hasta las religiones tradicionales, que Dios es el Alfa y el Omega, el principio y el fin, el Todo-en-todo, entonces debemos llegar necesariamente a la conclusión de que Dios existe en nosotros.

Es una conclusión importante, pues si es exacta (y lo es), se nos plantea una cuestión muy interesante y significativa: ¿dónde existe Dios en nosotros? ¿En el dedo meñique? ¿En el dedo gordo del pie? ¿En el cerebro? ¿En el corazón? ¿En el alma? (¿Tenemos alma, en todo caso?) (—Sí.)

La respuesta: si Dios es verdaderamente el Todo-en-todo, el Alfa y el Omega, entonces no puede haber ninguna parte de nosotros donde no esté Dios.

De hecho, no hay ninguna parte de nada donde no esté Dios. Dios está en todas partes y se manifiesta en todo.

Esto nos vuelve a traer a la Verdad Callada. Si Dios está en todas partes dentro de ti, si no hay ninguna parte de ti donde no esté Dios, entonces Dios eres tú.

Y todo lo demás.

Cuando hayas entendido esto, ya no podrás volver a imaginarte que «tú» eres el protagonista de tu vida. No lo eres en el sentido de que «tú» tengas que ser, hacer o tener algo en concreto para ser feliz. Ni tampoco en el sentido de que «tú» necesites o requieras algo para sobrevivir.

Cuando vivimos en esta verdad, nos resulta mucho más difícil quedar «atrapado» en los «dramas» cotidianos y menores de la vida tal como los viven actualmente la mayoría de las personas de la tierra, y adquirimos una perspectiva nueva de las tragedias verdaderamente graves y de la confusión de nuestra especie.

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Yo pasé cincuenta años viviendo con un error de identidad. Me creía aparte de Dios. Ahora sé que eso no es cierto y que Dios y yo somos Uno. Esto no quiere decir que «yo soy Dios», en el sentido más soberbio de estas palabras. Lo que quiere decir es que «yo soy lo que es Dios, y Dios es lo que yo soy». !Quiere decir que verdaderamente he sido hecho a imagen y semejanza de Dios!

Y tú también.

A nivel estrictamente personal, esto significa que no tienes necesidad de nada en absoluto, de manera que puedes abandonar ahora mismo todos tus «dramas» personales y cotidianos: como ya eres todo lo que podrías imaginarte que necesitas o que deseas, ¿qué necesidad tienes de sentirte agitado?

¿Qué deseas amor? Eres amor. ¿Qué deseas abundancia? Eres abundancia. ¿Qué deseas compasión, perdón, comprensión? Eres compasión, perdón, comprensión.

Es posible que no sepas que eres esas cosas si te pasa como me pasó a mí, si vives con un error de identidad; sin embargo, la manera más rápida de saber que eres esas cosas es ser esas cosas. Y la manera más rápida de conocerte a ti mismo siendo esas cosas es dar esas cosas a los demás. Pues el tener se realiza y se multiplica al dar, y el ser se conoce y se expande al tener, y en el ser abrazas y expresas el conocimiento de Quien Eres... y éste es el propósito de todo el vivir.

De manera que no os preguntéis ¿qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿con qué nos vestiremos? Buscad primero el reino de Dios, y todo lo demás se os dará por añadidura.

No te preocupes por ti mismo. Tu vida se resolverá. Preocúpate por todos los demás que no lo saben y a cuya vida afectas.

En Conversaciones con Dios se deja muy claro que tu supervivencia no corre peligro nunca, y el mensaje se recalca en el último libro de la serie de CcD, En casa con Dios en una vida que nunca termina, donde se expone de manera muy concreta, explicando lo que sucede exactamente durante el viaje eterno del alma.

Esta conversación nos cuenta que la Vida misma es un bucle sin fin, y que la energía de la vida se encuentra presente en todas partes, individualizándose en ti y en mí y en todo lo que existe. Estos aspectos individualizados de la Divinidad (lo que llamamos «almas») recorren este bucle sin fin, pasando desde el plano de lo absoluto hasta el plano de lo relativo y viceversa, de lo espiritual a lo físico y viceversa, una y otra vez a lo largo del tiempo, que no es más que un solo tiempo: el único momento que existe (lo que llamamos el Ahora).

El propósito de este viaje continuo es crear una oportunidad eterna y un contexto infinito en el que podamos vivir y expresar, hacernos y cumplir, saber y
recrear Quienes Somos.

Aspiramos a conocernos a nosotros mismos como aquello que es Divino, en todos los aspectos de la Divinidad Misma, y nos estamos sirviendo para ello de la Eternidad y de lo Infinito como herramientas. La Eternidad y lo Infinito son los máximos dones de Dios.

¿Cómo puede ser eterno el viaje? Muy sencillo. Cuando llegamos al «final» (definiendo como tal el conocimiento y vivencia últimos y totales de Quienes Somos de Verdad), nos limitamos a hacer, como un Todo Completo, lo que habíamos estado haciendo como aspectos individualizados de la Divinidad: recrearnos a nosotros mismos en la próxima versión, la más grandiosa, de la visión más grande que hayamos tenido nunca de Quienes Somos. Después, volvemos a individualizarnos, y aplicamos una vez más el proceso de la vida para vivir esa próxima versión más grandiosa, pieza a pieza.

Mi diálogo final con Dios nos da un atisbo de ese proceso y de cómo funcionan los grandes Principios de la Vida. Citemos el texto de En casa con Dios: En esta santa trinidad —Dios en tres partes— tu mente está allí donde tiene lugar tu actividad consciente. Por tanto, piensa sólo lo que eliges vivir, di sólo lo que eliges hacer realidad, y utiliza tu mente para ordenar conscientemente a tu cuerpo que haga sólo lo que eliges expresar como tu realidad más elevada.

Así es como creas a nivel consciente.

Observa esto atentamente. ¿Acaso no es lo que han hecho todos los maestros? ¿Ha hecho algo más algún maestro? No. En una palabra: no.



Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet

martes, 6 de julio de 2021

AQUÍ ESTÁ: LA VERDAD CALLADA


CAPITULO 16
AQUÍ ESTÁ: LA VERDAD CALLADA

Esta sencilla afirmación («tú no eres el protagonista de tu vida») me cambió la vida. Me lo puso todo patas arriba. O, para ser más exacto, me lo puso todo del derecho. Se me había dicho que yo no estaba aquí para servirme a mí mismo. Estaba aquí para servir a los demás. Sólo me encontraría a mí mismo a base de perderme. Y sólo recibiría a base de dar.

Esto me resultó familiar inmediatamente. Sonaba como la doctrina cristiana tradicional; más aún, sonaba como las enseñanzas esenciales de todas las grandes religiones del mundo.

Resulta que esto es lo que enseñan las religiones, pero hay algo que la mayoría de las religiones no cuentan en esta enseñanza. Lo que no dicen es por qué es cierta esta enseñanza. No dicen por qué funciona este proceso. No explican la Creación Personal.

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Mis conversaciones con Dios me lo dejaron todo claro. Dios me dijo que este proceso funciona, y que es el medio más rápido para conseguir cualquier cosa que aspiremos a conseguir, «porque tú eres el Único Que Está En La Sala».

Como no comprendí aquello, respondí algo así como:

-¿Qué?

Dios me lo explicó:

—Todas las cosas son Una Cosa. Sólo hay Una Cosa, y Todas las Cosas forman parte de la Única Cosa Que Es. Por tanto, lo que haces por otro, lo haces por ti; y lo que dejas de hacer por otro, lo dejas de hacer por ti.

La inversa también es cierta. Lo que haces por ti mismo, lo haces por otro; y lo que dejas de hacer por ti, dejas de hacerlo por otro. (Por eso se ha dicho tantas veces eso de que «si no sabes amarte a ti mismo, no sabrás amar a otro».)

Pero ahora llega una parte inmensa de la «fórmula misteriosa» de cómo funciona la vida. Ahora llega...

El Efecto Multiplicador.

Al enfocarte en ti mismo limitas la cantidad de energía a la que das salida, porque tú eres sólo uno. Pero al enfocarte en los demás, multiplicas la cantidad de energía a la que das salida por el número de otras personas en que te enfocas.

Esto no me lo había explicado nadie nunca. Ahora que lo veo, me parece perfectamente lógico. Si todo es energía (y lo es), y si la energía crea (y así es), entonces, ¡cuanta más energía emplees, más rápida y magnífica será tu creación!

Y todo lo que creas, lo vives. Esto se debe a que, en última instancia, todas las cosas que salen de ti vuelven a ti. Y esto es porque «no hay nadie más en la sala». No hay nadie más que tú, bajo formas múltiples.

El primer principio espiritual que se revelaba en Conversaciones con Dios es: «Todos somos Uno».

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Hasta que no entendí esto y hasta que no me puse a trabajar para sanar a los demás, yo mismo tardaba en curarme; pues, si no se curaba una parte de Mí, ¿cómo podía curarme del todo? Hasta que no entendí esto y hasta que no opté por amar a todos los demás de verdad, yo mismo tardaba en ser amado; pues, si una parte de Mí no era amada, ¿cómo podía ser amado del todo? Hasta que no entendí esto y hasta que no procuré firmemente recordar a todos los demás como Quienes Son De Verdad, yo mismo tardaba en recordar Quién Soy De Verdad; pues, si no se recordaba a una parte de Mí, ¿cómo podía ser recordado del todo?

Para que cualquier parte de nosotros esté completa, debemos conocernos de manera completa. Somos un holograma. Por tanto, trata a los demás como quisieras que te trataran a ti. Pues lo que haces a los demás se te hace a ti... por el sencillo motivo de que no hay «los demás». No hay más que Tú.

Eres un Aspecto Individualizado de la Divinidad Misma. Y esto no se ha dicho muy alto ni con mucha frecuencia, pues es el colmo de la blasfemia.

Lo que se ha temido es que si esto se dice demasiado alto, con demasiada frecuencia, se perderá el modo en que algunas personas han aceptado la Creación Personal. Pues la verdad que más difícil de creer ha resultado para la humanidad es, precisamente, la verdad que habría liberado a la humanidad para siempre.

Se trata de la Verdad Callada:

Dios y nosotros somos Uno.



Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet
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