viernes, 10 de abril de 2020

DALE LA BIENVENIDA A LO NUEVO


LA MENTE


CAPITULO III LA MENTE

1. Así como el arquero, con gran cuidado y destreza endereza una flecha, de modo similar, el sabio pacientemente endereza su mente(*1), la cual es vacilante, inquieta, inestable, difícil de sujetar y difícil de controlar.

2. Así como el pez, cuando es sacado del agua, salta y se mueve convulsivamente, así también, la mente se mueve con gran agitación cuando se la trata de sustraer del domino de las pasiones(*2).

*1 Chitta, de la raíz “Chit”, “pensar”
*2 El dominio de Mara, la Ilusión.

3. La mente es difícil de sujetar; es movediza, siempre corre hacia donde más le agrada. Trata de controlarla, porque una mente controlada conduce hacia la Real Felicidad.

4. La mente es difícil de subyugar; ella es extremadamente sutil y tiene el hábito de correr detrás de sus fantasías. El sabio debe vigilarla atentamente; una mente controlada conduce hacia la Real Felicidad.

5. La mente es por naturaleza dispersa, vagabunda e incorpórea; ella vive como si estuviese oculta en una cueva(*3). Aquellos que logran vencerla se libran de los poderosos lazos de la Ilusión.

6. Aquel cuya mente carece de firmeza, que ignora los preceptos de las Enseñanzas Sagradas, que es inestable e inquieto, jamás podrá alcanzar la Sabiduría Perfecta.

*3 Guhâsayam: el asiento de la conciencia.

7. Una persona atenta, cuya mente no es agitada por las pasiones, que se halla libre de odio y que ha trascendido los pares de opuestos(*4), ya nada tendrá que temer ni en este mundo ni en los mundos del más allá.

8. Aquel que sabe que su cuerpo es tan frágil como una vasija de arcilla y que hace de su mente una ciudadela fortificada, con la ayuda de las armas de la Sabiduría, logrará vencer al ejército de las pasiones. Una vez controlado debe esforzarse por mantenerse firme y libre de apegos.

9. Recuerda siempre que la vida humana es muy breve; en un abrir y cerrar de ojos, tu cuerpo, ya sin conciencia, yacerá sobre el suelo, con tan escaso valor como un trozo de leña arrojado, al azar, al borde de un camino solitario.

*4 El Sabio Iluminado, el Arahat, que ha alcanzado el Supremo Bien, se halla por sobre los pares de opuestos, placer-dolor, amor-odio, etc., que no son sino aspectos de la ignorancia.

10. El daño que un enemigo puede causarle a otro, o el que pueden hacerse dos personas que se odian es muy grande, pero es pequeño comparado con el daño que puedes hacerte a ti mismo si tu mente está mal direccionada(*5).

*5 El budhismo tomó su sabiduría de los Vedas y los Upanishads. Estos tratados milenarios enseñaron a innumerables Maestros el arte de la Vida. Budha fue uno de los que bebieron de esta fuente sagrada, como Jesús, el Cristo, lo hiciera de las fuentes hebreas. El alma del hombre se regocija al saber que todas las Religiones y Filosofías milenarias han enseñado la misma Verdad: amar a Dios, ser buenos, trabajar deseosos del bienestar del mundo. Ella es la clave del contentamiento interior, y de la Paz Espiritual. Aquí, Budha nos habla de los diez actos equivocados que comienzan en el pensamiento y finalizan en la acción.

El discípulo los debe evitar porque causan dolor en uno mismo y en los demás y son obstáculos en el Sendero.

Ellos son: 1) matar, 2) robar, 3) tener una conducta sexual inapropiada, 4) mentir, 5) calumniar, 6) insultar, 7) tener conversaciones vanas, 8) codiciar, 9) tener mala voluntad y 10) poseer creencias falsas.

11. El bien que un padre, una madre y los amigos pueden hacer es muy grande, pero es pequeño comparado con el bien que puedes hacerte a ti mismo si tu mente está bien direccionada (*6).

*6 También se mencionan diez acciones virtuosas que el discípulo debe realizar, ellas son: 1) ser generoso, 2) llevar una vida de moralidad, 3) practicar meditación, 4) reverenciar a los sabios, 5) hacer servicio inegoísta, 6) ayudar a los demás, 7) sentir regocijo con el bien de los demás, 8) escuchar las enseñanzas sagradas, 9) brindar enseñanzas espirituales y 10) poseer una visión recta y clara.




Extracto del libro:
Dhammapada Buda
Imágenes tomadas de Internet

jueves, 9 de abril de 2020

CONSCIENCIA ES UNIDAD


7.CONCIENCIA Y CONSCIENCIA.


La conciencia es una adquisición cultural, procedente de las religiones, que es de carácter moral. Supone el seguimiento de normas y dogmas de pensamiento, sentimiento, acción (omisión) y relación que las valoran como buenas o malas, por lo que se implican conceptos abstractos diversos sobre lo que cada religión propone como el Bien y el Mal con consecuencias de premios y castigos trascendentes.

Por otro lado, la ética, está inspirada en la cultura social o de la convivencia deseable de los laicos entre sí desarrollada en los últimos siglos independizándose de las religiones y fundamentándose en las leyes y los derechos de los ciudadanos. Los premios y los castigos de la ética son los de la ejemplaridad y la cárcel o las sanciones sociales.

Respecto a la consciencia, con “s”, se refiere a una facultad inherente a todos los seres por la que se hacen cargo del medio en el que viven, en el que están y se desarrollan, se relacionan y mueren entre otros seres iguales o diversos. Ser consciente significa, estar al tanto, caer en la cuenta, percibir o apercibirse, estar alerta. Darse cuenta de que nos damos cuenta, es decir, ser conscientes de nuestra consciencia es otra consciencia más profunda.

Decimos: somos o estamos conscientes; no, somos concientes, sin “s”.

Los grados y profundidades, penetración de la consciencia, son variados y están condicionados o son innatos y desarrollables por el adiestramiento o el aprendizaje.

El término “ser consciente”, también significa comportarse con sensatez alcanzando ya a la responsabilidad y por tanto se relaciona, bien con la moral, bien con la ética. Esta vez podría expresarse como no cometer insensateces y pensar con equilibrio o madurez, no hacer tonterías, lo que incluye una mayor elaboración.



Bibliografía: 
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet

miércoles, 8 de abril de 2020

LA VIDA ES UN TODO


TRAMPAS


El gallo representa el deseo y el ídolo de la carne. Se ha embriagado con un vino envenenado.

Si Adán no hubiera tenido el cuidado de asegurar su descendencia, habría permanecido casto por vergüenza del deseo.

Satanás pidió a Dios: «¡Necesito una trampa poderosa para perseguir al pueblo!».

Dios le mostró el oro, la plata y los caballos y dijo: «¡Puedes atraer al pueblo con todo eso!

—¡Es bastante tentador! reconoció Satanás, pero yo busco algo mucho más poderoso».

Mostrándole todas sus minas, Dios dijo: «¡Oh, maldito! ¡Aquí tienes otras trampas!».

—¡Oh, protector! ¡Eso es insuficiente!, respondió Satanás.

Entonces Dios le mostró montones de vituallas, golosinas y vestiduras de seda.

«¡Oh, Señor mío, imploró Satanás, ten piedad de mí! Eso solo no me bastará para encadenar a los hombres y distinguir a los que aman de los hipócritas. ¡Necesito un cebo más sutil!».

Dios propuso además la bebida y la música. Satanás se mostró admirado, pero quedó insatisfecho. Pero, cuando Dios le mostró la trampa de la belleza femenina, se puso a danzar de alegría y exultó:

«¡Es exactamente lo que necesitaba!».

Cuando hubo visto aquellos ojos lánguidos capaces de hacer perder la razón a cualquiera, aquellas mejillas que inflamarían el corazón de los enamorados, aquellos lunares, aquellos labios de ágata, aquel reflejo de luz de vanidad tras un velo tan fino, aquellas maneras, aquellos caprichos, aquellos juegos, entonces Satanás quedó por fin satisfecho.



150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

SIN NINGUNA ELECCIÓN


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