domingo, 8 de diciembre de 2019

RECONOCER LA INSUSTANCIALIDAD


¿OBRA DEL DEMONIO U OBRA DE DIOS?


CAPITULO 7
¿OBRA DEL DEMONIO U OBRA DE DIOS?

Para entender cómo la Creación Personal aumenta el papel de Dios en nuestras vidas, en lugar de reducirlo, debemos saberlo todo acerca del Mecanismo de la Manifestación. Es preciso que nos expliquen a conciencia este mecanismo, así como los principios de la vida que lo sustentan.

El Proceso de la Creación Personal son, en realidad, tres fenómenos que interaccionan entre sí en Uno. El primer fenómeno está relacionado con Dios; el segundo está relacionado contigo, y el tercero está relacionado con Dios y contigo juntos.

Otra manera de describirlo sería decir que la primera parte de la «fórmula misteriosa de la vida» es el Yo Soy, la segunda parte es el Tú Eres, y la tercera parte es el Cómo Hacerlo.

Si el principio de la «atracción» ha sido calificado de «secreto» es porque la mayoría de las personas no entienden estos tres aspectos.

Algunas personas han dicho que han intentado aplicar este principio y les ha parecido ineficaz, decepcionante y descorazonador. Yo creo que esto se debe a que esas personas sólo han trabajado con una parte de los datos.

Otras personas no quieren tener nada que ver con la atracción ni con la Creación Personal por muchos datos de que dispongan, pues tienen la impresión de que puede ser una cosa «mala», obra de un demonio que aspira a apartarnos de nuestra confianza en Dios a base de seducir nuestra soberbia con ideas de nuestro propio poder.

Y no sólo pueden huir de este proceso las personas religiosas más tradicionalistas. También puede sucederle a muchas personas que aspiran, simplemente, a vivir una vida centrada en Dios y a mantener una relación personal con lo Divino, ya sea dentro de una religión tradicional o fuera de ella. No todas estas personas pueden sentirse a gusto con la afirmación de que ellas mismas son las únicas responsables de crear su propia realidad.

También existen los racionalistas no religiosos que creen que lo que no puede explicarse a base de pruebas visibles, de la razón y de la lógica, es irracional y no puede conducir más que al autoengaño.

El hecho es que en la Creación Personal no hay nada malo ni irracional.

Pero, como ya he dicho, una buena parte de lo relacionado con este proceso no se ha explicado lo suficiente.

Hasta ahora.


Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet

POSEÍDO Y POSEEDOR


sábado, 7 de diciembre de 2019

UN PUNTO DE INTERSECCIÓN


EL AMOR TORNADO EN ODIO


TÁSATE


LOS LÍMITES DEL AMOR


INTRODUCCIÓN DEL LIBRO:
LOS LÍMITES DEL AMOR
WALTER RISO

No importa qué digan los poetas, no amamos con el corazón, sino con el cerebro. Podemos inventar el amor de pareja en el día a día, construirlo a nuestra imagen y semejanza, e incluso trascenderlo o abandonarlo. Si el amor sólo fuera sentimiento y emoción pura, quedaríamos inevitablemente a la merced de sus altibajos y fluctuaciones. Sin embargo, los consultorios psicológicos están repletos de mujeres y hombres valientes que rebaten la idea de que el amor es incontrolable y totalmente irracional. El amor completo, el que incluye pasión (eras), amistad (philia) y ternura (ágape), no llega de improviso como un demonio o un ángel que se apodera de nosotros, también existe la voluntad de amar o de no amar. No sólo el amor nos "posee", también lo poseemos a él: nadie es víctima del amor sin su propio consentimiento.

Nuestra cultura ha hecho una apología al amor incondicional, el cual parte de una idea altamente peligrosa:"Hagas lo que hagas te amaré igual".Es decir, que a pesar de los engaños, los golpes, el desinterés o el desprecio, si los hubiera, en nada cambiarían mi sentimiento. Más allá de mi dignidad y a cualquier precio, hagas lo que hagas, te amaré per sécula seculórum. Amor ilimitado, irrevocable y eterno. ¿A quién se le habrá ocurrido semejante estupidez? Si el amor lo justificara todo, estaría por encima de los derechos humanos, la justicia y la ética. Entraríamos en un "todo vale" afectivo que funcionaría como una bomba de tiempo, donde el "ser para el otro" quedaría automáticamente validado y el "ser para sí" sería considerado una herejía. No importa qué digan los románticos: ser incondicional en el amor, amparado en la quimera del amor verdadero, promueve el sufrimiento feliz, el desinterés por uno mismo y la renuncia al yo.

Algunos pensadores y personajes se han referido al amor romántico con innumerables epítetos: doloroso e inexpugnable; como una conmoción (Werther), duelo anticipado (Barthes), terror/ansiedad (Winnicott), enfermedad (Platón), amargo ejercicio (Gabriela Mistral), tristeza placentera (Campoamor), ímpetu ciego (Marañen), curiosidad superior (Flaubert), en fin, la lista sería de nunca acabar. Pero insisto: el amor pasional, la manía, el arrebato que nos transporta y apega es sólo una parte de la experiencia afectiva.

Realmente, ¿nunca esperas nada a cambio de tu pareja, ni siquiera una mínima retribución? No seamos hipócritas. Si eres fiel, esperas fidelidad; si das sexo, esperas sexo; y si das ternura, no esperas un golpe. El mito del amor sin límites ha hecho que infinidad de personas establezcan relaciones totalmente dañinas e irracionales, en las que se promulga el culto al sacrificio y la abnegación sin fronteras. "Vivo para ti", "Mi felicidad es tu felicidad": amor andrógino, dependencia feliz, adicción bendita. ¿Y después qué? ¿Cómo escapar si me equivoqué? Si el amor teórico y celestial es ilimitado y no conoce condiciones, el amor terrenal las necesita, y con urgencia. Basta mirar cualquier indicador sobre maltrato y relaciones disfuncionales para darse cuenta de que los llamados "males del amor" ya conforman un problema de salud pública.

¿Quién dijo que hay que soportarlo todo o resignarnos a una vida insulsa y sin sentido, por amor? ¿De dónde sacamos que para el amor no hay ley? No sólo traspasa los límites racionales del amor quien vulnera los principios de la persona supuestamente amada, sino quien acepta sumisamente el desamor, la descalificación, el engaño o cualquier otra forma de ofensa. Si nunca te indignas con tu pareja, pueden pasar dos cosas: o vives en el autoengaño o estás viviendo con un santo o una santa, lo cual es igualmente preocupante.

Reconocer que existen ciertos límites afectivos no implica necesariamente dejar de amar, sino aceptar la posibilidad de modificar la relación en un sentido positivo o simplemente alejarse y no estar en el lugar equivocado, aunque duela la decisión. Aun así, algunas personas parecen tener una conexión directa entre el sistema límbico (encargado de sentir) y el lóbulo prefrontal (encargado de pensar), y en tal sentido son capaces de dejar de amar si no se sienten amadas. Una paciente me decía: "En cuanto supe que no me amaba lo dejé de amar instantáneamente. Qué se habrá creído el muy idiota". Un dic basado en el orgullo, aún no estudiado por la ciencia, que hace que el amo» no correspondido pierda su sentido. Afortunados quienes lo logran.

Si crees que el amor lo justifica todo y que amar es tu principal fuente de realización, el amor se convertirá en una obsesión y no serás capaz de renunciar al afecto o a tu pareja cuando debas hacerlo. La máxima es como sigue, así el miedo y el apego te bloqueen la mente y ablanden tu corazón: no importa cuánto te amen, sino cómo lo hagan. El buen amor es un problema de calidad total.

Cuando estás en una relación en la que no te aman como quisieras o no te respetan, pero sigues allí aferrada o aferrado pese a todo, esperando el milagro de una resurrección imposible, pasaste los límites del amor razonable e inteligente. Existe un punto donde la línea de lo no negociable se desdibuja y perdemos el norte.

Este libro habla del amor de pareja y está dirigido a todas aquellas personas que quieren vivir el amor de una manera más tranquila y sosegada y sin tanta irracionalidad. El mensaje es que no necesitas "amar el amor sobre todas las cosas" para vivir en pareja y que hay límites a partir de los cuales el amor se transforma en enfermedad o adicción. Para amar no debes renunciar a lo que eres. Un amor maduro integra el amor por el otro con el amor propio, sin conflicto de intereses: "Te quiero, porque me quiero a mi mismo, porque no me odio”.

Y si amarte implica aniquilar mi autoestima, prefiero la compañía de mi vieja amiga, la soledad.

El libro está dividido en cuatro partes, que puedes leer en orden o puedes empezar por cualquiera de ellas. En la primera, me refiero a los límites del amor saludable, y resalto cómo y por qué se nos va la mano en el amor. Las preguntas claves son: cuáles son los límites del amor y cómo podemos identificarlos. En la segunda parte, analizo por qué nos cuesta tanto ponerle límites al amor y me concentro en algunos pensamientos negativos responsables (sobre el amor, sobre uno mismo, sobre los mandatos sociales y sobre el futuro). En la tercera parte, "Contra el sacrificio", hago una diferencia entre la entrega irracional, autodestructiva y denigrante que promueve la cultura de la abnegación, con especial énfasis en el papel de la mujer (síndrome de la nodriza, la geisha y la empleada) y la dedicación saludable, que sugiere amar sin renunciar a uno mismo y sin olvidarse de la pareja; también señalo una diferencia entre el individualismo responsable y el individualismo irresponsable. En la última parte, relaciono el amor con los valores y los derechos humanos, partiendo de dos pilares fundamentales: el amor democrático y el amor digno. Finalmente, presento una guía reflexiva para aprender a amar sin renunciar a lo que somos.

Necesitamos hacer una revolución afectiva, y esto es válido para ambos géneros. Para lograr modificar los paradigmas que tenemos sobre las relaciones afectivas, debemos revisar nuestras concepciones tradicionales sobre el amor en general y el amor de pareja en particular, a la luz de un conjunto de valores renovados. En realidad, no sé si Dios es amor, pero de lo que estoy seguro es que el amor interpersonal, el que nos profesamos en el día a día, aquí en la Tierra, está bastante lejos de cualquier deidad.

Espero que este libro guíe al lector y a la lectora a aterrizar el amor en algún corazón que valga la pena y los lleve a descubrir que la experiencia amorosa es un arte que habita un punto medio, tan cerca del corazón como de la razón.



Extracto del libro:
Los límites del amor
Walter Riso
Fotografías tomadas de Internet

viernes, 6 de diciembre de 2019

EL EFECTO FINAL DE TODO EL MAL Y EL SUFRIMIENTO


1. SHIDARTA EL BUDA.


Sidharta era un joven indio que hace dos mil quinientos años observó el mundo del sufrimiento en los demás a través de sus enfermedades, miseria, vejez, engaños, guerras, muertes, desilusiones, pérdidas… como las de hoy y se
preguntó por qué sufrimos tanto, qué sentido puede tener.

Dedicado desde entonces a la meditación y sintiendo el dolor propio y ajeno, continuó preguntándose cómo debería vivir el Hombre para evitarlo.

Esforzándose durante años en profundizar en la consciencia, el Buda, el que despertó a la lucidez, encontró las claves y las trasmitió a los de su linaje, los pertenecientes a la Orden, directamente, de espíritu a espíritu y de generación en generación.

Se trataba de realizar nuestra auténtica y Propia Naturaleza sobrepasando y desapegándose de la condición humana egocéntrica, adquirida en la existencia.

Vivir era esto, según sus Enseñanzas realizadoras. No es aprender a vivir, sino
vivir cada vez que realizamos sus Instrucciones.

Zazen es la vida y la vida es Zazen. Sólo eso, vivir para el Camino y no para uno mismo, es vivir, es encontrarse a uno mismo. Indagar esto, practicándolo, es Caminar, realizar.

No se trata pues, de no tener emociones, proyectos a corto plazo, gustos o pensamientos, sino que no te dominen como otras adicciones y te conviertan en un “ser sintiente”, sufriente. Realizar esa libertad y dedicarse al Camino rompe los límites de lo mundano y lo de todos los días, lo ordinario, se hace real, ilimitado.




Bibliografía: 
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet


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