lunes, 28 de junio de 2021
EL ARTE DE MORIR
Hace unos años un americano de renombre tuvo una crisis de identidad. Buscó la ayuda de la psiquiatría, pero no resolvió nada porque no encontró a nadie que pudiera revelarle el significado de la vida, que era lo que él deseaba conocer. Poco a poco se fue enterando de la existencia de un venerable e increíblemente sabio gurú que vivía en una misteriosa y casi inaccesible región de los Himalayas. Llegó a creer que solamente ese gurú le podría revelar lo que la vida significaba y cuál debía ser su destino.
De modo que vendió todas sus posesiones y empezó su búsqueda del gurú que todo lo sabía. Estuvo ocho años yendo de pueblo en pueblo por todos los Himalayas, buscándole. Y un día acertó a encontrarse con un pastor que le dijo dónde vivía el gurú y como debía llegar a ese lugar.
Tardó casi un año más en encontrarle, pero lo consiguió. Se presentó a ese gurú, que desde luego era venerable y tenía más de cien años de edad. El gurú accedió a ayudarle, especialmente cuando escuchó todos los sacrificios que el hombre había realizado buscándole.
-Qué es lo que puedo hacer por ti, hijo mío?-, le preguntó el gurú.
-Necesito conocer el significado de la vida-, le contestó el hombre.
A lo que, sin dudar un instante, replicó el gurú, ‘La vida’, dijo, ‘es un río sin fin’. ‘Un río sin fin?’, dijo el hombre con asombro. ‘¿Después de recorrer todo este camino para encontrarte, todo lo que tienes que decirme es que la vida es un río sin fin?’
El gurú se quedó estupefacto, anonadado. Se enfadó mucho y le dijo, ‘¿Quieres decir que no lo es?’
Nadie puede darte el significado de tu vida. Es tu vida y el significado ha de ser también el tuyo. Los Himalayas no te servirán de ayuda. Nadie más que tú puede encontrarlo. Es tu vida y solamente es accesible a ti. Solamente con el vivir te será revelado el misterio.
La vida es vivir. No es una cosa, es un proceso. No hay otra forma de conocer lo que es la vida más que viviendo, estando vivo, fluyendo, discurriendo con ella. Si buscas el significado de la vida en algún dogma, en una determinada filosofía, en una teología, da por seguro que te perderás lo que es la vida y su significado.
La vida no te está esperando en ninguna parte; te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas, es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás.
FUENTE: OSHO: ‘El Arte de Morir’, tomado de la dirección internet www.oshogulaab.com/OSHO/TEXTOS/delsexo1.htm, Bogotá, nov-03
domingo, 27 de junio de 2021
NADIE NOS QUITÓ LA LIBERTAD QUE BUSCAMOS
Ahora te mostraré el punto de partida. No necesitarás que nadie más te señale el camino. Si perseveras en cumplir lo que te indicaré, si tan sólo le echas una mirada al lugar de partida y persistes en el intento, encontrarás el camino y, tarde o temprano, descubrirás qué significa eso de "estar atado a cosas que no existen" .
Se cuenta que un discípulo acudió cierta vez al maestro, y este le preguntó:
-¿Para qué viniste aquí?
-Mouksha - respondió el discípulo ("mouksha" es la palabra sánscrita que significa "libertad")- Vengo para obtener la libertad.
-¡Oh, ¿la libertad? - inquirió el maestro.
- Ajá.
-¡Ve y averigua quién te ha atado!
EI discípulo se fue y meditó durante una semana. Luego regresó y dijo:
- Nadie me ha atado.
-¿Y para qué quieres entonces la libertad?
En ese instante los ojos del discípulo se abrieron y logró la libertad, logró la liberación.
Si ya era libre, ¿por qué buscaba la libertad? Tú no lo entiendes porque te has atado con todo tipo de cadenas imaginarias.
Me ocuparé de esto en lo que sigue, pero paso a paso.
John Lennon, uno de los Beatles, dijo una frase maravillosa: "La vida es algo que nos pasa mientras estamos ocupados en otra cosa. " ¡Oh, qué hermosa frase! En realidad, la vida es algo que nos pasa mientras estamos sumamente ocupados en otra cosa. O, peor aun, la vida es algo que nos pasa mientras estamos ocupados sufriendo toda clase de otras cosas. Tengo una imagen perfecta para aclarar esto. Piensa que estás en una sala de conciertos, cómoda y agradablemente ubicado en tu butaca, en la oscuridad de la sala, escuchando una sinfonía y disfrutándola. De repente recuerdas que te has olvidado de cerrar tu automóvil.
¡Oh, Dios! ¿Qué haces ahora? No puedes salir, pues molestarías a los demás; ya no puedes disfrutar de la música y estás atrapado en la disyuntiva. Ésta es la imagen de la vida para la mayoría de las personas: ansiedad constante.
-¿Qué hago ahora? ¿Qué va a pasar a continuación? ¿Cómo me voy a arreglar con esto? ¿Cómo me enfrento con aquello?
Seguramente querrás saber si hay otra condición posible. ¡La hay! Si eres religioso, podrás alcanzarla, pero, ¿para qué te sirve la religión si no la sabes usar? Sigues los dogmas, las creencias y el ritual correctos; sigues todo de manera correcta, pero llevas una vida completamente equivocada.
¿Para qué te sirve? Tienes el menú, pero no tienes alimento para comer. ¿Para qué sirve? Todo eso de "¡Señor, Señor!" está bien, pero con eso no basta para que haya vida.
"¿Por qué me llamáis ¡Señor, Señor! Y no hacéis lo que digo?" (Lc 6, 46).
¿Para qué te sirve, si no la sabes usar? Bueno, ¡aquí va! : te diré cómo usarla.
Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet
sábado, 26 de junio de 2021
jueves, 24 de junio de 2021
PECES QUE TIENEN SED Y TEMEN AHOGARSE
El poeta místico indio Kabir tiene poemas extraordinarios. Uno de ellos comienza con el verso: "Reí cuando me contaron que el pez en el agua tiene sed." ¿Qué me dices de eso? Preguntarás, sin duda:
-¿Estamos en el agua?
- Ajá.
-¿Somos peces?
- Ajá.
-¿Tenemos sed?
- Oh, ¡vamos!
- Pero la tenemos, ¿no es cierto?
Hay un texto que leí el verano pasado en algún lugar de los Estados Unidos, acerca de un cazador norteamericano en África. Contaba que había vivido allí con nativos que no temían al peligro:
-¡Era extraordinario! Ellos nos miraban a nosotros, hombres blancos, con una extraña clase de curiosidad cuando veían temor en nuestros ojos. Eso era incomprensible para ellos. Era tan incomprensible como mirar a los ojos de los peces que temían ahogarse.
Eso está muy bien, también. ¿Puedes imaginar un pez que tenga miedo de ahogarse?
Una y otra vez, los maestros místicos del mundo se han preguntado por qué el ser humano es desdichado, por qué tiene miedo, y cosas por el estilo. Por supuesto, mientras no se ha comprendido la verdad, tiene sentido ser desdichado o sentirse atemorizado. Cuando hablo de temor no me refiero a una respuesta inmediata ante un peligro inminente; no me refiero a eso, que es propio de los animales. Me refiero al temor a lo que vendrá, a lo que sucederá; me refiero a esto. Y "esto", nos dicen los místicos, no existe; en sus mentes, simplemente no existe... ¡En ese estado vale la pena estar! , ¡es extraordinario!
Hay otra estimulante historia acerca del tema. Un mercader de camellos, un árabe que atravesaba el desierto del Sahara, acampó para pasar la noche. Los esclavos levantaron tiendas y clavaron estacas en el suelo para atar a ellas los camellos.
- Hay sólo diecinueve estacas y tenemos veinte camellos; ¿cómo atamos el vigésimo camello? - le preguntó un esclavo al amo.
- Estos camellos son animales tontos.
Hagan los movimientos como para atar al camello y permanecerá quieto toda la noche.
Eso hicieron, y el animal se quedó quieto allí, convencido de que estaba atado. A la mañana siguiente, al levantar campamento y prepararse para continuar el viaje, el mismo esclavo se quejó al amo de que todos los camellos lo seguían, excepto aquel, que se rehusaba a moverse.
- Se olvidaron de desatarlo - dijo el amo.
Y el esclavo realizó entonces los movimientos como si lo desatara...
Ésa es una imagen de la condición humana. Estamos atados a cosas que no existen; tenemos miedo de cosas que no son...
Son ilusiones, falsedades, creencias; no realidades. ¡Qué agonías pasamos por cosas de las cuales - estamos convencidos - parece depender nuestra felicidad! Pero no debería ser así, porque nuestra felicidad no depende de nada. Y no queremos verlo.
Supongo que los místicos lo entienden, porque ellos mismos han pasado por esto.
Están sorprendidos de que el ser humano se engañe, de que las personas se engañen de esta manera a sí mismas.
Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet
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