Vale la pena ser conscientes de cómo miramos al mundo y ser cuidadosos con nuestra mirada, porque el mundo acaba siendo como lo miramos. En realidad, nuestras creencias acaban deviniendo realidades, es decir, lo que creemos tiende a ser lo que creamos. Si somos capaces de ver el mundo como un lugar de posibilidades extraordinarias donde hay muchas cosas por hacer, un universo lleno de oportunidades que se pueden traducir en soluciones que mejoren la vida de miles de millones de personas que tanto lo necesitan, y trabajamos con buen criterio y eficacia para aplicar tales soluciones de una manera distinta, que aporte valor añadido diferencial y beneficio para todos, la prosperidad tiene muchas posibilidades de materializarse.
Cada uno de nosotros construye la realidad en la que cree, y es que la realidad no es lo que ocurre en el exterior, sino lo que ocurre dentro de nosotros y, en definitiva, para cada uno de nosotros solo es posible lo que somos capaces de imaginar. Conviene prestar atención a cómo miramos al mundo, porque será exactamente como lo miremos. Este es un punto de partida muy importante que debe tener en cuenta cualquiera que salga en busca de su tesoro.
Del libro:
El mapa del tesoro
Álex Rovira/
Francesc Miralles
Fotografía tomada de internet
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