Vamos a usar la imagen de una casa para representar nuestra conciencia e identificar en ella dos partes: el sótano será la conciencia-receptáculo, y la sala de estar, la mente consciente. Las formaciones interiores, como la ira, se encuentran en la conciencia-receptáculo, en el sótano, bajo la forma de una simiente, hasta que oyes, lees o piensas algo que despierta la semilla de la ira. Entonces crece y se manifiesta al nivel de la mente consciente, tu sala de estar. Se manifiesta como una zona de energía que hace que el ambiente de tu sala de estar sea pesado y desagradable. Cuando la energía de la ira surge, sufrimos.
Siempre que la ira se manifiesta, el practicante invita también en el acto a la energía de ser consciente a manifestarse, a través de la práctica de caminar y respirar conscientemente. De esta forma se crea otra zona de energía: la energía de ser consciente. Es muy importante aprender a caminar y respirar, a limpiar y trabajar de manera consciente, y a practicar además el ser conscientes en nuestra vida cotidiana. Así, cada vez que se manifieste una energía negativa, sabremos generar la energía de ser conscientes para abrazarla y cuidar de ella.
Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh
Thich Nhat Hanh
Fotografía de Internet
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