—...Pero, si yo amo a alguien, y lo amo con todo mi corazón, ¿no es cierto acaso que no puedo vivir sin él?
Y yo siempre contesto:
—No, la verdad que no.
La verdad es que siempre puedo vivir sin el otro, siempre, y hay dos personas que deberían saberlo: yo y el otro. Me parece horrible que alguien piense que yo no puedo vivir sin él y crea que si decide irse me muero...
Me aterra la idea de convivir con alguien que crea que soy imprescindible en su vida.
Estos pensamientos son siempre de una manipulación y una exigencia siniestras.
El amor siempre es positivo y maravilloso, nunca es negativo, pero puede ser la excusa que yo utilizo para volverme adicto.
Por eso suelo decir que el codependiente no ama; él necesita, él reclama, él depende, pero no ama.
Sería bueno empezar a deshacernos de nuestras adicciones a las personas, abandonar estos espacios de dependencia y ayudar al otro a que supere los propios.
Me encantaría que la gente que yo quiero me quiera; pero si esa gente no me quiere, me encantaría que me lo diga y se vaya (o que no me lo diga pero que se vaya). Porque no quiero estar al lado de quien no quiere estar conmigo...
Es muy doloroso. Pero siempre será mejor que si te quedaras engañándome.
JORGE BUCAY
El Camino de la Autodependencia