domingo, 27 de septiembre de 2020

VIGILANCIA



¿Hay algo que yo pueda hacer para llegar a la iluminación? 
-Tan poco como lo que puedes hacer para que amanezca por las mañanas. 

Entonces, ¿para qué valen los ejercicios espirituales que tú mismo recomiendas? 
-Para estar seguro de que no estáis dormidos cuando el sol comienza a salir.



Anthony de Mello 
Fotografía tomada del internet

sábado, 26 de septiembre de 2020

MILAGROS



Milagros Un hombre recorrió medio mundo para comprobar por sí mismo la extraordinaria fama de que gozaba el Maestro."¿Qué milagros ha realizado tu Maestro?", le preguntó a un discípulo. "Bueno, verás...  hay milagros y milagros. En tu país se considera un milagro el que Dios haga la voluntad de alguien. Entre nosotros se considera un milagro el que alguien haga la voluntad de Dios"



Anthony de Mello 
Fotografía tomada del internet

OBJETO-SUJETO


 

viernes, 25 de septiembre de 2020

YO SOY LA MEDITACIÓN



Imagen tomada de:
https://www.eltallerdelalma.com/

¿QUE ESTÁS DICIENDO?



El Maestro imprime su sabiduría en el corazón de sus discípulos, no en las páginas de un libro. El discípulo habrá de llevar oculta en su corazón esta sabiduría durante treinta o cuarenta años, hasta encontrar a alguien capaz de recibirla. Tal era la tradición del Zen. 

El Maestro Zen Mu-nan sabía que no tenía más que un sucesor: su discípulo Shoju. Un día le hizo llamar y le dijo: «Yo ya soy un viejo, Shoju, y eres tú quien debe proseguir estas enseñanzas. Aquí tienes un libro que ha sido transmitido de Maestro a Maestro durante siete generaciones. Yo mismo he añadido al libro algunas notas que te serán de utilidad. Aquí lo tienes. Consérvalo como señal de que eres mi sucesor». 

«Harías mejor en guardarte el libro», replicó Shoju. «Tú me transmitiste el Zen sin necesidad de palabras escritas y. seré muy dichoso de conservarlo de este modo». «Lo sé, lo sé ...» dijo con paciencia Mu-nan. «Pero aun así el libro ha servido a siete generaciones y también puede ser útil para ti. De modo que tómalo y consérvalo». 

Se hallaban los dos hablando junto al fuego. En el momento en que los dedos de Shoju tocaron el libro, lo arrojó al fuego. 

No le apetecían nada las palabras escritas. Mu-nan; a quien nadie había visto jamás enfadado, gritó: «¿Qué disparate estás haciendo?». 

Y Shoju le replicó: «¿Qué disparate estás diciendo?». 

El Guru habla con autoridad de lo que él mismo ha experimen­tado. Nunca cita un libro.




Del libro:
Anthony de Mello 
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

miércoles, 23 de septiembre de 2020

GRAN FORTUNA O MALA SUERTE

 

EL GATO Y LA CARNE



Un hombre tenía una mujer de carácter desabrido, sucia y mentirosa, que derrochaba todo lo que su marido traía a la casa. Un día, este hombre, que era muy pobre, compró carne para obsequiar a sus invitados. Pero la mujer se la comió a escondidas, rociándola con un poco de vino. En el momento de la comida, el hombre le dijo: 

«¡Los invitados están aquí! ¿Dónde está la carne y el pan? ¡Sirve a mis invitados! 

—El gato se ha comido toda la carne, respondió la mujer. ¡Vuelve a comprar, si quieres!». 

El hombre tomó entonces al gato y lo pesó en una balanza. Encontró que el animal pesaba cinco kilos. Exclamó: 

«¡Oh, mujer mentirosa! ¡La carne que he comprado pesaba también cinco kilos! Si acabo de pesar el gato, ¿dónde está la carne? Pero si es la carne lo que acabo de pesar, entonces ¿adónde ha ido a parar el gato?». 




150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

martes, 22 de septiembre de 2020

¿A QUÉ DISTANCIA ESTA DELHI?

 


16.LO DIFÍCIL I.



La Práctica del Budismo Zen, que consiste en seguir las Instrucciones, es aparentemente fácil porque se trata de una atención constante sobre asuntos conocidos y cotidianos. Esta atención consciente sobre el cuerpo y la mente desarrolla un estado de alerta de manera que el autoengaño al que nos somete nuestro Ego, es identificado inmediatamente impidiendo los automatismos del Egorobot, que no pudiendo invadir la consciencia, no puede robarnos la vida.

Para ello hay que contar con energía y para disponer de ella, hay que ahorrarla de las fugas en entretenimientos y distracciones superficiales no conducentes al Despertar. El Zen no puede practicarse con las energías que quedan, “las escurriduras”, después de un día agotador al servicio del Ego. Es infantil pretender recuperarse del estrés sin suprimir las causas que le producen. No hay nada misterioso en esto.

La desactivación de la consciencia egótica o superficial, va a ser el resultado de una Concentración poderosa en lo que estamos haciendo en cada momento pero esto no es siempre posible en los primeros años del adiestramiento. Sin embargo, en poco tiempo aprendemos a identificar el funcionamiento del Ego y con sólo advertirlo, con sólo sorprenderle, se enfría. Poco después aprendemos a “cortar” todo inicio de su actividad en forma de pensamiento, deseo, ilusión, proyecto, previsión… que nos saque del momento presente. El abandono inmediato de esta tendencia de despreciar el presente a favor del pasado y del futuro que hemos de considerar una costumbre tan difícil de abandonar como cualquier adicción, es el logro consiguiente a la experiencia del abandono y desapego de muchos momentos en los que descubrimos la abundante ocupación de nuestras existencias en lo superfluo. ( Ver las Seis Disciplinas de Daidoji al final del libro) El hecho de “cortar” con frecuencia es un descondicionamiento continuado.



Bibliografía: 
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet

lunes, 21 de septiembre de 2020

UNA NOTA DE SABIDURÍA



Nadie supo lo que fue de Kakua después de que éste abandonara la presencia del Emperador. Sencillamente, desapareció. 

He aquí la historia: 

Kakua fue el primer japonés que estudió Zen en China. No viajaba en absoluto. Lo único que hacía era meditar asiduamente. 

Cuando la gente le encontraba y le pedía que predicara, él decía unas cuantas palabras y se marchaba a otro lugar del bosque, donde resultara más difícil encontrarle. 

Cuando Kakua regresó al Japón, el Emperador oyó hablar de él y le hizo llegar su deseo de que predicara Zen ante él y toda su corte. Kakua acudió y se quedó en silencio frente al Emperador. Entonces sacó una flauta de entre los pliegues de su vestido y emitió con ella una breve nota. Después hizo una profunda inclinación ante el rey y desapareció. 

Dice Confucio: «No enseñar a un hombre que está dispuesto a aprender es desaprovechar a un hombre. Enseñar a quien no está dispuesto a aprender es malgastar las palabras».


Del libro:
Anthony de Mello 
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet
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