Un día la oscuridad se acercó a Dios y le dijo: ‘’Nunca le he hecho daño al sol, pero sigue torturándome. Donde voy, me alcanza y tengo que huir de ahí. Ni siquiera puedo descansar. No es que me esté quejando, pero ya es suficiente. Hasta cuando deberé soportarlo? Y soy absolutamente inocente, nada he hecho en contra del sol y nunca he dicho nada en contra del sol. Es la primera vez que hable de esto.’’
Dios inmediatamente llamó al sol.
El sol estaba callado y Él le preguntó: “Por qué torturas y molestas a la oscuridad?”
El sol dijo: ‘’De qué me hablas? Nunca me he encontrado con nadie que se llame oscuridad’’.
Y Dios miró alrededor y no vio a nadie. Dónde se había ido la oscuridad? Había desaparecido. El sol dijo:
-Cuando quieras, trae a la oscuridad frente a mí y me disculparé o como Tú digas. Pero, no lo sé, tal vez sin darme cuenta, inconscientemente la he herido, por lo menos déjame ver a esa persona... la persona que se queja de mí.
La historia dice que el archivo de este caso en contra del sol todavía está pendiente pues Dios no ha podido traer a las dos partes frente a El. Algunas veces la oscuridad viene, otras el sol llega, pero no ha podido juntarlos a ambos y a menos que las dos partes estén presentes este caso no puede ser resuelto.
FUENTE: OSHO: ‘De la Inconsciencia a la Conciencia’, capítulo 19, de la dirección internet www.oshogulaab.com
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