Y ahora viene la última historia. Había un león que creció en un rebaño de ovejas y no tenía conciencia de que era un león. Balaba como una oveja y comía pasto como una oveja. Un día en que las ovejas deambulaban por el borde de una gran selva, un león grande y poderoso soltó un rugido y salió corriendo de la espesura, dirigiéndose directamente al centro del rebaño. Todas las ovejas se desbandaron y huyeron. Cuál no sería la sorpresa del león de la selva cuando vio al otro león, allí, entre las ovejas. Entonces las corrió y las agarró. Y allí estaba el pobre león, encogido frente al rey de la selva. Y éste le preguntó:
-¿Qué haces aquí?
Y el otro dijo:
-¡Perdón, ten piedad de mí; no me comas, ten piedad de mí!
Pero el rey de la selva lo arrastró consigo. Lo llevó a un lago y le dijo:
-¡Mira!
Entonces el león que creía ser una oveja miró y, por primera vez, vio su reflejo, vio su imagen. Luego miró al otro león, y volvió a mirar, y soltó un poderoso rugido.
Nunca más volvió a ser una oveja. Le había llevado un minuto. Bien, quizás, en el transcurso de toda mi exposición, habrás mirado y visto a través de toda esta red de mentiras, condicionamientos y programaciones a los que estamos sujetos, y habrás adquirido alguna noción acerca de quién eres. Si es así, la lectura habrá valido la pena.
Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet
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