sábado, 18 de abril de 2020

BEBER EL RÍO HSICHIANG DE UN SOLO TRAGO


Había una vez un monje llamado Pan Yun que, al visitar por primera vez al Maestro chan Shih Tou, le hizo una pregunta: 

-¿Qué clase de hombres son aquellos que evitan la compañía de todos los dharmas?

Al plantear la pregunta, el Maestro le tapó la boca con la mano. Sin embargo, el monje no comprendió totalmente la Verdad del gesto del Maestro. Así que fue a visitar al venerable Maestro Ma Tsu para plantearle la misma cuestión. 

-Muéstrame cómo puedes beberte el río Hsichiang de un solo trago y entonces te responderé -fue la respuesta. 

Al oír esto, Pan Yun alcanzó la plena realización. 

Comentario: El Maestro chan Shih Tou interrumpió al monje cubriéndole la boca con la mano, para mostrarle lo absurdo de esa tonta pregunta, respondiendo que era lo mismo que beber el agua de un gran río de un solo trago. Aquí tenemos otro buen ejemplo de la imposibilidad y de la futilidad de servirse de las palabras para describir la naturaleza del verdadero yo. Es probable que tras alcanzar la verdadera naturaleza del yo, incluso beberse todo un río ya no sea gran problema. Los hombres a los que el monje preguntó no eran ni más ni menos que la naturaleza en sí misma. En realidad, era algo que no se podía expresar con palabras. Por esta razón, los maestros chan acostumbraban a utilizar esos gestos y parábolas, con el objeto de hacer que los discípulos comprendieran por sí mismos las sutilezas de la naturaleza del verdadero yo.


Extracto tomado del libro:
100 Koans del budismo Chan
Alexander Holstein
Imágenes tomadas del Internet











viernes, 17 de abril de 2020

TU FRASE O POEMA DE CABECERA


LA MEDITACIÓN COMO ALIMENTO


La meditación puede aportarte una felicidad inmediata porque, gracias a ella, puedes sustraerte del poder de tus preocupaciones, ansiedades y proyectos. En tal caso, regresas al momento presente, conectas con aquello que hay en ti de positivo y disfrutas de la alegría de practicar según la enseñanza del Buda y del placer de la meditación. 

Así es como te alimentas de la alegría de la meditación. Y si no recibes a diario esa alegría, ese alimento, acabas marchitándote. Cuando vuelves a establecer contacto con la conciencia de que en ti sigue habiendo abundantes condiciones positivas, tu mente se llena de júbilo, te sonríes a ti mismo y vuelves a vivificarte y renovarte. No te prives, pues, del alimento que te proporciona el gozo de la meditación. 




Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet

jueves, 16 de abril de 2020

SITUACIONES DOLOROSAS


Cuando nos damos cuenta de que la meta es el sendero, surge un sentido de que Todo es trabajable. Trungpa Rinpoche dijo: «Hay que considerar como parte del sendero cualquier cosa que ocurra en la mente confusa. Todo es trabajable. Esta es una proclamación intrépida, es el rugido del león.» Podemos considerar todo lo que ocurre en nuestra confusa mente como el sendero. Todo es trabajable. 

Si nos encontramos en lo que parece ser una situación dolorosa o deteriorada y nos preguntamos, «bien, ¿cómo puede esto ser parte del camino?», podemos recordarnos la instrucción que dice que lo que parece indeseable en nuestras vidas no tiene por qué ponernos a dormir. Las circunstancias aparentemente indeseables de nuestras vidas no tienen por qué desatar nuestras reacciones habituales. Podemos dejar que nos muestren dónde estamos y que nos recuerden que las enseñanzas favorecen la precisión, la delicadeza y el amor bondadoso en cada momento. Cuando vivimos así, a menudo —quizá constantemente— nos sentimos en un cruce de caminos, sin saber nunca qué tenemos por delante. 

Esta forma de vivir es insegura. A menudo nos vemos en un dilema: ¿qué debería hacer con el hecho de que alguien está enfadado conmigo? ¿Qué debo hacer con el hecho de que estoy enfadado con alguien? Básicamente, la instrucción señala que no debemos tratar de resolver el problema, sino preguntarnos cómo hacer que esa misma situación nos despierte todavía más en lugar de acunarnos en la ignorancia. Podemos usar una situación difícil para animarnos a dar el salto, para dar el paso que nos ponga en esa situación de ambigüedad. 

Esta enseñanza es aplicable incluso a las situaciones más horrendas que la vida pueda depararnos. Jean-Paul Sartre dijo que había dos maneras de ir a la cámara de gas: libre o sin libertad. Esta es nuestra elección a cada momento. ¿Nos relacionamos con nuestras circunstancias con amargura o con apertura? 

Por eso se puede decir que cualquier cosa que pase puede ser considerada parte del camino y que todas las cosas, no sólo algunas de ellas, son trabajables. Esta enseñanza es una proclamación intrépida de lo que es posible para la gente ordinaria como tú y como yo. 

Vivimos momentos difíciles y se puede sentir claramente la posibilidad de que las cosas empeoren todavía más. Trungpa Rinpoche expuso muchas enseñanzas relacionadas con la elevación y la mejora de la sociedad. Impartió instrucciones intrépida y apasionadamente para producir una era de coraje en la que la gente pueda experimentar su bondad y abrirse a los demás. En la medida en que he entendido estos consejos con el corazón, ahora puedo transmitirte parte de ellos. Mi deseo es que puedan enraizarse y florecer para beneficio de todos los seres sensibles, ahora y en el futuro. 



Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron
Fotografía de Internet

YA NO ESTÁS ALLÍ...NO A LA NOSTALGIA


miércoles, 15 de abril de 2020

SAL Y CAMINA, DETÉN TU MENTE


HAZ CONSCIENTE LA OSCURIDAD Y ALCANZA LA ILUMINACIÓN


LA CUERDA AL CUELLO


Un hombre pretendió un día ser un profeta superior a todos los demás. Le pusieron una cuerda al cuello y lo llevaron ante el sultán. Curioso por conocer el origen de aquella aberración, la multitud se reunió como un hormiguero.

«Si la pobreza es un signo de profecía, decía la gente, entonces todos somos profetas. Todos somos semejantes y todos hemos venido igualmente del otro mundo. ¿Qué hay de extraordinario en eso?

—Hay una cosa que vosotros ignoráis, respondió el hombre. Vosotros habéis venido a la tierra por decisión del destino, pero habéis viajado en la ignorancia, como un niño que duerme, inconsciente de las etapas. Habéis atravesado muchas comarcas en la embriaguez o en el sueño. Nada habéis sabido del camino de lo alto y del camino de lo bajo. Nosotros hemos recorrido el universo con nuestros cinco sentidos y en las seis direcciones, despiertos y alegres. Hemos visto el origen y la finalidad, porque nuestros guías conocían bien el camino».

El pueblo pidió al sultán que torturase a aquel hombre para dar ejemplo, pero el sultán notó que el hombre era tan delgado que un simple papirotazo lo habría matado. Su cuerpo era casi transparente.

El sultán se dijo entonces que más valía probar con la dulzura pues un lenguaje tierno hace salir a la serpiente de su guarida.

Hicieron salir al pueblo y el sultán, lleno de paciencia y de dulzura, le preguntó de dónde venía y se informó sobre sus condiciones de vida.

«¡Oh, sultán! respondió el hombre, mi casa es el país de la salvación y mi dirección es el país de la reprobación. No tengo ni morada ni amigos. ¿Cómo podría un pez vivir en tierra?».

Para provocarlo, el sultán le preguntó:

«¿Cuál es tu plato preferido?». Después: «¿Qué has bebido para estar así ebrio por la mañana?

—¡Si tuviera pan, replicó el hombre, no pretendería ser un profeta!».

Profetizar ante tal sultán es como esperar que una montaña muestre corazón. Lo único que puede hacer una montaña es devolver las palabras que se le dirigen. Al hacer eso, se burla. De nada sirve hablar de vida a un cadáver. Pero habla de oro o de mujeres y todos te seguirán sin preocuparse siquiera de su propia existencia. Diles: «Una hermosa mujer está enamorada de ti. ¡Ve! te espera». Correrán enseguida en la dirección que les indiques.

Pero, si hablas el lenguaje de la verdad y dices: «¡En este efímero universo preparémonos para el universo de la verdad! ¿Qué importa lo efímero puesto que es posible la eternidad?». Sabe entonces que querrán matarte ¡y no creas que hacen eso para proteger su religión!

El sultán preguntó:

«¿Qué es la revelación? ¿Qué beneficio saca de sus actividades un profeta?

—Todo lo que dice un profeta termina por suceder, respondió el hombre. ¿Puede existir un reino que no desee unirse a él? ¡La revelación de un profeta, sin hablar siquiera de mí, es como la inspiración en el corazón de una abeja! La revelación que Dios hizo a la abeja ha llenado su morada de miel. ¡Por su revelación, Dios ha llenado de miel el universo! Y, como el hombre posee la luz del corazón, su revelación no podría valer menos que la de una abeja».



150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

martes, 14 de abril de 2020

SECRETOS DE SALUD


DOS POSIBILIDADES


En todo momento, existen dos posibilidades. Una es enfocar toda nuestra curiosidad, atención y pasión en lo que sucede. La otra es enfocar esa misma curiosidad, atención y pasión en aquello que no sucede, aquello que no está presente, o en lo que pensamos debería o no estar sucediendo. En cada momento, la pregunta es: ¿A qué le dedica usted su atención? ¿Está permitiendo que suceda lo que es o luchará contra ello, intentando cambiarlo de algún modo?

Cuando nos enfocamos en lo actual, nuestra experiencia de ello permite apertura, se torna más grande, rica y completa. Pero cuando nos enfocamos en lo que no es (el pasado, futuro o cualquier otro pensamiento sobre lo que es), nuestra experiencia de ese momento se contrae y limita, se llena de sufrimiento y lucha, porque es inevitable la lucha contra lo que es, cuando nos enfocamos en lo que no es.

Si observamos, descubrimos que la mayor parte del nuestro tiempo estamos en oposición a lo que es y nos orientamos hacia lo que no es.

La vida se trata mayormente de intentar mejorar las cosas y disfrutar más, eliminar aquello que nos causa dolor. De modo constante, evaluamos nuestra experiencia, buscando los defectos y formas de mejorarla.

Tenemos la tendencia a enfocarnos en lo que anda mal o en aquello que podríamos hacer para mejorarlo. Como resultado, nuestra atención y consciencia se limitan.

Una vez nos percatamos del tiempo que pasamos luchando contra lo que es, la tendencia es luchar contra ello— intentar cambiar esa disposición de querer cambiarlo todo. Pero eso solo cambia el contenido de nuestra lucha: ahora estamos luchando contra la tendencia de intentar provocar cambios. Sufrimos por el hecho de que estamos sufriendo.

La otra posibilidad es simplemente percatarse de cuánto usted sufre, sin intentar hacer nada sobre ello. Solo acepte el hecho de que usted no permite mucho; reconozca que eso es así. Simplemente estamos condicionados a luchar contra lo que es, y este condicionamiento también es parte de lo que es.

Una vez dejamos a un lado la oposición, es posible ver como toda nuestra lucha viene de la idea de un yo. Sin la suposición de que algo es mi experiencia, no tendría mucho sentido intentar cambiar nada en el momento. Nuestro esfuerzo y lucha por cambiar lo que es, solo tiene sentido si hay un yo. Todo cumple con el propósito de mantener viva la idea de un yo. De hecho, la lucha es el yo. Cuando no hay lucha, no existe el yo. Todo nuestro sufrimiento es el resultado de tener y mantener una identidad.

Una vez reconocemos esto, nuestra tendencia es intentar corregir—cambiar la creencia acerca de quiénes somos. Nos enfocamos en eliminar la identificación, la cual se enfoca, una vez más, en lo que no es.

Aún sufrimos porque estamos en guerra contra nuestra tendencia por identificarnos. En lugar de aceptar lo que es (nuestra tendencia a identificar), nos orientamos hacia cómo pensamos que debería ser: Yo debería saber más, no debería estar identificando. Ya debería saber quién soy en realidad.

Otra posibilidad es estar realmente presente con esta tendencia de identificar sin hacer ningún esfuerzo por cambiar. Si eso es lo que está pasando, entonces eso es; simplemente, déjelo ser así. Le puede sorprender todo, incluyendo el hecho de que se presente la sensación de un yo. Verá que tan irreal es esa sensación de un yo, pero no luche por eliminarla. Ya no está la suposición de que algo anda mal y necesita ser mejorado.

Cuando por fin acepta que el momento sea justamente como es —incluso el hecho de que nos identificamos con un yo y por tanto luchamos con el momento— entonces podrá reconocer e incluir una mayor parte de la experiencia en su consciencia. Si estamos dispuestos a estar presentes y a permitir la identificación y lo que acontece, entonces también es posible notar algo más allá de la identificación, algo más allá de nuestra lucha y esfuerzo por mantener un yo. A lo que me refiero, por falta de una mejor palabra, es a Ser.

Junto a la consciencia de identificación, y la lucha y sufrimiento inherentes en ella, está la consciencia del ámbito más amplio de Ser, en el cual todo está sucediendo. Cuando vemos que el yo es, y ha sido siempre una mentira, pero no nos apartamos de esa consciencia ni nos juzgamos por ella, ni intentamos eliminar el yo, entonces podemos percatarnos de que junto con la lucha inherente en el yo, existe una bella, rica Presencia, o Ser, que está permitiendo todo, incluso la experiencia de un yo. Llegamos a ver que esa lucha del yo, solo abarca un porcentaje minúsculo de nuestra experiencia completa y que ésta lucha tiene lugar en un mar de permisividad. Esta permisividad es Ser.

Cuando permitimos, incluimos en nuestra consciencia aquello que permite, y que Es, que en realidad es lo que somos. Este reconocimiento puede ser una experiencia revolucionaria o una silente, ya que Ser en realidad es algo muy familiar. Cada momento de permisividad en realidad ha sido un momento de vivir el Ser.



Extracto del libro:
Eso es eso
aka Nirmala
Fotografía tomada de internet
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