martes, 27 de abril de 2021
CUENTO ZEN "EL CIELO Y EL INFIERNO"
Un guerrero de fama y fuerte carácter luego de recorrer un largo camino se dirige a una escarpada montaña, lugar de habitación de un solitario y sabio maestro del budismo (probablemente un sacerdote).
Cuando llega a la morada del sabio luego de una agotadora jornada saluda respetuosamente al monje, el cual guarda silencio sin moverse de su posición.
Luego le dice: He venido hasta aquí desde muy lejos para saber de un sabio como Usted ¿cuál es el camino hacia el cielo y el infierno? El monje impasible mantuvo el silencio sin mirarlo siquiera. El guerrero algo irritado le increpa diciendo: ¡He subido esta escarpada montaña, he recorrido un largo camino en busca de sabiduría y quiero que me responda ¿cuál es el camino entre el cielo y el infierno? El monje no mostró siquiera un cambio de actitud, como si fuera una escultura.
El guerrero reaccionó sulfurado e iracundo diciendo: ¡¡He hecho un gran esfuerzo por estar aquí, no permitiré que me faltes así el respeto!! Y levantó su espada con la cierta intención de darle muerte. En ese momento el monje levanta su mano indicando con su dedo índice al guerrero y exclama con voz firme: ¡Ese es el camino del infierno! Sorprendido y avergonzado el guerrero envaina lentamente su espada. El monje con voz tranquila le dice: Ese es el camino del cielo.
Tomado de:
Sabiduría de los Maestros Orientales
“Cuentos, Frases y Pensamientos"
Janc Reiki Ho Ryu
Fotografía tomada de internet
lunes, 26 de abril de 2021
CUENTO ZEN "TRANSITORIO"
Un famoso profesor espiritual llegó hasta la puerta del palacio del rey. Ninguno de los guardias intentó detenerlo mientras entraba y caminaba hacia donde el mismo rey estaba sentado en su trono.
“¿Qué quiere?”, preguntó el rey, reconociendo inmediatamente al visitante.
“Quisiera un lugar para dormir en esta posada”, contestó el maestro.
“Pero esta no es una posada”, dijo el rey, “es mi palacio”
“¿Puedo preguntar quién era el dueño de este palacio antes de usted?”
“Mi padre. Él está muerto”
“¿Y quién era el dueño antes de él?”
“Mi abuelo. Él también está muerto”
“¿Y este lugar en donde la gente vive por un corto tiempo y después se muda, acaso le oí decir que no es una posada?”
Tomado de:
Sabiduría de los Maestros Orientales
“Cuentos, Frases y Pensamientos"
Janc Reiki Ho Ryu
Fotografía tomada de internet
domingo, 25 de abril de 2021
¿ENSEÑAR A CANTAR A LOS CERDOS...?
Hay un delicioso refrán de un autor norteamericano que cito frecuentemente: "No le enseñes a cantar a un cerdo; pierdes el tiempo e irritas al cerdo". He tenido que aprender la lección y he abandonado mis intentos de enseñar a cantar a los cerdos.
Ahora planteo:
-¿No quieres escuchar lo que digo?
¡Adiós! ...
Ninguna discusión. No discuto. Estoy listo para explicar, listo para aclarar: ¿por qué tratar de discutir? No vale la pena. De modo que pregunto:
-¿Alguna vez sufriste algún conflicto interno? ¿Quieres decir que todas tus relaciones están bien?, ¿con todos?
- Bueno, no.
- Tu vida es un enredo. ¿Quieres decir que disfrutas de cada minuto de tu vida?
- Bueno, no del todo.
-¿Comprendes lo que te dije?: ... es un enredo.
-¡Eh! Espere un minuto, ¡la encarnación...!
- Sí, sí, ... ¡Adiós! "Después te veo, bicho feo."
¿Por qué discutir? Mejor afirmar:
- No estoy interesado en discutir contigo. Punto. Lo sé porque lo estuve haciendo todo el tiempo. No estoy interesado en discutir. O enfrentas el hecho de que tu vida es un enredo o no lo haces. ¿No quieres enfrentarlo? No tengo nada que decirte. Y "tu vida es un enredo" significa que estás acongojado, por lo menos ocasionalmente, te sientes solo, este vacío te está mirando fijamente, estás asustado... ¿estás asustado?
- Sí.
- Tu vida es un enredo.
- ¿Quiere decir que se supone que no debemos tener miedo?
- No, señor (o señora, según sea el caso); ¡no! se supone que no debemos tener miedo.
- ¿De nada?
- De nada.
- Pero Mahoma...
- Perdón, nos ocuparemos de Mahoma luego, ¿está bien? Hablemos de ti...¿No sabes lo que significa ser intrépido, no tener miedo? La tragedia es que no crees que lo puedes lograr. Sin embargo, ¡es tan fácil!
Como te dijeron que no se puede lograr, nunca tratas de ser intrépido. Pero a lo largo de toda la Biblia está dicho que es posible y tú no lo comprenderás, porque te han dicho que no se puede lograr.
-¿Estás angustiado por el futuro? ¿Tienes algún resabio de angustia, de preocupación, de desconcierto?
- Sí.
-¡Estás en un enredo! ¿Qué te parece?
¿Quieres aclararlo? Yo podría aclararlo en cinco minutos, si tu grado de preparación es adecuado. No tienes que mudarte de esa silla; sentado en ella podrías resolverlo en cinco minutos. No se trata de un recurso publicitario. Lo digo en serio, es algo tan sencillo y tan terriblemente importante que la gente no le acierta. Y tú lo puedes alcanzar.
Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet
sábado, 24 de abril de 2021
DONDE EMPIEZA EL CAMINO
Otro hombre también sabía esto. En la Epístola a los Filipenses san Pablo dice: "He aprendido a contentarme con lo que tengo..." (Flp 4, 11). ¡Está en la Biblia! La fórmula está en la Biblia. Yo te explicaré cómo ponerla en práctica, aunque la manera de hacerlo está allí también; la fórmula está completa... Esto es lo que dice san Pablo: "He aprendido a contentarme con lo que tengo... he aprendido a ser autosuficiente."(Me achacarán quizás que la Biblia no dice "autosuficiente"; pero este no será más que el comienzo de los ataques.)
"He aprendido a ser autosuficiente" significa: "Sé andar escaso y sobrado. Estoy avezado a todo y en todo: a la saciedad y al hambre, a la abundancia y a la privación.
Todo lo puedo en Aquel que me conforta."
Un poco antes dice san Pablo: "Regocijaos en el Señor, siempre regocijaos. Yo lo repito: "Regocijaos." Pienso en Ramchandra en Calcuta, pienso en aquella víctima del sida en Saint Louis. A eso se refiere San Pablo. ¡Lo había leído durante toda mi vida y nunca lo había entendido! Sus palabras se dirigían a mí y yo no las había comprendido.
Bueno, supongamos que tú quieres comprenderlas, ¿qué debes hacer?
Primero, deberás entender un par de verdades acerca de ti mismo. Luego, te arrojaré la fórmula, para que hagas lo que quieras con ella.
¿Qué debes entender acerca de ti mismo? Ante todo, que tu vida es un enredo.
¿No te gusta oírlo? Bueno, quizás eso prueba que es cierto. Tu vida es un enredo.
Quizás me dirás:
- Puede ser.
Si eres como la persona promedio con la que me tropecé siempre, tu vida es un enredo.
Me dirás:
- ¿Qué significa eso de que mi vida es un enredo? Me va muy bien en mis estudios, tengo padres buenos, tengo buenas relaciones con mi familia, tengo un novio (o una novia, según sea el caso), todos me quieren, me va bien en el deporte y tengo una carrera muy brillante por delante.
- Oh, ¿sí?
- Sí.
- ¿Piensas que tu vida no es un enredo?
Respondes:
- No.
- Oh, dime - aquí está la prueba de fuego -, ¿nunca te sientes solo?, ¿tienes alguna congoja?, ¿alguna vez te alteras por algo?
-¿Quiere decir que no debemos alterarnos?
-¿Quieres la respuesta limpia, clara y sencilla?
-¡Sí!
-¡No!
-¿Quiere decir: no alterarse por nada?
- Correcto, me oíste: ¡no!
-¡Cállese! No quiero escuchar más.
-¿Comprendes lo que quiero decir?
- No.
Como la mayoría de la gente, tienes una teoría: "Debes perturbarte o no eres humano."
Muy bien, adelante entonces, pertúrbate. Buena suerte: ¡Adiós!
Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet
viernes, 23 de abril de 2021
8. LA PRUEBA DE LA VERDAD
¿Puede haber alguna prueba de la verdad? En ocasiones, Maharaj hace esta pregunta, como si se la plantease a sí mismo. ¿Puede haber una comprensión intelectual de la verdad?
Además de un intelecto agudo, dice Maharaj, el que busca la verdad debe tener fe para poder comprender sus fundamentos. Y esta fe debe ser tal que por ella se acepten las palabras del gurú como si fuesen la verdad de Dios mismo. La fe es el primer paso y no es posible progreso alguno si no se da antes el primer paso.
Existe gente sencilla que, a pesar de no estar dotada de un agudo intelecto, tiene una gran fe. Maharaj da a estas personas un Mantra y les pide que lo canten y que mediten hasta que su mente se purifique lo suficiente para recibir el conocimiento.
Con los intelectuales, empero, Maharaj tiene que comportarse en forma distinta. El intelectual entiende lo que las diversas religiones pregonan, el código ético y moral que prescriben, al igual que los conceptos metafísicos que bosquejan, pero no recibe la iluminación. Lo que él busca en realidad es la verdad, el factor constante que no está sujeto a cambio alguno. Lo que es más, desea una prueba, aunque no es capaz de decir qué tipo de prueba lo satisfaría. Toda prueba, como tal, estaría a su vez sujeta al espacio y tiempo, y el intelectual es bastante inteligente para darse cuenta de ello. La verdad, para serlo, debe ser atemporal e ilimitada. Maharaj dice que cualquier persona inteligente debe admitir que "yo soy", el sentido de la presencia conciente, de "ser", es la única verdad de la que todo ser sensible tiene conocimiento y que, además, es la única "prueba" posible. Y, no obstante, la sola existencia no puede equipararse con la verdad por la simple razón de que la existencia misma no es atemporal e ilimitada, como lo es la Realidad.
Maharaj aclara suficientemente en sus conversaciones este estancamiento. Un ciego, por ejemplo, podría decir: "Pruébame que existen los colores, sólo entonces creeré toda tu hermosa descripción del arco iris".
Siempre que le plantean a Maharaj este tipo de preguntas, responde diciendo: "¡Pruébame que existe algo llamado Bombay, Londres o Nueva York!" Cualquier sitio, dice, tiene la misma tierra, aire, agua, fuego y cielo. Uno no puede, para decirlo de otra manera, buscar la verdad como si fuese un objeto, ni puede describirla tampoco; sólo puede sugerirse o mostrarse, pero no es posible expresarla en palabras, pues la verdad no puede concebirse. Cualquier cosa concebida será por ello un objeto, y la verdad no es un objeto.
Como lo expresa Maharaj: "No se puede comprar la verdad como si fuese algo certificado con un sello que diga "Verdad". Todo intento de hallar la prueba de la verdad supondría una división de la mente en sujeto y objeto y, por lo tanto, la respuesta no podría ser la verdad, pues no hay nada objetivo en la verdad, que en esencia es subjetividad pura".
El proceso completo, dice Maharaj, es como un perro que se muerde la cola. Cuando se busca una solución a este enigma debe analizarse el problema mismo. ¿Quién es el que busca la prueba de la Verdad o de la Realidad? ¿Entendemos con claridad lo que somos? Toda existencia es objetiva. Todos "existimos" únicamente como objetos, como meras apariencias en la conciencia que nos percibe. ¿Hay alguna prueba de que "nosotros" mismos (quienes buscamos una prueba de la Realidad) existimos de otra forma que no sea como objetos de conocimiento en la mente de otra persona?
Al buscar una prueba de la verdad, lo que tratamos de hacer es equivalente a la pretensión de una sombra que busca una prueba de la sustancia. En consecuencia, Maharaj nos exhorta a que veamos lo falso como falso y de este modo no habrá más búsqueda de la verdad. "¿Has entendido lo que quiero decir?", pregunta entonces.
¿Te das cuenta de manera intuitiva de cuál es el punto? ¡Aquello que se busca es el buscador mismo!
¿Puede un ojo verse a sí mismo? Trata de entender, dice: intemporalidad e infinitud, no cognoscibles de manera sensorial, eso es lo que somos; temporalidad, finitud y posibilidad de ser conocidos de modo sensorial es lo que parecemos ser en tanto objetos separados. Reflexiona sobre lo que eras antes de asumir la forma física. ¿Necesitabas entonces alguna prueba de algo? El problema de una prueba tal sólo se plantea en la existencia relativa y toda prueba ofrecida dentro de los parámetros de la existencia relativa no puede ser más que una mentira.
Tomado del libro:
El buscador es lo buscado
Puntos clave de la enseñanza de Nisargadatta Maharaj
Ramesh Balsekar
Imágenes de Internet
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