miércoles, 26 de agosto de 2020

EL LOCO



Este capítulo trata del veneno mental que son los desatinos, uno de los factores que producen la desgracia. Aquí, al loco se lo caracteriza por la ignorancia de la verdad, por el deseo de poseer, el engreimiento, la insensibilidad, la cortedad de miras y el darse importancia. Se hace mucho hincapié en el hecho de que la compañía de los desatinados no sólo es ruinosa sino hasta injuriosa; estos locos no sólo se hacen daño a sí mismos sino también a los demás por medio de la ignorancia y del conocimiento mal aplicado.

1. La noche es larga para el
que vela; una distancia de diez
kilómetros es larga para el
cansado; el camino de la vida y de
la muerte es largo para los locos
que no saben la verdad.

2. El viajero que no encuentra
a nadie mejor o igual debe seguir
adelante solo; no hay que juntarse
con un loco.

La compañía de los locos es dañina hasta en ausencia de malas intenciones; la buena voluntad de un loco puede ser tan dañina por medio de la acción ignorante como la oposición de un loco.

3. «Tengo hijos, tengo
riquezas»... sufre el loco pensando
así. Ni siquiera el ser propio es de
uno mismo: ¿cómo habrían de serlo
los hijos, las riquezas?

El Corán dice: «Competir para conseguir más y más te desvía hasta llevarte a la tumba.» Y también: «Debes saber que la vida del mundo no es sino distracción y desviación, ostentación y competencia por la gloria entre vosotros, y apetencia de más y más riquezas e hijos... ¿Y qué es la vida del mundo sino la materia de las decepciones?»



Extracto del libro:
Dhammapada Buda
Imágenes tomadas de Internet

lunes, 24 de agosto de 2020

ENCUENTRO

 

15.DESAPEGO.


Los humanos nos apegamos a cosas, personas, animales, paisajes, costumbres, épocas, al amor, al sexo, la vida, los juegos, las profesiones, la familia… y mil cosas o situaciones más, de una manera mecánica y adictiva, sufriendo cada vez que tememos perderlas o las perdemos.

Ambas situaciones, las experimentamos apasionadamente, desesperadamente, desequilibradamente, neuróticamente, sean de primera necesidad o superfluas.

En la posesión de las cosas-situaciones fundamentamos nuestro valor y también nuestra seguridad e incluso nuestra identidad. Sin ellas, decimos, no somos nadie, no nos diferenciamos de un cualquiera.

Un exceso en la posesión de cosas, personas, futuro… producen peso, preocupación, agobio. Esto les ocurre a las personas muy “importantes”. Su significación es para ellas en ocasiones, tan grande que, como en el caso de las joyas, por temor a que se las roben, las usan falsas, simples imitaciones como cualquier persona vulgar. Es gracioso! Sólo ellos lo saben y engañan con apariencias.

Impresiones fáciles y habituales en personas que se asoman al tema del Desapego son las de frialdad, insensibilidad, indiferencia, inactividad (nihilista según algunos). Aparece el temor a convertirse en un ladrillo sin sentimientos, ni intereses. El espectador, el crítico o el principiante temen lo que llaman desnaturalización o también despersonalización, algo así como asilvestrarse o perder la identidad. Todo imaginación y fantasía, apego a las propias ideas.

Dejemos descansar al pensamiento constructor y apliquémosle a colaborar en el Camino Liberador de los miedos a las pérdidas de lo que sea. Buda se preguntó por ello: ¿cómo debe vivir el que sufre? Realizando su Propia Naturaleza y dejando atrás la Condición egocéntrica, saboreando la originalidad de las sensaciones, las emociones, los sentimientos, las acciones, unificándose y fundiéndose con el objeto, la situación, el momento, pero descondicionadamente.




Bibliografía: 
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet

domingo, 23 de agosto de 2020

TIEMPO CON LOS DIOSES

 

EL SONIDO DEL SILENCIO


Un día, mientras permanecía inmóvil como siempre en el mismo sitio, un maestro vio aparecer en el horizonte una especie de bola de polvo. Aquella bola se hizo más y más grande y el sheik pronto reconoció a un hombre que se le acercaba corriendo y levantaba una enorme polvareda.

El hombre, que era joven, llegó hasta el maestro y se postró ante él.
– ¿Qué quieres?

El joven le contestó:
– Maestro, he venido desde lejos a oírte tocar el arpa sin cuerdas.
– Como quieras – le dijo el maestro.

El santo hombre no varió su postura lo más mínimo. No cogió ningún instrumento, no hizo nada. El maestro y el freviente discípulo permanecieron inmóviles. Tras tres días, el joven dejó percibir, quizá por un gesto, una inclinación o un carraspeo, un incipinte cansancio.

– ¿Qué te pasa? – preguntó el maestro.

El joven dudó un poco. Comenzó a balbucear algunas palabras. Para poder ayudarlo, el maestro preguntó:
– ¿No has oído nada?
– No – contestó el joven con voz culpable.
– Entonces, ¿por qué no me has pedido que tocase más fuerte?

Maestro: el sonido está dentro de nosotros, en nuestro corazón. Es cuestión de saber escucharlo.


Cuento Sufí

sábado, 22 de agosto de 2020

AUNQUE SALGAS HERIDO

 

ATENCIÓN. AQUÍ Y AHORA. DESPIERTA


¿Cómo evitamos que surja la negatividad y cómo nos libramos de ella cuando aparece? 

Eckhart Tolle:
Como dije, evite que surja estando completamente presente. Pero no se desanime. Hay aún pocas personas en el planeta que pueden mantener un estado de presencia continua, aunque algunos están cerca de ello. Pronto, creo, habrá muchos más. 

Siempre que se dé cuenta de que ha surgido alguna forma de negatividad en usted, mírela no como un fracaso sino como una señal útil que le dice: "Despierta. Sal de la mente. Vive el presente". 

Hay una novela de Aldous Huxley titulada La Isla, escrita en sus últimos años, cuando se interesó mucho en las enseñanzas espirituales. Cuenta la historia de un náufrago en una isla remota separada del resto del mundo. Esta isla contiene una civilización única. Lo inusual de ella es que sus habitantes, al contrario de los del resto del mundo, son realmente cuerdos. La primera cosa que el hombre nota son unos papagayos coloridos encaramados en los árboles, que continuamente cotorrean las palabras "Atención. Aquí y Ahora. Atención. Aquí y Ahora". Luego nos enteramos de que los isleños les han enseñado estas palabras para que les recuerden constantemente mantenerse presentes. 

Así que siempre que sienta la negatividad surgiendo en usted, causada por un factor externo, por un pensamiento o por nada en particular de lo que sea consciente, véala como una voz que le dice "Atención. Aquí y Ahora. Despierta". Incluso la más leve irritación es significativa y debe ser reconocida y observada; en caso contrario, habrá una acumulación de reacciones no observadas. Como dije antes, usted puede ser capaz de soltarla una vez se dé cuenta de que no quiere tener este campo de energía dentro de usted y de que no sirve para nada. Pero entonces asegúrese de que la suelta completamente. Si no puede hacerlo, acepte que está ahí y ponga su atención en ese sentimiento, como señalé anteriormente. 

Como alternativa a abandonar una reacción negativa, puede hacerla desaparecer imaginando que usted se hace transparente a la causa externa de la reacción. Le recomiendo que practique esto al principio con cosas pequeñas, incluso triviales. Digamos que está sentado tranquilamente en casa. De repente se oye el sonido penetrante de la alarma de un auto al otro lado de la calle. Surge la irritación. ¿Qué sentido tiene la irritación? Ninguno en absoluto. ¿Por qué la creó usted? No lo hizo, fue la mente. Fue totalmente automático, totalmente inconsciente. ¿Por qué la creó la mente? Porque tiene la creencia inconsciente de que su resistencia, que usted experimenta como negatividad o infelicidad de alguna forma, disolverá en alguna medida la condición indeseable. Esto, por supuesto, es un engaño. La resistencia que crea, la irritación o ira en este caso, es mucho más perturbadora que la causa original que está tratando de disolver. 

Todo esto puede transformarse en práctica espiritual. Siéntase a sí mismo volviéndose transparente, como quien dice, sin la solidez de un cuerpo material. Ahora permita que el sonido, o lo que sea que cause la reacción negativa, pase a través de usted. Ya no golpeará una "pared" sólida dentro de usted. Como dije, practique con cosas pequeñas primero. La alarma del auto, el perro que ladra, los niños que gritan, la congestión de tráfico. En lugar de tener un muro de resistencia dentro de usted que es golpeado constante y dolorosamente por las cosas que "no deberían estar sucediendo", deje que todo pase a través de usted. 

Alguien le dice algo indelicado o con la intención de molestarlo. En lugar de tener una reacción negativa inconsciente, como ataque, defensa o repliegue, permita que pase a través de usted. No ofrezca resistencia. Es como si ya no hubiera nadie ahí que pudiera ser herido. Eso es el perdón. En esa forma, usted se vuelve invulnerable. Usted puede decirle a esa persona de todos modos que su conducta es inaceptable, si eso es lo que escoge hacer. Pero esa persona ya no tiene el poder de controlar su estado interior. Usted está entonces en su propio poder, no en el de la otra persona, y tampoco está gobernado por su mente. Se trate de una alarma de auto, una persona descortés, una inundación, un terremoto o la pérdida de todas sus posesiones, el mecanismo de resistencia es el mismo.




Del libro:
El Poder del Ahora
Eckhart Tolle
Imagen tomada del internet
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