jueves, 9 de abril de 2020

7.CONCIENCIA Y CONSCIENCIA.


La conciencia es una adquisición cultural, procedente de las religiones, que es de carácter moral. Supone el seguimiento de normas y dogmas de pensamiento, sentimiento, acción (omisión) y relación que las valoran como buenas o malas, por lo que se implican conceptos abstractos diversos sobre lo que cada religión propone como el Bien y el Mal con consecuencias de premios y castigos trascendentes.

Por otro lado, la ética, está inspirada en la cultura social o de la convivencia deseable de los laicos entre sí desarrollada en los últimos siglos independizándose de las religiones y fundamentándose en las leyes y los derechos de los ciudadanos. Los premios y los castigos de la ética son los de la ejemplaridad y la cárcel o las sanciones sociales.

Respecto a la consciencia, con “s”, se refiere a una facultad inherente a todos los seres por la que se hacen cargo del medio en el que viven, en el que están y se desarrollan, se relacionan y mueren entre otros seres iguales o diversos. Ser consciente significa, estar al tanto, caer en la cuenta, percibir o apercibirse, estar alerta. Darse cuenta de que nos damos cuenta, es decir, ser conscientes de nuestra consciencia es otra consciencia más profunda.

Decimos: somos o estamos conscientes; no, somos concientes, sin “s”.

Los grados y profundidades, penetración de la consciencia, son variados y están condicionados o son innatos y desarrollables por el adiestramiento o el aprendizaje.

El término “ser consciente”, también significa comportarse con sensatez alcanzando ya a la responsabilidad y por tanto se relaciona, bien con la moral, bien con la ética. Esta vez podría expresarse como no cometer insensateces y pensar con equilibrio o madurez, no hacer tonterías, lo que incluye una mayor elaboración.



Bibliografía: 
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet

miércoles, 8 de abril de 2020

LA VIDA ES UN TODO


TRAMPAS


El gallo representa el deseo y el ídolo de la carne. Se ha embriagado con un vino envenenado.

Si Adán no hubiera tenido el cuidado de asegurar su descendencia, habría permanecido casto por vergüenza del deseo.

Satanás pidió a Dios: «¡Necesito una trampa poderosa para perseguir al pueblo!».

Dios le mostró el oro, la plata y los caballos y dijo: «¡Puedes atraer al pueblo con todo eso!

—¡Es bastante tentador! reconoció Satanás, pero yo busco algo mucho más poderoso».

Mostrándole todas sus minas, Dios dijo: «¡Oh, maldito! ¡Aquí tienes otras trampas!».

—¡Oh, protector! ¡Eso es insuficiente!, respondió Satanás.

Entonces Dios le mostró montones de vituallas, golosinas y vestiduras de seda.

«¡Oh, Señor mío, imploró Satanás, ten piedad de mí! Eso solo no me bastará para encadenar a los hombres y distinguir a los que aman de los hipócritas. ¡Necesito un cebo más sutil!».

Dios propuso además la bebida y la música. Satanás se mostró admirado, pero quedó insatisfecho. Pero, cuando Dios le mostró la trampa de la belleza femenina, se puso a danzar de alegría y exultó:

«¡Es exactamente lo que necesitaba!».

Cuando hubo visto aquellos ojos lánguidos capaces de hacer perder la razón a cualquiera, aquellas mejillas que inflamarían el corazón de los enamorados, aquellos lunares, aquellos labios de ágata, aquel reflejo de luz de vanidad tras un velo tan fino, aquellas maneras, aquellos caprichos, aquellos juegos, entonces Satanás quedó por fin satisfecho.



150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

SIN NINGUNA ELECCIÓN


lunes, 6 de abril de 2020

LO OPUESTO


CUANDO APARECE LA LUZ


Debemos comenzar aquí mismo, donde estamos, sencilla y directamente. Cuando estos dos pasos iniciales, virtud y entendimiento correcto, se hayan completado, el tercer paso, el desarraigo de las impurezas, sucederá con toda naturalidad, sin deliberación.

Cuando aparece la luz, no nos preocupamos más por salir de la oscuridad, ni nos preguntamos adónde se fue. Sólo nos damos cuenta que hay luz.



Extracto del libro:
No Ajahn Chah
Reflexiones
Fotografía de Internet

domingo, 5 de abril de 2020

AMOR NO ES CIEGO


LA BARCA DEL APEGO (CUENTO)


Dos viajeros se disponen a subir a una barca para cruzar un río. Un monje, de pie en la otra orilla, les grita alarmado:

-¡No os metáis en la barca porque si entráis en ella y os cruza por el río quedaréis agradecidos, quedaréis endeudados, quedaréis en su poder y deberéis llevar el peso de esa deuda sobre vuestras cabezas el resto del viaje! ¡Si queréis seguir viajando libres, por favor, no os metáis en ella!

Entretanto, subido a una barca, otro monje navega por el río. Acaba de escuchar la advertencia, los gritos de alerta y de peligro. Está más cerca de los viajeros, por eso no necesita gritar. Pero de todas formas se toma unos momentos y rema un poco para aproximarse.
Entonces les dice suavemente:

– Usad la barca, y añadid a la dicha de cruzar el río la conciencia de que al llegar a la orilla abandonaréis la barca sin apegos. Eso es la libertad.

*No dejes de usar la barca por miedo a apegarte a ella porque terminarás apegado. Vive plenamente y sin apegos, cualquier cosa que poseas, dinero, belleza, fama, poder… si te importa demasiado tenerla, acabará poseyéndote a ti.
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