domingo, 5 de mayo de 2019

SALOMON Y AZRAEL


Un hombre vino muy temprano a presentarse en el palacio del profeta Salomón, con el rostro pálido y los labios descoloridos.

Salomón le preguntó:

"¿Por qué estás en ese estado?"

Y el hombre respondió:

"Azrael, el ángel de la muerte, me ha dirigido una mirada impresionante, llena de cólera. ;Manda al viento, por favor te lo suplico, que me lleve a la India para poner a salvo mi cuerpo y mi alma."

Salomón mandó, pues, al viento que hiciera lo que pedía el hombre. Y, al día siguiente el profeta preguntó a Azrael:

"¿Por qué has echado una mirada tan inquietante a este hombre, que es un fiel? Le has causado tanto miedo que ha abandonado su patria."

Azrael respondió:

"Ha interpretado mal esa mirada. No lo miré con cólera, sino con asombro. Dios, en efecto, me había ordenado que fuese a tomar su vida en la India y me dije: "¿Cómo podría, a menos que tuviese alas, trasladarse a la India?""

¿De quién huyes tú? ¿De ti mismo? Eso es algo imposible. Más vale poner uno su confianza en la verdad.




150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

EL BUSCADOR NO PUEDE ESTAR CUANDO HAY FELICIDAD


sábado, 4 de mayo de 2019

EL LORO


Un tendero poseía un loro cuya voz era agradable y su lenguaje divertido. No sólo guardaba la tienda, sino que también distraía a la clientela con su parloteo. Pues hablaba como un ser humano y sabía cantar... como un loro.

Un día, el tendero lo dejó en la tienda y se fue a su casa. De pronto, el gato del tendero divisó un ratón y se lanzó bruscamente a perseguirlo. El loro se asustó tanto que perdió la razón. Se puso a volar por todos lados y acabó por derribar una botella de aceite de rosas.

A su vuelta, el tendero, advirtiendo el desorden que reinaba en su tienda y viendo la botella rota, fue presa de gran cólera. Comprendiendo que su loro era la causa de todo aquello, le asestó unos buenos golpes en la cabeza, haciéndole perder numerosas plumas. A consecuencia de este incidente, el loro dejó bruscamente de hablar.

El tendero quedó entonces muy apenado. Se arrancó el pelo y la barba. Ofreció limosnas a los pobres para que su loro recobrase la palabra. Sus lágrimas no dejaron de correr durante tres días y tres noches. Se lamentaba diciendo:

"Una nube ha venido a oscurecer el sol de mi subsistencia."

Al tercer día, entró en la tienda un hombre calvo cuyo cráneo relucía como una escudilla. El loro, al verlo, exclamó:

"¡Oh, pobre desdichado! ¡Pobre cabeza herida! ¿De dónde te viene esa calvicie? ¡Pareces triste, como si hubieras derribado una botella de aceite de rosas!"

Y toda la clientela estalló en carcajadas.

Dos cañas se alimentan de la misma agua, pero una. de ellas es caña de azúcar y la otra está vacía. 

Dos insectos se alimentan de la misma flor, pero uno de ellos produce miel y el otro veneno.

Los que no reconocen a los hombres de Dios dicen: "Son hombres como nosotros: comen y duermen igual que nosotros."

Pero el agua dulce y el agua amarga, aunque tengan la misma apariencia, son muy diferentes para quien las ha probado.




150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

SI LAS BUSCAS SE TE ESCAPARÁ


viernes, 3 de mayo de 2019

CATFULNESS


Estos consejos nos sumergen en un mundo Catfulness

​1. Quietos y relajados

Si te pasás la vida pensando y haciendo, haciendo y pensando, es como no vivir. ¿Por qué no parás, te relajás y observás lo que te rodea? El mundo sigue girando sin tus angustias y preocupaciones. A la distancia observá, desde el lugar más alto del salón.

2. Todo puede ser un juego

El juego es un experimento continuo, pone a prueba los cinco sentidos y te permite descubrir cosas nuevas sobre vos mismo y el mundo. No te conformes con tus pasatiempos de siempre, tan conocidos. Buscá nuevos juegos o transformá en juego tus hábitos. No estás loco, los locos son quienes creen que el juego termina en la edad adulta.

3. Tené paciencia

Los gatos pueden quedarse horas inmóviles frente a la madriguera de un ratón. No existe ningún reloj, ni de pared ni interior cuando está en juego un objetivo tan importante. Por eso un maestro sufí, a la pregunta: “¿Quién te enseñó a meditar?”, contestó: “Un gato agazapado frente a la madriguera de un ratón”.

4. No abandones la curiosidad

¿Qué se esconde detrás de un mueble? ¿Qué verás si subís al punto más alto de la casa? No abandones nunca la curiosidad y la vida te seguirá dando, día tras día, sorpresas pequeñas o sensacionales.

5. Sumergite en el verde

Cuando la ansiedad te venza, abandonala. Salí al balcón, cuidá de tus plantas, o da un paseo por el parque. Allí, rodeado de verde, donde la vida sigue los ritmos ancestrales de la naturaleza, donde la hierba crece sola, sin necesidad de que intervengas, vas a encontrar la paz en un instante.

6. Día de descanso

Hoy es domingo: descansá. Borra la palabra “deber” de este día, deja que la mente se vacíe… Y sobre todo no pienses que mañana vuelve a ser lunes. Mañana es mañana, y ahora es ahora.

Los gatos hacen pocas actividades, siempre las mismas, y viven muy bien así.

7. No te enamores del ritmo frenético

Quienes tienen la agenda llena, viajan y asisten a mil actos sociales que parecen fascinantes. Pero en realidad el ritmo frenético no es tan interesante. Los gatos hacen pocas actividades, siempre las mismas, y viven muy bien así.

8. ¿Qué es correcto y qué es incorrecto?

En la vida no existen lo “correcto” y lo “incorrecto”, esos son postes para atar burros. Es lo que dice un antiguo proverbio zen. No hagas todo como siempre, de forma “correcta”. Los gatos siempre recorren nuevos caminos: suben, pasan por encima del escritorio, a veces se caen.

9. Si querés decir algo, decilo

El silencio puede ser tu peor enemigo. Cuando desees mucho algo, hacé que tu voz se oiga fuerte, aunque puedas herir la sensibilidad de alguien. Exteriorizá tus emociones; si no, todo lo que no dijiste quedará en tu interior y te irá devorando lentamente.

10. Cambiá las costumbres

Nada te impide cambiar tus costumbres si así lo deseás. ¿Por qué vas a dormir siempre en tu cama si en casa hay otros lugares donde tomar una siesta? Si huís de las costumbres, vas a descubrir que el único lugar seguro e inmutable es tu interior; no importa donde estés.

11. Levantate y retomá el camino

Podemos caernos, herirnos o decepcionarnos, pero luego nos tenemos que levantar. Y, caída tras caída, aprendemos a esquivar los golpes, a reconocer a distancia los peligros, pero también a no dejarnos vencer y a soportar lo que pueda ocurrir. Los gatos tienen siete vidas, y cada vez que renacen son más felices. 

12. El miedo es algo pasajero

Las emociones tienen un tiempo limitado. Llegan para iluminar u oscurecer la mente, y tal como llegan, se van. Así ocurre con el miedo, la emoción que te protege del peligro. Cuando la emergencia pase, no sigas pensando en el peligro ni en los riesgos que corriste. Liberá tu mente y dejá espacio a emociones nuevas y positivas.

13. Aprendé a decir que no

No estás obligado a hacer lo que quieren los demás. Aprendé a decir que no. Al principio te va costar, pero después será tu mejor arma para una vida más serena.

14. No busques siempre en otra parte

No creas que las maravillas y los descubrimientos están siempre lejos, en otra parte. Los gatos sueñan con pasarse la vida en lugares que ya conocen: un sofá o la alfombra en la que se liman las uñas. Un escritor dijo: el verdadero viaje no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos.

15. Sé tuyo y sólo tuyo

No permitas que los demás te consideren una propiedad suya, o peor aún, una conquista. Dentro tuyo hay una parte pura y profunda que nadie podrá aferrar ni someter. Conservala siempre, aun a riesgo de parecer huraño.

16. Mantené la casa limpia

Tu casa es tu pequeño reino, el lugar donde estar tranquilo. Mantenlo limpio y ordenado y el orden y la limpieza se convertirán en un orden y una limpieza interiores, que te permitirán ver con mayor claridad tus emociones.

17. Dormí la siesta

El ocio es un arte. En un mundo que corre a toda velocidad y se concede pocas pausas, redescubrí el placer de un bostezo o de una breve siesta.

18. Da las gracias

Si sos feliz, agradecelo sin pensarlo. Los gatos dan las gracias con mimos, o dejando un regalo a los pies de la cama. Vos podés hacerlo con una sonrisa, una palabra amable dedicada a quien mejoró tu día. Y cada mañana al despertar, dale las gracias a la vida.


* Basado en el libro “El método Catfulness.
Post tomado del blog:

LA FELICIDAD NO TIENE NADA QUE VER CON NADA


miércoles, 1 de mayo de 2019

HACIA UN PADRE MATERNAL


2. Hacia un padre maternal

¿El sexo masculino posee la capacidad para ejercer una paternidad responsable y afectuosa en la crianza? ¿Existe la paternidad-maternal? La respuesta, definitivamente, es sí. En la escala zoológica los ejemplos abundan. El cuidado paternal aparece en los invertebrados, las aves, los peces y los mamíferos. Muchas especies como el cangrejo, el pez altruista, los renacuajos, los ciervos ratas, los lobos, los perros salvajes, los chacales, los monos tití y los hombres que asumen la nueva masculinidad, sólo para citar algunos, pueden hacer perfectamente las veces de madres cuidadoras (por ejemplo dar de comer, lavar, entrenar, jugar y cargar a las crías).

Es interesante señalar que, en muchas especies, el cuidado paternal retrasa el acto reproductivo del macho, y permite que los ciclos reproductores de ambos géneros se acoplen en una sincronía común de apareamiento. En estas especies paternales, la competencia sexual de los machos desciende durante la crianza y las hembras pierden momentáneamente su ventaja, en términos de poder sexual. Es decir, si asumimos con seriedad el papel de padres involucrados activamente en la crianza, es probable que nuestra libido baje. Como si la naturaleza nos dijera: "Si vas a dedicarte a esto utiliza todas las energías disponibles, porque la cosa es complicada". Educar no es tarea fácil.

La gran mayoría de los varones con problemas psicológicos tienen malos recuerdos de sus padres hombres, pero no por el daño recibido sino por el afecto negado. Las investigaciones muestran que la presencia de un padre frío y afectivamente distante es mucho más nociva y peligrosa que un padre ausente. Muchos padres acariciadores y cariñosos con sus hijos varones, cambian bruscamente cuando éstos comienzan a crecer. El pensamiento es evidentemente discriminatorio: mientras que a las hijas mujeres se las puede mimar con tranquilidad durante toda la vida, con el hijo varón hay que tener ciertos cuidados especiales: "No vaya a ser que se nos vuelva afeminado". De esta manera, de un día para otro, sin previo aviso de ningún tipo, las reglas cambian. El contacto físico paternal cede su lugar a un nuevo trato, más duro y distante. Si el niño es sensible, este corte repentino se internaliza como rechazo y, con el tiempo, si no se compensa de alguna forma, puede transformarse en resentimiento o dependencia compulsiva. La creencia irracional de que la ternura, ya sea materna o paterna, produce varones homosexuales, aún está viva en la mayoría de los hombres. Si el asunto fuera tan sencillo, los enemigos del homosexualismo ya hubieran barrido con él.

Retirarse afectivamente de los hijos varones lo único que produce es dolor y pérdida. El hombre posee las mismas necesidades afectivas que la mujer, y necesita de las mismas fuentes dadoras de amor. Ya se trate del padre o de la madre, lo que realmente importa para el desarrollo psicológico de un niño es la "presencia afectiva". La estancia física no es suficiente, hay que dar amor en grandes cantidades para que la tarea esté bien hecha; el amor debe sentirse en carne y hueso. El padre maternal no es otra cosa que eso: un padre tierno y cariñoso, sensible y compasivo, interviniendo activamente en los procesos educativos de sus hijos, ya sea sancionando o administrando normas. Un buen padre se nota y hace bulla.

Es bueno resaltar que, si la sanción paternal ocurre en el contexto de los sentimientos positivos, el niño integra la experiencia de manera constructiva, pero si los castigos del padre suceden en un vacío afectivo, sólo dejan daño y resentimiento. Por tal razón, el respeto al padre que se origina en una relación cálida y amorosa, siempre estará asentado en la admiración y el agradecimiento. En cambio, los padres que inducen el típico miedo autoritario, sólo obtienen un acataniento por decreto-ley, una aceptación obligada. Cuando le pregunto a mis pacientes, mujeres y varones, qué sienten por su padre, y obtengo por respuesta un simple y conciso: "Respeto", durante varias citas me quedo investigando su pasado. Un amor reverencia] siempre es dudoso.

No obstante, ser más cariñosos, estar más comprometidos y pasar más tiempo con nuestros hijos no es suficiente, si no se disfruta de ello; hacerlo de mala gana es peor. Si asumimos la paternidad con culpabilidad o como sentido del deber, enredamos la relación. Es normal que en ciertos momentos no querramos saber de ellos, que nos generen estrés y hasta algo de fastidio (ejercer el oficio de padre no es una panacea), pero si el amor está activado, la "obligación" no molesta demasiado. El amor, si es verdadero, cura y relaja. Cuando mis hijas estaban pequeñas y yo llegaba absolutamente agotado por estar oyendo problemas durante todo el día, la llegada estaba amenizada por unos sonoros: "¡Papi!","¡Papi!,"¡Papi!". Corrían a toda velocidad hacia la puerta, saltaban sobre mí y me escalaban como una estatua humana. Pese a mi fatiga, ellas siempre sabían tocar alguna tecla para reactivar mi olvidada sonrisa. Así, como por arte de magia, el cansancio se trasmutaba en regocijo.

El nuevo varón quiere comprometerse y participar decididamente en la crianza de sus hijos. Sin embargo, no desea anularse como persona. Ser papá no significa autoeliminación psicológica ni sacrificio ciego, sino integración balanceada de todo lo que la vida representa. Ser padre no implica descuidar la amistad, la recreación, los hobbies, la pareja y la vida profesional. Lograr este punto medio no es fácil. Estas aspiraciones masculinas de regresar a la paternidad con prudencia, no son mal vistas por el sexo opuesto; todo lo contrario. Los resultados hallados hasta el momento confirman que si la paternidad es asumida con excesivo empeño, las madres pueden generar ciertas resistencias a compartir su papel. El hombre puede ser percibido como un "metido" y un estorbo: 'Bueno es culantro, pero no tanto". Parecería que cualquier cambio en la paternidad debe mantenerse dentro de ciertas proporciones y teniendo en cuenta a la pareja. Como es evidente, hay un acuerdo implícito: los nuevos varones quieren reivindicar su rol de pudres, pero no de tiempo completo, y las mujeres quieren recibir la ayuda sin sentirse desplazadas.




Extracto tomado del libro:
Intimidades masculinas
Walter Riso
Imágenes tomadas de internet

NOMBRE VACÍO


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