sábado, 19 de marzo de 2022

APRENDER A ESTAR CONTIGO MISMO


La práctica de la meditación es un buen sistema, en realidad excelente, para 
eliminar las guerras del mundo: tanto las pequeñas guerras personales como las del planeta.

Chögyam Trungpa Rinpoche

Como especie, nunca debemos subestimar la poca tolerancia que manifestamos frente al malestar. Animarnos a sentir nuestra propia vulnerabilidad es algo nuevo que podemos usar. Meditar sentados nos ayuda a aprender a hacerlo. Este tipo de meditación, conocida también como la práctica de ser consciente, es la base para el aprendizaje de la bodichita. Es el asiento natural, la base-hogar del guerrero-bodisatva.

Practicar la meditación sentado cultiva la bondad incondicional y la compasión, las cualidades relativas de la bodichita. Nos permite acercarnos más a nuestros pensamientos y emociones para entrar en contacto con nuestro cuerpo. Es un método para cultivar una incondicional amistad con nosotros mismos y para abrir la cortina de la indiferencia que nos separa del sufrimiento de los demás. Constituye nuestro vehículo para aprender a ser realmente afectuosos.

Poco a poco, a través de la meditación, empezamos a notar que hay unos espacios entre nuestro diálogo interior. Mientras estamos hablando constantemente con nosotros mismos, experimentamos una pausa, como si despertáramos de un sueño. Reconocemos con claridad nuestra capacidad para relajarnos, el espacio, la ilimitada consciencia que existe ya en nuestra mente. Experimentamos momentos de vivir el presente que son sencillos, directos y despejados.

Este volver a la inmediatez de nuestra experiencia constituye el aprendizaje de la bodichita incondicional. Al estar simplemente aquí, nos relajamos cada vez más a la abierta dimensión de nuestro ser. Es como salir de un mundo de fantasía y descubrir la simple verdad.

Sin embargo, no tenemos ninguna garantía de que meditar sentados nos aporte algún beneficio, ya que podemos practicar durante años sin penetrar en nuestro corazón y en nuestra mente si usamos la meditación para fortalecer nuestras falsas creencias: para que nos proteja del malestar que sentimos; para cambiar; o para cumplir nuestras esperanzas y eliminar nuestros miedos. Y esto nos ocurre al no comprender bien por qué practicamos.

¿Por qué meditamos? es una pregunta que es bueno hacerse. ¿Por qué hemos de preocuparnos en pasar un tiempo a solas con nosotros mismos?

En primer lugar, es conveniente comprender que la meditación no sólo sirve para sentirnos bien. Creer que meditamos con este fin es estar abocados al fracaso.

Cada vez que nos sentamos a meditar, todos suponemos que no lo estamos haciendo a la perfección, incluso el meditador más avezado experimenta algún tipo de dolor psicológico y físico. La meditación nos muestra tal como somos, con nuestra confusión y nuestra cordura. Este hecho de aceptarnos enteramente tal como somos se llama maitri, es mantener una sincera y directa relación con lo que somos.

Intentar cambiarnos de nada sirve, ya que implica luchar con uno mismo y menospreciarse. Y el propio menosprecio es probablemente la forma más poderosa de tapar la bodichita.

No intentar cambiarnos ¿significa que hemos de seguir con nuestro enfado y adicciones hasta el día que muramos? Es una buena pregunta. Intentar cambiarnos es inútil porque a la larga nos estamos resistiendo a nuestra propia energía. El mejorar puede traer resultados temporales, pero una transformación duradera sólo se dará cuando nos honremos a nosotros mismos por nuestra condición de fuente de sabiduría y compasión. Somos, como Santideva, el maestro budista del siglo VIII, señaló, como un ciego que encuentra una piedra preciosa enterrada en una pila de basura. Justo aquí, en lo que nos gustaría tirar, en lo que nos resulta repulsivo y nos asusta, es donde descubrimos la calidez y la claridad de la bodichita.

La meditación se convierte en un proceso transformador sólo cuando empezamos a relajarnos con nosotros mismos. Sólo cuando nos relacionamos con nosotros mismos sin moralizar, sin dureza y sin engaños, podremos desprendernos de los patrones mentales perjudiciales. Querer renunciar a los antiguos hábitos sin la maitri se convierte en insultante. Éste es un punto importante.

Cuando meditamos se cultivan cuatro cualidades de la maitri: la firmeza, vernos con claridad, experimentar nuestra agitación emocional y estar atentos al momento presente. Estas cualidades no sólo se aplican al meditar sentados, sino que son esenciales para todas las prácticas de la bodichita y para afrontar las situaciones difíciles en la vida cotidiana.



Extracto del libro:
Los lugares que te asustan:
El arte de convertir el miedo en fortaleza
Pema Chödrön
Fotografía de Internet

SOBRE JUSTICIA


 

viernes, 18 de marzo de 2022

UNA SOLA PALABRA TUYA MOSTRARÁ LA MENTE QUE HAY DENTRO


Ocurrió una vez...
Se abrió un proceso contra Mulla Nasrudin. El fiscal no podía probar gran cosa. Se le acusaba de poligamia, de tener muchas esposas. Todo el mundo lo sabía, pero nadie podía probarlo. El abogado le dijo a Nasrudin: "Quédate callado, eso es todo. Si dices una sola palabra te van a coger. Así que estate callado y yo me ocuparé de todo".

Mulla Nasrudin permaneció en silencio; hirviendo por dentro, desazonado, y a pesar de haber querido interrumpir muchas veces, se las arregló para, de alguna manera, controlarse a sí mismo. Por fuera parecía un buda, pero por dentro estaba como un loco furioso. No se pudo encontrar nada contra él. Aun sabiendo que este hombre tenía muchas mujeres en el pueblo, ¿qué podía hacer, el juez sin ninguna prueba? Así que tuvo que concederle la libertad.

Le dijo: "Mulla Nasrudin, eres libre. Puedes irte a casa". Mulla Nasrudin se quedó perplejo y dijo: "¡Qué!; ¿a qué casa, señoría?". Tenía muchas casas porque tenía muchas esposas en el pueblo.

Una sola palabra tuya mostrará la mente que hay dentro; una sola palabra y todo tu ser quedará expuesto. Ni siquiera se necesita una palabra; tan sólo un gesto y aparecerá tu mente parlanchina. Aunque estés en silencio, tu silencio no reflejará otra cosa que el mono parlanchín que llevas dentro.

Cuando Sosan (maestro zen) habla, lo hace en un plano totalmente diferente. A él no le interesa hablar, no tiene ningún interés en influir en nadie; no trata de convencerte de ninguna teoría, de ninguna filosofía o "...ismo". No, cuando habla su silencio florece. Cuando habla, habla de lo que ha llegado a saber y le gustaría compartir contigo. No es para convencerte, recuérdalo; sino tan sólo para compartirlo. Y si puedes lograr entender una sola palabra suya, sentirás un tremendo silencio liberándose en ti.

Sólo oyendo aquí... Vamos a estar hablando sobre Sosan y sus palabras. Si escuchas atentamente, de repente sentirás que en tu interior se libera un silencio. Estas palabras son atómicas, están llenas de energía. Siempre que una persona que se ha realizado dice algo, su palabra es una semilla y durante miles de años permanecerá como tal y buscará un corazón.

Si estás listo, listo para ser su terreno, entonces estas palabras, estas tremendamente poderosas palabras de Sosan, estarán todavía vivas. Son semillas; entrarán en tu corazón si tú lo permites, y a través de ellas te convertirás en un ser totalmente diferente. No las escuches desde la mente, porque su significado no pertenece a la mente; la mente es absolutamente incapaz de entenderlas. No proceden de la mente y no pueden ser entendidas por la mente. Proceden de una no-mente. Sólo pueden ser entendidas desde un estado de no-mente.

Así que aquí, mientras escuches, no trates de interpretar. No escuches las palabras, sino los espacios entre líneas; no lo que dicen sino lo que quieren decir; su significado. Deja que este significado te envuelva como un perfume. Te penetrará silenciosamente; te preñará. Pero no interpretes. No digas: "Significa esto o aquello", porque eso será tu interpretación.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet

TE ESTÁS PERDIENDO LA VIDA


 

jueves, 17 de marzo de 2022

¿CUÁNTO TIEMPO TIENE QUE ESPERAR PARA DEJAR DE SUFRIR?


 

DEMASIADO PESO A CONCEPTOS


 

35.VERBALISMO IGNORANTE.


Observemos que las relaciones de todas clases o casi todas padecen la 
enfermedad de la verborrea. En la familia, en la escuela, en la universidad, en el amor (no así en el sexo), en la psicoterapia, en la política o en la ley prevalece la teoría sobre la práctica. A las palabras, los discursos, las protestas, se han asociado las emociones y los sentimientos restándoles de la acción. Esta caricatura literaria ha elevado las afirmaciones y negaciones verbales a la categoría de dogma personal, dando y quitando la razón como si fuéramos dioses psiquiátricos a quien no esté de acuerdo. Semejante exageración, especialización o extremosidad, como todas, padece los desequilibrios de hablar por hablar, hablar sin saber…

Acompañada de la imagen, alimento de la pasividad, que la televisión sobredesarrolla, la mente verbal, de la especulación y la opinión, desautorizadas por la ausencia de experiencia, parecen resucitar, sin solera, el tiempo de la retórica, habilidad elegante y juego, del hablar sin decir nada.

Un fenómeno invasivo que caracteriza la cultura juvenil y refuerza los tópicos obsesivamente, es la canción y las músicas. Este fenómeno cultural abandonado a la suerte de los que se lucran de él, consigue reunir a su alrededor a todas las adicciones en las que pican los más débiles: música, discoteca, ropas, marcas, móvil, estimulantes, alucinógenos, crack, alcohol, sexo, prostitución, violencia, histeria y trance colectivo, bandas, camellos, blancas… en toda su destructividad..

La mejor crítica a tan enfermizo exceso es la Práctica del silencio del que escucha y aprende a escuchar, la Práctica del que sólo se permite hablar cuando es preguntado y tiene algo que decir, que es la palabra ajustada al Camino, el pensamiento, el sentimiento y la acción unificadas.



Bibliografía:
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet

miércoles, 16 de marzo de 2022

SENTIMIENTOS DE VACÍO A PESAR DE CONSEGUIR LA META


 

LA HISTORIA NO REGISTRA EL SILENCIO


 

1. EL GRAN CAMINO.


VAMOS A ENTRAR EN EL MARAVILLOSO MUNDO de la no-mente de un maestro zen. Sosan es el tercer patriarca zen. No se sabe mucho sobre él; así es como debe ser, porque la historia sólo registra la violencia. No registra el silencio; no puede. Lo único que registra son los conflictos. Siempre que alguien se queda realmente en silencio desaparece de todos los archivos, ya no forma parte de nuestra locura. Así es como debería ser.

Sosan fue durante toda su vida un monje errante. Nunca se quedó en ningún sitio; siempre de paso, yendo, moviéndose. Era un río; no era un estanque, no era estático. Era un constante movimiento. Eso es lo que Buda quiere decir al llamar errantes a sus monjes: no que sólo deberían vivir sin hogar en el mundo exterior, sino también en el interior, porque siempre que construyes un hogar, te aferras a él. Así, ellos debían permanecer sin echar raíces; no había más hogar para ellos que el Universo entero.

Incluso una vez que su iluminación fue un hecho reconocido, Sosan continuó en su antiguo estilo de vida de vagar mendicante. Y nada en él era especial. Era un hombre ordinario, un hombre del Tao. Una cosa quisiera decir, y tenéis que recordarla: el zen es un cruce de razas. Y al igual que de un injerto salen flores más hermosas y de un cruce de razas nacen niños más hermosos, lo mismo ocurrió con el zen. El zen es un cruce entre el pensamiento de Buda y el de Lao Tse. Es un gran encuentro, el mayor que jamás haya tenido lugar. Por eso el zen es más hermoso que el pensamiento de Buda o que el de Lao Tse. Es un raro florecimiento de las más altas cumbres y del encuentro de esas cumbres. El zen no es ni budista ni taoísta, pero contiene a ambos. La India es un poco demasiado seria acerca de la religión; un pasado largo, un enorme peso sobre la mente de la India, han hecho que la religión se haya vuelto seria. Lao Tse siempre hizo el ridículo; a Lao Tse se le conoce como "el viejo chiflado". No es serio en absoluto; de hecho no puedes encontrar a un hombre menos serio que él. El pensamiento de Buda y el de Lao Tse se encontraron, la India y China se encontraron, y de ahí nació el zen. Y Sosan estaba ahí justo al comienzo, junto a la fuente original, cuando el zen salía del útero. Él lleva consigo lo fundamental. Su biografía no tiene ninguna importancia, porque siempre que un hombre se ilumina carece de biografía. Deja de identificarse a la forma, así que su nacimiento o su muerte son hechos irrelevantes. Por eso en Oriente nunca le hemos dado importancia a las biografías o a los hechos históricos. Aquí nunca ha existido esa obsesión. Esa obsesión ha llegado ahora de Occidente; entonces la gente se ha ido interesando más por cosas irrelevantes. ¿Qué más da que un "Sosan" haya nacido un año u otro? ¿Qué importancia tiene cuándo muera?

Sosan es lo importante, no su llegada o su salida de este mundo o de este cuerpo. Las llegadas y las salidas son del todo irrelevantes. Lo único importante está en el ser. Y estas son las únicas palabras que Sosan pronunció. Recuerda, no son palabras, porque proceden de una mente que ha transcendido las palabras. No son especulaciones, son auténticas experiencias. Todo lo que dice, lo sabe.

Él no es un hombre con conocimientos, es un sabio. Ha penetrado en el misterio, y todo lo que trae consigo tiene un enorme significado. Puede transformarte completamente, totalmente. Si le escuchas, el mero hecho de hacerlo puede transformarte, porque todo lo que dice es oro puro.

Pero aún así es difícil debido a la distancia entre tú y él: tú eres una mente y él es una no-mente. Aunque él use palabras, está diciendo algo en silencio; y tú, aunque te quedes callado, sigues charlando por dentro.


Del libro:
Hsin Hsin Ming: El libro de la nada
Osho
Fotografía tomada del internet
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