Quien aprecia mucho la VIDA,
nada sabe de ella,
por eso la posee.
Quien no aprecia la vida, e intenta no perderla,
no la tiene.
Quien estima la VIDA,
no actúa, ni tiene propósitos.
Quien desprecia la VIDA,
actúa y tiene propósitos.
Quien estima el amor, actúa,
pero carece de propósitos.
Quien estima la justicia,
actúa y tiene propósitos.
Quien estima la moral, actúa,
y si no se le responde,
agita los brazos, amenazante,
tratando de arrastrarte.
Cuando se pierde el SENTIDO, entonces la VIDA.
Perdida la VIDA, entonces el amor.
Perdido el amor, entonces la justicia.
Perdida la justicia, entonces la moral.
La moral es la carencia de fe y lealtad,
La premeditación no es más que la ilusión del
SENTIDO,
y el principio de la necedad.
El hombre recto se atiene a la totalidad
y no conserva la parte.
Vive en el Ser, no en la ilusión.
Abandona esta y se atiene a aquel.
Extracto del libro:
Lao-Tsé
Tao Te King
Fotografía tomada de internet
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