Los ordenadores son increíblemente rápidos, precisos y estúpidos. Los humanos somos increíblemente lentos, imprecisos y brillantes. Juntos tenemos un poder más allá de la imaginación.
(Albert Einstein)
Hoy en día podemos estar conectados con cualquier persona en cualquier lugar del mundo con un solo clic.
Portátiles, móviles, tablets... Estamos todo el día online. Esto es fantástico para trabajar —muchos emprendedores y autómos lo tienen más fácil que nunca para crear su propia oficina portátil—, pero cuando toca desconectar, es una misión casi imposible.
Aprender a apagar los dispositivos con internet es imprescindible para que el cuerpo y la mente descansen unas horas al día y los fines de semana.
En buena parte, estamos enganchados a las tecnologías y somos incapaces de dar al off porque los demás se han acostumbrado a tenernos disponibles las veinticuatro horas al día, a tal punto que parece inconcebible desconectar.
La mayoría de nosotros llegamos a casa, nos preparamos una cena, queremos sentarnos con los nuestros a charlar del día, a ver una película quizá, y entonces el móvil empieza a sonar: notificaciones, avisos de correos, mensajes en redes sociales, llamadas...
Algunos consejos para lograr la necesaria desconexión:
1. Establece un horario estricto de apagado del móvil, la tablet y demás dispositivos.
2. Acostumbra a tus contactos a responder en horario laboral y deja para el día siguiente cualquier respuesta.