Algunos varones, conscientes del reto que implica la liberación masculina afectiva, hartos de la represión emocional a la que hemos estado sometidos por nosotros mismos y por la cultura, en franca oposición a los valores poco humanistas con los que hemos sido educados, y con un repudio total por la estructura patriarcal de la que hemos sido víctimas y que, supuestamente, estamos obligados a transmitir, expresamos y dejamos estipuladas, desde lo más profundo de nuestro sentir, las siguientes reivindicaciones de libertad emocional. Tenemos derecho:
1. A sentir miedo.
2. A ser débiles y a pedir ayuda cuando así lo consideremos.
3. A ser inútiles, a cometer errores y a no saber qué hacer.
4. A fracasar económicamente, a ser pobres y a experimentar el ocio intensa y vitalmente.
5. A vivir en paz, a negarnos a la agresión, a la guerra y a todo tipo de violencia interna y externa.
6. A emocionarnos y a expresar nuestros sentimientos positivos, ya sea física o verbalmente.
7. A estar más tiempo en familia y a participar en la crianza de nuestros hijos.
8. A comunicarnos afectivamente con los demás hombres, y a fomentar la amistad masculina sin rivalizar ni competir.
9. A disfrutar del sexo sin ser adictos sexuales.
10. A fallar como reproductores y a no transmitir el apellido.
11. A una sexualidad más afectiva y amorosa.
12. A intentar ser fieles.
13. A no humillarnos en la conquista.
Por último, aunque llueva y truene, tenemos el derecho a que las pequeñas primaveras que llevamos dentro, aquéllas de que habla Jabil Gibrán, salgan a retoñar cada vez que quieran hacerlo.
Mayo de 1998
Extracto tomado del libro:
Intimidades masculinas
Walter Riso
Imágenes tomadas de internet
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