sábado, 24 de abril de 2021
DONDE EMPIEZA EL CAMINO
Otro hombre también sabía esto. En la Epístola a los Filipenses san Pablo dice: "He aprendido a contentarme con lo que tengo..." (Flp 4, 11). ¡Está en la Biblia! La fórmula está en la Biblia. Yo te explicaré cómo ponerla en práctica, aunque la manera de hacerlo está allí también; la fórmula está completa... Esto es lo que dice san Pablo: "He aprendido a contentarme con lo que tengo... he aprendido a ser autosuficiente."(Me achacarán quizás que la Biblia no dice "autosuficiente"; pero este no será más que el comienzo de los ataques.)
"He aprendido a ser autosuficiente" significa: "Sé andar escaso y sobrado. Estoy avezado a todo y en todo: a la saciedad y al hambre, a la abundancia y a la privación.
Todo lo puedo en Aquel que me conforta."
Un poco antes dice san Pablo: "Regocijaos en el Señor, siempre regocijaos. Yo lo repito: "Regocijaos." Pienso en Ramchandra en Calcuta, pienso en aquella víctima del sida en Saint Louis. A eso se refiere San Pablo. ¡Lo había leído durante toda mi vida y nunca lo había entendido! Sus palabras se dirigían a mí y yo no las había comprendido.
Bueno, supongamos que tú quieres comprenderlas, ¿qué debes hacer?
Primero, deberás entender un par de verdades acerca de ti mismo. Luego, te arrojaré la fórmula, para que hagas lo que quieras con ella.
¿Qué debes entender acerca de ti mismo? Ante todo, que tu vida es un enredo.
¿No te gusta oírlo? Bueno, quizás eso prueba que es cierto. Tu vida es un enredo.
Quizás me dirás:
- Puede ser.
Si eres como la persona promedio con la que me tropecé siempre, tu vida es un enredo.
Me dirás:
- ¿Qué significa eso de que mi vida es un enredo? Me va muy bien en mis estudios, tengo padres buenos, tengo buenas relaciones con mi familia, tengo un novio (o una novia, según sea el caso), todos me quieren, me va bien en el deporte y tengo una carrera muy brillante por delante.
- Oh, ¿sí?
- Sí.
- ¿Piensas que tu vida no es un enredo?
Respondes:
- No.
- Oh, dime - aquí está la prueba de fuego -, ¿nunca te sientes solo?, ¿tienes alguna congoja?, ¿alguna vez te alteras por algo?
-¿Quiere decir que no debemos alterarnos?
-¿Quieres la respuesta limpia, clara y sencilla?
-¡Sí!
-¡No!
-¿Quiere decir: no alterarse por nada?
- Correcto, me oíste: ¡no!
-¡Cállese! No quiero escuchar más.
-¿Comprendes lo que quiero decir?
- No.
Como la mayoría de la gente, tienes una teoría: "Debes perturbarte o no eres humano."
Muy bien, adelante entonces, pertúrbate. Buena suerte: ¡Adiós!
Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet
viernes, 23 de abril de 2021
8. LA PRUEBA DE LA VERDAD
¿Puede haber alguna prueba de la verdad? En ocasiones, Maharaj hace esta pregunta, como si se la plantease a sí mismo. ¿Puede haber una comprensión intelectual de la verdad?
Además de un intelecto agudo, dice Maharaj, el que busca la verdad debe tener fe para poder comprender sus fundamentos. Y esta fe debe ser tal que por ella se acepten las palabras del gurú como si fuesen la verdad de Dios mismo. La fe es el primer paso y no es posible progreso alguno si no se da antes el primer paso.
Existe gente sencilla que, a pesar de no estar dotada de un agudo intelecto, tiene una gran fe. Maharaj da a estas personas un Mantra y les pide que lo canten y que mediten hasta que su mente se purifique lo suficiente para recibir el conocimiento.
Con los intelectuales, empero, Maharaj tiene que comportarse en forma distinta. El intelectual entiende lo que las diversas religiones pregonan, el código ético y moral que prescriben, al igual que los conceptos metafísicos que bosquejan, pero no recibe la iluminación. Lo que él busca en realidad es la verdad, el factor constante que no está sujeto a cambio alguno. Lo que es más, desea una prueba, aunque no es capaz de decir qué tipo de prueba lo satisfaría. Toda prueba, como tal, estaría a su vez sujeta al espacio y tiempo, y el intelectual es bastante inteligente para darse cuenta de ello. La verdad, para serlo, debe ser atemporal e ilimitada. Maharaj dice que cualquier persona inteligente debe admitir que "yo soy", el sentido de la presencia conciente, de "ser", es la única verdad de la que todo ser sensible tiene conocimiento y que, además, es la única "prueba" posible. Y, no obstante, la sola existencia no puede equipararse con la verdad por la simple razón de que la existencia misma no es atemporal e ilimitada, como lo es la Realidad.
Maharaj aclara suficientemente en sus conversaciones este estancamiento. Un ciego, por ejemplo, podría decir: "Pruébame que existen los colores, sólo entonces creeré toda tu hermosa descripción del arco iris".
Siempre que le plantean a Maharaj este tipo de preguntas, responde diciendo: "¡Pruébame que existe algo llamado Bombay, Londres o Nueva York!" Cualquier sitio, dice, tiene la misma tierra, aire, agua, fuego y cielo. Uno no puede, para decirlo de otra manera, buscar la verdad como si fuese un objeto, ni puede describirla tampoco; sólo puede sugerirse o mostrarse, pero no es posible expresarla en palabras, pues la verdad no puede concebirse. Cualquier cosa concebida será por ello un objeto, y la verdad no es un objeto.
Como lo expresa Maharaj: "No se puede comprar la verdad como si fuese algo certificado con un sello que diga "Verdad". Todo intento de hallar la prueba de la verdad supondría una división de la mente en sujeto y objeto y, por lo tanto, la respuesta no podría ser la verdad, pues no hay nada objetivo en la verdad, que en esencia es subjetividad pura".
El proceso completo, dice Maharaj, es como un perro que se muerde la cola. Cuando se busca una solución a este enigma debe analizarse el problema mismo. ¿Quién es el que busca la prueba de la Verdad o de la Realidad? ¿Entendemos con claridad lo que somos? Toda existencia es objetiva. Todos "existimos" únicamente como objetos, como meras apariencias en la conciencia que nos percibe. ¿Hay alguna prueba de que "nosotros" mismos (quienes buscamos una prueba de la Realidad) existimos de otra forma que no sea como objetos de conocimiento en la mente de otra persona?
Al buscar una prueba de la verdad, lo que tratamos de hacer es equivalente a la pretensión de una sombra que busca una prueba de la sustancia. En consecuencia, Maharaj nos exhorta a que veamos lo falso como falso y de este modo no habrá más búsqueda de la verdad. "¿Has entendido lo que quiero decir?", pregunta entonces.
¿Te das cuenta de manera intuitiva de cuál es el punto? ¡Aquello que se busca es el buscador mismo!
¿Puede un ojo verse a sí mismo? Trata de entender, dice: intemporalidad e infinitud, no cognoscibles de manera sensorial, eso es lo que somos; temporalidad, finitud y posibilidad de ser conocidos de modo sensorial es lo que parecemos ser en tanto objetos separados. Reflexiona sobre lo que eras antes de asumir la forma física. ¿Necesitabas entonces alguna prueba de algo? El problema de una prueba tal sólo se plantea en la existencia relativa y toda prueba ofrecida dentro de los parámetros de la existencia relativa no puede ser más que una mentira.
Tomado del libro:
El buscador es lo buscado
Puntos clave de la enseñanza de Nisargadatta Maharaj
Ramesh Balsekar
Imágenes de Internet
jueves, 22 de abril de 2021
APRENDA DE LA NATURALEZA
Puedo entender que si estoy en una situación desagradable o insatisfactoria y acepto completamente el momento como es, no habrá sufrimiento o infelicidad. Me habré elevado por encima de ella. Pero aún no puedo entender bien de dónde vendrá la energía o motivación para actuar y producir el cambio si no hay cierta cantidad de insatisfacción.
Eckhart Tolle:
En el estado de entrega, usted ve muy claramente lo que debe hacerse y actúa, haciendo una cosa cada vez y concentrándose en una cosa a la vez. Aprenda de la naturaleza: vea cómo todo se logra y cómo el milagro de la vida se despliega sin insatisfacción o infelicidad. Por eso Jesús dijo: "miren los lirios, cómo crecen; ni se afanan ni se enredan".
Si su situación general es insatisfactoria o desagradable, separe este instante y entréguese a lo que es. Esa es la linterna que atraviesa la niebla. Su estado de conciencia deja entonces de ser controlado por las condiciones externas. Usted ya no depende de la reacción y la resistencia.
Entonces mire los detalles específicos de la situación. Pregúntese a sí mismo: "¿Hay algo que pueda hacer para cambiar la situación, mejorarla o apartarme de ella?" Si es así, actúe apropiadamente. No se concentre en las cien cosas que hará o podría hacer en el futuro sino en la única que puede hacer ahora. Eso no significa que no deba planear. Puede ser que esa planeación sea lo único que puede hacer ahora. Pero asegúrese de no empezar a proyectar "películas mentales", a proyectarse a sí mismo hacia el futuro y a perder así el Ahora. Cualquier acción que usted emprenda puede no producir fruto inmediatamente. Hasta que lo haga, no se resista a lo que es. Si no puede actuar y tampoco se puede apartar de la situación, úsela para ayudarle a profundizar más en la entrega, para profundizar más en el Ahora, en el Ser. Cuando usted entra en esta dimensión intemporal del presente, el cambio llega a veces de forma extraña sin necesidad de mucha acción de su parte. La vida se vuelve cooperadora y viene en su ayuda. Si factores internos, como el miedo, la culpa o la inercia le impiden actuar, se disolverán a la luz de su presencia consciente.
No confunda la entrega con una actitud de "Nada me puede molestar ya" o "Ya no me importa". Si lo mira de cerca, descubrirá que tal actitud está teñida de negatividad en forma de resentimiento oculto y por lo tanto no es entrega sino resistencia enmascarada. Según se entrega, dirija su atención hacia el interior para comprobar si queda alguna huella de resistencia dentro de usted. Esté muy alerta cuando lo haga; de otra forma la resistencia puede seguir ocultándose en algún rincón oscuro, en forma de un pensamiento o una emoción no reconocidos.
Del libro:
El Poder del Ahora
Eckhart Tolle
Imagen tomada del internet
miércoles, 21 de abril de 2021
LA MUJER ES EL PILAR DE LA FAMILIA (4to mandato social)
Veamos algunos de los mandatos sociales que nos impiden resolver satisfactoriamente nuestra vida afectiva y ponerle límites al amor enfermo.
Primer mandato social: "La separación es un fracaso"
Segundo mandato social: "Qué va a pensar la gente si me separo"
Tercer mandato social: "Mi deber es luchar por el matrimonio"
Cuarto mandato social: "La mujer es el pilar de la familia"
Me pregunto: ¿Y el varón? Sin querer ser extremista, es obvio que la sociedad patriarcal ha intentado endilgarle responsabilidades irracionales a la mujer para limitar su crecimiento y someterla. Si la mujer en verdad es el pilar de la familia, nunca podrá actuar pensando en sí misma, porque llevará sobre sus hombros una doble carga: el deber ancestral y el pecado original. ¿Ha cambiado radicalmente la cosa? No tanto como debería, las viejas ordenanzas siguen estando subrepticiamente en el subconsciente colectivo. ¿Cómo olvidar la orden bíblica dada a Eva en el Génesis 3:16?: "Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará". Poner la autoestima en manos de otro ha sido la regla; buscar el matrimonio ideal y ser la esposa perfecta, la meta. Esta frase de san Bernardino, un franciscano del siglo XV, sigue vigente en más de un grupo social: "Tal como el sol es el ornamento del cielo, así la sabia y prudente esposa es el ornamento del hogar".
En realidad, los pilares de la familia (no el pilar) son todos los adultos responsables que hacen parte del grupo familiar: padre, madre e hijos. La idea de que "la reina manda en palacio" es un invento de los reyes para que ellas pudieran sentirse poderosas, un reparto del poder malintencionado para no correr riesgos, pura distracción política. No descarto la posibilidad de que algunas mujeres se sientan orgullosas de ser el sostén moral de la familia y que obtengan una sensación de auto-realización al asumir ese papel. Sin embargo, en situaciones difíciles, cuando el amor ha cruzado los límites de lo aceptable, este mandato puede devolverse como un bumerán y eclipsar la posibilidad de construir una nueva vida.
Sentirse la columna vertebral de la familia lleva, tarde que temprano, a la abnegación total, ya que el costo de no querer asumir el papel asignado implicaría el "derrumbe de la sociedad" o el "sufrimiento de los integrantes de la familia". Culpa y responsabilidad ilimitadas: la mujer es la reserva moral y espiritual de la humanidad. ¡Qué carga! Es evidente que si una mujer se cree este cuento, nunca se dará por vencida frente al desamor y tratará de defender a toda costa su relación de pareja, así muera en el intento.
Cada golpe, insulto o desprecio será asumido con la entereza del mártir o la valentía de la heroína. El deber manda y fustiga. Como veremos más adelante, el culto al sufrimiento ha calado muy hondo en la construcción social del imaginario femenino
Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet
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