viernes, 19 de julio de 2013

AYUDADOR PROFESIONAL


A veces el cambio es explorar una ruta que nadie antes ha recorrido.

Permítanme poner como ejemplo mi propia experiencia en un área quizás poco trascendente, pero que me servirá como ejemplo:

En mi propio camino de autoconocimiento, me di cuenta que la gente se fastidiaba conmigo cuando yo no sabía contestar a la simple pregunta: “¿A qué te dedicás?”.

No me sentía cómodo diciendo médico, ni psiquiatra, ni psicoanalista, ni psicoterapeuta. Así que descartaba todos esos calificativos.

Si bien tengo título de Médico, un médico es alguien que cura a la gente, y hace mucho comprendí que, por lo menos yo, nunca curé a nadie (cuanto mucho, alguien se curó a sí mismo al lado mío).

Psiquiatra ya no soy, porque un médico psiquiatra es alguien que se dedica a trabajar con enfermedades psiquiátricas, y si bien me entrené en la especialidad y trabajé durante más de diez años en hospitales e instituciones psiquiátricas como médico de planta, hace mucho tiempo que ya no lo hago.

Psicoanalista nunca llegué a ser porque en ningún momento apoyé mi trabajo en esa escuela: el psicoanálisis.

Psicoterapeuta podría ser, pero tampoco me dedico a hacer todo el tiempo psicoterapia, y encima la palabra terapeuta se refiere a la atención de los enfermos y yo trabajo más tiempo con pacientes sanos que con enfermos que sufren.

¿Qué hacer?

Mirar. Mirarme. Darme cuenta que aquello que yo sabía de mí no se correspondía con ninguna profesión que yo conociera y aceptar que no podía definir mi trabajo con alguna de las palabras mencionadas que los demás se ocupaban de colgar de mí. Pero escuchaba su reclamo y su necesidad de saber a qué me dedicaba.

Esta demanda me ayudó a saber que también yo necesitaba definirme.

Ya me había discriminado, no era lo que los demás eran, pero ¿qué era?
Así que tuve que buscar una nueva manera de definirme.
Y la encontré: ayudador profesional.

Lo de ayudador por la ayuda, y lo de profesional porque estoy entrenado para el trabajo y cobro por 
hacerlo. No tiene que ver con ninguna otra cosa, no es porque “profese” alguna doctrina, sino porque dicho en 
buen romance, de eso vivo.

Algunos colegas critican mi definición porque opinan que la palabra ayudador no suena muy formal (ellos 
también se discriminan de mí, ¡¡bravo!!), y la verdad es que no es una opinión tan errada, sobre todo en la 
medida en que yo me ocupo arduamente de no ser formal.
Por otra parte, aunque a la gente no le guste, a mí me parece hermosa la palabra ayudador, creo que 
tiene mucho que ver con mi postura sobre el sentido de trabajar en salud mental.

El modelo gestáltico de terapia fue inventado por Fritz Perls.
Al principio de su carrera, Perls empezó diciendo que él no podía curar a los pacientes y que, en lugar de 
la curación, él solamente podía ofrecerles el amor, que todo lo demás lo tenían que hacer solos. Más adelante 
les dijo que lo único que podía darles era herramientas, algunos recursos para que ellos se curaran a sí 
mismos.
En los últimos años de Esalem, cuando los pacientes lo iban a ver, Fritz les decía:

“Yo no tengo los recursos, y no tengo más amor para darte, no puedo darte ninguna cosa que no sepas, 
ni quiero hacerme responsable de tu sanación, lo único que puedo ofrecerte es un lugar donde vos, solo, vayas 
aprendiendo a ayudarte.”

Esta idea me parece muy importante y muy fuerte, porque a partir de allí, el vínculo que se establece 
entre el profesional y el paciente es nada más (y nada menos) que una herramienta para que éste se ayude a 
sí mismo.

A esto me refiero cuando digo que soy ayudador profesional.

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

jueves, 18 de julio de 2013

A-ME-CUM


La palabra amigo se deriva de la suma de tres monosílabos:

a-me-cum.

Aquel que está al lado, conmigo.

Qué bueno sería enrolarnos en esa lista.

Ya que voy a estar conmigo para siempre, qué bueno sería, entonces, ponerme conscientemente de mi lado...

Ya que estoy conmigo desde el principio y nadie sabe más de mí que yo (nadie, ni siquiera mi terapeuta), qué bueno sería ser un buen amigo de mí mismo, estar al lado mío haciendo y pensando en lo mejor para mí.

Querer hacer de mí mismo algo diferente de lo que soy no es el camino de saberse, es el camino de cambiarse. Y te digo desde ya lo que alguna vez repetiré más extensamente: intentar cambiarse no construye, es el camino equivocado, es un desvío, es una pérdida del rumbo.

El camino de saberse empieza en aceptar que soy este que soy, y trabajar partiendo de lo que voy descubriendo para ver qué voy a hacer conmigo, para ver cómo hago para ser mejor yo mismo, si es que me gusta ser mejor, pero sabiendo que está bien ser como soy, y en todo caso, estará mejor si puedo asistir a ese cambio.

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

¡¡¡QUEREMOS LLEGAR!!!


PRINCIPIO DEL AUTO-RESPETO Y LA DIGNIDAD PERSONAL


Decir que el “apego corrompe” significa bajo la abrumante urgencia afectiva somos capaces de atentar contra la propia dignidad personal. En esos momentos apremiantes, ni la moral ni los valores más apreciados parecerían ser suficientes para contener el alud. Todo vuela por los aires. Vendemos lo que no está en venta, negociamos con el respeto y nos arrastramos más allá de lo imaginable con tal de conseguir la dosis afectiva que necesitamos.

Umberto Eco decía ética comienza cuando los demás entran en escena. Eso es verdad. Pero la ética siempre incluye autoestima. La moral implica no hacerle a los otros lo que no me gustaría que me hicieran, o desear a los otros lo que anhelo para mí. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, lo dice todo. Es decir, de una u otra manera, siempre estoy incluido. Si no me quiero a mí mismo, no puedo amar ni respetar a los otros.

Como afirma Maturana: “En la infancia, el niño vive el mundo con la posibilidad de convertirse en un ser capaz de aceptar y respetar al otro desde la aceptación y el respeto de sí mismo”. Y más adelante concluye: “Y si el niño no puede aceptarse y respetarse a sí mismo, no puede aceptar ni respetar a otro. Temerá, envidiará o despreciará al otro, pero no lo aceptará ni respetará; y sin aceptación ni respeto por el otro como legítimo otro en la convivencia, no hay fenómeno social”.

El principio del autorrespeto y la dignidad intenta definir los límites de la soberanía personal. El reducto último, donde los principios y los valores me definen como humano. Lo que no es negociable. Cuando esos puntos están claros, nos volvemos invencibles porque sabemos cuándo pelear y cuándo no.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

miércoles, 17 de julio de 2013

DARSE CUENTA


Mi idea del autoconocimiento empieza por recordar que:

No es que uno tenga un cuerpo, sino que uno es un cuerpo.
No es que uno tenga emociones, sino que uno es las emociones que siente.
No es que uno tenga una manera de pensar, sino que uno es su manera de pensar.
En definitiva, que cada uno de nosotros es sus pensamientos, sus sentimientos, su propio cuerpo y es, al mismo tiempo, algo más: su esencia.
Cada uno de nosotros debe saber que es todo aquello que la alegoría del carruaje nos ayuda a integrar.
Si pretendo saberme, debo empezar por mirarme con una mirada ingenua.
Sin prejuicios, sin partir desde ningún preconcepto de cómo debería yo ser.
Nunca podré saberme si me busco desde la mirada crítica.

Es bastante común y, digo yo, bastante siniestro, analizar nuestras acciones y pensamientos con frases del estilo:
“¡Qué tarado que soy!”
“Tendría que haberme dado cuenta...”
“¿Cómo puedo ser tan estúpido?”
“¡¡Me quiero matar!!”

Etc., etc.


Yo digo que si uno pudiera transformar eso en una actitud más aceptadora, más cuidadosa, si uno 
pudiera decir:
“Me equivoqué. La próxima vez puedo tratar de hacerlo mejor...”
“Quizá sea bueno tomar nota de esto...”
“Lo hice demasiado a la ligera, mi ansiedad a veces no me sirve...”
“De aquí en adelante voy a buscar otras alternativas...”

Entonces los cambios serían paradójicamente más posibles.
Nadie hace un cambio desde la exigencia.
Nadie se modifica de verdad por el miedo.
Nadie crece desde la represión.

Qué bueno sería dejar de estar ahí, criticones y reprochadores...
Este es el único camino porque, en realidad, yo voy a tener que estar conmigo por el resto de mi vida, me 
guste o no. Corta o larga, mucha o poca, es mi vida, y voy a tener que estar a mi lado.

Del libro:
El Camino de la Auto-Dependencia
Jorge Bucay

CREENCIAS RELIGIOSAS HEREDADAS


Las creencias religiosas se heredan de generación en generación con una gran solemnidad, con un halo de misterio y con la consigna explícita o implícita de que no deben ser cuestionadas. Impartidas así, como verdades absolutas y sabiduría milenaria, despiertan en el individuo que las recibe, reverencia y respeto. “Si esto lo han repetido millones de personas por miles de años, debe ser verdad.” Esta es la conclusión a la que llega en su mente el pobre indoctrinado y empieza también a repetir como perico, sin entender. 

Del libro:
"Heridas Religiosas"
Anand Dílvar

18 PENSAMIENTOS PERTURBADORES


18 PENSAMIENTOS PERTURBADORES:

1. “Me quiere pero no se dá cuenta”
2. “Los problemas psicológicos que tiene, le impiden amarme
3. “Esa es su manera de amar”
4. “Me quiere, pero tiene impedimentos externos”
5. “Se va a separar”
6. “Nadie es perfecto” ó “Hay parejas peores”
7. “No es tan grave”
8. “No recuerdo que haya habido nada malo”
9. “Todavía me llama”,“Todavía me mira”,“Todavía pregunta por mí”
10. “Todavía hacemos el amor”
11. “Todavía no tiene otra persona”,Todavía está disponible”
12. “Se va a dar cuenta de lo que valgo”·
13. “Dios me va a ayudar”, “Me hice echar las cartas” o “Me hice la carta astral”
14. “Intentaré nuevas estrategias de seducción”
15. “Mi amor y comprensión lo curarán”
16. “Voy a dejarlo de a poquito”
17. “Solo seremos amigos”
18. “Sólo seremos amantes”

Ya hemos publicado cada uno de estos pensamientos perturbadores y su relación con el apego, Walter Riso los concluye a continuación.

.....Como habrás podido ver, la mente apegada utiliza infinidad de subterfugios y engaños para intentar salvar el amor extraviado. No importa qué tan inconveniente o dañino sea, la adicción afectiva no mide consecuencias. Es ciega por naturaleza.

Si estás en una relación enfermiza y tienes miedo de salirte, o has perdido a la persona que amas y no eres capaz de aceptarlo, es probable que utilices alguno de los dieciocho pensamientos perturbadores señalados. Todos obedecen a la misma necesidad: retener la fuente de apego mediante el autoengaño.

El principio del realismo no pide demasiado, porque no hay mucho que aprender sino desaprender. Quedarte quieto y mirar la realidad afectiva en la cual estás inmerso, es lo único que debes intentar. Si logras observar las cosas como realmente son, dejando los sesgos y las mentiras a un lado, tus esquemas irracionales comenzarán a tambalear. Aunque te duela el alma y tu organismo entre en crisis de abstinencia, no hay otro camino. La liberación afectiva y la ruptura de los viejos patrones de adicción no toleran la anestesia, porque las grandes revoluciones siempre exigen atención despierta. Además, tal como decía Kalil Gibrán: “Si no se rompe, ¿cómo logrará abrirse tu corazón?”

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso

martes, 16 de julio de 2013

VIVIR SIN SENTIMIENTOS DE CULPA



Diálogos en Twitter con Alejandro Jodorowsky sobre la culpa:

-¿Qué se hace cuando a una persona le rompiste el corazón y no te quiere perdonar y ni el paso del tiempo ayuda? ¡Que angustia!

- Es una culpa que tú cargas, ¡págala y te liberas! Envíale en forma anónima por correo, un billete de 500 euros.

-Hice algo de lo cual me arrepiento… y todos los dias lo recuerdo, ¿¿qué puedo hacer??

-Las culpas pueden pagarse. En la noche, abre un hoyo frente a donde vives y entierra un billete de 100 euros. Te sentirás liberada.

-Llevo 10 años con un dolor por la muerte de mi hermano, algún día dejará de doler?

Con el tiempo el dolor disminuye y el amor crece… siempre que ese dolor no encubra un sentimiento de culpa. No hacer el duelo al cabo de 10 años es continuar matándolo. Los muertos no sufren pero mientras tú sufras, él sufrirá en tu mente. Perdónalo y déjalo ir.

PESADILLAS


Siempre que la mente hace algo que va en contra de tu naturaleza, el inconsciente te brinda el mensaje... primero educadamente, pero si no escuchas, lo hace con una pesadilla.

Una pesadilla no es otra cosa que el grito del inconsciente, un grito de desesperación de que te estas alejando demasiado y que perderás por completo tu ser. ¡Vuelve a casa! Es como si un niño se perdiera en el bosque y la madre gritara el nombre del pequeño. Esa es exactamente la naturaleza de una pesadilla. Así que empieza a hacer amigo de tus sueños. 

Poco a poco veras que tu inconsciente y tu se acercan cada vez más. 

Cuanto más te acerques, menos sueños tendrás, porque entonces no hay necesidad del sueño. El inconsciente puede transmitir su mensaje incluso cuando estas despierto. No hay necesidad de que espere hasta que te duermas. 

Cuanto más cerca estés, más comienzan a superponerse el consciente y el inconsciente. Esa es una gran experiencia. Por primera vez te sientes como uno. Eso es el yoga, convertirse en uno. Sientes que surge una unidad. Ninguna parte de ti es negada. Has aceptado tu totalidad. Empiezas a ser completo.

Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 153

SOLO SEREMOS AMANTES


Un amante enamorado es un amante desubicado. Los juegos de placer, los ratos descansados, la pasión fluida y alegre que deben caracterizar a los buenos amantes, se convierten con la adicción en una maraña afectiva, un nudo gordiano donde cada intento por deshacerlo lo hace más fuerte. Un amante bien concebido es como una casita en un bosque de pinos: con ciervos, flores, aguas claras y rayos de sol atravesando las enormes copas de los árboles. Es un cuento de hadas donde hay sexo, afinidad y descomplique. Pero la cabaña de troncos no tiene losa. No permite otro piso ni construcciones aledañas. Más aún, si se intentara sobrecargarla, se caería por su propio peso.

Convertirnos en amantes de la persona amada, con la excusa de no alejarnos del todo, es la peor de las decisiones. No solamente impedimos la elaboración del duelo, sino que perpetuamos el sufrimiento por tiempo indeterminado. Y si la relación era muy mala o poco conveniente, peor, porque desperdiciamos una buena oportunidad para terminar de una vez por todas con la tortura de estar mal emparejado.

Del libro:

AMAR O DEPENDER
Walter Riso
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...