jueves, 25 de agosto de 2022

LA LUCHA ENTRE LO QUE TE GUSTA Y NO TE GUSTA


 

TOMA TU PROTAGONISMO


 

QUIEN ALGO QUIERE, ALGO LE CUESTA


Toda intención de cambio contiene una fuerza opuesta al mismo, resistencia u oposición 
de la que podemos tomar conciencia y que se alimenta de múltiples cuestiones como nuestra lealtad a leyes familiares, a nuestros personajes internos, al pasado, a una antigua autoimagen; al miedo a perder relaciones con el cambio; la debilidad que creemos que nos imposibilita cruzar de una costa a otra (de lo actual a lo nuevo) implica pasar por estados de confusión, soledad, desorientación; sentirnos incomprendidos por las personas amadas hasta que lo nuevo fructifique en nuestro ser haciéndonos sentir más plenos y con más recursos personales. En este impasse es importante ser acompañados por un profesional de la ayuda o por una persona de plena confianza.

Quien algo quiere, algo le cuesta. El cambio no es gratis. Nadie puede hacerlo por ti. 

Tú eres el agente de cambio. Los demás son solo bastones, apoyos, facilitadores, pero solo tú vives contigo, solo tú sabes qué significa ser quien eres. Toma tu protagonismo.

Jordi Gil Martín



Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet

miércoles, 24 de agosto de 2022

PERMÍTETE CONOCER LA UNIDAD


 

TU ELECCIÓN ES LA TOTALIDAD


Si quieres ver la verdad, no mantengas ninguna opinión a favor o en contra. La lucha entre lo que a uno le gusta y lo que le disgusta es la enfermedad de la mente.

ESTA ES LA ENFERMEDAD DE LA MENTE: Lo que a uno le gusta y lo que le disgusta, a favor y en contra. ¿Por qué está la mente dividida? ¿Por qué no puedes ser uno? Te gustaría, desearías ser uno, pero continúas alimentando las divisiones, las preferencias, el "esto me gusta" y "esto no me gusta".

Precisamente el otro día vino una mujer y me dijo: "Bendíceme, por favor dame tus bendiciones". Pero me di cuenta de que estaba inquieta, preocupada, así que le pregunté: "¿Qué pasa?".

Ella dijo: "Es que ya estoy iniciada con otro maestro".
Un conflicto; ella quería mis bendiciones pero la mente le decía que yo no soy su maestro. Ella tiene otro maestro, entonces ¿qué hacer? Yo le dije que dejara a ambos. Hubiera sido más fácil si le hubiera dicho: "Deja al otro. Elígeme a mí". 

¡Hubiera sido mucho más fácil!, porque entonces la mente podría continuar funcionando, pero el problema seguiría siendo el mismo. Cambiaría el nombre de la enfermedad, pero la enfermedad sería la misma. De nuevo, en algún lugar, surgiría la misma duda, la misma agitación. Pero si yo digo: "Deja a ambos"... Pues esa es la única manera de llegar a un maestro: no tener ninguna preferencia por esta vía o por aquella. Simplemente ir vacío. Simplemente ir sin ninguna opinión. Ve simplemente disponible, receptivo. ¡Sólo así se llega a un maestro! No hay otra forma. Y si el maestro va a ser la puerta a la verdad, tiene que ser así, porque esta es la preparación, esta es la iniciación.

Un maestro está para ayudarte a dejar las opiniones, a dejar la mente. Y si el propio maestro se convierte en una elección entonces también se convertirá en una barrera. De nuevo has vuelto a elegir, de nuevo has usado la mente. Y cuanto más usas la mente, más se refuerza, más fuerte se hace. No la uses.

Es difícil, porque dirás: "¿Y qué le ocurrirá a nuestro amor? ¿Qué va a ser de nuestro compromiso? ¿Qué va a ser de nuestras creencias? ¿Qué va a ser de nuestra religión, de nuestra Iglesia, de nuestro templo?". Estas son tus cargas. Libérate de ellas, y deja que ellas se liberen de ti. Te están manteniendo aquí, arraigado, y la verdad quiere liberarte. Liberado llegas, con alas llegas, sin peso llegas.

Sosan dice:
La lucha entre lo que a uno le gusta y lo que le disgusta es la enfermedad de la mente.

¿Cómo curarse? ¿Hay alguna manera de superar esta enfermedad? No, no hay manera. Uno simplemente tiene que entenderlo. Uno simplemente tiene que mirar el hecho en sí mismo. Uno sólo tiene que cerrar los ojos y mirar en su propia vida; observarla. Y sentirá la verdad de Sosan. Y cuando sientes la verdad, la enfermedad desaparece. No hay ningún remedio para ella, porque si se te da algún remedio, ese remedio te empezará a gustar. Entonces olvidarás la enfermedad pero empezará a gustarte el remedio, y el mismo remedio se convertirá en la enfermedad.
No, Sosan no te dará ningún remedio, no te dará ningún método. No te sugerirá qué hacer. Simplemente insistirá una y otra vez, una y mil veces, en que entiendas cómo has creado toda esta confusión a tu alrededor, cómo has creado todo este sufrimiento. Y nadie más que tú lo ha creado; es la enfermedad de tu mente: preferir, elegir.

No decidas. Acepta la vida en su totalidad. Tienes que ver la totalidad: la vida y la muerte juntas, el amor y el odio juntos, la felicidad y la desgracia juntas, la agonía y el éxtasis juntos. Si los ves juntos, entonces ¿qué quedará para elegir? Si ves que son uno, entonces ¿por dónde va a entrar la elección? Si ves que la agonía no es otra cosa que éxtasis, y el éxtasis agonía; si puedes ver que la felicidad no es otra cosa que infelicidad; que el amor no es otra cosa que odio y el odio, amor; entonces ¿dónde elegir? ¿cómo elegir? Entonces la elección desaparece.

No es que tú la dejes. Si eres tú el que la dejas, se convertirá en una elección; esta es la paradoja. No supongas que tienes que dejarla, porque si la dejas, eso ya quiere decir que has elegido a favor y en contra. Ahora tu elección es la totalidad. Estás a favor de la totalidad y en contra de la división, pero la enfermedad ha entrado. Es algo muy sutil.
Simplemente entiende, pues la propia comprensión hace que la elección desaparezca. Nunca la abandonas. Simplemente te ríes... y pides una taza de té.

Cuando no se entiende el significado
profundo de las cosas,
se perturba en vano la paz esencial de la mente.
El Camino es perfecto, como el espacio infinito
donde nada falta y nada sobra.
De hecho, es debido a nuestra elección
de aceptar o rechazar que no vemos
la verdadera naturaleza de las cosas.
No vivas en los enredos de las cosas externas
ni en los sentimientos internos de vacío.
Mantente sereno, sin hacer esfuerzos,
en la unidad de las cosas,
y tales falsos conceptos desaparecerán por sí solos.
Cuando tratas de parar la actividad
para alcanzar la pasividad,
el propio esfuerzo te llena de actividad.
Mientras estés en un extremo o en el otro,
nunca conocerás la Unidad.
Aquellos que no viven en el Camino único
fracasan en ambas: actividad y pasividad,
afirmación y negación.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

martes, 23 de agosto de 2022

PENSAR QUE LO QUE SUCEDE NO DEBERÍA SUCEDER O SUCEDER DE OTRA MANERA


 

SI UN HOMBRE ESTÁ BIEN, EL MUNDO ESTARÁ BIEN


Se cuenta una maravillosa historia acerca de un predicador que un sábado por la mañana estaba tratando de preparar un sermón en difíciles circunstancias. Su esposa había salido 
de compras. Era un día lluvioso, y su hijito se mostraba nervioso y aburrido porque no tenía nada que hacer. Al final, desesperado, el pastor tomó una vieja revista y empezó a hojearla hasta llegar a una ilustración brillantemente coloreada. Era un mapamundi.

Arrancó la página de la revista, la rompió en trocitos y los esparció todos por el suelo del salón al tiempo que decía: «Johnny, si puedes recomponer todo eso te daré un cuarto de dólar».

El predicador supuso que la tarea le iba a llevar a Johnny buena parte de la mañana. 

Pero a los diez minutos oyó llamar con los nudillos a la puerta de su estudio. Era su hijo con el rompecabezas ya ordenado. El hombre se sorprendió de que Johnny hubiera terminado tan temprano, con los trozos de papel pulcramente colocados y el mapa del mundo recompuesto.

«Hijo, ¿cómo lo has hecho tan deprisa?», preguntó el predicador.

«Oh —contestó Johnny—, ha sido fácil. En la parte de atrás había la imagen de un hombre. He colocado un trozo de papel debajo, he compuesto la figura del hombre, he colocado un papel encima y lo he vuelto del revés. He pensado que, si la figura del hombre estaba bien, el mundo también lo estaría.»

El clérigo sonrió y le entregó a su hijo un cuarto de dólar. «También me has dado el tema del sermón de mañana —dijo—. Si un hombre está bien, el mundo estará bien.»

Esta idea encierra una gran lección. Si alguien no está satisfecho de su mundo y desea cambiarlo, tiene que empezar por sí mismo. Si estás bien, tu mundo estará bien. Si uno tiene una actitud mental positiva, los problemas de su mundo tienden a doblegarse ante él.

Napoleon Hill


Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet

lunes, 22 de agosto de 2022

EL RELATO (TODO LO QUE TE CUENTAS QUE PASA A TI MISMO)


 

LA PRUEBA DEL MAESTRO


Soy pobre y débil, dijo un día un maestro a sus discípulos, 
pero vosotros sois jóvenes, y yo os enseño: es deber vuestro, por lo tanto, conseguir el dinero que vuestro viejo maestro necesita para vivir.

¿Cómo podemos hacer eso?- preguntaron los discípulos-.

Las gentes de esta ciudad son tan poco generosas que sería inútil pedirles ayuda.

Hijos míos- contestó el maestro-, existe un modo de conseguir dinero, no pidiéndolo, sino cogiéndolo. No sería pecado para nosotros robar, pues merecemos más que otros el dinero. Pero, ¡ay!, yo soy demasiado viejo y débil para hacerlo.

Nosotros somos jóvenes- dijeron los discípulos- y podemos hacerlo. No hay nada que no hiciéramos por vos, querido maestro. Decidnos sólo cómo hacerlo y nosotros obedeceremos.

Sois jóvenes- dijo el maestro- y es poca cosa para vosotros el apoderaros de la bolsa de algún hombre rico. Así es cómo debéis hacerlo: escoged algún lugar tranquilo donde nadie os vea, y luego agarrad a un transeúnte y coger su dinero, pero no lo lastiméis.

Vamos inmediatamente, dijeron los discípulos, excepto uno, que había callado, con la mirada baja.

El maestro miró a ese joven discípulo y dijo:

-Mis otros discípulos son valientes y están deseosos de ayudarme, pero a ti poco te preocupa el sufrimiento de tu maestro.

-Perdonadme, maestro- contestó-, pero el plan que nos habéis explicado me parece irrealizable; éste es el motivo de mi silencio.

-¿Por qué es irrealizable?- preguntó el maestro.

-Porque no existe lugar alguno en el que no haya nadie que nos vea- contestó el discípulo-; incluso cuando estoy solo mi Yo me observa. Antes cogería una escudilla e iría a mendigar que permitir que mi Yo me vea robar.

A estas palabras, el rostro del maestro se iluminó de gozo.

Estrechó al joven discípulo entre sus brazos y le dijo: Me doy por dichoso si uno solo de mis discípulos ha comprendido mis palabras .

Sus otros discípulos, viendo que su maestro había querido ponerlos a prueba, bajaron la cabeza avergonzados.

Y desde aquel día, siempre que un pensamiento indigno les venía a la mente, recordaban las palabras de su compañero:

Mi yo me ve.

Y así se convirtieron en grandes hombres, y todos ellos vivieron felices por siempre jamás.



Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet
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