sábado, 1 de agosto de 2015
viernes, 31 de julio de 2015
EL MAL NO EXISTE
Párate a pensar si, en algún momento de tu vida, has hecho mal a sabiendas, y si no lo has hecho, ¿Por qué crees tú que los demás sí son capaces de hacerlo?. Algún enfermo mental puede qué lo haga, pero éste no es responsable de sus actos. Todos, sin excepción, buscamos nuestro bien, aunque lo disimulemos, pero la mayor parte de las veces ese «bien» es equivocado, no es bien en realidad.
El miedo y el recelo a perder el «bien» nos hace egoístas, interesados y hasta crueles. ¡Cuando el verdadero bien es libre y gratuito y está dentro de nosotros!. Cuando creemos atrapar el bien nos volvemos vanidosos, ¡Tonto, pero si ha estado siempre contigo y no es obra tuya!.
El bien existe, es la esencia de la vida. Cuando no sabemos verlo o disfrutarlo, a esa sensación le llamamos «mal», pero en sí el mal no existe, lo que apreciamos es una ofuscación o menor percepción del bien, y a eso le llamamos «mal» y nos da miedo, porque estamos hechos para el bien y la felicidad, y el perderlos de vista nos asusta, nos inquieta hasta el sufrimiento cuando no somos capaces de ver la realidad tal cual es.
Si lo comprendes todo, lo perdonas todo, y sólo existe el perdón cuando te das cuenta de que, en realidad, no tienes nada que perdonar. Así es el perdón del Padre. La civilización no ha avanzado lo suficiente para comprender que el criminal es un enfermo que no es responsable de sus actos, como no lo son los locos. Ambos necesitan cura y no que los encierren.
jueves, 30 de julio de 2015
LA VOZ CRÍTICA
Esta voz crítica nunca es tuya. Eras niño y el padre te decía: «No hagas esto»; y la madre te decía: «No hagas esto». Lo que querías hacer siempre estaba mal, y lo que nunca querías hacer, ellos querían que lo hicieras... y siempre estaba bien.
Te encuentras en un doble aprieto. Tienes el derecho de no hacer lo que no quieres hacer... de manera que si lo haces, lo realizas como un deber. Entonces no hay júbilo; sientes que te estas destruyendo, que desperdicias tu vida. Si haces aquello que te gusta, te sientes culpable, consideras que haces algo malo.
De modo que tienes que deshacerte de tus padres, eso es todo. Y es algo muy sencillo, porque ya eres adulto... ellos no están presentes, solo están en el interior de tu mente.
No me refiero a que vayas a matarlos... me refiero a que mates esto... esta simple resaca del pasado. Ya no eres niño: reconoce ese hecho. Asume la responsabilidad, es tu vida. Así que haz lo que más te apetezca, y jamás hagas algo que no desees. Si tienes que sufrir por ello, sufre. Hay que pagar un precio por todo; nada es gratis en la vida.
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