Es difícil decir que su esposa le había recomendado salir con otra mujer, pero así era. Después de varios años de matrimonio descubrió una nueva forma de mantener viva la chispa del amor: ¡había comenzado a salir con otra mujer!
Paradójicamente, la idea era de su propia esposa. Ella le dijo:
—Tú sabes que la amas —le dijo un día, tomándolo por sorpresa...—. La vida es muy corta: ¡dedícale tiempo!
—Pero yo te amo a ti... —protestó.
—Lo sé, pero también la amas a ella.
La otra mujer, a la que su esposa quería que visitara, también lo amaba; pero las exigencias de su trabajo y sus hijos hacían que sólo pudiera visitarla ocasionalmente. Esa noche la llamó para invitarla al cine y también a cenar.