jueves, 9 de enero de 2020

EL PODER DE LA PLENA CONSCIENCIA


Todos los seres humanos tenemos la capacidad de estar atentos y concentrados y de comprender y ser compasivos. Estas cualidades, inherentes a todo el mundo, se conocen como naturaleza búdica. Cuando dices «Tomo refugio en el Buda», no estás diciendo que te apoyes en un tipo de dios ajeno a ti, sino que confías en tu capacidad de entender y amar. 

Cuando el Buda era muy viejo y estaba a punto de morir, dijo: 

«Queridos amigos y queridos discípulos, no toméis refugio en nada ajeno a vosotros. En cada uno de nosotros hay una isla muy segura en la que podemos refugiarnos. Cada vez que conectas con esa isla a través de la atención en la respiración, creas un espacio de relajación, concentración y comprensión. Si, gracias a la atención a la respiración, te asientas en esa isla, estarás seguro. Ese es un lugar en el que, cada vez que sientas miedo, duda o confusión, puedes refugiarte». 

En Plum Village tenemos un corto poema al que hemos puesto música y presentamos a continuación. Puede ser utilizado para ejercitar la toma de refugio. 

Inspiro. Espiro. El Buda es mi atención plena, resplandeciendo cerca y resplandeciendo lejos. 

Cuando practicas la atención en la respiración, generas la energía de la plena consciencia, algo que se conoce como plena consciencia de la respiración. La energía de la plena consciencia es el Buda, porque el Buda es plena consciencia. Y cada uno de nosotros es capaz de generar la energía del Buda. Si procedes de un sustrato cristiano, puedes compararlo con el Espíritu Santo. El Espíritu Santo puede ser descrito como la energía de Dios. Con la práctica de la meditación caminando y de la respiración consciente, generas esta poderosa energía y tomas refugio en la energía de la plena consciencia Se trata de un tipo de luz que resplandece y te muestra claramente dónde estás y cuál es el siguiente paso que debes dar. 

La energía generada por la práctica de la respiración consciente contribuye a reducir la tensión de tu cuerpo y de tus sentimientos. Tu cuerpo puede estar tenso y experimentar emociones fuertes como el miedo y la desesperación, por ejemplo. La energía de la plena consciencia te ayuda a abrazar, atenuar y liberar la tensión y el sufrimiento. Esta energía te tranquiliza y aplaca tu miedo. 

Tomar refugio en la isla del yo no significa abandonar el mundo, sino tan solo volver a ti y estabilizarte. Es posible caminar por la ciudad mientras estás asentado en esa isla. Cuando estás asentado ahí, lo que sucede a tu alrededor no te desborda y puedes responder de un modo completamente diferente. 

Quizás haya tensión en tu cuerpo. Quizás haya también emociones intensas. Cuando practicas la respiración consciente, la energía de la plena consciencia te ayuda a liberar la tensión de tu cuerpo y de tus sentimientos y reduce el sufrimiento. Al cabo de un par de minutos de llevar a cabo esta práctica concreta de tomar refugio en la isla segura que hay en tu interior, te sientes en calma y dejas de estar atrapado en el miedo y la desesperación y esos sentimientos se ven transformados. Esta es una práctica que llevo a cabo con mucha frecuencia. Empecé a hacerlo hace unos treinta años y todavía sigo haciéndolo. 

El Buda transmitió su enseñanza sobre la isla del yo cuando estaba muriendo. Sabía que muchos de sus discípulos se sentirían perdidos cuando él muriese y trató de decirles que, en lugar de confiar en un maestro externo, debían confiar en su propio maestro interno. Y es que, aunque el cuerpo del maestro desapareciese, su enseñanza había penetrado ya en los discípulos. Si vuelves a la isla que hay en ti, verás a tu maestro interior. 

No existe diferencia real entre interior y exterior. De hecho, cuanto más profundizas en ti, más en contacto puedes estar con el exterior. Mal podrás, si no estás en tu interior, es decir, si no eres tú mismo, estar en contacto real con el mundo externo. El camino de salida está dentro de ti. Si quieres establecer un contacto profundo con el interior, debes conectar también con el exterior. Y, para conectar profundamente con el exterior, debes estar simultáneamente en contacto con tu interior. 

Volver a tu isla genera plena consciencia y concentración. Cada vez que te sientas atrapado por una emoción como el miedo, la ira o la desesperación, vuelve a tu isla interior y practica este gatha para tomar refugio. Estoy seguro de que, después de unos minutos de práctica, te sentirás mucho mejor. Esta es una práctica que debes llevar a cabo cada vez que te descubras en una situación peligrosa o temible, cuando estás muy enfermo o cuando no sepas muy bien qué hacer. Si todo el mundo practicase esto, habría suficiente calma, paz y claridad para superar cualquier situación difícil. La práctica de la toma de refugio puede llenar de alegría y paz toda nuestra vida cotidiana. 




Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet

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