domingo, 8 de abril de 2018
sábado, 7 de abril de 2018
LA CATEDRAL
En un callejón del centro de Santiago de Chile, un viejo destartalado vendía cigarrillos de contrabando en una destartalada mesita. Yo me detuve a estudiar la mercadería, mientras el viejo, sentado en el suelo, bebía del pico de una botella. El me ofreció un trago de su vino de cirrosis instantánea, y estuvimos charlando un rato. Cuando yo le estaba pagando los cigarrillos, se vino la tromba. De pronto la mesita voló, volaron los cigarrillos, las moscas huyeron, se volcó el vino, yo trastabillé y una demoledora mujer levantó al viejo por el pescuezo.
Me puse a recoger los paquetes desparramados por el piso, mientras la tarzana sacudía al viejo y le gritaba mujeriego, putañero, qué te has creío, descarao, degenerao, que andái culiando con la Eva —y él balbuceaba que si yo ni la conozco—, y con la Lucy, y con la Teté, y él: ella me buscó, gemía, mientras seguía el bombardeo, que te has revolcao con la Martita, la yegua ésa, y la puta de la Charito, y la Beti, y la Mary, y él: ¿Qué pretende usté? ¿Que sea un maleducao? ¿Que les niegue el saludo?
Por la vereda iba y venía la gente, ocupada en su ajetreo, y nadie les prestaba la menor atención. Ella había aplastado al viejo contra la pared y lo tenía atrapado por el cuello. Apretando para estrangulación, amenazó:
—¡Te mandai mudar! ¡Te vai! Si no te vai, te lo corto.
Entonces lo soltó, y ante sus ojos cruzó los dedos como hojas de tijera, lentamente:
—¿Oíste? ¡Te lo corto! Quedas alvertío.
El cayó de rodillas y le abrazó las piernas. Señalándome, dijo:
—Aquí está este amigo, que no vai me dejar mentir.
Y juró:
—¿Pero usté no sabe? ¿No sabe usté que usté es mi catedral? Las otras... las otras son capillitas, nomás.
viernes, 6 de abril de 2018
jueves, 5 de abril de 2018
AUSENCIA
– Maestro, ¿dónde está Dios?
– Aquí mismo.
– ¿Dónde está el paraíso?
– Aquí mismo.
– ¿Y el infierno?
– Aquí mismo. Todo está aquí mismo. El presente, el pasado, el futuro, están aquí mismo. Aquí está la vida y aquí está la muerte. Es aquí donde los contrarios se confunden.
– ¿Y yo dónde estoy?
– Tú eres el único que no está aquí.
miércoles, 4 de abril de 2018
CUANDO LA IRA SE PRESENTE SIN HABER SIDO INVITADA
Hace poco tuve la oportunidad de hablar con un americano veterano de la guerra de Vietnam que me contó un montón de historias interesantes sobre la transformación, la paz y la alegría que experimentó, y sobre su capacidad de relacionarse con los demás tras haber pasado una etapa en la que le resultaba muy difícil estar con alguien. Había combatido en la guerra de Vietnam y tenía la naturaleza de un soldado. Estaba dispuesto a afrontar cualquier reto. Si alguien deseaba enfrentarse a él, estaba preparado para responder.
Pero me dijo que después de haber hecho la práctica de ser consciente durante varios meses, había cambiado. Un día mientras iba por la calle alguien que estaba furioso se acercó a él para provocar una pelea. De pronto mi amigo sintió que ya no deseaba luchar.
Aquel hombre estaba muy enfadado y quería golpearle para hacerle sufrir, pero nuestro amigo no quería luchar. Esta idea le resultaba muy extraña y nueva. Entonces se puso a hacer la práctica de inspirar y espirar y le dijo: “Si deseas golpearme, adelante, pero yo no voy a responderte, no quiero pelear. No pienso hacerlo”.
Cuando lanzas una piedra, aunque la piedra no regrese, te lastimará igualmente, y eso era lo que quería transmitir a esa persona. Como su cara y su voz irradiaban calma y no expresó ningún tipo de ira, la otra persona reaccionó del mismo modo. Dejó de agredirle y se fue.
Nuestro amigo se felicitó a sí mismo. Era su primera verdadera victoria sobre su ira. Me gustaría que si un chico o una chica intentaran provocar una pelea, practiques lo mismo que él hizo. Hay una forma mejor de responder a la ira que luchando.
martes, 3 de abril de 2018
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