miércoles, 12 de mayo de 2021
PREFERIMOS SER DESDICHADOS
Cuando el verano pasado estuve en Siracusa, estado de Nueva York, vi un simpático aviso, en un diario, en el cual aparecía una chica tomada de la mano de un chico; ella decía: "No quiero ser feliz. Las únicas personas felices que conozco están en un manicomio. Yo quiero ser desdichada contigo" ¿Comprendes lo que quiero decir?
- Yo no quiero ser feliz; quiero ser desdichada contigo.
La gente no quiere salir de eso; no quiere, no quiere.
- No quiero felicidad; quiero fama. No quiero felicidad; quiero esa medalla de oro en los juegos olímpicos.
Supón que te diga:
- Mira, deja de lado la medalla de oro, serás feliz, maldición! ¿Para qué quieres esa medalla? ¿Para qué quieres ser el número uno, el jefe de la corporación? ¡Te haré feliz!
Con 10.000 dólares por año, ¡te haré feliz!
-¡No, no, no, no! Dame mi dinero, mi dinero, mi dinero, mi dinero, mi dinero..
¿Comprendes ahora lo que quiero decir?
Ahora estás cayendo en la cuenta: ellos no quieren ser felices; ellos no quieren vivir; ¡quieren dinero!
¿Se te ha ocurrido alguna vez que aquello que llamas tu felicidad es en realidad tu cadena? Simplemente piensa: ¿A qué llamas tu felicidad? ¿Consideras que tu felicidad es alguien ("tú eres mi dicha"), que es tu matrimonio, tus negocios, tu título, lo que sea?
¿Dónde encuentras tu felicidad?, ¿en quién encuentras tu felicidad? ¡En tu prisión! Éste es un lenguaje duro, y ¿quién puede escuchar estas palabras? Pero reflexiona sobre esto, "secciona, raspa, funde".
¿Recuerdas a Ramchandra, el hombre que tiraba del ricksha? ¡Vivía como un rey! ¡Lo digo en serio! Aunque la ayuda externa, de los demás, es buena, él no la necesitaba.. no para vivir. Necesitaba ayuda externa para estar cómodo para estar sano.. no para vivir.
El podría haberla necesitado para alcanzar una larga vida, si es que a eso se le puede llamar vida. Sería tener una larga existencia, no vivir. Él vivía. Yo estaba muerto. Él sabía qué era la vida... Era feliz. Era como "los cuervos del cielo y los lirios del campo..
" Era una encarnación del Sermón de la Montaña. Todo eso estaba allí, en el Sermón de la Montaña.. Yo lo descubrí más tarde. Está todo allí. ¡Yo no lo había visto!. . Y él vivía como un rey.
¿Qué significa vivir como un rey? ¿Sabes lo que los necios piensan que eso significa? (y el mundo está lleno de ellos, créeme).¡Necios! ¿Sabes lo que ellos creen que eso significa? Significa trasladarse en coches de lujo, recibiendo las cortesías y el saludo de todos..., y toda esa clase de basura, toda esa clase de desperdicios, como ver aparecer sus nombres en los titulares. Creen que significa tener poder sobre la gente...creen que eso significa vivir como un rey.
Voy a decirte lo que yo creo que significa: ellos no viven como reyes; son esclavos.
¡Están aterrorizados! ¡Mira sus caras en la televisión, por Dios! Esos reyes y reinas, y esos presidentes..., y todos los demás. ¡Míralos en la televisión y te darás cuenta enseguida. ¡Tienen miedo! ¿Sabes por qué tienen miedo? Porque quieren poder; porque quieren prestigio, quieren una reputación. No viven como reyes. Yo te diré qué significa "vivir como un rey" : no saber en absoluto de ansiedades, de conflictos internos, vivir sin tensiones, sin presiones, sin desconcierto, sin congoja. ¿Qué queda entonces?
Felicidad pura, sin diluir.
Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet
martes, 11 de mayo de 2021
DE LA ENERGÍA MENTAL A LA ENERGÍA ESPIRITUAL
Soltar la resistencia: es más fácil decirlo que hacerlo. No veo todavía claramente cómo soltarla. Si usted dice que por medio de la entrega, aún queda la cuestión de "cómo".
Eckhart Tolle:
Empiece por reconocer que hay resistencia. Esté ahí cuando ocurra, cuando surja la resistencia. Observe cómo la produce su mente, cómo clasifica la situación, a usted mismo, a los demás. Mire el proceso de pensamiento involucrado en ello. Sienta la energía de la emoción. Al ser testigo de la resistencia, usted verá que no sirve para nada. Al concentrar toda su atención en el Ahora, la resistencia inconsciente se hace consciente, y ahí acaba. Usted no puede ser consciente e infeliz, consciente y negativo. La negatividad, la infelicidad o el sufrimiento de cualquier forma significan que hay resistencia y la resistencia es siempre inconsciente.
Del libro:
El Poder del Ahora
Eckhart Tolle
Imagen tomada del internet
lunes, 10 de mayo de 2021
EL MUNDO ES UNA PRUEBA
Una persona que se evade en realidad no es una persona con comprensión. Su evasión misma demuestra su temor, no su comprensión. Si dices: ¿Cómo puedo ser feliz sentado en la plaza de mercado? ¿Cómo puedo estar en silencio sentado en la plaza de mercado?’ y te escapas al silencio del Himalaya, estás evadiendo la posibilidad misma de lograr el silencio, pues es sólo en la plaza de mercado que existe el contraste; es sólo en la plaza de mercado que existe el reto; es sólo en la plaza de mercado que existen las distracciones. Y tendrás que sobreponerte a todas esas distracciones.
Si te escapas al Himalaya te sentirás un poquito más tranquilo, pero al mismo tiempo un poquito más estúpido. Comenzarás a sentirte más silencioso, pero ese silencio le pertenece al Himalaya, no a ti. Si regresas, el silencio se quedará atrás, regresarás solo. Y, al regresar al mundo, te sentirás aun más alterado que antes, pues te habrás vuelto más vulnerable, más blando. Y regresarás con un prejuicio, con la idea de que has alcanzado el silencio. Te habrás vuelto más egoísta.
Es por eso que las personas que han escapado a los monasterios le temen a regresar al mundo. El mundo es una prueba. El mundo es una pauta. Es más fácil estar en el mundo y, poco a poco, ir adentrándose en el silencio; así el silencio del Himalaya llega a ser parte de tu ser. No tienes que ir al Himalaya; el Himalaya viene a ti. Es algo propio tuyo y tú eres el dueño.
FUENTE: OSHO: ‘El Hombre que Amaba las Gaviotas y Otros Relatos’, Grupo Editorial Norma, Bogotá, 2003, ISBN 958-04-7279-3, Pag. 313
viernes, 7 de mayo de 2021
NO ES LO MISMO LA FANTASÍA QUE LA REALIDAD
Cuentan que había un rey a quien le gustaban mucho los dragones. Se hizo un gran experto en esta materia y su palacio estaba decorado con obras de arte que recreaban todo tipo de dragones, gran parte de sus joyas representaban dragones y su ropa estaba decorada con motivos de dragones. En sus jardines manaban fuentes con dragones de piedra e instauró una gran fiesta llamada el Festival del Dragón. Incluso afirmaba que sería capaz de dar cualquier cosa con tal de tener la oportunidad de ver a un dragón si es que éstos hubiesen existido.
Una noche, un fuerte ruido lo despertó. Un enorme animal estaba introduciendo su cabeza por la ventana y, al abrir sus fauces, lanzó una llamarada que casi alcanzó al rey. Era un dragón. El aterrorizado monarca llamó a gritos a su guardia, que acudió en tropel armada hasta los dientes.
-¡Matad a esa bestia! -ordenaba el rey fuera de control. Al cabo de una cruenta pelea, el extraordinario animal yacía muerto a las puertas de palacio.
Desde ese momento, al rey dejaron de gustarle los dragones.
Del libro:
Los 120 mejores cuentos
de las tradiciones espirituales de oriente
Recopilación de Ramiro Calle y Sebastián Vázquez
Fotografía tomada de internet
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