Posees una fuerza interior que te guía a tu tarea en la vida: lo que estás destinado a cumplir en el tiempo de tu existencia. En la infancia esta fuerza era clara para ti. Te dirigía a actividades y temas acordes con tus inclinaciones naturales, que despertaban una curiosidad honda y primaria.
En años posteriores, esa fuerza tiende a aparecer y desaparecer a medida que haces más caso a tus padres y compañeros, a las ansiedades diarias que te desgastan. Ésa puede ser la fuente de tu infelicidad: tu falta de contacto con lo que eres y lo que te vuelve único.
El primer paso a la maestría siempre es interno: saber quién eres y recuperar esa fuerza innata. Una vez resuelto esto, hallarás tu profesión y todo lo demás se aclarará. Nunca es demasiado tarde para iniciar este proceso.
Ley cotidiana: La maestría es un proceso y descubrir tu vocación es el punto de partida.
Maestría, I: Descubre tu llamado: tu tarea en la vida.
***Las leyes para todos los días: Meditaciones sobre poder, seducción, maestría, estrategia y naturaleza humana. Robert Greene.
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