miércoles, 29 de julio de 2020

LINTERNA EN PLENO DÍA


Un sacerdote paseaba en pleno día por el mercado llevando una linterna encendida. Así provisto, paseaba en círculos por el bazar. Un importuno le dijo: 

«¿Por qué entras así en todas las tiendas? ¿Qué buscas? ¿A qué viene que, cuando es pleno día, busques algo a la luz de una linterna?». 

El sacerdote respondió: 

«¡Busco a un hombre vivo y que tenga el aliento de un santo! 

—¡Pues bien, mira! dijo el hombre, ¡este bazar está lleno de una multitud de gente! 

—¡No! dijo el sacerdote, ¡busco a un hombre que pueda controlar su deseo y su cólera! Uno que siga siendo hombre en lo más fuerte del deseo. Querría que un hombre así me pisase como polvo, para que pudiese sacrificar mi alma por él. 

—Buscas una cosa muy rara. Tus actos demuestran que tienes muy poco en cuenta al destino. Tú no ves más que la apariencia, pero lo esencial es decidido por el destino. Y, cuando el destino se realiza, incluso los cielos quedan asombrados. Intentar negar eso es disminuir el universo. El destino puede transformar la piedra en agua. Tú, que has visto girar la muela del molino, ven, pues, a ver el río que la mueve. ¿Tú has visto volar el polvo? Mira más bien al viento que es la causa de ello. Tú ves la marmita de las ideas que hierve. Sé razonable y mira mejor el fuego que está debajo y que la hace hervir. No te preocupes de la paciencia y piensa en el que te ha ofrecido la paciencia. ¡Pretendes haber visto algo, pero tus actos demuestran que no has visto nada en absoluto! Admira el océano antes que la espuma, pues el que no ve más que la espuma cae en la manía del secreto, mientras que el que ve el océano cae en la admiración. Transforma su corazón en océano. Quien ve la espuma sufre de vértigo y da vueltas en redondo, pero quien ha visto el océano no conoce la duda».


150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

domingo, 26 de julio de 2020

NO HAY LÍNEAS RECTAS


TAO TE KING: PRINCIPIO 58


Quien gobierna con quietud y discreción,
tiene súbditos leales y honrados.

Quien gobierna con dureza y perspicacia,
tiene súbditos arteros y de poca confianza.

La desdicha tiene su origen en la dicha.
La dicha acecha a la desdicha.

Lo supremo es no dar órdenes,
¿pero quién se da cuenta de ello?

De otro modo, el orden se trueca en arbitrariedad,
lo bueno, en superstición,
y los días obcecados
reinan largamente sobre el pueblo.

El Sabio es un modelo, mas no coarta,
es exhaustivo y no hiere,
es auténtico, pero sin caprichos,
es brillante y no deslumbra.


Extracto del libro:
Lao-Tsé
Tao Te King
Fotografía tomada de internet

sábado, 25 de julio de 2020

CREENCIAS


LOS BAMBÚES


Nuestro perro, Brownie, estaba sentado en tensión, las orejas aguzadas, la cola meneándose tensamente, los ojos alerta, mirando fijamente hacia la copa del árbol. Estaba buscando a un mono. El mono era lo único que en ese momento ocupaba su horizonte consciente. Y, dado que no posee entendimiento, no había un solo pensamiento que viniera a turbar su estado de absoluta absorción: no pensaba en lo que comería aquella noche, ni si en realidad tendría algo que comer, ni en dónde iba a dormir. Brownie era lo más parecido a la contemplación que yo haya visto jamás. 

Tal vez tú mismo hayas experimentado algo de esto, por ejemplo cuando te has quedado completamente absorto viendo jugar a un gatito. He aquí una fórmula, tan buena como cualquier otra de las que yo conozco, para la contemplación: Vive totalmente en el presente. 

Y un requerimiento absolutamente esencial, por increíble qué parezca: Abandona todo pensamiento acerca del futuro y acerca del pasado. Debes abandonar, en realidad, todo pensamiento toda frase, y hacerte totalmente presente. Y la contemplación se produce. 

Después de años de entrenamiento, el discípulo pidió a su maestro que le otorgara la iluminación. El maestro  le condujo a un bosquecillo de bambúes y le dijo: «Observa qué alto es ese bambú. Y mira aquel otro, qué corto es». 

Y en aquel mismo momento el discípulo recibió la iluminación. 

Dicen que Buda intentó practicar toda espiritualidad, toda forma de ascetismo, toda disciplina de cuantas se practicaban en la India de su época, en un esfuerzo por alcanzar la iluminación. Y que todo fue en vano. Por último, se sentó un día bajo un árbol que le dicen 'bodhi' y allí recibió la iluminación. Más tarde transmitió el secreto de la iluminación a sus discípulos con palabras que 'pueden parecer enigmáticas a los no iniciados, especialmente a los que se entretienen en sus pensamientos: «Cuando respiréis profundamente, queridos monjes, sed conscientes de que estáis respirando profundamente. Y cuando respiréis superficialmente, sed conscientes de que estáis respirando superficialmente. Y cuan­do respiréis ni muy profunda ni muy superficialmente, queridos monjes, sed conscientes de que estáis respirando ni muy profunda ni muy superficialmente». Conciencia. Atención. Absorción. Nada más. 

Esta forma de quedarse absorto podemos observarla en los niños, que son quienes tienen fácil acceso al Reino de los Cielos.


Del libro:
Anthony de Mello 
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...