Un hombre había gastado miles de dólares yendo de médico en médico buscando una cura para su insomnio. Finalmente un médico logró ayudarle.
-Debes estar tremendamente aliviado!‘, le comentó, comprensivo, uno de sus amigos-.
-Imagínate! -le contestó el insomne curado-. A veces me quedo despierto toda la noche recordando cuánto sufría.
FUENTE:
OSHO: El Hombre que Amaba las Gaviotas y Otros Relatos‘, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2003, ISBN 958-04-7279-3, Pag. 101
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