Quien gobierna con quietud y discreción,
tiene súbditos leales y honrados.
Quien gobierna con dureza y perspicacia,
tiene súbditos arteros y de poca confianza.
La desdicha tiene su origen en la dicha.
La dicha acecha a la desdicha.
Lo supremo es no dar órdenes,
¿pero quién se da cuenta de ello?
De otro modo, el orden se trueca en arbitrariedad,
lo bueno, en superstición,
y los días obcecados
reinan largamente sobre el pueblo.
El Sabio es un modelo, mas no coarta,
es exhaustivo y no hiere,
es auténtico, pero sin caprichos,
es brillante y no deslumbra.
Extracto del libro:
Lao-Tsé
Tao Te King
Fotografía tomada de internet
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