martes, 19 de julio de 2022
TODO EL MUNDO QUIERE CAMBIAR EL MUNDO
Muchas personas tienen una idea de lo que es correcto, pero muy pocas se cuestionan si esa idea es correcta.
¿Alguna vez has tenido la sensación de que algo debería ser de otra forma? ¿Has sentido el impulso de cambiar algún acontecimiento o persona o incluso el tiempo atmosférico? Estos deseos son uno de los síntomas de un desorden mental llamado síndrome de percepción separada (SPS).
Cuando uno vive bajo ese desorden mental no se da cuenta de ello porque piensa que lo que ve, lo ve tal y como es. También implica que aquello que percibes lo percibes bajo la creencia de que tú no eres lo que tú ves. Es decir, que tú y aquello que ves sois cosas distintas, separadas entre sí. Esta manera de ver no sólo no genera ninguna transformación, sino que tampoco cambia nada en realidad. Como mucho, a lo que puede llegar esta forma de ver las cosas es a inventar la sensación de haber generado un cambio que, al poco tiempo, se descubre que en verdad no sucedió.
Es muy frecuente, actualmente, encontrarse a lo largo del día con numerosas personas y situaciones susceptibles de ser cambiadas, a las cuales se les suele llamar «mejorables». Hasta ahí, ningún problema. El problema se genera cuando uno sucumbe ante su perspectiva separada de las cosas y trata de cambiar lo que percibe desde su propia mentalidad distorsionada. El conflicto que surge al hacer esto nace de rechazar lo que se percibe, porque es a uno mismo a quien se rechaza.
Perceptor y percibido son uno en sí mismo. El conflicto deja de verse como conflictivo cuando se accede a este lugar de la conciencia unitaria. En este punto, ni tu pareja, ni tu vecino, ni tu exmujer, son más el blanco de tus ideas de mejora.
El primer paso en la transformación se da cuando uno ve que lo que percibe lo percibe desde una lente que divide lo que ve. Es igual que esos cristales que descomponen un rayo de luz en distintos haces de luz, roja, amarilla, violeta, etc. ¿Te imaginas tratar de hacer un poco más rojo el rayo de luz azul para que pueda volverse violeta, simplemente porque a mí me gusta más el violeta? Cuando uno abandona su perspectiva violeta de las cosas, entonces puede descubrir que todos los colores son partes de la luz blanca original y pasa a disfrutar de cada uno de los distintos aspectos de la misma cosa.
El mundo que conocemos, visto sin aferrarnos a nuestras facetas personales, se percibe como un velo que cubre la realidad de un solo ser del cual tú y yo formamos parte íntegra. Cada situación, persona, o cualquier cosa que percibas, se ve como una extensión de ese único ser. Se sigue percibiendo diferencias, pero no se percibe diversidad.
«Nada que cambiar, todo por descubrir» es el lema de una mente que por fin reconoce su Ignorancia y detiene el intento arrogante de tratar de cambiar el mundo que proyecta desde su mentalidad aislada o egoísta.
Lo contrario a la unidad es el egoísmo. Así que cuando, por ejemplo, voy a luchar en contra de los maltratadores de animales sin antes haberme reconocido en ellos, lo que terminaré haciendo es generar más rechazo debido a la aportación de mi cuota de rechazo. Así es como se nutre y se expande la mentalidad egoísta al caer en la trampa de su percepción separada. Distanciándose del resto de lo que percibe, el ego consigue su tesoro más preciado, su exclusividad.
La conciencia universal no distingue entre correcto o incorrecto ni entre buenos o malos. Esta conciencia sólo existe en la unidad, y si actúas fuera de ella, no es que estés obrando incorrectamente, simplemente refuerzas la desunión para ti mismo. Este «para ti mismo» se refiere a que tú te confirmas a ti mismo que esta separación cada vez es más obvia y que por lo tanto los malos son más malos y tú cada vez «parece» que tienes más y más razón.
Si te sientas un instante a sentir dicha razón, descubrirás la cantidad de sufrimiento y odio que escondes en ella. Al no soportar ese sufrimiento lo proyectas fuera de ti y decoras esa proyección con tus motivos, por los cuales eso que ves no debería ser así. Esa lucha con lo externo procede de una lucha interna que grita ser atendida.
Date cuenta de que cuando sientes amor sin condiciones no deseas cambiar nada. En tal circunstancia, muchas personas, para poder seguir manteniendo en vigencia su licencia para odiar y renovarla cada vez que ésta caduca, creen que si dejan de odiar también dejarán de querer cambiar las cosas y que sin esa voluntad de cambiar las cosas el mundo no avanzaría hacia mejor.
Esta creencia es probablemente la más arrogante de la historia de nuestra especie. Es similar a la arrogancia que los adultos vemos en los adolescentes cuando éstos creen saber de qué va la vida y cómo tienen que ser las cosas. Los seres humanos aún no hemos entrado en la preadolescencia de la conciencia y sin embargo nos tomamos el derecho de tomar determinaciones que no se originan en nuestra sabiduría ni en nuestro amor, sino en nuestra confusión y en nuestro miedo a sentirnos y reconocernos como parte íntegra del universo.
«¿Quién si no, alguien que maltrata a otro ser, necesita ser amado? Y ¿cómo solemos responder nosotros a estas personas? Aquellos que maltratan a otros, viven de espaldas al amor y sólo amándoles podemos ofrecerles una salida honesta al maltrato. Sin embargo, respondemos sin amor porque les juzgamos, y nuestro juicio no incita al amor porque no somos capaces de ver nuestra unidad con lo que vemos. Entonces, perdemos la capacidad de poder juzgarlos y de poder amarles porque, al no vernos en ellos, no podemos ver la verdad. ¿Qué juicio acertado podemos llegar a crear desde una mentalidad aislada de aquello a lo que juzgamos?
Nos hemos hecho adultos y para muchos eso implica no estar presentes, implica también vivir en el mundo de ideas acerca de lo que está bien, de lo que está mal, de lo que debería suceder y de lo que no debería suceder. Ahora ya sabemos que es muy doloroso pensar que lo que sucede no debería suceder o suceder de otra manera. Es tan doloroso que no lo soportamos y lo proyectamos en los demás. Quizá haya llegado el momento de volver a ser niños. Quizá haya llegado el momento de unirnos a todo y a todos con todo nuestro corazón.
Extracto del libro:
¿Me acompañas?
Sergi Torres
Fotografía de Internet
lunes, 18 de julio de 2022
EN CONFIANZA CON NOSOTROS MISMOS
La confianza en nosotros mismos surge cuando somos capaces de realizar lo que nos hemos propuesto. [...] No podemos estar seguros de nosotros mismos cuando nuestras emociones son incontenibles. Cuando nos alteramos, enojamos, preocupamos, tenemos miedo, envidia, celos, codicia, cuando todas esas cosas ocurren en nuestra mente, no podemos tener seguridad.
No somos de confianza y naturalmente lo sabemos, y no tenemos confianza en nosotros mismos. Solo nos sentimos seguros de nosotros mismos cuando, tras haber controlado las emociones, tenemos una sensación de profunda seguridad de que no importa lo que ocurra, porque nuestra reacción va a ser suave y equilibrada. Sabemos que nos hemos convertido en personas fiables. [...] La confianza en uno mismo es necesaria para poder decir: «Realmente puedo hacerlo y voy a continuar haciéndolo hasta que llegue el mismo final».
Ayya Khema
Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet
sábado, 16 de julio de 2022
LA TAZA DE TÉ
Cierta vez, el sabio Nan-in recibió a un vanidoso profesor universitario que lo visitaba para conocer sus enseñanzas.
Nan-in le sirvió té. Llenó la taza de su visitante y cuando la misma rebalsó, siguió vertiendo la infusión.
El profesor se quedó mirando cómo el líquido se derramaba y pensando que el sabio era un tonto. Finalmente no pudo contenerse:
—Está colmada —exclamó—. ¡Ya no cabe más!
—Como esta taza —dijo Nan-in—, usted está lleno de sus propias opiniones y prejuicios. ¿Cómo puedo mostrarle la verdadera sabiduría a menos que vacíe su taza antes?
Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet
jueves, 14 de julio de 2022
MEJOR MORIR QUE MURMURAR
Cuando yo era niño, era un muchacho piadoso, ferviente en la oración y en las devociones. Una noche estaba yo velando con mi padre, mientras sostenía el Corán en mis rodillas.
Todos los que se hallaban en el recinto comenzaron a adormilarse y no tardaron en quedar profundamente dormidos. De modo que le dije a mi padre: «Ni uno solo de esos dormilones es capaz de abrir sus ojos o alzar su cabeza para decir sus oraciones. Diría uno que están todos muertos».
Y mi padre me replicó: «Mi querido hijo, preferiría que también tú estuvieras dormido como ellos, en lugar de murmurar».
La conciencia de la propia virtud es un riesgo muy propio de quien se embarca en la oración y en la piedad.
Del libro:
Anthony de Mello
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet
miércoles, 13 de julio de 2022
BUSCA DENTRO DE TI
Busca dentro de ti la solución de todos los problemas, hasta de aquellos que creas más exteriores y materiales. Dentro de ti está siempre el secreto; dentro de ti están todos los secretos. Aun para abrirte camino en la selva virgen, aun para levantar un muro, aun para tender un puente, has de buscar antes, en ti, el secreto. Dentro de ti hay tendidos ya todos los puentes.
Amado Nervo
Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet
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