martes, 14 de septiembre de 2021

DARSE CUENTA



Este cuento está inspirado en un poema de un monje tibetano,
Rimpoche, y que reescribí según mi propia manera de decir, para
mostrar una característica más de nosotros, los humanos.

Me levanto una mañana,
salgo de mi casa,
hay un pozo en la vereda,
no lo veo,
y me caigo en él.

Día siguiente...
salgo de mi casa,
me olvido que hay un pozo en la vereda,
y vuelvo a caer en él.

Tercer día,
salgo de mi casa tratando de acordarme
que hay un pozo en la vereda,
sin embargo
no lo recuerdo,
y caigo en él.

Cuarto día,
salgo de mi casa tratando de acordarme
del pozo en la vereda,
lo recuerdo,
y a pesar de eso,
no veo el pozo
y caigo en él.

Quinto día,
salgo de mi casa,
recuerdo que tengo que tener presente
el pozo en la vereda
y camino mirando el piso,
y lo veo
y a pesar de verlo,
caigo en él.

Sexto día,
salgo de mi casa,
recuerdo el pozo en la vereda,
voy buscándolo con la vista,
lo veo,
intento saltarlo,
pero caigo en él.

Séptimo día,
salgo de mi casa
veo el pozo,
tomo carrera,
salto,
rozo con la puntas de mis pies el borde del otro lado,
pero no es suficiente y caigo en él.

Octavo día,
salgo de mi casa,
veo el pozo,
tomo carrera,
salto,
llego al otro lado!
Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido,
que festejo dando saltos de alegría...
y al hacerlo, caigo otra vez en el pozo.

Noveno día,
salgo de mi casa,
veo el pozo,
tomo carrera,
lo salto,
y sigo mi camino.

Décimo día,
me doy cuenta
recién hoy
que es más cómodo
caminar...
por la vereda de enfrente.



Extracto del libro:
Cuentos para pensar
Jorge Bucay
Fotografía de Internet

lunes, 13 de septiembre de 2021

PROSPERIDAD Y POBREZA


 

ÁMATE A TI MISMO Y LUEGO AMA A LOS DEMÁS


Yo estaba sentado a la orilla de un río. Un hombre se estaba ahogando, de modo que corrí hacia allí para lanzarme al río, pero antes de que pudiera llegar, otro hombre que estaba en la orilla, saltó. Entonces me detuve. Estaba casi a punto de saltar y me detuve. Otro había ya saltado.

Pero entonces me di cuenta que aquel otro hombre se estaba empezando también a ahogar. Me creó más problemas. Tuve que saltar y salvarlos a los dos. Le pregunté al otro hombre:

-¿Qué ha sucedido? ¿Por qué saltaste?

Él me dijo

-¡Me olvidé por completo! El hombre se estaba ahogando y concentré tanto mi atención en el deseo de salvarle que me olvidé por completo de que no sé nadar.



FUENTE: OSHO: Tomado de la dirección internet www.oshogulaab.com

domingo, 12 de septiembre de 2021

UNA MUERTE Y UN RENACER A CADA DÍA


 

PREFACIO AL LIBRO ¿QUIÉN ES MI YO?


Prefacio al libro:
¿Quién es mi yo?
Te recomendamos comprar este excelente libro.

Aparentemente hemos llegado a un momento en la historia de la humanidad en el que cada vez más personas están buscando el significado de la vida. En el pasado, se consideraba que la vida en familia, la religión, las afiliaciones políticas y/o una profesión determinada bastaban para satisfacer el anhelo humano de plenitud. Aunque la mayoría de las veces no se reconozca y raras veces se exprese, este anhelo existe en el corazón de todas las personas.

En la actualidad, aunque las preocupaciones de siempre siguen siendo vigentes, ya no nos proporcionan una base sólida para una vida plena. Sin embargo, si creemos que el ser humano del siglo XX es especial en esta búsqueda de sentido, pronto descubriremos lo contrario al leer el discurso del Buddha en las próximas páginas.

Aquí un renunciante llamado Poṭṭhapāda plantea incontables preguntas al Buddha sobre el yo y la conciencia y, con paciencia y esmero, el Buddha le da como respuesta indicaciones para establecerse en el camino espiritual y alcanzar la perfección final. Esto sucedió hace 2.500 años, pero sigue siendo tan pertinente hoy como lo fue en su momento.

También veremos que los amigos y compañeros de Poṭṭhapāda, que no están de acuerdo con esta nueva forma de pensar, tratarán de persuadirlo para que abandone su interés por la enseñanza del Buddha. Este hecho tampoco nos resulta extraño hoy en nuestra época.

Espero que, con mis explicaciones e interpretaciones, el discurso cobre vida para el lector y ayude a enseñar la dirección en la que puede hallarse el sentido de la vida, esto es en nuestra evolución espiritual. Todo aquel que halla la paz interior, la felicidad y la plenitud contribuye a la paz y la felicidad del mundo.

Este libro contiene las charlas grabadas durante el curso de meditación de tres semanas que tuvo lugar en la Tierra del Buddha de la Medicina, en Soquel, California, durante los meses de mayo y junio de 1994.

Gracias a la bondad, generosidad y dedicación de Gail Gokey y Alicia Yerburgh, ahora disponemos de este texto que puede servirnos como soporte para la práctica.

Estoy profundamente agradecida a Gail y Alicia por este trabajo hecho con amor, y a Toni Stevens, que organizó y dirigió el retiro con gran destreza. También quiero dar las gracias a Traudel Reiss, cuyas habilidades informáticas hicieron posibles todas las correcciones.

Wisdom Publications, bajo la dirección de Tim McNeill, ofrece una magnífica difusión de la enseñanza del Buddha y me alegro de formar parte de sus autores.

Si aquellos que lean este libro obtienen más fe en la enseñanza del Buddha, más amor por la práctica o una mayor comprensión de la verdad absoluta, todos cuantos hemos trabajado en este libro nos sentiremos inmensamente satisfechos y nos animará a dar nuestro tiempo y amor de nuevo de un modo similar.

Que este libro sea un compañero en la búsqueda del más alto potencial humano, que todos nosotros llevamos dentro en la forma de la semilla del despertar.

Que el Dhamma viva en muchos corazones.

AYYA KHEMA
Buddha-Haus, Alemania
1 de julio de 1996




Extracto del libro:
¿Quién es mi yo?
Ayya Khema
Fotografía tomada del internet

sábado, 11 de septiembre de 2021

CAMINOS SIN HUELLAS


 

12. EL CHINO FELIZ


Cualquiera que pasee por alguno de los barrios chinos de Estados 
Unidos observará las distintas estatuas de un rechoncho personaje con un saco de lino a sus espaldas. Los comerciantes chinos lo llaman Chino Feliz o Buda Sonriente.

Dicho personaje se llamaba Hotei, y vivió durante la dinastía T’ang. No tenía ningún deseo de ser considerado un maestro zen ni de reunir a muchos discípulos a su alrededor. En lugar de eso, se dedicaba a recorrer las calles con un gran saco que llenaba de caramelos, frutas o roscos, que regalaba a los niños que se se unían para jugar. De este modo, creó un jardín de infancia callejero.

Cuando quiera que se encontraba a un devoto del zen, extendía su mano y decía: «Dame una moneda».

En una ocasión, cuando iba a comenzar a trabajar-jugar, otro maestro zen pasó por su lado y le preguntó: «¿Cuál es el significado del zen?»

Hotei dejó caer inmediatamente su saco al suelo en silenciosa respuesta.

«Entonces», preguntó el otro, «¿cuál es la realización del zen?».

Al punto, el Chino Feliz cargó el saco sobre su hombro y continuó su camino.



Extracto del libro:
Zen flesh. Zen bones
Paul reps y Nyogen senzaki
Fotografía de Internet

viernes, 10 de septiembre de 2021

EN BUSCA DE LA REALIZACIÓN


 

LAS RELACIONES HUMANAS Y LA PERTURBACIÓN


¿Tienes dificultades en tu convivencia con las personas? No eres tú el responsable. Las 
relaciones humanas nunca son difíciles; es tu programación la que las hace difíciles.

Nunca hay dificultades en tu relación con las personas. Sólo hay dificultades en tu programación. ¿Cómo es que te perturbas?

-¿Usted quiere decir que es posible vivir con un individuo que pierde la ecuanimidad todos los días y no perturbarse?

- Sí, sí; en muy gran medida, sin perturbarse.

-¿Usted quiere decir que, cuando alguien lo insulta, usted no se perturba?

- Correcto. ¿Por qué no?

¿Por qué no puede ser posible "no perturbarse" cuando alguien te insulta? Quisiera explicar esto con una analogía. Cuando el destinatario no recibe una carta, se la envían de vuelta a quien la escribió. Si tú no la recibes, va de vuelta. ¿Cómo es que recibiste el insulto? ¿Sabes por qué te sentiste insultado o fuiste perturbado por el insulto?

Porque lo recibiste. Por eso, ¡tonto! ¿Por qué lo recibiste?

-¿Usted quiere decir que es posible no recibirlo? Usted quiere decir...

¿Consideras que eres un "ser humano” si vives como un pequeño mono que salta cuando cualquiera tira de la cuerda. Voy a explicarte qué significa ser un "ser humano", recurriendo a una historia. Una persona compra un periódico todos los días a un quiosquero, que siempre la trata con descortesía.

-¿Por qué compras el diario a este individuo que es tan descortés contigo?, ¿por qué no se lo compras al otro, que está tan sólo a una puerta de distancia? - le dijo un amigo.

-¿Por qué debería decidir el quiosquero dónde compro mi periódico?, ¿por qué debería tener el poder de decidir eso? - fue la respuesta.

En este caso la persona se comportó como un ser humano. En el caso contrario, se habría comportado como los monos, a los que se puede controlar con sólo torcerles un poco la cola, para hacerlos actuar de maneras previsibles. ¡Programación, programación! Entonces, no es la persona la que te ha perturbado al insultarte; no eres tú el que se ha perturbado a sí mismo. Es tu programación la que lo ha hecho. Todo lo que tienes que hacer es comprender esto y tomar distancia frente a la perturbación.

Comprender.

-¿Quieres hacer algo al respecto de tu programación, si puedes?

-¡Vaya! ¿Es necesario?

-¡No! Si lo entiendes, sabes que la perturbación proviene de tu programación; no de ti, no de los demás. Se hará cargo de sí misma; realmente lo hará.

Te sorprenderás de que, después de unos pocos meses, las cosas que antes te habrían enfermado - con preocupación o con sufrimiento, o con lo que fuere - podrás vencerlas sin esfuerzo, con una paz perfecta. Estarás suficientemente relajado para ello. Eso es la vida espiritual; es morir para ti mismo, abandonando tu programación. La abandonarás al comprenderla como es, llamándola por su nombre.



Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet
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