sábado, 14 de agosto de 2021

TRANSFORMACIÓN EN LAS RELACIONES


 

FELICIDAD Y CAMBIO


Ellos no quieren oír, no quieren ser felices, no quieren cambiar - Pues bien, deja que 
sigan así. ¿Por qué deberías querer gastar tu aliento? ¿Tienes necesidad de concederte esa sensación de bienestar que resulta de convertir a todos y de ser la causa de su iluminación? Quizás debas, ahora, mirar dentro de ti. No serás feliz a menos que te consagres como un gran maestro.

-¿No quieren oír? Allá ellos, es su responsabilidad. Así, pues, nada en todo este mundo tiene el poder de perturbarte, ¡nada! En realidad, nada te ha perturbado jamás, nadie te ha dañado jamás. ¿Qué me dices de esto? ¡Vaya! No te habrá gustado.

-¡Oh, no! ¿Quiere usted decir que nadie me dañó?

- Hmm. No, nadie te dañó jamás; tú te has dañado tontamente a ti mismo.

Ahora, eso me lleva a la segunda parte:

-¡Oh!, ellos no me dañaron; la realidad no me dañó, ¿no es así? Entonces, no puedo ensañarme contra ellos.

- Entonces, ¿quién te dañó?

- ¿Este bueno de mí mismo? ¿Yo me dañé a mí mismo?

- Sí.

- Ahora me ensañaré contra mí mismo; me odiaré por haberme hecho esto. ¿Por qué lo hago? Me perturbo a causa de mí mismo. Me enojo conmigo mismo. ¿Qué más sabe usted al respecto?

- Pues, te tengo buenas noticias: el daño no me lo hicieron los demás, no me lo hizo el mundo, no me lo hizo la vida, y, lo mejor de todo, no me lo hice yo mismo.

¿No es maravilloso? Entonces, ¿quién lo hizo?

En honor a la verdad, ¿alguien, en su sano juicio, se dedicaría a perturbarse en forma consciente, gustosa y deliberada? ¡Vamos! ¿Crees tú que lo harías?

- No, no lo haría, no me perturbaría deliberadamente. Es como si el hacerlo estuviera fuera de mi control. ¿No es así?

- Entonces, deja de culparte a ti mismo.

Eso ha sido grabado dentro de ti. Has sido programado para eso has sido condicionado de esa manera. Esto es lo que debes comprender.

No tienes que hacer nada para alcanzar la iluminación, no tienes que hacer nada para lograr la liberación y para obtener la espiritualidad. Todo lo que tienes que hacer es comprender algo, entender algo. Si lo entendieras serías liberado.

- De modo que estoy perturbado; ellos me han perturbado.

-¡ Equivocado!

- Yo me he perturbado.

- ¡Equivocado!

- Es mi programación la que me perturba; es mi cultura la que lo hace. Esta es la manera en que he sido educado; así es como he sido adiestrado.

Ese nativo de esa región de África fue desterrado.

- La condena lo mató.

-¡ Equivocado!

- Él mismo se mató.

-¡Equivocado! Fue su programación la que lo hizo. Así es, pues, como hemos sido educados y adiestrados.



Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet

viernes, 13 de agosto de 2021

SÓLO CUANDO UNA ESCUCHA, OYE LA CANCIÓN PROFUNDA DE LAS PALABRAS


 

ADÁN


Adán no fue el primer hombre porque fuese el primero -antes que él habrá habido muchos otros- sino porque ninguno de ellos dijo ‘no’. Por lo tanto, la historia no los puede recordar; no tienen ego. En mi opinión, ¿cómo podría ser Adán el primer hombre? Probablemente, habrá habido millones de hombres antes que él, pero ninguno de ellos dijo ‘no’. No podían convertirse en hombres, no podían convertirse en egos.

Adán dijo ‘no’. Por supuesto, sufrió por decirlo; fue expulsado del jardín de la felicidad.

Adán es un hombre y todos los hombres son como Adán. La infancia es el jardín del Edén. Los niños son tan felices como los animales, tan felices como los hombres primitivos, tan felices como los árboles. ¿Han observado a un niño correr entre los árboles o en la playa? Todavía no es humano. Sus ojos siguen siendo transparentes pero es inconsciente. Deberá salir del jardín del Edén. Este es el significado de la expulsión de Adán del jardín del Edén, deja de formar parte de la felicidad inconsciente. Al comer la fruta del árbol de la sabiduría se ha vuelto consciente. Se ha convertido en un hombre.

No significa que Adán fuera expulsado una vez, cada Adán deberá ser expulsado una y otra vez. Cada niño deberá ser expulsado del jardín de los dioses; forma parte del aprendizaje. Es el dolor del aprendizaje. Hay que perderlo para volverlo a encontrar, encontrarlo conscientemente. Esta es la carga del hombre y su destino, su tormento y su libertad, el problema y a la vez la grandeza del hombre.



FUENTE: OSHO: ‘El Libro del Hombre’, tomado de la dirección internet www.oshogulaab.com

jueves, 12 de agosto de 2021

SI NO CUIDAMOS LAS RAÍCES


 

LAS RAÍCES


Mao Zedong (Mao-Tse Tung) escribió las memorias de su infancia:

-Cuando era pequeño, -decía- había un bello jardín cerca de la cabaña. El jardín era tan bonito, tenía unas flores tan bellas, que la gente solía venir desde lugares muy lejanos para verlas. Después su madre envejeció y enfermó. No le preocupaba ni su enfermedad ni su edad. Su única preocupación era qué le sucedería a su jardín. Mao era joven. Le dijo a su madre: ‘No te preocupes, yo cuidaré tu jardín.’

Y Mao cuidó el jardín, trabajando de la mañana a la noche. Al cabo de un mes su madre mejoró, y en cuanto pudo andar un poco se acercó al jardín. ¡Al ver el estado del jardín se disgustó! ¡El jardín estaba destrozado! Todas las plantas se habían secado. Todas las flores se habían marchitado y se habían caído. Se enfadó mucho y le dijo a Mao:

-Idiota! Estabas todo el día en el jardín. Qué has hecho? Todas las flores se han estropeado. El jardín se ha marchitado. Las plantas están a punto de morirse. Qué has estado haciendo?

Mao empezó a llorar. Él mismo estaba afligido. Había trabajado mucho todos los días, pero por alguna razón el jardín se había ido secando. Empezó a llorar y le dijo:

-Lo he cuidado mucho. Le daba un beso y le daba cariño a cada flor. Limpiaba el polvo de cada hoja, pero no sé qué ha pasado. Yo también estaba preocupado, pero las flores se iban marchitando, las hojas se iban secando y el jardín se ha ido muriendo.

Su madre se empezó a reír y le dijo:

-Eres idiota! Todavía no sabes que la vida de las flores no está en las flores y que la vida de las hojas no está en las hojas? La vida de una planta se halla en un sitio que no es obvio para nadie: está en las raíces escondidas bajo la tierra. Si no cuidamos las raíces es imposible cuidar las flores y las hojas. Por mucho que las beses, por mucho que las quieras, por mucho que les quites el polvo, la planta se marchitará. Pero si no nos preocupamos por las flores en absoluto y cuidamos las raíces, las flores se cuidarán a sí mismas.

Si le preguntamos a cualquier persona cuál es la parte más importante del cuerpo humano, inconscientemente su mano señalará la cabeza y dirá que la cabeza es la parte más importante. Si es una mujer, entonces quizás señale el corazón y diga que el corazón es la parte más importante. Ni la cabeza ni el corazón son las partes más importantes. Los hombres han hecho énfasis en la cabeza y las mujeres han hecho énfasis en el corazón pero ninguna de estas partes es la más importante del cuerpo humano; ambas son desarrollos recientes. Las raíces del hombre no están ahí.

¿Qué quiero decir con las raíces del hombre? Del mismo modo que las plantas tienen raíces en la tierra de donde extraen su energía vital, los fluidos vitales, y viven a través de ellas, de un modo similar, en algún lugar del cuerpo humano hay raíces que extraen la energía vital. Gracias a esto, el cuerpo se mantiene vivo. El día que esas raíces se debiliten, el cuerpo empezará a morirse. Las raíces de las plantas están en la tierra, las raíces del cuerpo humano están en el alma.

Toda la educación es mental, por eso la mente se va desarrollando cada vez más, mientras que nuestras raíces se van quedando cada vez más pequeñas. Cuidamos la mente porque las flores brotan ahí, de modo que va creciendo la mente mientras nuestras raíces van desapareciendo. La energía vital se va debilitando, y nuestro contacto con el alma se debilita.



FUENTE: ZEDONG, Mao: tomado de ‘El Libro del Hara’, de la dirección www.oshogulaab.com/

martes, 10 de agosto de 2021

EL GRAN VALOR DE UNA MUJER


Cuentan que dos marineros que iban navegando por los mares del sur, desembarcaron en una preciosa isla para descansar. Los habitantes de la isla les recibieron con gran entusiasmo y durante varios días les agasajaron con fiestas.

Uno de los días, los marineros decidieron dar un paseo por la isla y se encontraron con una muchacha que estaba lavando ropa en el río. Uno de los marineros se acercó a ella y le preguntó: “¿Cómo te llamas?” La muchacha no respondió. El marinero pensando que no le había escuchado le volvió a preguntar: “¿Cuál es tu nombre?”. La muchacha se giró y le dijo: “Lo siento no puedo hablar contigo sin estar casada antes”.” Entonces me casaré contigo”, le respondió el marinero.

El otro marinero le dijo: “¡Estás loco!”” ¡Apenas la conoces!”” Además, hay otras muchachas mucho más bellas que ella”. “Me casaré con ella”, le respondió el amigo “y espero que te quedes para mi boda ya que yo ya no me marcharé”. “Como tú quieras amigo”, le respondió el marinero.

Y así se dirigieron a hablar con el padre de la muchacha para pedirla en matrimonio. “Señor”, le dijo el marinero “deseo casarme con su hija”

El padre se mostró encantado y le dijo: “forastero si te quieres casar con una de mis hijas tendrás que pagarme una dote de 9 vacas”. “¿con cuál de mis hijas deseas casarte?”

“Quiero casarme con la muchacha que lavaba ropa en el río”, le respondió el marinero. Sorprendido ante la elección del marinero ya que sus otras hijas eran mucho más hermosas, le dijo” en ese caso sólo tendrás que darme 3 vacas “. El marinero le replicó, “Te pagaré las 9 vacas”. Y así fue.

El marinero se casó con la muchacha que lavaba ropa en el río y su amigo se quedó a presenciar la boda para posteriormente zarpar de nuevo. Pasado un tiempo el marinero volvió por la isla y decidió ir a visitar a su amigo, Sentía curiosidad por saber cómo le iban las cosas y si seguía casado.

Al llegar a la isla, vio a un grupo de hombres y mujeres que iban cantando y bailando. En el centro iba una mujer hermosísima con el cabello adornado con unas flores. Se detuvo para contemplar la imagen y ver la belleza de la mujer.

Al cabo de un rato encontró a su amigo. Se saludaron con gran entusiasmo y el marinero le preguntó si seguía casado. “¡Por supuesto!”, le dijo él.” De hecho, te habrás cruzado con ella de camino”.

El marinero no recordaba haberse cruzado con ella. “Si”, le dijo el amigo. “Hoy es su cumpleaños y están celebrándolo” ¡Era la mujer que iba en el centro bailando! “¿Cómo es posible?”, le dijo el marinero. “Esa mujer no se parece en nada a la muchacha que yo conocí”. “Muy sencillo”, le contestó el amigo. “Me dijeron que valía 3 vacas y yo la traté como si valiese 9 vacas”.

RECONOZCA Y VALORE A QUIENES LE RODEAN


 

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