miércoles, 29 de julio de 2015
martes, 28 de julio de 2015
CUANDO ESTÉS ENOJADO, OFRECE UN REGALO
Alguna vez puede ocurrirte que cuando estás enojado con alguien e intentas hacer todo lo posible para transformar la cólera que sientes, nada parece funcionar. En este caso, el Buda te propone ofrecer un regalo a la otra persona. Suena infantil, pero es muy eficaz. Cuando estamos enojados con alguien, queremos hacerle daño. El hecho de ofrecerle un regalo cambia esta actitud por la de desear hacerle feliz. Cuando estés enojado con alguien, mándale un regalo. Una vez se lo hayas enviado, dejarás de sentirte enojado con esa persona. Es un método muy sencillo y siempre funciona.
No esperes a estar enojado para ir a comprar un regalo. Cuando te sientas muy agradecido con alguien, cuando sientas que le amas mucho, sal entonces a comprar un regalo enseguida.
lunes, 27 de julio de 2015
LARGO ES EL CAMINO
Sutra 42: Largo es el camino
Y que largo es el camino para el viajero, errando a través de tantas vidas! Permítele descansar, no dejes que sufra, no lo dejes caer en el sufrimiento.
(Budha).
Vives tantas vidas y todas al mismo tiempo… con seguridad debes estar cansado. Si vivir la propia cansa, imagina cómo cansará vivir las vidas ajenas.
domingo, 26 de julio de 2015
RELACIONES IMBERBES
¿Qué podemos decir de aquellas relaciones de pareja en las que los enamorados son casi unos niños y se han ido a vivir juntos? Me refiero a los matrimonios imberbes, patrocinados o no por los padres. Hemos dicho que el amor no tiene edad, pero a veces hay que ponerle pañales. Si apenas puedo con mi vida, ¿cómo voy a congeniar con otra? He atendido a muchos jóvenes, casi adolescentes, que intentaban llevar una vida de pareja adulta imposible. Mi conclusión no es optimista: la mayoría de estas relaciones no funcionan o requieren de mucha ayuda profesional para salir adelante.
Hay un tiempo cronológico y mental para sentar cabeza y otro para volar sin freno, y por eso crear «madurez» o «juventud» en el consultorio es imposible.
QUIERO SABER SI TODAVÍA COTIZO
«Quiero saber si todavía cotizo»
Esta motivación se desprende de un problema más complicado. Podríamos llamarlo el síndrome del actor o la actriz en decadencia. Por ejemplo, muchas personas que fueron famosas convierten la edad de oro en una tragedia porque se apegan a lo que fueron y ya no son. He conocido actores y actrices maduros que sin ser ancianos se avergonzaban de sus arrugas y pasaban gran parte de su tiempo encerrados mirando vídeos y fotos del pasado (recordemos a Greta Garbo). Entregar el poder personal a los demás y dejar que la aprobación social, los aplausos, la fama o los piropos le den sentido a nuestra vida es depositar nuestra felicidad en los demás.
En otros casos, negarse a envejecer y a pasar de moda hace que algunas personas pierdan el sentido de la proporción, sobre todo de la estética, y desarrollen actitudes ajenas a su edad tratando de recuperar la juventud perdida. Te los encuentras en cualquier parte y es como si llevaran un anuncio: «Yo me mantengo joven, ¿y tú?». A lo cual yo respondería: «¡Yo no, afortunadamente!». ¿Cuál es el indicador que toman para escamotearle años o meses a la madurez y el envejecimiento natural?: la conquista, el acto de generar deseo en los demás. Es verdad que social y médicamente hablando los cincuenta de hoy se parecen a los treinta de antes, sin embargo, también es cierto, como ya dije, que cada edad tiene su encanto, si la aceptamos con naturalidad.
sábado, 25 de julio de 2015
CRECER
Desde el principio mismo hasta el final, mirar en nuestro propio corazón para descubrir la verdad no es sólo cuestión de honestidad, sino también de compasión y de respeto por lo que vemos.
EN MI OFICINA TENGO un rollo de pergamino con una caligrafía japonesa y un cuadro de Bodhidharma, el maestro Zen. Bodhidharma es un hombre gordo, con aspecto enojado y las cejas muy pobladas. Parece que tuviera indigestión. La caligrafía dice: «Encuentras al Buda mirando directamente a tu propio corazón.»
Escuchar charlas sobre el dharma y sobre las enseñanzas del Buda o practicar la meditación no es otra cosa que estudiarnos a nosotros mismos. Estemos comiendo, trabajando, meditando, escuchando o hablando, la única razón por la que estamos en este mundo es para estudiarnos a nosotros mismos. De hecho, se ha dicho que el estudiarnos a nosotros mismos nos proporciona todos los libros que necesitamos.
Quizá la razón por la que existan charlas y libros sobre el dharma sea la de ayudarnos a entender esta enseñanza tan simple: que toda la sabiduría acerca de cómo nos causamos sufrimiento a nosotros mismos, y toda la sabiduría sobre lo alegres, vastas y simples que son nuestras mentes —ambas cosas: la comprensión de lo que podríamos llamar neurosis y la sabiduría de la verdad incondicionada— sólo pueden hallarse en nuestra propia experiencia.
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