Esta historia es ahora cosa del pasado. En la provincia de Chen-Si, cerca de la ciudad de Choan, había en aquel tiempo un hombre que alimentaba en su corazón un odio implacable contra el señor, Yang-Yu -Wei. Los motivos de este odio eran oscuros y lejanos, pero Yang tenía que morir. Éste acababa de casarse con una mujer graciosa y bella y de corazón recto.
Una mañana, el hombre se introdujo en la casa de Yang-Yu-Wei, que estaba ausente. Entonces agarró al padre de la esposa, lo ató, le puso un cuchillo en el cuello y dijo:
-¡Primera esposa, indícame dónde está tu marido o, si no, corto el cuello al anciano ahora mismo!
-Te lo diré -dijo la noble esposa, que había conservado la sangre fría-. Suelta a mi padre, vuelve esta noche y entra en la cámara nupcial. Yo duermo sobre la almohada del oeste, mi esposo sobre la del este. Podrás matarlo fácilmente.
El enemigo soltó al anciano y se fue.