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miércoles, 21 de abril de 2021

LA MUJER ES EL PILAR DE LA FAMILIA (4to mandato social)


Veamos algunos de los mandatos sociales que nos impiden resolver satisfactoriamente nuestra vida afectiva y ponerle límites al amor enfermo.

Primer mandato social: "La separación es un fracaso"

Segundo mandato social: "Qué va a pensar la gente si me separo"

Tercer mandato social: "Mi deber es luchar por el matrimonio"

Cuarto mandato social: "La mujer es el pilar de la familia"

Me pregunto: ¿Y el varón? Sin querer ser extremista, es obvio que la sociedad patriarcal ha intentado endilgarle responsabilidades irracionales a la mujer para limitar su crecimiento y someterla. Si la mujer en verdad es el pilar de la familia, nunca podrá actuar pensando en sí misma, porque llevará sobre sus hombros una doble carga: el deber ancestral y el pecado original. ¿Ha cambiado radicalmente la cosa? No tanto como debería, las viejas ordenanzas siguen estando subrepticiamente en el subconsciente colectivo. ¿Cómo olvidar la orden bíblica dada a Eva en el Génesis 3:16?: "Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará". Poner la autoestima en manos de otro ha sido la regla; buscar el matrimonio ideal y ser la esposa perfecta, la meta. Esta frase de san Bernardino, un franciscano del siglo XV, sigue vigente en más de un grupo social: "Tal como el sol es el ornamento del cielo, así la sabia y prudente esposa es el ornamento del hogar".

En realidad, los pilares de la familia (no el pilar) son todos los adultos responsables que hacen parte del grupo familiar: padre, madre e hijos. La idea de que "la reina manda en palacio" es un invento de los reyes para que ellas pudieran sentirse poderosas, un reparto del poder malintencionado para no correr riesgos, pura distracción política. No descarto la posibilidad de que algunas mujeres se sientan orgullosas de ser el sostén moral de la familia y que obtengan una sensación de auto-realización al asumir ese papel. Sin embargo, en situaciones difíciles, cuando el amor ha cruzado los límites de lo aceptable, este mandato puede devolverse como un bumerán y eclipsar la posibilidad de construir una nueva vida.

Sentirse la columna vertebral de la familia lleva, tarde que temprano, a la abnegación total, ya que el costo de no querer asumir el papel asignado implicaría el "derrumbe de la sociedad" o el "sufrimiento de los integrantes de la familia". Culpa y responsabilidad ilimitadas: la mujer es la reserva moral y espiritual de la humanidad. ¡Qué carga! Es evidente que si una mujer se cree este cuento, nunca se dará por vencida frente al desamor y tratará de defender a toda costa su relación de pareja, así muera en el intento.

Cada golpe, insulto o desprecio será asumido con la entereza del mártir o la valentía de la heroína. El deber manda y fustiga. Como veremos más adelante, el culto al sufrimiento ha calado muy hondo en la construcción social del imaginario femenino


Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

miércoles, 7 de abril de 2021

QUÉ VA A PENSAR LA GENTE SI ME SEPARO (3er mandato social)


Veamos algunos de los mandatos sociales que nos impiden resolver satisfactoriamente nuestra vida afectiva y ponerle límites al amor enfermo.

Primer mandato social: "La separación es un fracaso"

Segundo mandato social: "Qué va a pensar la gente si me separo"

Tercer mandato social: "Mi deber es luchar por el matrimonio"

Luchar por el matrimonio implica tener con quién compartir la lucha. Salvar una relación siempre es un trabajo de dos: si no hay con quién, el problema se hace irresoluble o queda latente.

Una mujer, entre lágrimas, me comenta: "Mi marido tiene una amante desde hace tres años y cada vez que toco el tema me insulta... Pero no me voy a dar por vencida: voy a luchar por mi matrimonio". En otra cita, el marido me dice lacónicamente: "Mi esposa es la madre de mis hijos y la quiero, pero no la amo ni la deseo... Amo a mi amiga y espero poder irme a vivir con ella lo antes posible. Ya le he dicho esto a mi esposa cientos de veces, pero ella insiste en que le dé otra oportunidad".

En la vida, como en el amor, hay que saber perder. ¿No te aman? Verifica la información, tantea el desamor de tu pareja y, si es verdad, nada qué hacer, se acabó. Duele hasta el alma, pero, ¿de qué sirve seguir luchando, si ya se perdió la guerra o si la lucha es indigna? Es más adaptativo reemplazar la resignación negativa (aguantar y tolerar los golpes, las mentiras o los engaños) por una resignación positiva: "Ya no hay nada qué hacer". ¡Qué alivio! Como ya dije: lo ideal es ser capaz de pasar del sufrimiento inútil, que se genera al estar empantanado en una relación sin futuro, al sufrimiento útil de la elaboración del duelo. No puede ser una norma generalizada la de luchar a brazo partido por cualquier relación, sea buena o mala. La perseverancia también tiene un límite. El mandato de la permanencia afectiva, que tanto defiende la cultura casamentera, hace que millones de personas sigan durando y tratando de mantener por obligación relaciones totalmente descabelladas.

¿Luchar o no luchar? Depende; si mi dignidad no está en juego y si el esfuerzo se justifica, estaré presente en cuerpo y alma. Salvar lo salvable en la conjunción de la pasión, la amistad y la ternura, sin violencia. El amor es una cuestión de calidad total, lo bueno no "tapa" lo malo. Si tu pareja es tierna por la mañana y te maltrata por la noche, el maltrato no se diluye en el cariño mañanero.



Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

miércoles, 24 de marzo de 2021

QUÉ VA A PENSAR LA GENTE SI ME SEPARO (2do mandato social)


Veamos algunos de los mandatos sociales que nos impiden resolver satisfactoriamente nuestra vida afectiva y ponerle límites al amor enfermo.

Primer mandato social: "La separación es un fracaso"

Segundo mandato social: "Qué va a pensar la gente si me separo"

Una mujer que se separó hace poco me decía: "No entiendo a la gente... Antes tenía fama de idiota porque aceptaba que mi marido tuviera otras mujeres, pero ahora que lo mandé a la porra y salgo con otros hombres, me critican porque dicen que me comporto como una puta".

Conclusión: hagas lo que hagas, la mitad de las personas te va a criticar.

La necesidad de aprobación es una enfermedad que requiere ayuda profesional, y se define como la creencia de que debo ser aprobado y amado por todas las personas significativas de mi comunidad. Es la aprobación como exigencia y no como preferencia. Es agradable recibir refuerzos, pero si se convierte en una necesidad imprescindible, ya estamos en la adicción interpersonal: El pensamiento que impulsa a actuar a estas personas es: "Debo agradar a los demás a cualquier costo".

Si te importa demasiado la opinión de la gente, la buena noticia es que los separados pasan de moda muy rápido. Al cabo de uno o dos meses otra persona ocupará el centro del chisme y tú serás historia. ¿Por qué le das tanta importancia a la opinión de los demás? La gente que te critica no te ayudará a mudarte, a criar los hijos, a conseguir el dinero para pagar el alquiler, es decir, no te servirán de soporte en ningún sentido cuando te sientas mal. Entonces, ¿para qué tenerlos en cuenta? Una paciente afirmaba que su mayor preocupación cuando el marido le gritaba, la insultaba y rompía cosas era lo que iban a pensar los vecinos. Por eso, la estrategia de la atribulada señora consistía en apaciguar al enfurecido hombre dándole gusto o la razón, así no la tuviera. Buda decía en una de sus parábolas que si alguien te clava una flecha, sería absurdo preguntarte mientras estás sangrando a borbotones cuál fue el ángulo de entrada de la misma, la casta del guerrero que te disparó o de qué material está confeccionada el arma: ¡lo importante es que te estas muriendo! Confundir lo urgente con lo importante es un error típico en el que caen las personas que son víctimas de este mandato social.

La preocupación: "Qué van pensar de mí" crea una personalidad encapsulada, con un marcado bloqueo a cualquier forma de espontaneidad. Un paciente hombre perdía su erección porque su mujer gritaba mucho durante el acto sexual, lo cual, según él, alertaba a los vecinos.

Para que el hombre I pudiera funcionar, la mujer tuvo que reemplazar sus quejidos por susurros.

Pregunto nuevamente: ¿por qué es tan importante lo que |; piensa la gente durante un proceso de separación o discusión? ¿Acaso los demás tienen algún tipo de sabiduría de la cual te podrías ver beneficiada o beneficiado? Si estás pendiente de la aprobación de los demás para tomar decisiones, no podrás ponerle límites al amor, porque la gente es especialmente dura con los que se liberan del yugo de un amor enfermizo; no sé si es envidia o moralismo, pero en casi todas partes suele ser así. No necesitas del visto bueno del público para ser feliz.

Al que no le guste, que no mire o que se tape los oídos.



Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

sábado, 20 de marzo de 2021

LA SEPARACIÓN ES UN FRACASO (1er mandato social)


CAPÍTULO 5
Pensamientos conformistas frente a los mandatos sociales.

Nadie duda de que el aprendizaje de las normas sociales es importante para el desarrollo integral de los individuos y por ende de la cultura misma. Sin embargo, algunas pautas sociales, como por ejemplo las relacionadas con el amor de pareja idealizado, pueden resultar contraproducentes si se toman muy a pecho y se ignoran las excepciones a la regla.

Si el mandato social no reconoce salvedades, se convierte en un imperativo insalvable o en totalitarismo moral. La palabra clave para flexibilizar los mandatos sobre el amor y la pareja es: depende. ¿Hay que luchar por el matrimonio? Depende; si la relación afecta mis principios, no. ¿La separación es sinónimo de fracaso? Depende; a veces es liberación o una suerte. ¿Hasta que la muerte nos separe? Depende; si todo va bien y no se vulneran mis derechos.

Esto no implica asumir una actitud negativa y generalizada frente a todos los preceptos sociales, más bien lo que sugiero es asumir una actitud crítica frente a ciertas exigencias y no tragar entero. Hay cuestiones personales, profundamente idiosincrásicas, que solamente uno puede elucidar. El conformismo o la adecuación ciega a los cánones culturales se llama "normatividad": la creencia de que las normas deben ser respetadas y acatadas a como dé lugar, no importa su grado de irracionalidad o de desajuste con la realidad. El apego irrestricto a las reglas y el miedo a salirse de ellas hace que la capacidad de exploración se vea prácticamente reducida. La gente normativa o conformista no es capaz de tomar decisiones por sí misma y tiene dificultades para ensayar comportamientos nuevos que no estén autorizados por las "buenas costumbres".

Algunos imperativos sociales sobre el amor y el matrimonio, así como ciertas normas de urbanidad afectiva, parecen estar diseñados por fanáticos de la insensibilidad y el auto-castigo. Por ejemplo, se exalta la estabilidad afectiva como un valor que se debe emular, así sea aguante o simple resistencia, mientras que el placer y la felicidad son vistos como sospechosos de laxitud y falta de autocontrol. Estoicismo amoroso, deberes más que derechos: "Nunca seas un desertor del amor", pero sí un suicida amoroso.

Veamos algunos de los mandatos sociales que nos impiden resolver satisfactoriamente nuestra vida afectiva y ponerle límites al amor enfermo.

Primer mandato social: "La separación es un fracaso"

Es obvio que el paso de la ilusión a la desilusión afectiva impacte negativamente a quien ha decidido entregarse en cuerpo y alma a su consorte. Sin embargo, creo que debemos matizar la cuestión con una buena cantidad de realismo, así los casamenteros se molesten. Algunas separaciones son liberadoras y otras, traumáticas; algunas son dolorosas y otras, placenteras.

Cuando me separé, después de quince años de -casado, muchos de mis pacientes no volvieron a las citas porque consideraban que yo había "fracasado en mi matrimonio".

Por el contrario, yo veía mi separación como un logro y una segunda oportunidad que la vida me ofrecía. Me había dado cuenta a tiempo, y ella también, de que debíamos seguir nuestros propios caminos. Una buena separación es siempre mejor y más saludable que un mal matrimonio, no solamente para la pareja sino también para los hijos. Como sea, la mayoría de la gente se acercaba a mí con actitud de pésame y demostrándome sentimientos de consideración por la pérdida. Muy pocos me dijeron: "Si ha sido por el bien de todos, mejor".

Ana María era una mujer de 52 años que llegó a mi consulta debido a una depresión moderada. Rápidamente se refirió al motivo de su cita:

Paciente: Mi hija se separó y estoy muy triste. Apenas duraron un año y medio de casados... Ha sido muy difícil para mí superar esto...

Terapeuta: ¿Cómo se encuentra anímicamente su hija?

Paciente: Yo la veo muy bien, a veces está demasiado contenta, cambió su vestimenta y dice que va a estudiar de nuevo. Eso es lo que me impresiona... No le importó...

Terapeuta: ¿Cómo era su ex yerno?

Paciente: Debo reconocer que no fue un buen marido, ella terminó haciéndose cargo de lo económico porque a él no le gusta trabajar. Además, no la trataba bien.

Terapeuta: A ver si entiendo: su hija se separó de un hombre que dejaba mucho qué desear como esposo y ahora es libre para reiniciar su vida y está contenta de encarar una nueva realidad. ¿Por qué está usted triste entonces? ¿No debería compartir la felicidad de su hija? Paciente: ¡Pero se separó! Más bien, debió haber pensado mejor antes de casarse...

Terapeuta: ¿Usted es muy religiosa?

Paciente: Un poco, aunque no soy una beata, si a eso se refiere. Pero ella fracasó en su matrimonio y no parece estar consciente de ello.

Terapeuta: Bueno, pero está "triunfando" en la vida, ¿no le parece? Hay mujeres que se demoran años en descubrir que pueden empezar de nuevo y otras que son incapaces de alejarse de un marido que las maltrata. Si las cosas son como usted dice, su hija es muy afortunada.

Paciente: ¿Me va a decir ahora que la separación es un motivo de festejo?

Terapeuta: Estar feliz y sentirse bien sí es motivo de festejo.

Paciente: Pero la gente... Los hombres que se le acerquen ahora sabrán que es separada... Su imagen como profesional... Ella debió haber esperado un tiempo...

Ana María no pensaba en su hija, sino en ella misma.

Tenía un mandato grabado a fuego en su base de datos: El matrimonio es bueno, la separación es mala. Estaba tan obsesionada por las consecuencias sociales, que su mente no alcanzaba a captar el bienestar que la separación había producido en su hija.

Mientras respetes a los demás, tienes el derecho de cuestionar los mandatos. Mijail Bakunin afirmaba que ser personalmente libre "significa no reconocer ninguna verdad que no haya sido aceptada por la propia conciencia".

Insisto: no sostengo que haya que pasarse los semáforos en rojo porque "eso me dicta la conciencia". Lo que sugiero es crear la mayor resistencia posible ante cualquier intento de lavado cerebral y defender la posibilidad de ser feliz como una opción válida; ésa es la condición ineludible de la dignidad humana.


Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

jueves, 18 de febrero de 2021

ESQUEMA DE COMODIDAD/EVITACIÓN


PENSAMIENTOS NEGATIVOS FRENTE A UNO MISMO:

Los pensamientos negativos frente a uno mismo que pueden alterar las relaciones afectivas y propiciar un amor irracional surgen de esquemas o estructuras profundas que han sido adquiridas durante la infancia. Los pensamientos negativos auto-rreferenciales explican en gran medida por qué las personas son incapaces de ponerle límites al amor cuando deben hacerlo y defender sus derechos. También explican el surgimiento de un sinnúmero de miedos irracionales.

Para explicar lo anterior, presentaré seis esquemas maladaptativos con sus respectivos pensamientos negativos.

Esquema de comodidad/evitación (esquema #6)

La creencia de base es: "Más vale malo conocido que bueno por conocer". Las personas que tienen este esquema de pensar son tan cómodas que no soportan la frustración. A todo dicen que sí para evitar el estrés de la confrontación. El miedo al cambio y a sentirse forzadas a enfrentar una nueva situación las hace negociar con cualquier cosa. Prefieren las estrategias de evitación a las estrategias de resolución de problemas. Prefieren vivir mal a incomodarse para alcanzar una meta más saludable y digna. La manifestación de este esquema es la negación del problema, el autoengaño y la represión de recuerdos negativos.

En este esquema, los pensamientos negativos frente a uno mismo son: "No soporto sufrir", "Soy demasiado vulnerable", No tengo tolerancia a la frustración.

Entonces, la conclusión es: "Soy una persona demasiado cómoda, no quiero sufrir una separación".



Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

miércoles, 17 de febrero de 2021

ESQUEMA DE ENTRAMPAMIENTO POR CULPA


PENSAMIENTOS NEGATIVOS FRENTE A UNO MISMO:

Los pensamientos negativos frente a uno mismo que pueden alterar las relaciones afectivas y propiciar un amor irracional surgen de esquemas o estructuras profundas que han sido adquiridas durante la infancia. Los pensamientos negativos auto-rreferenciales explican en gran medida por qué las personas son incapaces de ponerle límites al amor cuando deben hacerlo y defender sus derechos. También explican el surgimiento de un sinnúmero de miedos irracionales.

Para explicar lo anterior, presentaré seis esquemas maladaptativos con sus respectivos pensamientos negativos.

Esquema de entrampamiento por culpa (esquema #5)

Estas personas, ya sea por obligación o por una responsabilidad mal asumida, se involucran demasiado con su pareja, aun a costa de su propia individualidad. Implica la creencia de que la pareja no podrá sobrevivir o ser feliz por sí sola y por tanto deben hacerse cargo de la misma, pese a sentirse afectiva y psicológicamente asfixiadas o atrapadas. El miedo a que sus decisiones puedan llegar a herir a su pareja o el miedo a sentirse culpables, egoístas o malas les impide iniciar un proceso de independencia y liberación personal. Sienten lastima y angustia por el malestar de la persona que supuestamente aman. Más adelante ampliaré estos conceptos en el apartado de la codependencia y el síndrome de la nodriza. La manifestación de este esquema es la subestimación del otro y la obsesión por tener todo bajo control.

En este esquema, los pensamientos negativos frente a uno mismo son: "Soy una persona mala", "No soy lo suficientemente amable con mi pareja","Soy egoísta", "No me entrego lo suficiente".

Entonces, la conclusión es: "No quiero ser una persona egoísta, mala o indiferente con mi pareja, no importa el costo para mí".



Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

martes, 16 de febrero de 2021

ESQUEMA DE SUFRIMIENTO POR ABANDONO


PENSAMIENTOS NEGATIVOS FRENTE A UNO MISMO:

Los pensamientos negativos frente a uno mismo que pueden alterar las relaciones afectivas y propiciar un amor irracional surgen de esquemas o estructuras profundas que han sido adquiridas durante la infancia. Los pensamientos negativos auto-rreferenciales explican en gran medida por qué las personas son incapaces de ponerle límites al amor cuando deben hacerlo y defender sus derechos. También explican el surgimiento de un sinnúmero de miedos irracionales.

Para explicar lo anterior, presentaré seis esquemas maladaptativos con sus respectivos pensamientos negativos.


Esquema de sufrimiento por abandono (esquema #4)

Las personas que han sufrido abandonos afectivos reiterados durante su vida buscan afanosamente la estabilidad y la permanencia en las relaciones. El miedo a volver a sufrir un abandono hace que negocien con sus principios y adopten actitudes de sometimiento. Prefieren el sufrimiento de una mala relación al sufrimiento de la separación, así sea mejor y más adaptativo este último, en tanto puede llegar a liberarlas. La manifestación de este esquema es el pesimismo y la interpretación catastrófica al ver signos de abandono o desamor donde no los hay.

En este esquema, los pensamientos negativos frente a uno mismo son: "A’ mí siempre me abandonarán","Nunca podré tener una relación estable", "Soy un perdedor en el amor", Yo soy responsable de que me abandonen.

Entonces, la conclusión es: "No soportaría sufrir otro abandono".


Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

lunes, 15 de febrero de 2021

ESQUEMA DE INDIGANIDAD ESENCIAL


PENSAMIENTOS NEGATIVOS FRENTE A UNO MISMO:

Los pensamientos negativos frente a uno mismo que pueden alterar las relaciones afectivas y propiciar un amor irracional surgen de esquemas o estructuras profundas que han sido adquiridas durante la infancia. Los pensamientos negativos auto-rreferenciales explican en gran medida por qué las personas son incapaces de ponerle límites al amor cuando deben hacerlo y defender sus derechos. También explican el surgimiento de un sinnúmero de miedos irracionales.


Para explicar lo anterior, presentaré seis esquemas maladaptativos con sus respectivos pensamientos negativos.

Esquema de indignidad esencial (esquema #3)


Es una variación del anterior. Aquí, la persona no se siente digna de ser feliz, amor incluido. No por razones de atractivo o carencia de habilidades sociales, sino en esencia. Es quizás el peor de todos los esquemas. En lo profundo existe la creencia de que uno no es merecedor de consideración y respeto. La emoción de base suele ser la depresión y la resignación voluntaria a sufrir: "Ésta es, la vida que me tocó asumir". La baja autoestima es evidente y la auto-percepción gira alrededor de una minusvalía radical, la cual hace que estas personas se sientan menos que los demás. Obviamente, dentro de este esquema, el rechazo afectivo de la pareja y la violación de sus derechos se consideran casi que justificados. El abuso en la primera infancia suele estar relacionado con este esquema autodestructivo y su manifestación es la sumisión y la aceptación resignada de cualquier tipo de humillación.

En este esquema, los pensamientos negativos frente a uno mismo son: "No soy merecedor(a)", "Soy un fracaso", Soy miserable, "Soy poca cosa".

Entonces, la conclusión es: "Merezco sufrir porque no tengo dignidad", "Es natural que no me amen de la mejor manera".


Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

jueves, 14 de enero de 2021

ESQUEMA DE "INAMABILIDAD" O DEPENDENCIA EMOCIONAL (APEGO)


PENSAMIENTOS NEGATIVOS FRENTE A UNO MISMO:

Los pensamientos negativos frente a uno mismo que pueden alterar las relaciones afectivas y propiciar un amor irracional surgen de esquemas o estructuras profundas que han sido adquiridas durante la infancia. Los pensamientos negativos auto-rreferenciales explican en gran medida por qué las personas son incapaces de ponerle límites al amor cuando deben hacerlo y defender sus derechos. También explican el surgimiento de un sinnúmero de miedos irracionales.

Para explicar lo anterior, presentaré seis esquemas maladaptativos con sus respectivos pensamientos negativos.

#2 Esquema de "inamabilidad" o dependencia emocional (apego) 

Lo qué define el apego no es el deseo en sí, sino la incapacidad de renunciar al deseo cuando debe hacerse, y debe hacerse cuando alguna de las tres condiciones ya mencionadas están presentes (no te aman, detienen tu crecimiento y/o vulneran tus principios). El sujeto se siente fusionado y profundamente identificado con la persona amada y su estado emocional corresponde al del enamoramiento en su fase de mayor frenesí. Estas personas no se sienten queribles y en consecuencia crean una marcada necesidad de ser amados. Dos miedos básicos hacen que se entreguen sin miramientos, así el costo sea la destrucción del propio "yo": primero, el miedo a perder el amor del otro o a no ser correspondido y, segundo, el miedo a que si se rompe la relación, nadie más las volverá a amar. En este caso, la dependencia no está ocasionada por la percepción de debilidad, sino por un proceso anómalo de pura identificación afectiva donde la razón interfiere poco o no interfiere. La distorsión de este esquema es a magnificación e idealización del otro. En ocasiones, el apego se asocia con una historia de deprivación emocional (es decir, privación de afecto), maltrato o abuso.

En este esquema, los pensamientos negativos frente a uno mismo son: "Existo por él o ella", "No soy nada sin él o ella", No soy querible, "No soy deseable".

Entonces, la conclusión es: "Sin su amor, mi vida no tiene sentido", "Si mi pareja no me quiere, nadie lo hará".


Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

lunes, 4 de enero de 2021

ESQUEMA DE DEPENDENCIA PSICOLÓGICA


PENSAMIENTOS NEGATIVOS FRENTE A UNO MISMO:

Los pensamientos negativos frente a uno mismo que pueden alterar las relaciones afectivas y propiciar un amor irracional surgen de esquemas o estructuras profundas que han sido adquiridas durante la infancia. Los pensamientos negativos auto-rreferenciales explican en gran medida por qué las personas son incapaces de ponerle límites al amor cuando deben hacerlo y defender sus derechos. También explican el surgimiento de un sinnúmero de miedos irracionales.

Para explicar lo anterior, presentaré seis esquemas maladaptativos con sus respectivos pensamientos negativos.

Esquema de dependencia psicológica  (esquema #1)

Las personas dependientes se acoplan rápidamente a aquellas figuras que les despiertan la sensación de segundad y protección. El miedo a perder el soporte psicológico y a no sentirse protegidas hace que se entreguen irracionalmente y persistan en relaciones disfuncionales. Esta dependencia también está asociada con una percepción de incompetencia y baja auto-eficacia, es decir, la idea de que uno no es capaz de enfrentar la vida exitosamente.

En este esquema, los pensamientos negativos frente a uno mismo son del tipo: "Soy débil", "Soy inútil", "Soy un ser indefenso".

Entonces, la conclusión es: "Necesito alguien más fuerte que yo en quien pueda confiar y que se haga cargo de mí".




Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

martes, 1 de diciembre de 2020

EL AMOR ES ETERNO (MITO 3 SOBRE EL AMOR)


Felicidad conyugal imperecedera, infinita, inagotable.

"Reloj no marques las horas": presente continuo. Si el amor tiene su propia inercia, su propia dimensión temporal, si es inmortal e indestructible, ¿qué papel juega uno en su mantenimiento? Una vez instalado, ¿el amor manda? ¿No puedo acortarlo, alargarlo o modificarlo? Es el síndrome de la asfixia amorosa: el amor no te toca, sino que se incrusta por siempre. Y hay mil: si nos gusta el pensamiento mágico o somos amantes de la Nueva Era, el amor puede sentirse en quinta dimensión: no sólo funciona en esta vida, sino en las otras. Fusión total e irremediable, almas gemelas que vagan por el cosmos hasta reencontrarse nuevamente para alcanzar el amor perfecto de Platón, la fantasía de Stendhal o la fascinación a la que aludía De Rougemont.

Por desgracia para los soñadores, el enamoramiento o amor romántico es de tiempo limitado (más a menos, de dos a tres años). El amor pasional, si no haces nada para mantenerlo activo, tiende a bajar; ésa es su dinámica natural. El único amor estable que puedo concebir es aquél que surge de los acuerdos, la amistad de pareja y la afinidad en algunos intereses básicos. Bernard Shaw decía "que el matrimonio ocurre, cuando dos personas se encuentran bajo la influencia de la más violenta, la más demente, la más engañosa y la más transitoria de las pasiones. Se les exige que juren que permanecerán en ese estado excitado, anormal y agotador hasta que las muerte los separe". ¿Juramos en vano, por ignorancia o por" anhelo? Amor prometido, y lo prometido es deuda.

Un pacto inteligente: "Hasta que la muerte nos separe, si todo va bien...". Benjamín Franklin decía: "Ten los ojos bien abiertos antes del matrimonio y medio cerrados después".

Llámese casorio, noviazgo o relación de amantes, la "atención despierta", al mejor estilo budista, es imprescindible para sobrevivir en pareja.

El mito del amor eterno lleva implícita la idea de la certeza.

Si ya me enamoré y soy correspondido, se acabó definitivamente la soledad y ya no habrá incertidumbre sobre mi futuro afectivo. Zygmunt Bauman, en su libro Amor líquido, rebate esta concepción: Cuando hay dos, no hay certezas y cuando se reconoce al otro como un 'segundo' soberano, no una simple extensión, o un eco, o un instrumento o un subordinado mío, se admite y se acepta esa incertidumbre. Ser dos significa apenas un futuro indeterminado.


Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

martes, 24 de noviembre de 2020

EL VERDARERO AMOR ES INCONDICIONAL (MITO 2 SOBRE EL AMOR)


Lo que equivale a decir: hagas lo que hagas, te amaré igual. Sin condiciones, en las buenas y en las malas, bajo cualquier circunstancia, en la infidelidad, en los golpes, en la explotación, en el desamor, en el rechazo, en la burla, en la indiferencia, en la profundidad de los infiernos. No importa qué hagas, yo estaré allí, con mi amor siempre fresco, activo, dispuesto... ¿A quién se le ocurrió semejante disparate? ¿Es que en el amor de pareja no intervienen los derechos humanos? Si decides amar pese a todo y haga lo que haga el otro, la entrega será celestial e irrevocable. Amor reverencial, imposible de cuestionar. ¿Quién puede vivir con semejante compromiso? Juremos menos y construyamos más.

Aceptar todo de antemano implica negar la propia conciencia, reprimir el derecho a la protesta y perder de vista los límites que no debemos traspasar ¿Amor incuestionable, amor sometido, amor sin principios? El amor de pareja debe estar condicionado a los mínimos éticos, como cualquier otra relación interpersonal, porque de no ser así, le otorgaríamos al amor la propiedad de transgredir las leyes humanas y universales.

Una de mis pacientes, víctima de un marido abusivo y drogadicto, había decidido separarse pese al amor que sentía por él. Estaba a punto de llevar a cabo su cometido, cuando el hombre, bajo los efectos del alcohol, tuvo un accidente que lo incapacitó varios meses. Ella puso la separación entre paréntesis mientras duró la recuperación.

¿Qué la llevó a no dejarlo en las malas? Una mezcla de amor, compasión y sentido ético. Incluso hoy, que ya está casada con otro hombre, de vez en cuando le tiende la mano a su ex. Se puede amar en el adiós. No ser incondicional o ser condicional no significa hacer una apología al egoísmo y la indiferencia, sino definir límites. Mi paciente fue considerada, no decidió vengarse ni acumuló odio, simplemente tenía convicción profunda de que no merecía el trato que ella daba. La frase es mágica: "Te amo, pero no puedo vivir contigo". Como ya dije, el amor no garantiza una buena convivencia per se. Cuando adquirió tal convicción, se volvió fuerte: ya podía prescindir de él, así fuera con dolor. ¿Amor pensado? Sin duda. La idea de que el amor debe ser absoluto e ilimitado es irracional, porque un pacto de incondicionalidad rompe las leyes de las probabilidades y el azar, ya que pretende establecer una certeza imposible.

¿Y el amor universal? No está diseñado para una relación de dos, es para todos y, por tanto, no espera nada a cambio. O dicho de una manera más benevolente: no es lo mismo amar a los niños pobres de África que convivir con ellos. La convivencia con la persona que amas requiere de unas variables distintas y a veces en contravía con el amor universal, porque el ego está mucho más involucrado y el deseo también.



Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

domingo, 15 de noviembre de 2020

PENSAMIENTO IDEALIZADO: "SI HAY AMOR, NO NECESITS NADA MÁS"


Pensamientos idealizados sobre el amor
(Inicia capitulo 3)

La cultura de la entrega total y la abnegación sin límites se sustenta en varias concepciones erróneas o mitos sobre el amor. Rendirle culto al amor es entregarse sin pena ni gloria a sus avatares y poner la palanca de control afuera.

Doble capitulación: ante el sentimiento amoroso y ante la persona amada. "Me entrego a ti porque te amo", como si fuéramos un paquete transportado con la rapidez y eficiencia ya conocida de FedEx. Doble entrega, doble cerrojo.

Los pensamientos idealizados sobre el amor producen al menos tres efectos negativos en la manera de procesar la experiencia afectiva: justifican lo inaceptable o lo peligroso, hacen que nos quedemos anclados en relaciones dañinas bajo los auspicios de una esperanza inútil y crean un choque con la realidad debido a la discrepancia que se genera entre el amor ideal y el amor real.

La mitología del amor romántico se fundamenta en lo que podríamos llamar una filosofía "omni", la cual considera que el amor en general y el amor de pareja en particular son: omnipresentes (ocupan todo el ser), omnipotentes (todo lo pueden) y omnisapientes (fuentes de sabiduría infinita). En resumidas cuentas, si estás enamorado, estás hecho: pleno, poderoso y sabio.

A continuación, analizaré en detalle tres mitos sobre el amor y las consecuencias negativas que genera cada uno "de ellos en la manera de sentir y pensar el amor: "Si hay amor, no necesitas nada más", "El verdadero amor es incondicional" y "El amor es eterno".

"Si hay amor, no necesitas nada más"

Esta creencia considera que el amor romántico (el sentimiento amoroso) basta para que una relación funcione adecuadamente. De ahí el desconcierto de la mayoría de las personas que asiste a terapia por problemas de pareja: "¿Por qué peleamos, si nos amamos?", como si el amor sentimental generara una especie de inmunidad contra las controversias y además hiciera desaparecer los conflictos por obra y gracia del afecto santo. Si tu relación dependiera exclusivamente de la emoción pasional, quedaría sometida a los vaivenes naturales que ofrece cualquier tipo de emoción. ¿Acaso no hay días en que literalmente no soportas a tu pareja y otras en que pareces flotar en una nube ante su presencia? Reducir el amor al enamoramiento es un error. El amor también se piensa y por eso tienes la opción de construir y de reinventar la convivencia con tu pareja. Para resolver los problemas de cualquier relación necesitamos, además del afecto, otras habilidades cognitivas y comportamentales, como, por ejemplo, estrategias de resolución de conflictos, paciencia, gestión pacífica, aprender a ajustar las diferencias individuales, establecer alianzas y acuerdos amorosos y competencias por el estilo.

Estar enamorado es una experiencia increíble, pero no basta por sí misma para armonizar totalmente dos egos y lograr la conjunción de valores, intereses y deseos requeridos para vivir bien en pareja.

Tal como lo expliqué en el libro Ama y no sufras; cuando amamos de manera inteligente y completa, no solamente actuamos bajo la dirección de Eros, también necesitamos ser amigos de la persona amada y preocuparnos por su bienestar: el amor se siente, se piensa y se actúa. El amor pensado es amistad. En ella, la voluntad interviene directamente. Tú no dices me amisté, cuando haces un amigo o amiga, porque entras a la amistad por la puerta de la elección voluntaria, tienes la posibilidad de escoger a tus amigos. Así debería hacerse, o al menos intentarse, en la relación de pareja. Incluso al comienzo de una relación podemos construir un espacio cognitivo para analizar al candidato o candidata. Recuerdo el caso de Juliana, una jovencita de diecisiete años, que un día llegó a su cita semanal con una buena nueva: "¡Voy a salir el próximo sábado con el hombre de mis sueños! ¡Se parece a Leonardo DiCaprio! ¡Es divino!" Le deseé mucha suerte y le sugerí que tuviera cuidado, ya que parte de su problema era una marcada tendencia a crear apegos. Llegó semitransportada a la siguiente sesión:

Terapeuta: Por tu sonrisa y la manera de mirar me parece que te fue bien en la cita con DiCaprio.

Juliana: ¡Me encantó! ¡Todas mis amigas me miraban! (risa)¡ Se morían de la envidia!

Terapeuta: Bueno, en principio me alegro, pero entenderás que debo hacer el papel de ave de mal agüero... No quiero que vuelvas a caer en malas relaciones, ¿de acuerdo?

Juliana: Sí, sí... Pero todo estuvo bien.

Terapeuta: Convénceme... ¿Nada te molestó?

Juliana: (pensando) No sé qué decir... Algo que no me haya gustado... Bueno, sí, pero no vale la pena... A la hora de pagar, contabilizó todo lo que yo había consumido e hizo dos cuentas, yo pague lo Mío y él lo suyo.

Terapeuta: ¿Tiene problemas económicos?

Juliana: No, no creo.

Terapeuta: Recuerdo que en una ocasión me dijiste que no te gustan los hombres tacaños... ¿Es tacaño?

Juliana: Sí, parece... Reconozco que eso no me gustó, pero no tengo que ser machista, ¿o no?

Terapeuta: No se trata de ser machista, sino de tus preferencias. ¿Qué fue lo que pagaste? .

Juliana: Dos cigarrillos y una ginebra.

Terapeuta: Bien. Haz el esfuerzo y piensa si hubo alguna otra cosa que te disgustó de su comportamiento.

Juliana: Es tan bello! Terapeuta: Recuerda que ahora es cuando Eros te da un breve compás de espera para razonar. Cuando ya estés flechada, lo cual me parece que será muy pronto, será muy difícil que puedas salirte, si hubiera que hacerlo. Recuerda lo que ocurrió con tu exnovio. . . Pensaste que ibas a redimir de todos los males y ya ves. Bajó los efectos de la ilusión amorosa todo parece fácil, pero más adelante, cuando el enamoramiento merme, lo maravilloso puede convertirse en pesadilla. No quiero que vuelvas a sufrir, todavía estás frágil.

Juliana: Yo sé, yo sé... Hubo algo más: es mironcito.

Terapeuta: ¿Y eso qué quiere decir? Juliana: Le gusta mirar a las otras chicas cuando está con una.

Terapeuta: ¿Te importó? Juliana: Sí, me molestó bastante...

Terapeuta: ¿Qué consejo me darías si yo te contara algo similar? Juliana: Que ojo con esa mujer.

Terapeuta: ¿Qué vas a hacer entonces?

Juliana: Volver a salir con él. ¡Me encanta!

Terapeuta: Yo sé que te encanta, pero te repito: no puedes olvidar que eres muy vulnerable al amor, te enamoras con una facilidad increíble y con este hombre podrías estar corriendo un riesgo alto. No te gustan los hombres tacaños ni coquetos, sobre todo esto último. Al menos una de tus quejas en la última relación.

Juliana: Sí, es cierto, voy a tratar de ir más despacio...

Terapeuta: Te propongo algo: si vuelve a ser tacaño o coqueto, dile lo que sientes. ¡Sé asertiva! Toca el tema, no lo dejes actuar de esa manera como si fueras una mujer sumisa, porque ya no lo eres. Si fueras capaz de estar con él sin enamorarte, me parecería fantástico, pero, ¿eres capaz?

Juliana: Creo que no; el tipo es espectacular. Me parece imposible salir con él sin enamorarme otra vez...

Terapeuta: Simplemente pregúntate si te conviene seguir en el juego. Trata de poner en una balanza el principio del placer y el de la realidad, balance costo/beneficio, como en las dietas. Llevamos seis meses tratando de sanar las heridas que te dejó tu ex. Piénsalo...

Juliana: Hagamos una cosa. Mañana me invitó a salir de nuevo. Sí quiere, vuelvo pasado mañana y hablamos. Le prometo que voy a tener presente lo que me dijo: ni tacañería ni coquetería.

Dos días después volvió a la consulta. Su estado de ánimo se veía menos exaltado. Se sentó con desparpajo y me dijo: "Volvió a hacer lo mismo y lo confronté... Le pregunté si siempre era tan meticuloso con el dinero, a lo cual me contestó que las grandes fortunas se hacen cuidando el centavo. Eso me impactó, porque mi abuelo dice lo mismo. Y cuando le pedí que se concentrara en la conversación conmigo y dejara de mirar a cada chica que pasaba, me respondió: 'Te voy a dar un consejo, no te enamores de mí porque las que lo han hecho han sufrido bastante'. ¡Cretino, estúpido! ¡Se me desinfló en un instante! Me queda el consuelo de que yo lo eché primero".

Una buena estrategia defensiva es pensar antes de que Eros nos atraviese de lado a lado. Luego de la entrevista con Juliana, quedé con la confortable sensación de haberla salvado de un trauma más. Algunos hombres están a la caza de jóvenes enamoradizas, agazapados en la buena apariencia física y el buen verbo.

Si privilegiamos siempre el sentimiento sobre la razón, estaremos predispuestos a pasar fácilmente de la ilusión a la desilusión. Viene a mi memoria el caso de Claudia, una mujer que un buen día tomo conciencia de cómo la había afectado el amor romántico: "Es increíble, antes todo era hermoso... Estoy asombrada de cómo cambió mi perspectiva ahora que desperté del letargo. Su masculinidad, que tanto me encantaba, ahora me parece puro machismo. Me gustaba que fuera trabajador, pero hoy considero que es ambicioso. Me fascinaba que fuera seguro de sí mismo, pero al cabo de tres años la supuesta seguridad se transformó en testarudez. Y la sinceridad, el valor por excelencia que le había visto al comienzo, se convirtió en agresión y desconsideración. Usted tiene razón, el amor romántico es un arma de doble filo. Ya no sé si lo amo, pero lo importante es que no puedo ni quiero vivir con él". ¿Evolución o involución afectiva la de Claudia?

Más lo primero, sin duda. La mente se despeja y "vemos lo que es" o lo que siempre fue: lucidez que aparece cuando" el sentimiento le deja espacio a la razón. Repito: si tu vida de pareja dependiera exclusivamente del sentimiento, sería tan inestable y fluctuante como el clima.

Ante una relación pésima tienes dos posibilidades:

Pensamiento realista (así duela): "Nos queremos mucho, pero no podemos vivir juntos".

Pensamiento irracional (así produzca alivio):"Somos totalmente distintos, el agua y el aceite, pero si hay amor, vale la pena intentarlo".

Malas noticias: el amor interpersonal no puede juntar el agua y el aceite, ni multiplicar panes y peces.

Cuando hablo de racionalidad afectiva, sobre todo en las malas relaciones, no me refiero a que debamos "saber" por qué amamos a alguien, sino "por qué" no deberíamos amarlo, que es, sin duda, más importante y esclarecedor.


Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

jueves, 12 de noviembre de 2020

¿POR QUÉ NOS CUESTA TANTO PONERLE LÍMITES AL AMOR?

La tarea de marcar límites en el amor suele producir malestar y sufrimiento porque se establece una lucha entre razón y emoción. Una parte de nosotros dice que sí quiere estar allí, totalmente y sin restricciones; y otra parte nos alerta sobre los peligros. Un pie en el acelerador y el otro en el freno, al tiempo. Obviamente, el motor se recalienta y el organismo incrementa significativamente su nivel de estrés debido a una contradicción fundamental entre el principio del placer (lo que me gustaría hacer) y el principio de la realidad (lo que me conviene hacer). La resolución satisfactoria de este conflicto, u obtener un balance saludable entre pensar y sentir, dependerá de cómo nuestra mente procese la información. Si nos dejamos llevar por creencias y pensamientos negativos o disfuncionales, no podremos tomar las decisiones adecuadas para hacerles frente a los amores enfermizos.


Haré hincapié en cuatro grupos de pensamientos irracionales o maladaptativos que alteran nuestro desempeño afectivo normal y nos impiden ponerle límites al amor: pensamientos idealizados sobre el amor, pensamientos negativos frente a uno mismo, pensamientos conformistas frente a los mandatos sociales y pensamientos catastróficos frente al futuro. Estos pensamientos nos empujan a someternos a condiciones afectivas absurdas y dañinas, y otros nos inmovilizan, bloqueando nuestra posibilidad de escape y crecimiento.

Los grupos de pensamientos que mencioné anteriormente corresponden a cada uno de los siguientes capítulos de esta parte. Así, podremos analizar sus implicaciones y alcances por separado.
(Ver en siguientes posts)




Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

lunes, 2 de noviembre de 2020

¿CÓMO SABES QUE ESTÁS AMANDO IRRACIONALMENTE?


CAPITULO 2
¿Cómo sabes que estás amando irracionalmente?

Aunque pueda parecer evidente para un observador imparcial, en el ojo del huracán, la tormenta no se percibe, el clima parece apacible y tranquilo. El autoengaño y la ignorancia funcionan de manera similar. A veces estamos tan embotados, tan acostumbrados al sufrimiento que no nos damos cuenta. Cuando esto ocurre, el dolor funciona como las termitas: por fuera, la casa luce como nueva, pero mientras tanto sus cimientos están siendo carcomidos lentamente. La, mente puede acostumbrarse a la tristeza y a la ansiedad hasta considerarlas normales.

La señora vive en el tedio más absoluto, pegada a la televisión.

Hace un año que no tienen sexo. Él no la golpea físicamente, pero la menosprecia cada vez que puede. Y "ella, con un optimismo a toda prueba, afirma: "Mi matrimonio no es el mejor que digamos, pero todavía nos queremos". Y yo pienso para mis adentros: "¡Qué lástima, si no se quisieran, ya se hubiera acabado la relación!" 
Si por amor pasaste el límite de lo aceptable, seguramente cada nuevo día se siente como un bajón. Hay un sinsabor permanente que te va matando la alegría. A este respecto, Blaise Pascal estaba en lo cierto cuando decía: "El corazón tiene sus razones que la razón no conoce". Échale un vistazo a las razones de la mente y crúzalas con las del corazón. Es sorprendente cómo podemos insensibilizarnos al dolor y el aburrimiento.

Éstos son tres síntomas de que la cosa no funciona:

Empiezas a envidiar a otras parejas.
Se activa el recuerdo de viejos amores.
Una duda metódica hace su aparición: "¿Me habré enamorado de la persona equivocada?"

Cuando cruzamos los límites de la autoestima, una sensación de falta de completitud, de vacío y encierro vital hace su aparición. Sin embargo, aunque la evidencia de estas sensaciones es contundente, la mente duda y se acobarda. Un combate entre la razón y la emoción tiene lugar: "Pero no todo es malo... Hemos tenido momentos buenos...". Y la confusión alimenta la más cruel de las esperanzas: la posibilidad de que si "el amor todo lo puede", ojala esta vez sí pueda. Y allí nos quedamos," semanas, meses o años, a la espera de un sueño que nunca se realiza.

Me pregunto: ¿por qué vivir mal? ¿Por qué resignarnos a una vida insufrible e insípida? Y no me refiero necesariamente; a las parejas que viven en una guerra cotidiana continua y la decisión de alejarse sería más que obvia, sino a aquellas relaciones que se escudan en un aparente diálogo inteligente, que no es otra cosa que un forcejeo constante y encubierto. El culto a la verborrea consiste en hablar sobre lo que se habla o sobre lo que no se habló pero debería hablarse. En estas relaciones parlanchinas, todo hay que explicarlo, siempre hay algo que justificar o demostrar. Nada ocurre con naturalidad y la vida se va llenando de esclarecimientos e ilustraciones constantes, ejemplos y estadísticas, para convencer al otro de lo que a uno; le parece evidente. A una de estas parejas, aparentemente trascendidas, les pregunté si eran felices viviendo juntos, ya que todo terminaba en una polémica. Su respuesta fue al unísono: "¡Nosotros no peleamos, discutimos!" Si la convivencia con la persona que amo termina convirtiéndose en un esfuerzo cotidiano por explicar y justificar todo lo que pienso, siento o quiero, así no haya patadas y gritos, la relación ya va cuesta abajo.

El amor saludable es aquél que se mantiene dentro de los límites razonables de la convivencia inteligente y tranquila y que discurre sin tantos tropiezos ni tanta disputa.

¡Benditos sean los silencios amigables, el consentimiento implícito que acompaña una sonrisa o el gesto afirmativo que no modula! Una buena pareja no habla tanto como la gente cree, sino lo suficiente para mantener vivo el interés.

Una amiga mía se pone feliz cuando el marido se va de viaje: "Soy yo misma me siento libre, puedo hacer lo que quiera, me visto como se me da la gana, salgo con mis amigas y amigos. Son vacaciones...". Un día le pregunté por qué seguía con él. Su respuesta fue tajante: "¿Y quedarme sola? Él me da seguridad, me acompaña y, además, en el fondo, lo quiero". Pero muy en el fondo, pensé para mí. El costo que paga mi amiga por sobrellevar su miedo a la soledad es estar con alguien que le quita libertad y felicidad. Tres meses de malestar comprimidos, por una semana de placidez: mal negocio. ¿Que el amor no hace cálculos? Pues claro que debe hacerlos, si no quiere ser embestido. Tal como nos enseñó Epicúreo, la felicidad tiene que ver con los balances, no se trata de mezquindad, sino de sabiduría. Recuerdo el caso de un paciente que llegó feliz a la consulta porque la mujer se iba a demorar una semana más en llegar de un viaje. Sobándose las manos, me dijo:"¡Una semana más!" Nunca supe qué fechorías estaba haciendo o planeando el hombre, pero si la ausencia de su pareja lo transportaba a tal frenesí y euforia, era evidente que estaba del lado equivocado del amor.

Algunos indicadores emocionales de haber pasado los límites del amor son: depresión, desgano, constantemente querer estar con otras personas, ansiedad, tedio o aburrimiento, sentirse atrapado, desear la viudez o la separación, sentirse bien y libre cuando la pareja se acuesta a dormir o se aleja, sufrir con cada relación sexual, sentirse humillada o humillado y sentir miedo, entre otras. Lo subyacente a todo lo anterior tiene un nombre: insatisfacción.

Plantéate dos preguntas:

¿Estás contenta o contento con tu relación de pareja y la vida que llevas?

Si pudieras cambiar el pasado, ¿repetirías con la misma persona?

Si respondiste dos "sí": todo bien. Uno o dos "no": todo mal. No siempre nos sentamos a pensar seriamente sobre nuestra relación afectiva, porque "destapar la olla" asusta.

El autoengaño tiene sus argumentos: ¿Para qué pensar en mi relación, si mi pareja en verdad me quiere? Porque tienes derecho a ser feliz. Así de contundente.

Escribe la siguiente frase de Séneca y mantenla a mano, léela, guárdala en la memoria, en la gaveta del automóvil, en la pantalla del computador y trata de que te cale lo más profundo posible:

Mientras se espera vivir, la vida pasa.



Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet
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