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sábado, 2 de julio de 2022

¿SABES QUE ES EL KARMA?


Karma es el origen de la existencia física y el astuto invento de 
la naturaleza para mantener esta existencia. La ley del karma hace que se nos pague 'ojo por ojo y diente por diente' en forma de alegría o sufrimiento. Es el látigo aguijoneante en las manos ocultas de la naturaleza.

La mente contrae karma, coloca una cubierta sobre el alma y gobierna al cuerpo a través de los órganos y los sentidos.

Aunque es el alma la que imparte fuerza a la mente, esta última, por el contrario, ha logrado soberanía y está gobernando al alma.

El control sobre la mente es entonces el primer paso hacia la espiritualidad.

Victoria sobre la mente es victoria sobre el mundo.

Aun los yoguis y místicos realizados que pueden trascender a altas regiones espirituales, no dejan de ser tocados por la mano del karma.

Los Santos clasifican los karmas en tres grupos diferentes, como sigue:

1. Sanchit (almacenados):

Acciones buenas o malas que están registradas en nuestra cuenta como ganadas y contraídas en todos los cuerpos anteriores del orden de la Creación, contando desde el día de la primera aparición de vida en la tierra. Pero, ¡ay!, el ser humano no sabe nada de ellos y de su magnitud. 

2. Prarabdha (destino):

Karmas que forman el resultado y efecto de acciones del pasado, que han dado al ser humano el cuerpo actual y que tienen que ser pagados en esta misma vida.

Las reacciones de estos karmas vienen a nosotros inesperada e imperceptiblemente y por tanto, no tenemos control alguno sobre ellos. Ya sea bueno o malo, tenemos que tolerar y soportar este karma, riendo o llorando, como mejor nos convenga.

3. Kriyaman (cuenta de nuestras acciones en el cuerpo actual):

Este es diferente de los dos grupos arriba mencionados, ya que aquí el ser humano es libre de hacer exactamente lo que le plazca, dentro de ciertos límites. Sabiéndolo o no sabiéndolo, las acciones ejecutadas y que quedan bajo esta clasificación, dan su fruto. El resultado de algunos de estos karmas los cosechamos antes de morir y el resto es transferido a la bodega Sanchit.

El karma es la causa del renacimiento y cada nacimiento, a su vez, es seguido de la muerte. Así, continúa el ciclo de goces y de sufrimientos, los cuales son los compañeros del nacimiento y de la muerte.

“Así como piensas, en eso te conviertes”

Es una ley inalterable de la naturaleza por la cual este universo existe. Ninguna cantidad de integridad o de genio puede absolver al ser humano mientras haya el más ínfimo trazo de karma.

La ignorancia de la ley no es excusa; y aunque bajo circunstancias especiales puede haber alguna concesión o relajamiento en las leyes hechas por el hombre, no existe esa concesión en las leyes de la Naturaleza. La oración, confesión y sacrificio pueden dar alivio temporal a la mente, pero no pueden aniquilar el karma. Todo el karma debe ser eliminado totalmente antes de poder obtener la salvación permanente.

El ser humano es el hacedor de su propio destino.

Aunque no podemos alterar el pasado, sin embargo, podemos forjar el futuro lo mejor que podamos. ―Hasta aquí y no más, es el límite que el Maestro traza para cada uno de nosotros y por ninguna razón debe ser transgredido.




Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet

miércoles, 29 de junio de 2022

OM MA NI PAD ME HUM


Mantra de Purificación y Perfección

OM MA NI PAD ME HUM
Recomendación después de la lectura escuchar esta interpretación del mantra:
https://youtu.be/ui5ykVAZfV4

Los mantras son interpretados de varias maneras por sus practicantes, o simplemente como meras secuencias de sonidos cuyos efectos caen fuera de una posible definición estricta. En el caso de este mantra en particular y, en los intentos por capturar en palabras su sagrada resonancia, suele ser traducido en muchas ocasiones como “la joya en el loto del corazón”.

Un modo de trabajar con este mantra es expandir su significado, determinando por ejemplo que las vibraciones de las seis sílabas de su composición representan y favorecen la purificación de los seis reinos de la existencia:

El mantra Om Mani Pädme Hum es fácil de decir pero muy poderoso, porque contiene la esencia de todas las enseñanzas.

Su escritura en Sánscrito, el lenguaje sagrado de la India es así: 

Cuando dices la primera sílaba 

-Om está bendecida para ayudarte a lograr la perfección en la práctica de la generosidad.

-Ma ayuda a perfeccionar la práctica de la ética pura, y 

-Ni ayuda a conseguir la perfección en la práctica de la tolerancia y paciencia.

-Päd, la cuarta sílaba, te ayuda a lograr la perfección en la perseverancia.

-Me te ayuda a lograr la perfección en la práctica de la concentración.

-Hum te ayuda a lograr la perfección en la práctica de la sabiduría.

OM MA NI PAD ME HUM

Significado:

Om la primera sílaba está compuesta por tres letras A, U, y M.

Estas simbolizan el cuerpo, el habla y la mente impura del practicante; también simbolizan el cuerpo, el habla y la mente puros y exaltados de un buda.

Mani significa joya y simboliza los factores del método: la intención altruista de iluminarse, la compasión, y el amor. Así como una joya es capaz de eliminar la pobreza, la mente altruista de la iluminación es capaz de eliminar la pobreza o las dificultades de la existencia cíclica y de la paz solitaria.

De igual forma, así como una joya cumple los deseos de los seres sintientes, también la intención altruista de llegar a la iluminación satisface los deseos de los seres sintientes.

Padme, que significan loto, simbolizan la sabiduría. Así como un loto crece en el lodo sin ensuciarse con las faltas de éste, la sabiduría es capaz de ponerte en una situación sin contradicciones, donde de cualquier otra forma habría contradicción si no tuvieses sabiduría.

Existe la sabiduría que comprende la impermanencia, la sabiduría que comprende que las personas están vacías de autosuficiencia o existencia sustancial, la sabiduría que comprende el vacío de la dualidad –esto es, la diferencia de entidades entre sujeto y objeto– y la sabiduría que comprende el vacío de la existencia inherente. Aunque hay diferentes tipos de sabiduría, la principal de todas estas es la sabiduría que comprende el vacío.

Hum indica indivisibilidad. La pureza debe lograrse mediante la unión indivisible entre el método y la sabiduría; dicha unión está simbolizada por la última sílaba, Hum…

Así, las seis sílabas, Om Mani Padme Hum, significan que a partir de la práctica de un camino, que es la unión indivisible del método y la sabiduría, puedes transformar tu cuerpo, tu habla y tu mente impuras en el cuerpo, el habla y la mente puras y exaltadas de un buda.

Se dice que no debes buscar la budeidad fuera de ti, las sustancias para el logro de la budeidad están dentro de ti.



Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet

martes, 21 de junio de 2022

UN CABELLO BLANCO EN LA CABEZA DEL REY


En un pasado muy lejano, la vida de la gente duraba muchísimos 
más años que en la actualidad. Disfrutaban de una vida de miles de años. En ese tiempo, el gran Ser Iluminado (el Buda, en una vida anterior) nació como hijo primogénito de un Rey y lo llamaron Makadeva. Su infancia se extendía por 84,000 años.

Como adulto llegó a ser rey y en el tiempo de esta historia, su reino ya había durado 80,000 años.

Un día, Makadeva dijo al barbero real: "Si encuentras un cabello blanco en mi cabeza, debes informarme enseguida."

Naturalmente, el barbero lo prometió y siempre se fijó cuidadosamente.

Cuando pasaron otros 4,000 años, un día el rey fue a recortarse como de costumbre donde su barbero. Pero, ese día, el barbero descubrió un pequeño cabello blanco en la cabeza del rey.

Entonces dijo: "Su Majestad, debo informarle que acabo de encontrar un cabello blanco en su cabeza." El rey contestó: "Si este es el caso, sácalo y pónmelo en la mano." El barbero, con la ayuda de su pinza dorada sacó el cabello blanco y lo colocó en la mano del rey.

En ese tiempo, al rey todavía le restaban por lo menos otros 84,000 años para vivir su vejez. Mirando ahora este cabello blanco en su mano, se asustó mucho pensando en la muerte.

Inevitablemente debía morir muy pronto y se sentía como alguien atrapado en una casa en llamas. Tenía mucho temor y el sudor frío le corría por la espalda. Entonces, el Rey Makadeva pensó: "He desperdiciado toda esta larga vida en cosas fútiles y ahora la muerte se está acercando. No he hecho ningún intento para acabar con la codicia, la envidia, el odio y la ignorancia, ni me he interesado en aprender la verdad detrás de las apariencias para adquirir sabiduría."

Ponderando su situación, su cuerpo se sentía como en medio de llamas y el sudor corría desde la cabeza hasta los pies.

Entonces, con gran determinación, el rey decidió renunciar a su reino y ordenarse como monje para practicar la meditación.

Con este pensamiento en mente, recompensó al barbero con una gran suma de dinero que le permitía vivir cómodamente durante el resto de su vida.

Luego, el rey llamó a su hijo mayor y dijo: "Mi hijo, estoy llegando a la vejez; ya encontré un cabello blanco. Disfruté los placeres mundanos, las riquezas y el poder ampliamente.

Cuando muera quiero renacer en un reino celestial para estar entre los dioses.

Por eso he tomado la decisión de renunciar y ordenarme como monje.

Ahora te toca ti la responsabilidad de gobernar el país. En adelante viviré la vida de un monje en el bosque."

Cuando los ministros y el resto de la corte se enteraron de esta decisión, enseguida se presentaron delante del rey y preguntaron: "Majestad, ¿qué le está pasando, por qué quiere de pronto renunciar y ordenarse como monje?" El rey, con su cabello blanco en la mano, contestó:

"Estimados ministros y ayudantes, mi di cuenta que este cabello blanco me enseñó que las tres etapas de la vida - juventud, adultez y vejez - llegan a su final.

Este cabello, mensajero de la muerte, se encontró en mi cabeza. Cabellos como estos son como ángeles enviados por el dios de la muerte. Por lo tanto, llegó el tiempo para renunciar y ordenarme como monje."

Todo el pueblo lloró cuando el Rey Makadeva abandonó de su reino y salió al bosque para aceptar la vida de un monje.

En el bosque él practicó los llamados "Cuatro Estados Celestiales de la Mente", que incluyen la benevolencia amorosa con todos los seres, la compasión hacia todos los que sufren, la alegría por el bienestar de otros y la ecuanimidad en todas las situaciones y dificultades, manteniendo la mente en equilibrio y calma.

Después de 84,000 años de grandes esfuerzos en la meditación, practicando estos estados mentales sublimes y llevando la vida de un monje, el Bodhisattva o gran Ser Iluminado, murió.

Renació en un elevado reino celestial donde vivió feliz durante un millón de años.

DEBEMOS APRENDER: AUN UNA VIDA LARGA ES DEMASIADA CORTA CUANDO ES DESPERDICIADA.



Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet

jueves, 16 de junio de 2022

EL PRÍNCIPE GAMANI


El Valor de los Consejos Sabios de un Maestro.

En el pasado había un rey que tenía cien hijos. El más joven y último en la sucesión era el Príncipe Gamani. Tenía un carácter emprendedor, paciente y amable.

Para educar e instruir a cada príncipe, el rey le asignó un maestro. El Principe Gamani, aunque era el último en la sucesión, tuvo la suerte de recibir el mejor maestro. Tenía más sabiduría que los demás y trató al príncipe como un padre trata a su hijo. A su vez, el Príncipe Gamani quería mucho a su maestro, lo trataba siempre con gran respeto y obedecía a todos sus mandados.

En aquél tiempo y según la costumbre, el rey envió a cada uno de los príncipes a una de las provincias del país para que pudiera entrenarse en el arte de gobernar y en el trato con la gente. Cuando el Príncipe Gamani llegó a la edad para ser enviado, fue a ver a su maestro para preguntarle cuál de las provincias debía escoger. El maestro le aconsejó:

"No te conviene irte a ninguna provincia. En su lugar, dile a tu padre si él envía a su hijo heredero número cien a una provincia, entonces no le quedará ninguno para servirle en la ciudad."

El Príncipe Gamani obedeció a su maestro y se quedó en la ciudad para complacer a su padre con afecto y lealtad.

Después de un tiempo, el príncipe volvió a ver a su maestro y le preguntó: "¿Cuál es la mejor manera para servir a mi padre y al pueblo de la capital?―El sabio maestro le contestó: ― Pídale al rey ponerte a cargo de las finanzas para recolectar los pagos e impuestos y distribuir las ganancias y beneficios entre la gente.

Si lo acepta, entonces haz tu trabajo con honestidad y rectitud, mostrando siempre buena disposición y amabilidad para con la gente."

El príncipe siguió el consejo de su maestro. Como el rey confiaba en su hijo, estaba feliz de encargarlo de esas funciones. Cada vez que el príncipe salió para la difícil tarea de recolectar los pagos e impuestos, actuó con amabilidad, rectitud y apegado a la ley. Cada vez que distribuyó alimentos y medicinas a los pobres, se mostró generoso y cordial. En poco tiempo el príncipe Gamani se ganó el respeto y la admiración de toda la gente.

Entonces, la vida del rey se acercó a su fin. Sus ministros se juntaron alrededor de su lecho y preguntaron cuál de sus hijos debía heredar el trono.

El rey dijo que como todos sus cien hijos tenían el mismo derecho, sería mejor que el mismo pueblo escogiera al príncipe que debía ser su próximo rey.

Después que el rey murió, todos los ciudadanos eligieron a Gamani, el príncipe número cien, como sucesor de su padre.

Debido a su bondad y nobleza le coronaron como Rey Gamani el Recto.

Cuando sus noventa y nueve hermanos se enteraron, se sintieron muy mal, ya que todos eran mayores. Lleno de rabia y envidia se prepararon para pelear. Enviaron un mensaje al Rey Gamani, diciendo: "Todos tus hermanos somos mayores que tú. Los países vecinos se van a reír de nosotros si aceptamos que el príncipe número cien sea el que gobierne.

Es mejor que abandones el trono o te lo quitaremos por la fuerza."

Después de recibir este mensaje, el Rey Gamani se lo enseñó a su maestro y le pidió su orientación.

En verdad, este honorable maestro era la encarnación de un Ser Iluminado y le aconsejó con gran sabiduría:.

"Comunícales que no vas a pelear contra tus hermanos y que no les darás la oportunidad de matar a las gentes inocentes del pueblo que amas.

Diles que en lugar de pelear decidiste repartir las riquezas del reino entre todos los cien príncipes.

Entonces, mándales a cada uno la parte que le pertenece."

Nuevamente, Gamani aceptó el consejo de su maestro y dividió el tesoro del rey entre cien.

Mientras tanto, cada uno de los noventa y nueve príncipes trajo su pequeño ejército para atacar a la capital. Cuando recibieron el mensaje de Gamani, junto con sus respectivas porciones del tesoro real, se juntaron para decidir qué hacer.

Al ver que luego de dividir el tesoro real cada una de las cien partes era tan pequeña que no servía de nada. Por lo tanto, no querían aceptar que se dividiera. De igual modo, se dieron cuenta de que si pelearían en contra del Rey Gamani y dividieran el reino entre ellos, a cada uno le tocaría una porción muy insignificante que cualquier vecino enemigo se la quitaría con facilidad. De este modo, todo el reino se perdería y ninguno de ellos podría beneficiarse. Finalmente, decidieron devolver su porción del tesoro real como ofrenda de paz y aceptaron el reinado de Gamani.

Muy contento, Gamani invitó a sus hermanos al palacio para celebrar la paz y la unidad. Los atendió de la manera más noble y generosa y los trató con gran fraternidad y cortesía.

De este modo, el rey y sus noventa y nueve hermanos llegaron a hacerse los mejores amigos y prometieron siempre apoyarse mutuamente.

Esto llegó a conocerse en todos los países vecinos y nadie jamás se atrevió a atacar el territorio de Gamani y sus noventa y nueve hermanos.

Luego de unos meses, cada uno de los hermanos retornó contento y en paz a su respectiva provincia.

Entonces, el Rey Gamani invitó a su viejo maestro al palacio para agradecerle su ayuda. Le colmó de riquezas y de regalos. Preparó una gran fiesta en su honor y dijo a los señores de la corte: "Yo era el número noventa y nueve entre cien príncipes. Todo mi éxito lo debo a los sabios consejos de mi generoso maestro. ¡Ojalá todos sigan las recomendaciones de sus maestros sabios para experimentar gran felicidad y prosperidad en su vida! En nuestro caso, incluso debemos la unidad y la fuerza de nuestro reino a mi querido maestro."

El reino prosperó ampliamente bajo las reglas generosas y justas del Rey Gamani el Recto.

DEBEMOS APRENDER: LAS RECOMPENSAS SE MULTIPLICAN CUANDO UNO SE ATIENE A LOS CONSEJOS DE UN MAESTRO SABIO.



Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet

domingo, 12 de junio de 2022

EL SERMON


Cuando dos monjes le pidieron que diera un sermón. Hyakujo 
Nehan les dijo que trabajaran en la granja, pues después de eso el daría una charla sobre un gran tema del budismo.

Los monjes hicieron lo que les había pedido y luego acudieron al maestro para el sermón. Sin decir una palabra, el maestro se limito a extender sus brazos abiertos hacia los monjes.

Tal vez, a fin de cuentas, no haya nada misterioso en el zen.

Todo está a la vista. Si comes tu comida, te vistes pulcramente y trabajas en la granja para cultivar tu arroz o tus verduras, estás haciendo todo lo que se requiere de ti en esta tierra, y el infinito se realiza en ti.



Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet

domingo, 5 de junio de 2022

LA SOLIDARIDAD


Dos personas estaban perdidas en el desierto. Estaban muriendo 
de hambre y de sed. Finalmente, llegaron hasta una alta pared.

Del otro lado podían oír el sonido de una cascada y pájaros cantando. En lo alto, podían ver las ramas de un abundante árbol que se extendía sobre la parte superior del muro. Su fruta parecía deliciosa. Uno de ellos se las arregló para trepar por la pared y desaparece por el otro lado. El otro, en cambio, volvió al desierto para ayudar a otros viajeros perdidos a encontrar su camino al oasis.



Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet

viernes, 1 de octubre de 2021

16. NO LEJOS DEL ESTADO DE BUDA


Un estudiante de la universidad visitó en una ocasión a Gasan y le 
preguntó: «¿Has leído alguna vez la Biblia cristiana?».

«No, léemela», dijo Gasan.

El estudiante abrió la Biblia y leyó desde San Mateo: «¿Y por qué preocuparse por lo que vestiréis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen. No trabajan, ni hilan, pero os digo que ni aún Salomón en toda su gloria se atavió como uno de ellos... De modo que no os inquietéis por el día de mañana, pues el mañana traerá su propia inquietud”.

Gasan dijo: “Quienquiera que dijera tales palabras, lo considero un hombre iluminado».

El estudiante continuó leyendo: «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abre».

Gasan remarcó: «Eso es excelente. Quienquiera que dijera eso no se halla lejos del estado de Buda».



Extracto del libro:
Zen flesh. Zen bones
Paul reps y Nyogen senzaki
Fotografía de Internet

domingo, 19 de septiembre de 2021

13. UN BUDA


En Tokio, durante la era Meiji, vivían dos prominentes maestros de 
características opuestas. Uno de ellos, Unsho, instructor de Shingon, guardaba escrupulosamente los preceptos de Buda. Nunca bebía alcohol, ni comía después de las once de la mañana. El otro maestro, Tanzan, profesor de filosofía en la universidad imperial, nunca observaba los preceptos. Cuando tenía hambre, comía, y si tenía sueño durante el día, dormía.

Un día, Unsho visitó a Tanzan, que en ese momento se encontraba bebiendo vino, del que se supone que ni una sola gota debe tocar la lengua de un budista.

«Hola, hermano», le saludó Tanzan. «¿No quieres un trago?».

«¡Nunca bebo!», exclamó Unsho solemnemente.

«Alguien que no bebe no es ni siquiera humano», dijo Tanzan.

«¿Pretendes llamarme inhumano sólo porque no transijo en beber líquidos embriagantes?», exclamó Unsho enfadado. «Entonces, si no soy humano, ¿qué soy?».

«Un buda», respondió Tanzan.



Extracto del libro:
Zen flesh. Zen bones
Paul reps y Nyogen senzaki
Fotografía de Internet

lunes, 5 de abril de 2021

4. OBEDIENCIA


A las charlas que daba el maestro Bankei no sólo asistían los estudiantes 
de zen, sino personas de todo rango y credo. Nunca citaba sutras ni se enzarzaba en largas y embrolladas discusiones escolásticas. Por el contrario, sus palabras salían directamente desde su corazón hacia los corazones de sus oyentes.

Sus largas audiencias irritaban a un sacerdote de la secta Nichiren porque sus adeptos lo habían abandonado para oír hablar de zen. Por ello, el egocéntrico sacerdote de Nichiren fue al templo con la determinación de debatir con Bankei.

«¡Eh, maestro zen!», gritó. «Espera un momento. Quienquiera que te respete, obedecerá lo que digas, pero un hombre como yo no te respeta.

¿Cómo puedes hacer que te obedezca?».

«Ven a mi lado y te lo mostraré», dijo Bankei.

Orgullosamente, el sacerdote se abrió paso entre la multitud hasta llegar al maestro.

Bankei sonrió. «Ponte a mi izquierda».

El sacerdote obedeció.

«No», dijo Bankei, «hablaremos mejor si te colocas a mi derecha.

Ponte aquí.»

El sacerdote se dirigió altivamente hacia la derecha.

«Lo ves», observó Bankei, «estás obedeciéndome y yo pienso que eres una persona muy dócil. Ahora siéntate y escucha».



Extracto del libro:
Zen flesh. Zen bones
Paul reps y Nyogen senzaki
Fotografía de Internet

3. ¿ES ASÍ?


El maestro zen Hakuin era conocido entre sus vecinos por llevar 
una vida pura.

Cerca de su casa vivía una hermosa muchacha japonesa, cuyos padres regentaban una tienda de comida. De pronto, los padres descubrieron que estaba embarazada y se enfadaron mucho. Ella no quería confesar quién era el padre, pero, tras mucho hostigamiento, al final nombró a Hakuin. 

Terriblemente irritados, los padres fueron a ver al maestro. «¿Es así?», fue todo lo que dijo.

Cuando el niño nació, lo llevaron ante Hakuin. Para entonces, éste había perdido su reputación, lo cual no le preocupaba, pero cuidó muy bien al niño. Consiguió leche de sus vecinos y todo cuanto el pequeño necesitaba.

Un año más tarde, la joven madre no pudo soportarlo más y confesó la verdad a sus padres: que el verdadero padre del niño era un joven que trabajaba en la pescadería.

Una vez sabido esto, la madre y el padre de la muchacha fueron inmediatamente a ver a Hakuin para pedirle perdón, para deshacerse en disculpas y para recuperar al niño.

Hakuin no se negó. Es más, al entregar al niño, todo lo que dijo fue: 

«¿Es así?».



Extracto del libro:
Zen flesh. Zen bones
Paul reps y Nyogen senzaki
Fotografía de Internet

martes, 17 de noviembre de 2020

2. HALLAR UN DIAMANTE EN EL BARRO DEL CAMINO


Gudo era el maestro del emperador de su época. Sin embargo, acostumbraba a viajar solo como un mendigo errante. En una ocasión, yendo de camino hacia Edo, corazón cultural y político del shogunado, se acercó a la pequeña aldea de Takenaka. Había anochecido y 
llovía copiosamente. Gudo estaba completamente empapado. Sus sandalias de paja estaban deshechas. En una granja cercana a la aldea, vio cuatro o cinco pares de sandalias en una ventana y decidió comprar unas.

La mujer que le ofreció las sandalias, viendo cuán empapado estaba, le invitó a pasar la noche en su casa. Gudo aceptó, dándole las gracias.

Entró y recitó un sutra ante el oratorio familiar. Hecho esto, la mujer le presentó a su madre y a sus hijos. Al darse cuenta de que toda la familia estaba afligida, Gudo preguntó qué ocurría.

«Mi marido es un jugador y un borracho», contestó la mujer.

«Cuando tiene suerte y gana, empieza a beber y se vuelve agresivo.

Cuando pierde, pide dinero prestado a los demás. Algunas veces, cuando está completamente borracho, ni siquiera vuelve a casa. ¿Qué puedo hacer?».

«Yo le ayudaré», dijo Gudo. «Toma este dinero. Consígueme un galón de vino y algo apetitoso para comer. Después retírate. Yo me quedaré meditando frente al altar».

Cuando el hombre de la casa regresó borracho, alrededor de la medianoche gritó: «Eh, esposa, estoy en casa. ¿Tienes algo de comer para mí?».

«Yo tengo algo para ti», dijo Gudo. «La lluvia me sorprendió y tu mujer me invitó amablemente a pasar aquí la noche. A cambio, he comprado algo de vino y pescado, de modo que puedes comer».

El hombre se mostró encantado. Inmediatamente, bebió el vino y se tumbó en el suelo. Gudo se sentó a su lado en postura de meditación.

Por la mañana, cuando el marido despertó, había olvidado lo sucedido la noche anterior. «¿Quién eres? ¿De dónde vienes?», preguntó a Gudo, que continuaba meditando.

«Soy Gudo, de Kioto, y voy camino de Edo», respondió el maestro zen.

El hombre se sintió completamente avergonzado, y se deshizo en disculpas al maestro de su emperador.

Gudo sonrió. «Todo en este mundo es perecedero», explicó. «La vida es muy breve. Si sigues jugando y bebiendo, no tendrás tiempo de hacer nada más, y además causarás sufrimiento a tu familia».

La percepción del hombre despertó como si saliera de un sueño.

«Tienes razón», declaró. «¿Cómo podré pagarte por esta maravillosa enseñanza? Permíteme que te acompañe y lleve tus cosas durante un trecho».

«Si así lo deseas», asintió Gudo.

Ambos partieron. Tras haber recorrido tres millas, Gudo le dijo que regresara. «Sólo cinco millas más», suplicó a Gudo y continuaron.

«Puedes volver ahora», sugirió Gudo.

«Después de otras diez millas», replicó el hombre.

«Vuelve ahora», dijo Gudo cuando hubieron pasado las diez millas.

«Voy a seguirte durante el resto de mi vida», declaró el hombre.

Los profesores de zen en el Japón actual proceden del linaje de un famoso maestro que fue el sucesor de Gudo. Su nombre era Mu-nan, El Hombre que nunca volvió.



Extracto del libro:
Zen flesh. Zen bones
Paul reps y Nyogen senzaki
Fotografía de Internet

sábado, 20 de junio de 2020

EL MIEDO AL TERRORISMO


Cuando hoy en día viajamos en avión, todo el mundo nos parece sospechoso y tenemos miedo de que en el momento menos pensado aparezca un terrorista. Como cualquiera puede transportar explosivos o esconder una bomba, nos vemos obligados a pasar por un escáner corporal. Y como el miedo impera por doquier, de ello ni siquiera se libran las personas que, como yo, visten hábitos monásticos. Quienes nos precedieron generaron este clima de miedo que con el paso del tiempo no ha hecho más que crecer. Ignoramos cómo tratar nuestro sufrimiento y son muy pocas las personas que saben enfrentarse al miedo y trascenderlo. 

Alimentamos el deseo de venganza; queremos castigar a quienes nos han hecho sufrir y creemos que eso nos hará sufrir menos. 

Queremos ser violentos con ellos para escarmentarles. Cuando un terrorista hace estallar una bomba en un autobús o en un avión, nadie sobrevive. El deseo de dañar que alberga el terrorista se origina en su propio sufrimiento. Quien ignora el modo de tratar su propio sufrimiento puede tratar de aliviarlo castigando a los demás. 

El Buda dijo: «Después de observar profundamente el estado mental de las personas que no son felices, he atisbado, oculto bajo su sufrimiento, un cuchillo muy afilado. Ese cuchillo, que no alcanzan a ver, es el que les impide relacionarse con el sufrimiento». 

En lo más profundo de nuestro corazón yace una daga cubierta de muchas capas. En ese sufrimiento inconsciente se asienta la causa de que hagamos sufrir a otras personas. Pero tú puedes descubrir y extraer ese puñal y contribuir, una vez que lo hayas hecho, a extraer el puñal que otros llevan clavado en su corazón. El dolor provocado por ese cuchillo ha estado presente mucho tiempo y, por más que sigas aferrándote a él, tu dolor no hará sino crecer hasta que quieras castigar a quienes consideras causantes de tu sufrimiento. 



Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet
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