La mente tiene que amar y odiar, y la mente tiene que luchar continuamente entre estas dos cosas. Si no amas ni odias, vas más allá de la mente. ¿Dónde está la mente entonces? Dentro de ti, cuando la elección desaparece la mente desaparece. Aunque digas: "Me gustaría estar en silencio", nunca estarás en silencio porque tienes una preferencia. Este es el problema. La gente viene y me dice: "Me gustaría estar en silencio, no quiero tener más estas tensiones". Me dan lástima; lástima porque lo que dicen es estúpido. Al no querer más tensiones crearás otras nuevas, porque este no-querer creará una nueva tensión. Y si deseas mucho el silencio, si lo persigues demasiado, el propio silencio se convertirá en tensión. Debido a ello sentirás más inquietud aún.
¿Qué es el silencio? El silencio es un profundo entendimiento; un entendimiento de que el fenómeno de elegir te causa tensión. Aunque lo que prefieras sea el silencio, te pondrás tenso.
Entiéndelo, siéntelo; siempre que prefieres algo, te pones tenso; cuando no prefieres, no hay tensión, estás relajado. Y cuando estás relajado, tus ojos poseen cierta claridad; no están velados por nubes y sueños. No se mueven pensamientos en la mente; puedes ver a través de ella. Y cuando puedes ver la verdad, ello te libera. La verdad libera.
Sin embargo, haz la más mínima distinción, y el cielo y la tierra se distancian infinitamente.
Haz la más mínima distinción, la más mínima elección, y estarás dividido. Entonces tendrás un cielo y un infierno, y entre ellos dos serás aplastado.
Si quieres ver la verdad, no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.
Vive sin opiniones. Vive desnudo, sin ropa alguna, sin opiniones acerca de la verdad, porque la verdad detesta todas las opiniones. ¡Abandona todas tus filosofías, teorías, doctrinas, escrituras! ¡Abandona toda esa basura! Vive en silencio, sin elegir, con los ojos simplemente dispuestos a ver lo que hay, de ninguna manera esperando ver tus deseos realizados. No cargues con deseos. Se dice que el camino del infierno está completamente lleno de deseos, de buena voluntad, de esperanzas, de sueños, de arco iris, de ideales. El camino del cielo está absolutamente vacío.
¡Despréndete de todas las cargas! Cuanto más alto quieras llegar, más ligero tendrás que ir. Si quieres ir a los Himalayas tendrás que dejar toda la carga. Al final, cuando llegues al Gurisankar, al Everest, tendrás que dejarlo todo. Tendrás que ir completamente desnudo, porque cuanto más alto llegues, más ligero necesitarás estar. Y todas las opiniones son cargas. No alas. Sin opiniones, sin ninguna preferencia...
Si quieres ver la verdad, no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.
Si quieres saber la verdad no seas ni creyente ni ateo. No digas: "Dios existe", ni: "Dios no existe", porque lo que sea que digas se convertirá en un deseo profundo. Y proyectarás todo lo que haya oculto tras el deseo.
Si quieres ver a Dios como un Krishna con una flauta en sus labios, algún día lo verás; no porque Krishna esté ahí, sino tan sólo porque tienes una semilla de deseo que proyectas en la pantalla del mundo.
Si quieres ver a Jesús crucificado, lo verás. Lo que quieras se proyectará, pero es sólo un mundo de sueños; no te estás acercando a la verdad. No plantes ninguna semilla en tu interior: vive sin opinión, sin ningún pensamiento a favor o en contra, sin filosofía. Simplemente ve lo que hay. No lleves contigo ninguna mente. Vive sin mente.
Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet
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