A veces podríamos sentir una sensación interna de vacío. Cuando buscamos dentro, parece que no hay nada allí, por tanto nos distraemos con algo externo, como la comida o la televisión. Sin embargo, estas distracciones externas pasajeras, llenan el vacío de modo pasajero, capturan nuestra atención solo un momento. Cuando la distracción termina, vuelve el vacío.
¿Qué hay en el vacío que nos motiva a alejarnos de él? ¿En realidad es una mala sensación el vació? Cuando considera el significado literal de vacío, ¿cómo puede ser un problema? ¿Es posible que la ‘nada’ te haga daño? ¿En realidad es incomoda esa sensación de vacío o lo incomodo es la inquietud y la actividad de intentar distraerse o evitar el vació?
Esta es una distinción importante. Estamos acostumbrados a pensar que los sentimientos de carencia, vacío o la sensación de que falta algo, son problemáticos e incómodos. Pero, ¿es el vació la fuente de nuestro desasosiego? ¿O es nuestra reacción al vacío lo que ocasiona el malestar?
Incluyendo las historias que nos hacemos y los juicios que emitimos en relación al hecho de sentir el vació.
No es nuestra culpa la tendencia de evitar la sensación de vacío. Lo aprendimos de todo aquel que nos rodea y hace lo mismo. De hecho, hay una buena razón para evitar sentir un vacío—la sensación de hambre—pues necesitamos comer cuando tenemos hambre. Sin embargo, muchas veces interpretamos la sensación de carencia como una necesidad de comer. ¿Alguna vez ha comido sin tener hambre, para intentar distraerse o aliviar un sentimiento? Es posible vivir las sensaciones de vacío y carencia, y descubrir que no son tan malas. Inténtelo usted mismo:
Ejercicio: ¿Qué sucedería ahora mismo si solo diese cabida a cualquier sensación que tenga de vacío, carencia o de no ser suficiente? ¿Son dolorosas esas sensaciones, o son solo sensaciones? Quizá haya algo en particular que siente carece: fuerza, energía, autoestima; falta de entusiasmo o interés; una sensación de no tener suficiente seguridad; o una sensación de que ahora mismo no hay alegría o felicidad. Y sin embargo, ¿las sensaciones que le dejan saber que estas cosas parecen faltar, son incomodas? ¿Qué sucede si solo deja que esas sensaciones estén presentes un momento?
Claramente, nos simplificaría la vida si no tuviésemos que hacer nada en relación a estos sentimientos de carencia. Dedicamos tanto esfuerzo, actividad y lucha interna para conseguir aquello que pensamos carecer. Pero ¿Qué tal si está bien carecer algo? ¿Qué tal si está bien simplemente sentir vacío? ¡Qué alivio! ¡Mucho menos por hacer!
Aún más sorpresivo es descubrir que podemos disfrutar la sensación de vacío. Hay riqueza en el silencio, en la quietud, en el espacio en sí. Pasamos por alto la riqueza de los espacios de silencio interno. La mayoría de nosotros nos familiarizamos con ellos porque hemos estado evitándolos casi toda la vida. Igual que un catador de vinos puede hacer distinciones claras en el sabor y la calidad del vino, más que una persona que solamente haya probado el vino unas pocas veces, podemos convertirnos en catadores del vacío.
Quizá la mayor sorpresa es cuando descubrimos que precisamente aquello que sentimos carecer en una experiencia, podemos hallarlo justamente en el vacío en sí. Por ejemplo, si se siente débil, sin fortaleza y energía, y permanece presente a esa sensación de debilidad o carencia, puede notar una sensación más profunda y sutil de fortaleza apareciendo en el vacío.
La fortaleza, alegría, paz y amor que podemos encontrar en los espacios vacíos dentro de nosotros mismos, son mucho más sutiles que las emociones generadas por nuestros acostumbrados intentos de sentirnos fuertes, felices o amados. Sin embargo, cuando nos enfocamos en la fortaleza, alegría, paz o amor interno, la experiencia puede ser poderosa y real, a tal punto que supera nuestras expectativas. ¿Quién hubiese dicho que tras esa sensación de carencia, hallaríamos una infinita reserva de paz? ¡Qué sorpresa hallar alegría abundante bajo la sensación seca y vacía de falta de diversión!
Este principio—podemos hallar fortaleza, alegría, paz y amor dentro de la sensación de vacío y carencia—es una perspectiva nueva y radical.
Esta verdad solamente puede ser vista por completo sumergiéndose en sus experiencias de vacío. Ya que hacer esto va totalmente en contra de nuestro condicionamiento previo, debemos desarrollar el hábito de prestar atención a los sentimientos de vacío para poder descubrir las riquezas que allí nos esperan.
Esto sería más fácil de hacer si cada vez que dedicara atención a su sensación de vacío o carencia, de inmediato rebosara la sensación de paz o alegría. Pero la experiencia de vacío, como una cebolla, tiene muchas capas. Así que mientras se adentra a una sensación particular de vacío, puede encontrar un profundo sentido de fortaleza o amor, o podría descubrir una capa más profunda de condicionamiento. Inicialmente, la sensación de vacío o carencia puede empeorar. Al permitir la emoción de no ser suficiente, o de ser inadecuado, podrían surgir recuerdos dolorosos o una fuerte aversión a la sensación, lo cual dificulta mantener su atención en el vacío en sí. Cuando es distraído por algo o se evita la sensación de carencia, puede perder la oportunidad de descubrir algo más sobre la naturaleza de ese vacío, incluyendo cualquier cualidad sutil que pueda estar allí. Necesita desarrollar un nuevo hábito de permanecer con cada nueva capa de sensaciones y memorias, y posiblemente sensaciones más fuertes de vacío y carencia. Nada puede hacer para evocar los sentimiento de paz y alegría, únicamente permanecer con su experiencia, sea cual sea, hasta que surjan la paz y la alegría.
Extracto del libro:
Eso es eso
aka Nirmala
Fotografía tomada de internet
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