viernes, 29 de abril de 2022

EL LIBRO QUE ESTAMOS LEYENDO


 

EL CAMINO ES FÁCIL, LA MNETE LO VUELVE DIFÍCIL


EXACTAMENTE IGUAL QUE CHUANG TZU: "Lo fácil es lo correcto". El Gran Camino no es difícil. Si parece difícil, eres tú el que lo hace difícil. El Gran Camino es fácil. ¿Cómo va a ser difícil? Hasta los pájaros vuelan en él y los peces nadan en él. ¿Cómo va a ser difícil? El hombre lo hace difícil, la mente lo vuelve difícil; y el truco para hacer de cualquier cosa fácil algo difícil es elegir, hacer una distinción. 

El amor es algo fácil, el odio es algo fácil, pero tú eliges. Dices: "Sólo voy a amar, no voy a odiar". Así todo se vuelve difícil. ¡Así ni siquiera puedes amar! Inspirar es fácil, espirar es fácil. Pero tú eliges. Dices: "Sólo voy a inspirar, no voy a espirar". De esta forma todo se vuelve difícil. La mente puede decir: "¿Para qué espirar? La respiración es vida. Simple aritmética: inspira, no expulses el aire; estarás cada vez más vivo. Acumularás más vida. Tendrás grandes reservas de vida. Inspira solamente, no espires porque espirar es morir". Lo primero que hace un niño al nacer es inspirar. Y lo último que un hombre hace al morir es espirar. La vida comienza con la inspiración y la muerte comienza con la espiración. 

Cada vez que inspiras renaces; cada vez que espiras mueres, porque el aliento es vida. Es por eso que los hindúes lo han llamado prana: prana significa "vida". El aliento es vida. Simple lógica, simple aritmética, ningún problema, lo puedes hacer sencillo: inspira cada vez más y no espires, así no morirás. Si espiras morirás. ¡Y si espiras mucho te morirás antes! Entonces, ¿qué se supone que una persona lógica debería hacer? Una persona lógica solamente inspiraría, nunca espiraría.

El amor es inspirar, el odio espirar. ¿Qué hacer entonces? La vida es fácil si no decides, porque entonces sabes que inspirar y espirar no son dos cosas opuestas; son dos partes de un mismo proceso. Y estas dos partes son orgánicas, no puedes dividirlas. ¿Y si no espiras...? La lógica se equivoca. No vivirás; sencillamente, te morirás inmediatamente.

Pruébalo: solamente inspira, no espires. Lo entenderás, te pondrás tenso, muy tenso. Todo tu ser querrá espirar porque si no morirás. Si eliges, te meterás en un problema. Si no eliges, todo será fácil. Lo fácil es lo correcto.

Si el hombre se encuentra en un problema es debido a los muchos maestros que han envenenado su mente, que le han estado enseñando: "¡Elige esto! ¡No hagas esto, haz esto". Todas estas elecciones le han destruido. Y parecen lógicos. Si discutieras con ellos, ellos siempre tendrían razón. La lógica les apoya: "¡Mira, es tan simple! ¿Para qué espirar si espirar es morir?".

Y esto ha ocurrido, no sólo con la respiración..., o incluso con la respiración. Hay escuelas de yoga que dicen que tu vida se cuenta a través de la respiración; que tu vida no se cuenta por los años que vives sino por las veces que respiras; así que respira lentamente. Si respiras doce veces por minuto morirás pronto; así que respira seis veces, o mejor aún tres, vivirás más tiempo.

Nadie lo ha conseguido, pero la gente lo sigue intentando. Respira lentamente. ¿Por qué?; porque si respiras lentamente espirarás menos veces, así que cada vez estarás muriendo menos, o podrás vivir más tiempo. Pero lo único que ocurrirá será que perderás tus ganas de vivir. Y la vida no se prolongará, aunque lo parezca.




Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

jueves, 28 de abril de 2022

BAJO LOS EFECTOS DE UN FUERTE AMOR PASIONAL PODEMOS HACER CUALQUIER ESTUPIDEZ


 

ALGUIEN


Alguien con quien conectar y que te comprenda. Alguien que te acoja bajo sus alas y te 
calme. Alguien que te dé confianza y seguridad. Alguien que te recuerde constantemente lo que vales. Alguien que te motive para salir de tu zona de confort. Alguien que cuando te equivoques lo acepte sin juzgarte. Alguien que te apoye en el éxito y en el revés.

Alguien que no pretenda la perfección en ti. Alguien que te muestre su fidelidad siempre.

Alguien a quien admirar y mimar también. Ese alguien que tanto buscas fuera, eres tú.

Sergi Rufi



Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet

miércoles, 27 de abril de 2022

CONOCERSE A FONDO

Para despertarse, el único camino es la observación. El irse observando a sí mismo, sus 
reacciones, sus hábitos y la razón de por qué responde así. Observarse sin críticas, sin justificaciones ni sentido de culpabilidad ni miedo a descubrir la verdad: es conocerse a fondo.

Anthony de Mello


Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet

LOS DERECHOS HUMANOS Y EL AMOR DE PAREJA


La mayoría de la gente piensa que el tema de los derechos humanos es algo que concierne a los políticos, la ONU o a los países del tercer mundo, y no se percatan de que su importancia se revela en todos los aspectos de la vida interpersonal. Creemos que el amor, por su magnificencia y glorificación, está por encima de la humanidad, que es algo tan limpio y puro que no puede contaminarse con lo mundano. Nada más falso. En las relaciones afectivas, llámese amistad, pareja o familia en general, los derechos humanos son violados sistemáticamente.

¿Quién no se ha visto enredado alguna vez con alguien que intenta engañarlo o manipularlo para imponer sus intereses personales? Los monstruos afectivos existen, así como existen los grandes amores. Además, debemos reconocer que, bajo los efectos de un fuerte amor pasional podemos hacer cualquier estupidez y aceptar cualquier cosa. La capacidad de enamoramiento o la hipersensibilidad al amor nos hace vulnerables a los depredadores afectivos, debilita nuestra autonomía y la autoafirmación del "yo". Debilidad placentera, pero peligrosa.

Las interacciones humanas pueden ser simétricas (entre personas que manejan un mismo nivel de poder) o asimétricas (entre personas que no manejan el mismo nivel de poder). Sin embargo, no conozco ningún vínculo interpersonal totalmente equilibrado, igualado por lo bajo y por lo alto, llámese matrimonio, noviazgo, amantes o amigovios. E, incluso, si pudiéramos concebir semejante igualdad, no tendríamos la certeza absoluta de que alguna de las partes, por diversas razones, pudiera intentar aprovecharse de la otra. El amor no impide necesariamente la lucha por el poder, ni garantiza que este forcejeo se realice acorde con los derechos humanos. La película La guerra de los Roses no es ficción. He visto parejas que se mantienen por años en pie de guerra y de batalla en batalla.

Como decía antes, un número considerable de personas se ve enredado en relaciones afectivas en las que uno de los miembros de la pareja de turno se aprovecha del otro y lo lastima profundamente. Muchos de estos abusos no solamente se enmarcan en las agresiones físicas sino en las psicológicas (v.g. descalificación, chantaje emocional, amenazas, culpabilización, sarcasmo), evidentemente más sutiles y encubiertas, frente a las cuales la opinión pública y la ley aún no están lo suficientemente sensibilizadas (intenta ir a una comisaría y denunciar a tu pareja porque te denigra psicológicamente, a ver qué cara pone el comisario en cuestión). La intromisión indebida en la mente de un individuo es quizás la peor forma de violencia, porque la víctima no siempre se da cuenta de lo que está ocurriendo y puede acostumbrarse a los ataques. No sólo hay una permisividad cultural del maltrato psicológico y del acoso moral, también existe en las personalidades débiles una resignación a la tortura psicológica que a veces Sorprende.

Una mujer me contaba: "Mi esposo me insulta todo el día y se burla de todo lo que hago... Eso sí, nunca me ha puesto la mano encima". Extraña manera de evaluar el maltrato'. "Puedes insultarme, pero no pegarme". Difícil de entender. La opción saludable resulta evidente: "No puedes ni insultarme ni pegarme".

Recuerdo un caso que podría ser considerado como un récord Guiness en cantidad de maltrato psicológico por unidad de tiempo. Desde que entraron a mi consultorio, el hombre empezó como una escopeta de perdigones a lanzar agravios, pullas, ironías e injurias de todo tipo a su mujer. El embate era a mansalva y sin clemencia: "inútil", poca cosa, "mala mujer", "para qué me habré casado contigo", "loca", "poco inteligente", "fea", "frígida", "gorda desagradable", "maldita sea la hora en que te conocí" y cosas por el estilo. La señora, al parecer ya curtida en estas lides, permanecía de brazos cruzados mirándome, como diciendo:"¡Mire y aprenda de qué se trata esto!" Pese a mis intentos por apaciguar al señor, él seguía expulsando sus demonios. Al principio, supuse que debía de haber existido alguna pelea reciente que explicara semejante conducta, pero una afirmación de la mujer me dejó de una pieza: "Siempre es así. Y eso no es nada, aquí se controla porque está usted presente...". Cuando le pregunté al señor por qué se comportaba de ese modo, me dijo: "Ya no me la aguanto". Mi respuesta fue apenas obvia: "¿Han pensado en la separación, así sea por un tiempo?" Él guardó silencio por primera vez y ella encogió los hombros.

Conclusión: el ser humano puede acostumbrarse a cualquier cosa. Nunca volvieron a terapia, quizás porque presentían que el resultado sería inevitablemente la separación. De todas maneras, lo que me interesa señalar es |que podemos volvernos indiferentes al maltrato como si éste fuera parte inevitable de nuestro destino.

Una forma especialmente inquisitiva y dolorosa de sancionar al otro es, sin lugar a dudas, la indiferencia. He conocido a personas que "castigan" a su pareja con un silencio sostenido cruel que puede llegar a durar meses.

¡Sí, meses ignorando al otro! Haciendo una analogía con el pensamiento que expresa Hannah Arendt, en su libro Los orígenes del totalitarismo, para estos castigadores, la pareja se convierte en un ser "superfluo". Una mujer me decía angustiada: "Se me olvidó darle a mi | marido un recado que le había mandado la secretaria y no me habla desde hace quince días". Hay que querer muy poco o estar psicológicamente muy enfermo para no dirigirle la palabra durante tanto tiempo a la pareja simplemente porque tuvo un olvido.

¿Cómo seguir en una relación si te ignoran olímpicamente, no te dirige la palabra, no te escuchan o te pasan por encima como si fueras un objeto simplemente para castigarte? Latigazos o silencio: ¿qué prefieres? ¿Qué se necesita para soportar la ausencia voluntaria del otro y luego seguir como si nada hubiera pasado? Creo que a nadie le gusta ser un cero a la izquierda, pero tal como dije antes, el miedo corrompe. ¡Cuando, por ejemplo, un hombre tiene que olerle la vagina a su pareja cada vez que llega de la calle para estar seguro de que no ha tenido relaciones con otro hombre, ¿por qué accede la mujer? Una paciente me respondió lo siguiente: "Con eso lo dejo tranquilo. Si él quiere husmear mi ropa interior o mis genitales, que lo haga, es un segundo y listo... Él es muy inseguro, pero me quiere mucho...". Sin palabras.




Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

martes, 26 de abril de 2022

CICATRICES


 

LA VIDA NO ES LÓGICA


La vida no es lógica. La lógica es sólo una parte (por supuesto, muy clara, categorizada, encasillada, dividida) pero la vida es confusa. ¿Qué le vas a hacer? Es así. No es tan lineal, tan clara, tan dividida; es un caos. Pero la lógica está muerta y la vida está viva, así que la cuestión radica en, elegir la lógica, o bien elegir la vida. Si te inclinas demasiado hacia la lógica cada vez estarás más muerto, porque la lógica sólo es posible si abandonas su opuesto completamente. Entonces amas y solamente amas, y nunca te enfadas, nunca odias, nunca te peleas. Obedeces y solamente obedeces (nunca desobedeces, nunca te rebelas, nunca te vas. Pero entonces todo se paraliza, entonces la relación se envenena), y entonces te mata.

Sosan no está a favor de la lógica, está a favor de la vida. Ahora, trata de entender el significado de sus palabras, que dicen así:

El Gran Camino no es difícil
para aquellos que no tienen preferencias.
Cuando ambos, amor y odio, están ausentes
todo se vuelve claro y diáfano.
Sin embargo, haz la más mínima distinción,
y el cielo y la tierra se distancian infinitamente.
Si quieres ver la verdad,
no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.
La lucha entre lo que a uno le gusta
y lo que le disgusta
es la enfermedad de la mente.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

lunes, 25 de abril de 2022

ES MEJOR COMER EL PASTEL QUE FORMULAR TEORÍAS ACERCA DE ÉL


 

APRENDER A DEJARNOS GUIAR


Todo lo que buscamos en el mundo a través de las cosas se halla recogido en lo más 
íntimo de nuestra propia esencia. El camino de todos nuestros anhelos es el camino hacia el ser. Y no está fuera, sino en lo más profundo de nosotros mismos. Despertar a nuestra propia identidad más profunda es transformar nuestra manera de vivir. Debemos dar prioridad al hecho de ser y a ser uno mismo en todo momento, en lugar de priorizar tener, adquirir y conseguir, que por desgracia es como solemos vivir. 

Priorizar el hecho de tener es una fuente de sufrimiento, y priorizar el hecho de ser es una fuente de plenitud, verdad y realidad. Curiosamente, ya somos todo lo que buscamos, tan solo tenemos que dejar de proyectarlo fuera, recoger todas esas proyecciones y dejar pasar las cosas, dejarlas morir, para reencontrar en la muerte de las cosas que todo lo que anhelamos ya lo somos, ya es. 

Empezar a descubrir eso produce una profunda tranquilidad en la que nos instalamos poco a poco. Esa tranquilidad y esa desnudez nos dan disponibilidad hacia la vida, un dejar un espacio abierto para que las cosas se produzcan, un aprender a dejarnos guiar y dejarnos llevar, un aprender a seguir las indicaciones de la vida y a crecer, a extender eso que somos en esencia.

Antonio Jorge Larruy



Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet

domingo, 24 de abril de 2022

LEVANTARSE Y SER VISTO


Decir la verdad tal como uno la ve requiere mucho valor cuando uno pertenece a una institución.

Pero desafiar a la propia institución exige aún más valor. Y fue esto lo que hizo Jesús.

Cuando Kruschev pronunció su famosa denuncia de la era staliana, cuentan que uno de los presentes en el Comité Central dijo: «¿Dónde estabas tú, camarada Kruschev, cuando fueron asesinadas todas esas personas inocentes?».

Kruschev se detuvo, miró en torno por toda la sala y dijo: «Agradecería que quien lo ha dicho tuviera la bondad de ponerse en pie».

La tensión se podía mascar en la sala. Pero nadie se levantó.

Entonces dijo Kruschev: «Muy bien, ya tienes la respuesta, seas quien seas. Yo me encontraba exactamente en el mismo lugar en que tú estás ahora».

Jesús se habría levantado.



Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

IDENTIDAD EQUIVOCADA


 

viernes, 22 de abril de 2022

PERSONAS RELIGIOSAS


 

SIENTE


Aquel que es inteligente emocionalmente vive en paz sin importar qué emoción esté sintiendo.

Existe mucha frustración en un gran número de personas, porque la mayor parte del día lo pasamos tratando de sentir una cosa distinta a la que estamos sintiendo y, tarde o temprano, nos damos cuenta de que no podemos conseguirlo. Lo que sentimos ahora es lo que sentimos ahora y lo que no sentimos ahora es lo que no sentimos ahora. ¿Es esto demasiado simple y obvio como para simplemente aceptarlo?

Imagínate que la mesa del comedor quisiera sentirse silla de despacho para así sentirse mejor. Qué le responderíamos a la mesa del comedor si nos preguntase ¿qué puedo hacer para sentirme silla de despacho? Seguramente le responderíamos: sé lo que eres, sé mesa. ¿Cómo puede saber la mesa que su experiencia mesa no es correcta y, en cambio, que la experiencia silla sí lo sería? No lo sabe, pero lo cree.

Ahora, ¿cómo puedo saber yo que la tristeza no es digna de ser sentida y la alegría sí? Y ¿por qué divido mis emociones y luego las clasifico en negativas y positivas para exigir finalmente encontrar paz, felicidad y bienestar?

Ese tipo de disociación interna es muy común en la mentalidad humana actual. Es muy frecuente descubrirse a uno mismo decidiendo qué sentir y cómo sentirlo, sin tener en cuenta lo que uno siente en ese momento. Juzgar lo que sentimos y tratar de cambiarlo por otro sentimiento al que se juzga como mejor parece ser un deporte a escala mundial.

Sentir algo incómodo en realidad no tiene un valor negativo ni tampoco positivo. De por sí, sentir no es bueno ni malo, pero sí podemos darle un uso creativo. Significa que en lugar de reaccionar ante ello, podemos usarlo para encontrarnos a nosotros mismos en calidad de responsables de esas emociones y sentimientos.

Sentir todavía es una de las acciones más torpes realizadas por los seres humanos. Sentimos las emociones con la misma torpeza con la que los niños empiezan a explorar por primera vez la posibilidad de enlazar dos pasos seguidos. La diferencia es que los niños lo gozan aun cayéndose repetidas veces y los adultos lo padecemos.

¿Qué es sentir? y ¿por qué nos incomoda tanto sentir según qué cosas? No sabemos la respuesta a estas preguntas y sin embargo valoramos lo que sentimos como si ya hubiéramos resuelto nuestra ignorancia emocional.

Detrás de las preguntas anteriores yace la posibilidad de sentir sin miedo aquello que se siente, porque cada emoción, sensación y sentimiento se convierten en pequeñas piedras preciosas que nos permiten acercarnos a un gran tesoro aún por descubrir. Detrás de esas preguntas se abre un espacio de investigación muy bello en el que podemos descubrir al ser que siente.

En ese espacio inexplorado, todas y cada una de las emociones, sensaciones y sentimientos son dignos de ser sentidos. Dentro del uso creativo de nuestra capacidad de sentir, el foco recae sobre uno mismo y las emociones se convierten en herramientas de autodescubrimiento.

Una vez descubierto el ser, sentir y ser se unifican de forma natural, dando lugar a la presencia. En la presencia no se rechaza nada. En ella nada de lo que se siente es proyectado sobre otros ni sobre situaciones. En la presencia lo sentido no tiene causas externas, todo se contempla como una emanación del ser, que se expresa armoniosamente a través de todos sus niveles de expresión: físico, emocional, mental y energético. Todo pasa a ser una sola unidad de expresión y se accede a ella con la honestidad.

Una persona que va por la calle y nos mira a los ojos busca esta honestidad, esta integridad del ser para poder reconocerse en ella. Este reconocimiento personal es la única cosa que nos lleva a la paz, a la aceptación, y a la verdadera comunicación.

Cuando nos sentimos mal y tratamos de sentirnos bien sin antes haber aceptado lo que estamos sintiendo ahora, estamos siendo unos impostores. Si además estamos tratando de que otra persona o una situación nos haga sentir bien, al poner el foco ahí afuera no vemos que en realidad nos sentimos a disgusto debido a nuestra estafa emocional. Un modo de encarar esto es preguntarnos: «¿Qué problema tengo en sentirme como me siento ahora?»

Es posible que respondas que es duro sentir algunas emociones, pero es mucho más duro evitar nuestros sentimientos constantemente por creer que no son dignos de ser vividos. El caso es que no sólo son dignos de ser vividos, sino que además es la forma en la que están siendo ahora.

Creemos que si nos abrimos a sentir según que emociones nos deprimiremos y nos revolcaremos en el fango, y es justo al revés. Evitándolo constantemente, tratando de evadirnos de nuestra experiencia, es como perdemos el sentido de la vida y terminamos deprimiéndonos.

Mantenernos en estrecha relación con nuestro sentir nos permite un grado elevado de honestidad que, a medida que crece, se transforma por sí misma en humildad. En la humildad el presente se hace evidente, ya que los humildes no viven bajo expectativas ni deseos personales sobre cómo tienen que ser las cosas. Tampoco culpan al pasado por cómo fue. Su vínculo con la vida se despierta porque en lugar de quejarse y huir, agradecen y contemplan todo lo que les rodea sin arrogancia ni elitismo emocional. Ya no se prefiere sentir una cosa u otra, la voluntad es ahora sentir.



Extracto del libro:
¿Me acompañas?
Sergi Torres
Fotografía de Internet

jueves, 21 de abril de 2022

NADA PUEDE PROTEGERNOS


 

SENTIMIENTOS DE SEGURIDAD CON CADUCIDAD


Claro que las personas y los objetos pueden darte temporalmente un sentimiento de seguridad, de comodidad y placer, pero no pueden proporcionarte lo que de verdad anhelas, que es vivir a salvo de cualquier clase de pérdida, a salvo de cualquier carencia y, en última instancia, a salvo de la muerte. No pueden ofrecerte la seguridad cósmica que tan desesperadamente buscas; no pueden llevarte de vuelta a casa. No hay nada en el exterior que pueda llevarte de vuelta a casa.

Pero hay otra manera de contemplar nuestra búsqueda del hogar. Imagina que eres un recién nacido. Nunca antes has visto el mundo; todo te resulta nuevo y misterioso: ¡todas esas extrañas visiones, sonidos y olores!, ¡todos esos extraños sentimientos y sensaciones a los que todavía no puedes dar nombre! Te despiertas en mitad de la noche. Estás solo, y tienes hambre y miedo (aunque aún no dispongas de palabras para referirte a ninguno de esos sentimientos). A cierto nivel no estás bien, y la única manera que tienes de comunicarlo es llorando y chillando. No puedes decir: «¡Disculpad! ¡No me siento bien! ¡Por favor, que alguien me ayude!». Solo puedes chillar y esperar a que la ayuda llegue.

Tu madre entra, te toma en brazos, te calma y te amamanta. De repente, todo vuelve a estar bien. De repente, el malestar no parece tan terrible. El miedo no parece tan terrible. Ya no estás solo. Te sientes seguro de nuevo. Te sientes protegido por fuerzas exteriores a ti. Tu no estar bien se ha tornado en estar bien. Algo, fuera de ti, ha venido y ha hecho que todo vuelva a ser perfecto.

Si el bebé pudiera hablar, tal vez diría algo parecido a: «Cuando el sentimiento de no estar bien aparece, chillo. Antes o después, mamá viene, y entonces desaparece el no estar bien como por arte de magia. Mamá me quita el no estar bien. Mamá hace que el no estar bien se vaya».

Pero en realidad no era mamá quien hacía que todo volviera a estar bien. Mamá no tiene realmente el poder de hacer que desaparezca el sentimiento de no estar bien..., eso es simplemente lo que le parece a un recién nacido. Es una preciosa ilusión, pensar que los objetos, las personas o cualquier cosa exterior a nosotros pueden hacemos sentir bien, pueden devolvernos al hogar. Rápidamente empezamos a creer que buscar algo fuera de nosotros acabará por hacer que desaparezcan todos los malos pensamientos, sensaciones y sentimientos. El mecanismo de búsqueda se ha puesto en marcha, probablemente desde una edad muy temprana, y buscamos en el exterior algo que lo arregle todo. Quizá el apego a nuestras madres sea la primera expresión de esa búsqueda..., pero no es a nuestras madres a quienes estamos apegados, sino al hogar. Para la mayoría de los bebés, imagino que su madre es la primera persona que simboliza el hogar.

Me pregunto si, de un millón de maneras diferentes, lo que intentamos con nuestra búsqueda no es simplemente volver al vientre materno, al lugar de la no separación. Allí, no había separación entre el vientre y yo, no había separación entre mi madre y yo; solo había integridad, sin fuera ni dentro. Allí, no existía el «otro», es decir, todo era el vientre. Es como si el mundo entero estuviera allí, como si estuviera allí el universo entero, para cuidar de mí, para protegerme. Me sentía inmerso en un océano de amor, siempre. Era el hogar, sin ningún opuesto, ya que en él yo no conocía los conceptos de dentro y fuera. Era el océano en el que todas y cada una de las olas de experiencia se aceptaba profunda y absolutamente. Era yo mismo.

De hecho, ni siquiera estaba en el vientre; yo era el vientre. Así de completo estaba. No existíamos el vientre y yo (dos cosas); solo existía el vientre (una cosa, todas las cosas). De manera que, en verdad, no salí del él. En mi esencia más profunda, era —y soy— el vientre. Soy la integridad que añoro.

Pero, de este lugar de completud total siempre presente y sin opuesto, parece que se me expulsó sin previo aviso. De repente, toda aquella seguridad natural desapareció. De repente, me encontré ante un mundo de objetos separados, un mundo azaroso, impredecible, un lugar donde la comodidad, la seguridad —el estar bien— podían aparecer y desaparecer en cualquier momento. Ahora estaba en un mundo donde el estar bien batallaba con el no estar bien.

No es irracional sugerir que, puesto que todo ser humano que existe o ha existido estuvo en el vientre materno, puede que todavía alberguemos un vago recuerdo preverbal de aquel profundo sentimiento de bienestar, y que todos anhelemos intensamente regresar a él. Quizá la búsqueda del hogar sea también la búsqueda del vientre..., no del lugar físico, sino de la integridad que allí había. Añoramos sentirnos a salvo, protegidos, ser uno con todo. Añoramos volver a estar profundamente bien.

Ahora que somos adultos, ya no chillamos, literalmente reclamando a nuestras madres; en vez de eso, tenemos maneras más sofisticadas de buscar alivio para nuestro malestar. Metafóricamente, chillamos por el siguiente cigarrillo, la siguiente copa, la siguiente conquista sexual, el siguiente ascenso en el trabajo, la siguiente experiencia espiritual, la siguiente vía de escape: cualquier cosa que haga que todo vuelva a estar bien, cualquier cosa que haga desaparecer el no estar bien.

Ni siquiera los niños que han tenido una infancia idílica y llena de afecto escapan a este sentimiento básico de separación, de carencia. Se diría que es inherente a la experiencia de ser un individuo. Ningún padre ni madre es culpable de haber creado este sentimiento de separación, esta sensación de carencia; nadie hace intencionadamente de su hijo un buscador. Los organismos recién nacidos que tienen capacidad de pensamiento abstracto acaban buscando, de un modo natural, una completud conceptual en el futuro, elaborando todo tipo de ideas sobre lo que les hace sentirse bien y mal en sus experiencias, e intentan escapar de todo aquello que perciben como causante del no estar bien, a fin de llegar al lugar del estar bien. Visto así, desarrollar un sentimiento de separación y, luego, buscar la manera de corregirlo encontrando integridad forma parte de la evolución natural de la vida. Buscar no es un error, y no es el enemigo. Es simplemente una cuestión de identidad equivocada.



Extracto del libro:
La más profunda aceptación
Jeff Foster
Fotografías tomadas de Internet

miércoles, 20 de abril de 2022

¿QUÉ PODRÍA SER MÁS INÚTIL?


 

LO QUE APARECE, SIEMPRE DESAPARECE


 

DIÓGENES


Estaba el filósofo Diógenes cenando lentejas cuando le vio el filósofo Aristipo, que vivía confortablemente a base de adular al rey.

Y le dijo Aristipo: «Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas».

A lo que replicó Diógenes: «Si hubieras tú aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey».



Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

martes, 19 de abril de 2022

EN UN MUNDO QUE ES TOTALMENTE IMPERMANENTE


 

ASCENDER


Entra el primer candidato:

«¿Entiende usted que esto no es más que un simple “test” que queremos hacerle antes de darle el trabajo que usted ha solicitado?». «Sí».

«Perfectamente. ¿Cuántas son dos y dos?». «Cuatro».

Entra el segundo candidato:

«¿Está usted listo para el “test”?». «Sí».

«Perfectamente. ¿Cuántas son dos y dos?». «Lo que diga el jefe».

El segundo candidato consiguió el trabajo.

La actitud del segundo candidato es muy recomendable si deseas ascender en cualquier institución, secular o religiosa.

Frecuentemente te servirá para sacar estupendas notas en los crímenes religiosos. Por eso los licenciados en teología muchas veces son más conocidos por su amor a la doctrina que por su amor a la verdad.



Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

lunes, 18 de abril de 2022

RELACIÓN ES LIBRE Y AUTÓNOMA


 

10. IMÁGENES EN LA IMAGINACIÓN.


Sea cual sea el tema que se discuta en una sesión, Maharaj parece procurar que el análisis siga la línea de 
argumentación correcta. Y siempre que alguien plantea una pregunta que no viene al caso, Maharaj la desecha de manera firme pero amable y lleva la discusión al tema original. En ocasiones, sin embargo, ha tenido que dejar la habitación por un momento a causa de algún recado, y durante uno de estos breves intervalos, alguien comenzó en cierta ocasión a hablar sobre un político cuya aparición en la prensa de esa mañana había sido muy destacada.

Dijo conocer personalmente a este individuo y que era vanidoso en sumo grado. Alguien más contradijo de inmediato al que así hablaba, diciendo que el hombre en cuestión era un perfecto caballero y que era calumnioso hablar mal de él. Otro argumento, que mediaba entre los anteriores, estaba a punto de ser expuesto cuando regresó Maharaj, y todos guardaron silencio.

Con todo, Maharaj se dio cuenta del silencio repentino que se había hecho y preguntó qué estaba pasando.

Cuando se le refirieron las opiniones contradictorias, se mostró muy divertido.

Se sentó en silencio durante unos cuantos minutos y dio comienzo entonces a su plática. "¿Por qué esta discrepancia de opiniones?", preguntó. Porque la opinión se formó a partir de un punto de vista individual y no con base en una percepción integral.

Ambas imágenes de una misma persona surgieron de la imaginación de los participantes, y no son más que sus propias creaciones mentales, las cuales nada tienen que ver con el objeto, es decir, con la persona de la que se supone son imágenes. La creación de imágenes de este tipo, dijo entonces Maharaj, es producto del funcionamiento de una discriminación dualista, el "yo" y el "otro".

Esto es de hecho lo que puede denominarse el pecado original, esta dualidad "yo" y el "otro" es esclavitud. 

Y si en verdad existe una liberación (en esencia no hay ningún individuo que esté esclavizado), ésta no puede ser sino la liberación del concepto de "yo" y del concepto de "otro". Es necesario, dijo Maharaj, dejar de hacer juicios conceptuales apresurados con respecto a las cosas consideradas como objetos y volver nuestra atención hacia la fuente subjetiva. Y nos pidió que "revirtiéramos" nuestra atención volviendo al estado de la infancia y reflexionando en lo que éramos antes de que naciera este complejo cuerpo-mente, para así dejar de conceptualizar todo el tiempo sobre otros y de enredarnos en simples imágenes mentales.

Al llegar a este punto, un visitante dijo: "Sí, Maharaj, puedo ver con claridad lo que quieres decir. Pero, ¿cómo puede uno escapar de esta conceptualización continua que parece ser la trama misma de nuestra vida conciente?" Maharaj fijó su mirada en el consultante y, antes de que fuese terminada la traducción al marati de su pregunta, Maharaj comentó: "¡Tonterías! No puedes haber comprendido lo que dije; si lo hubieras entendido, no habrías hecho esta pregunta".

Y pasó entonces a explicar el proceso de objetivación. "Siempre que tus sentidos perciben algo y tu mente lo interpreta, se trata de una apariencia en la conciencia, la cual se manifiesta en el tiempo y el espacio y se objetiva en un mundo que el objeto cognoscente (es decir, tú) considera como algo independiente de sí mismo. Y es aquí donde radica todo el error: en este proceso la percepción no es total; es necesario ver de manera total, mirar no con la mente individual, que es una mente dividida, sino ver desde dentro, mirar a partir del origen; ver, no a partir de la manifestación en tanto fenómeno, sino desde la fuente misma de toda visión. Entonces, y sólo entonces, puede haber una percepción total y una visión y aprehensión correctas. 

Maharaj concluyó diciendo que lo que había expuesto era de vital importancia y era necesario reflexionar y meditar al respecto (Mañana), no sólo discutir sobre ello.



Tomado del libro:
El buscador es lo buscado
Puntos clave de la enseñanza de Nisargadatta Maharaj
Ramesh Balsekar
Imágenes de Internet

domingo, 17 de abril de 2022

PRESTAR ATENCIÓN A LOS SENTIMIENTOS DE VACÍO


 

28. ABRID VUESTRA PROPIA CASA DEL TESORO


Daiju visitó al maestro Baso en China. Baso preguntó: «¿Qué estás 
buscando?».

«Iluminación», replicó Daiju.

«Tienes tu propia casa del tesoro. ¿Por qué buscas fuera?», preguntó Baso.

Daiju preguntó: «¿Dónde está mi casa del tesoro?».

Baso respondió: «Lo que estás preguntando es tu casa del tesoro».

¡Daiju estaba encantado! A partir de entonces, decía continuamente a sus amigos: «Abrid vuestra propia casa del tesoro y utilizad sus riquezas».




Extracto del libro:
Zen flesh. Zen bones
Paul reps y Nyogen senzaki
Fotografía de Internet

sábado, 16 de abril de 2022

INTENTOS DE FORTALEZA


 

EL ACTO MÁS DESPIADADO DE UNA VIDA


Los libros sagrados y los grandes maestros han dicho 
frecuentemente que un ser despierto es una rareza. Esto ha sido verdad en el pasado. Que siga siendo verdad en el presente y en el futuro depende de ti. Esto requiere una resolución tal que es inconmensurable. Cuando esta es total, entonces tenerla es lo más sencillo.

A menudo puedo leer las cartas más exquisitas de apertura y profunda realización. Son cartas que te han inspirado y que me han inspirado a mí, pero, en definitiva, estas cartas no significan nada. No representan nada cuando hasta el escritor de las cartas más profundas acaba cayendo en la tentación de los fenómenos. Reflejan la verdad, la despliegan, pero tu vida, tal como la vives ahora, es el reflejo de lo que realmente quieres.

Si lo que realmente deseas es la verdad, entonces vivirás rendido a ella, y no al despliegue fenoménico. Tanto si se trata del fenómeno del poder personal, de la excitación sexual o del poder espiritual, todo ello son trampas de la mente.

Cuando los fenómenos que han sido dejados de lado se presentan de otra manera, por otra puerta, prometiendo más gloria, más belleza, más emociones, el patrón habitual es volver a caer en el trance de los placeres pensando: ¡Oh!, sí. He estado esperando esto eternamente. Ya volveré después a la verdad.

¿No das la verdad por hecha cuando haces esto?

Si te rindes a la Verdad que ningún fenómeno puede tocar, eres libre. Entonces tu vida es un faro de libertad. Esta no tiene nada que ver con la comodidad o la incomodidad, con lo que te gusta o te disgusta, con la excitación o el aburrimiento. Es verdadera libertad. La verdad de tu ser es ella, y los fenómenos que se despliegan no son sino simples máscaras, vestimentas, nubes que pasan, momentos químicos/eléctricos.

La resolución no es algo casual. No es trivial. Es la posibilidad más extraordinaria, más rara, y más inusual de una vida. Al abrazar y rendirte a esta excepcional oportunidad, cuentas con el apoyo de todos los seres despiertos, en todos los reinos, a lo largo del tiempo, y después de él. Aún así, depende totalmente de ti. Recibes su apoyo, te animan, te activan, te seducen, pero todo sigue dependiendo de ti.

La verdadera rendición es el acto más despiadado de la vida. Es estar dispuesto a morir a toda esperanza de placer, a todos los deleites. Y después mira a ver qué recibes. No puedes rendirte a la verdad para conseguir más dicha. Has intentado hacer ese negocio y lo que has conseguido es más sufrimiento. Incluso el placer extremo viene acompañado de más padecimiento.

Debes esperar los despliegues más profundos, más vastos, más emocionantes de la tentación fenoménica. Debes aguardar que surja aquello que has ansiado en los rincones más ocultos de tu mente. Tanto si es una realización de poder personal, como la aparición de la anhelada pareja del alma, como de conseguir riquezas, o reconocimiento personal: cualquier cosa que te esté esperando se presentará.

La resolución no es un asunto trivial y lo que la hace complicada es el intento de aferrarse a cierta idea de gratificación personal. Paradójicamente, esto en sí es el infierno. Cuando estás dispuesto a afrontar plenamente cualquier tentación, sea horrible o exquisita, y a morir a todas las fantasías de gratificación personal, descubres que tú eres la gratificación misma.

Esta es la invitación de Rarnana y de Papaji. Puedes esperar que se te empuje, que tiren de ti, que te den la vuelta, que te ataquen por detrás y por el costado, que te ofrezcan dulces y flores, que te aporreen. A esto se le llama Leela, el divino teatro de la conciencia. Leela juega muy duro. Si estás rendido a la verdad, entonces el juego sólo introducirá tu mente todavía más en ella. Si, de hecho, estás rendido a alguna experiencia fenoménica, tu mente saldrá de la experiencia de que tú eres la gratificación misma y volverá a buscar "más", o algo "diferente", o "mejor": los nombres de las puertas del infierno.




Extracto del libro:
Libertad y resolución
Gangaji
Imágenes tomadas de internet
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