viernes, 28 de agosto de 2020

TAO TE KING: PRINCIPIO 59



Para gobernar a los hombres y servir al Cielo
no hay nada mejor que la moderación.
Solo la moderación trata las cosas en su justo momento.

Así, se acumulan y duplican las energías VITALES.

Este aumento permite responder a cualquier situación.

Respondiendo a todas las situaciones,
nadie conoce nuestros límites.

Si nadie conoce nuestros límites,
podemos poseer el mundo.

Poseyendo a la Madre Universal,
entonces, duramos eternamente.

Este es el SENTIDO de la raíz profunda
y de la base firme,
el SENTIDO de la eterna existencia y de la
contemplación permanente.



Extracto del libro:
Lao-Tsé
Tao Te King
Fotografía tomada de internet

jueves, 27 de agosto de 2020

LA NIEVE

 


LA PREGUNTA

 
Preguntaba el monje: «Todas estas montañas y estos ríos y la tierra y las estrellas... ¿de dónde vienen? 

Y preguntó el Maestro: «¿Y de dónde viene tu pregunta?». 

¡Busca en tu interior!



Del libro:
Anthony de Mello 
El Canto del Pájaro
Fotografía tomada del internet

miércoles, 26 de agosto de 2020

LOS MONOS

 


EL LOCO



Este capítulo trata del veneno mental que son los desatinos, uno de los factores que producen la desgracia. Aquí, al loco se lo caracteriza por la ignorancia de la verdad, por el deseo de poseer, el engreimiento, la insensibilidad, la cortedad de miras y el darse importancia. Se hace mucho hincapié en el hecho de que la compañía de los desatinados no sólo es ruinosa sino hasta injuriosa; estos locos no sólo se hacen daño a sí mismos sino también a los demás por medio de la ignorancia y del conocimiento mal aplicado.

1. La noche es larga para el
que vela; una distancia de diez
kilómetros es larga para el
cansado; el camino de la vida y de
la muerte es largo para los locos
que no saben la verdad.

2. El viajero que no encuentra
a nadie mejor o igual debe seguir
adelante solo; no hay que juntarse
con un loco.

La compañía de los locos es dañina hasta en ausencia de malas intenciones; la buena voluntad de un loco puede ser tan dañina por medio de la acción ignorante como la oposición de un loco.

3. «Tengo hijos, tengo
riquezas»... sufre el loco pensando
así. Ni siquiera el ser propio es de
uno mismo: ¿cómo habrían de serlo
los hijos, las riquezas?

El Corán dice: «Competir para conseguir más y más te desvía hasta llevarte a la tumba.» Y también: «Debes saber que la vida del mundo no es sino distracción y desviación, ostentación y competencia por la gloria entre vosotros, y apetencia de más y más riquezas e hijos... ¿Y qué es la vida del mundo sino la materia de las decepciones?»



Extracto del libro:
Dhammapada Buda
Imágenes tomadas de Internet

lunes, 24 de agosto de 2020

ENCUENTRO

 

15.DESAPEGO.


Los humanos nos apegamos a cosas, personas, animales, paisajes, costumbres, épocas, al amor, al sexo, la vida, los juegos, las profesiones, la familia… y mil cosas o situaciones más, de una manera mecánica y adictiva, sufriendo cada vez que tememos perderlas o las perdemos.

Ambas situaciones, las experimentamos apasionadamente, desesperadamente, desequilibradamente, neuróticamente, sean de primera necesidad o superfluas.

En la posesión de las cosas-situaciones fundamentamos nuestro valor y también nuestra seguridad e incluso nuestra identidad. Sin ellas, decimos, no somos nadie, no nos diferenciamos de un cualquiera.

Un exceso en la posesión de cosas, personas, futuro… producen peso, preocupación, agobio. Esto les ocurre a las personas muy “importantes”. Su significación es para ellas en ocasiones, tan grande que, como en el caso de las joyas, por temor a que se las roben, las usan falsas, simples imitaciones como cualquier persona vulgar. Es gracioso! Sólo ellos lo saben y engañan con apariencias.

Impresiones fáciles y habituales en personas que se asoman al tema del Desapego son las de frialdad, insensibilidad, indiferencia, inactividad (nihilista según algunos). Aparece el temor a convertirse en un ladrillo sin sentimientos, ni intereses. El espectador, el crítico o el principiante temen lo que llaman desnaturalización o también despersonalización, algo así como asilvestrarse o perder la identidad. Todo imaginación y fantasía, apego a las propias ideas.

Dejemos descansar al pensamiento constructor y apliquémosle a colaborar en el Camino Liberador de los miedos a las pérdidas de lo que sea. Buda se preguntó por ello: ¿cómo debe vivir el que sufre? Realizando su Propia Naturaleza y dejando atrás la Condición egocéntrica, saboreando la originalidad de las sensaciones, las emociones, los sentimientos, las acciones, unificándose y fundiéndose con el objeto, la situación, el momento, pero descondicionadamente.




Bibliografía: 
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet
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