viernes, 28 de diciembre de 2012

AGUAS TURBIAS




VERBOS

La autenticidad es un verbo. Todo lo que es hermoso en la vida es un verbo; no es un sustantivo. La verdad, para ser sinceros, es un verbo; no es un sustantivo. El amor no es uva sustantivo; es un verbo. El amor está en amar. Es un proceso.

La autenticidad es uno de los valores más grandes de la vida. Nada se puede comparar con eso. 

En la antigua terminología, a la autenticidad también se la llama verdad. La nueva terminología la llama autenticidad... que es mejor que verdad, porque cuando hablamos de la verdad, parece como si esta fuera algo, un fenómeno que está en alguna parte y que hay que encontrar. La verdad parece más un sustantivo. La autenticidad es un verbo. No es algo que os esté esperando. Tenéis que ser auténticos, solo entonces está presente. No podéis descubrirla. Tenéis que crearla continuamente siendo verdaderos. Es un proceso dinámico. 

Que esto os penetre lo más hondo posible: todo lo que es hermoso en la vida es un verbo, no un sustantivo. La verdad, para ser sinceros, es un verbo. El lenguaje es falaz. El amor no es un sustantivo; es un verbo. El amor está en amar. Es un proceso. 

Cuando amáis, solo entonces está ahí el amor. Cuando no amáis, ha desaparecido. Existe precisamente cuando es dinámico. La confianza es un verbo, no un sustantivo. Cuando confiáis, está ahí. La confianza significa confiar y el amor significa amar. La verdad significa ser sincero.

Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 65

LA CONCENTRACIÓN ES HUMANA LA MEDITACIÓN ES DIVINA

Meditación no es concentración. En la concentración existe un Yo concentrándose y hay un objeto sobre el cual se ejerce la concentración. Hay una dualidad. 
En la meditación no hay nadie adentro y nada afuera. No es concentración. 
No hay división entre lo de adentro y lo de afuera…lo interno fluye y fluye hacia lo externo, lo externo fluye y fluye hacia lo interno. 
La demarcación, el límite, el borde, ya no existe. 
Lo interno está afuera, lo externo está adentro: es una conciencia no dual. 

La concentración es una conciencia doble; es por eso que produce cansancio; es por eso que cuando te concentras te sientes exhausto. 
No te puedes concentrar durante las veinticuatro horas; tendrás que tomar vacaciones para descansar. 
La concentración jamás se podrá convertir en tu naturaleza. 

La meditación puede convertirse en algo constante durante veinticuatro horas, día tras día, año tras año… 
Puede transformarse en la eternidad…Es la relajación en sí misma. 

La concentración es un acto, un acto de la voluntad. 

La meditación es un estado de no voluntad, un estado de inacción…es relajación. 

Sencillamente, uno se ha dejado caer en su propio ser, y ese ser es el mismo que el ser del Todo. 

En la concentración, tu mente funciona a partir de una conclusión: estás haciendo algo… la concentración surge del pasado. 

En la meditación no hay una conclusión detrás, no estás haciendo algo en particular, estás simplemente siendo

Esto no tiene pasado, el pasado no lo ha contaminado. 
No tiene futuro, está desprovista de todo futuro…es lo que Lao Tzu ha llamado: wu wei: acción a través de la inacción. 
Es lo que los maestros Zen han estado diciendo: 

“Sentado en silencio 
sin hacer nada, 
llega la primavera 
y la hierba crece por sí sola”, 

Recuerda: “por sí sola”, nada se está haciendo…no estás tironeando la hierba hacia arriba. La primavera llega y la hierba crece por sí sola. 
Ese estado, cuando permites que la vida siga su propio camino…cuando no lo quieres dirigir…cuando no quieres ejercer ningún control sobre ella, cuando no estás manipulando…cuando no estás forzando en ella ninguna disciplina…ese estado de pura espontaneidad indisciplinada es la meditación. 
La meditación es en el presente, puro presente. 
Meditación es inmediatez. 
No puedes meditar: puedes estar en meditación…no puedes estar en concentración, pero te puedes concentrar. 
La concentración es humana, la meditación es divina.

Del Libro Naranja
Osho

LA ENFERMEDAD

Un ruiseñor decía cierta vez a un pavo real:

-Cuando yo trino, la gente me rodea para escuchar la belleza y pureza de mi canto; el hombre tal vez sea asesino, pero también es esteta.

El pavo real, después de escuchar con atención, decidió atraer a una muchedumbre para que admirara su hermoso plumaje, incomparablemente más exquisito, que ningún ruiseñor podría exhibir.

Con ese propósito acudió a un lugar donde se congregaban seres humanos y se pavoneó frente a ellos, plegando y desplegando su cola, escondiendo y extendiendo sus plumas ante la mirada de todos.

Uno de los espectadores dijo:
-Ese infortunado pavo real tiene algo que no anda bien; no puede quedarse quieto. Debe ser alguna enfermedad.

En vista de lo cual tomaron al pavo real y lo mataron, no fuese que la enfermedad se propagase a sus aves domésticas.

Del libro:
El Monasterio Mágico
Shah Idries

MÁS SUSTANCIA, MÁS DENSIDAD



UNA RESPUESTA DE HUMANYUN ADIL

Humanyun Adil oyó decir a alguien:

-Si esta disertación del maestro (tal o cual) tuviese más sustancia, más densidad, ¡cuánto más útil sería!

Inmediatamente, Humanyun Adil exclamó:

-Eso me recuerda a aquel hombre que encontró un manuscrito de cuatro páginas y lamentó que tuviera espacios blancos, pensando que así se desperdiciaba papel. De pronto, mágicamente, el negro se extendió de las letras y las cuatro páginas quedaron completamente negras.

Del libro:
El Monasterio Mágico
Shah Idries

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