La polución de los ríos y del aire, las guerras familiares y nacionales, los vagabundos sin hogar llenando las autopistas... son los signos tradicionales de una era de oscuridad. Otro de los signos es que las personas están envenenadas por las dudas respecto a sí mismas, y se vuelven cobardes.
Practicar el amor compasivo hacia nosotros mismos parece una buena forma de empezar a iluminar la oscuridad de los tiempos difíciles.
Estar preocupado por la autoimagen es como ser ciego y sordo; como estar en medio de un gran campo de flores silvestres con una capucha cubriéndonos la cabeza; como estar ante un árbol lleno de pájaros cantores con tapones en los oídos.
En todas las naciones, en todas partes, hay mucho resentimiento y mucha resistencia a la vida; es como una plaga fuera de control que está envenenado la atmósfera del mundo. Llegados a este punto, puede ser sabio reflexionar sobre lo que estamos comentando y empezar a pillarle el truco al amor compasivo.
Estar preocupado por la autoimagen es como ser ciego y sordo; como estar en medio de un gran campo de flores silvestres con una capucha cubriéndonos la cabeza; como estar ante un árbol lleno de pájaros cantores con tapones en los oídos.
En todas las naciones, en todas partes, hay mucho resentimiento y mucha resistencia a la vida; es como una plaga fuera de control que está envenenado la atmósfera del mundo. Llegados a este punto, puede ser sabio reflexionar sobre lo que estamos comentando y empezar a pillarle el truco al amor compasivo.
Del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron
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