martes, 12 de mayo de 2020

LA AUTÉNTICA VIRTUD EMANADA DE LA SABIDURÍA


Obedecer los preceptos consta de tres niveles. El primero consiste en comprometernos con ellos como las reglas de entrenamiento que nuestros maestros nos han indicado. El segundo nivel surge cuando las entendemos y las respetamos nosotros mismos. Pero para aquellos que se encuentran en el nivel más alto, los Nobles, no es necesario hablar de preceptos, de correcto o incorrecto. Esta es la auténtica virtud que proviene de la sabiduría que conoce a las Cuatro Nobles Verdades y actúa conforme a ese entendimiento.

***

Algunos monjes dejan los hábitos para ir al frente de batalla, adonde los proyectiles pasan volando todos los días. Lo prefieren así. De veras quieren ir. El peligro los rodea por todos lados y, a pesar de eso, están dispuestos a ir. ¿Por qué no ven el peligro? Están dispuestos a morir debido a un arma de fuego, pero nadie quiere morir desarrollando la virtud. De verdad es asombroso ¿no es así?



Extracto del libro:
No Ajahn Chah
Reflexiones
Fotografía de Internet

lunes, 11 de mayo de 2020

EL YO


FAVOR DIVINO


Muy cerca del Temén, en la ciudad de Darván, vivía un hombre lleno de generosidad, de bondad, de madurez y de razón. Su morada era el lugar de reunión de los desheredados, de los pobres y de los melancólicos. Tenía la costumbre de distribuir la décima parte de sus cosechas. 

Cuando el trigo se convertía en harina y hacían pan con ella, distribuía la décima parte de él. Cualquiera que fuese la naturaleza de su cosecha, hacía así, cuatro veces al año, esa distribución. 

Un día dio estos consejos a sus hijos: 

»Cuando yo haya muerto, perpetuad esta tradición para que el favor divino esté sobre vuestra cosecha. El fruto de una cosecha proviene de lo desconocido, pues es Dios quien nos lo proporciona. Si disponéis adecuadamente de sus larguezas, la puerta del provecho se abrirá para vosotros. Así hacen los campesinos que siembran sin esperar ya una parte de su cosecha. Puede suceder que lo sembrado sea más importante en cantidad que el resto. ¡Qué importa! ¡Tienen confianza! El zapatero se priva igualmente de todo para comprar pieles, pues ésa es la fuente de sus ingresos. Pero la tierra o el cuero no son, de hecho, sino velos. Y la verdadera fuente de ganancia es lo que Dios nos ofrece. Si restituís vuestras ganancias a la fuente, recuperáis vuestra apuesta centuplicada. Imaginad que hayáis colocado vuestras ganancias en el lugar en el que suponéis que se encuentra su fuente y que nada brota durante dos o tres años. No os queda ya sino implorar a Dios. 

»No lo olvidéis: Él es quien nos procura alegría y embriaguez, no el vino ni el hachís. Ninguna ayuda verdadera nos vendrá de vuestros tíos, de vuestros hermanos, de vuestro padre o de vuestros hijos. Sabedlo: llegará un día en que ellos se alejarán de vosotros y vuestros amigos se volverán enemigos. Durante toda vuestra vida no habrán hecho sino obstaculizar vuestro camino, igual que ídolos. 

»Si un amigo se aleja de ti con rencor, celos o cólera, no te apenes. Muy al contrario, da limosnas y da gracias a Dios pues no estabas ligado a ese amigo sino por ignorancia. Pero ahora te has liberado de sus redes. Busca, pues, un verdadero amigo. El verdadero amigo es aquél cuya amistad no se deja enfriar por nada, ni siquiera por la muerte. 

»No olvidéis esto: sembrad vuestra semilla en la tierra de Dios para que vuestra cosecha esté al abrigo de los ladrones y de las calamidades. En cualquier momento el diablo nos amenaza con la pobreza. No le sirvamos de pieza de caza. Por el contrario, démosle caza nosotros, pues no es digno que el halcón del sultán sea cazado por una perdiz». 

Pero este sabio sembraba la semilla de la sabiduría en un terreno árido. En las palabras del sabio se encuentran miles de exhortaciones útiles. Pero hace falta oído para oírlas. ¡Quién mejor que los profetas para aconsejar, puesto que sus palabras hacen moverse las montañas! 

Las montañas han aprovechado sus consejos, pero muchos hombres les arrojaron piedras. Así es como, hipnotizados por la idea de sacrificar una décima parte de sus ganancias, muchos hombres olvidan el favor divino que obtendrían obrando así. 



150 Cuentos sufíes
Maulana Jalāl al-Dīn Rūmī
Fotografía tomada de internet

domingo, 10 de mayo de 2020

LA VISITA DEL MIEDO


Supongamos que, en lo más profundo de tu ser, experimentas dolor, sufrimiento o miedo. Hay quienes albergan, en lo más hondo de su conciencia, una gran cantidad de dolor y sufrimiento, cuya visión directa les resulta insoportable. Por ello, como forma de asegurarse de no recibir la visita de estos visitantes indeseados, se aprestan a atender a otros “huéspedes”, y toman un libro o una revista, encienden la televisión o escuchan música. Con tal de ocupar su atención, hacen cualquier cosa. 

Con esa función cumple, precisamente, la represión, algo de lo que nadie está exento. Como tememos que, en el caso de abrir la puerta, hagan acto de presencia el miedo, el sufrimiento y la depresión, nos mantenemos ocupados como sea. Son muchas las cosas a las que apelamos para distraernos de lo que ocurre en nuestro interior, especialmente ver la televisión. En este sentido, la televisión se utiliza como una especie de droga. A veces, cuando el sufrimiento nos resulta insoportable, encendemos la televisión para que llene nuestra sala de imágenes y sonidos que nos hagan olvidar el dolor. Y aunque no nos guste lo que estamos viendo, hay veces en que carecemos del coraje suficiente para apagar el televisor. ¿Y por qué? Porque, aunque lo que veamos no nos interese o nos resulte perturbador, cualquier cosa es mejor que quedarnos a solas con nosotros mismos y conectar con nuestro dolor interior. La distracción es, para muchos de nosotros, una forma habitual de proceder. Pero también hay quienes preferimos vivir en regiones más silenciosas y creemos que, del mismo modo que hay zonas libres de humo y zonas libres de alcohol, también debería haber zonas libres de televisión. 

Hay personas que tienen la costumbre de ver la televisión o jugar a videojuegos para aplacar su malestar. Conozco a una familia que cada noche miraba la televisión. Un día compraron en el mercado una estatua del Buda, pero como su casa era muy pequeña y no tenían lugar en donde ponerla, decidieron colocarla sobre el televisor, que les parecía un sitio limpio y apropiado. Un día, poco después de que colocasen la estatua del Buda, fui a visitarles y, al ver la estatua, les dije: 

«Queridos amigos, la estatua y el televisor no combinan bien porque pertenecen a mundos muy diferentes. El Buda nos acerca a nosotros, mientras que la televisión, por el contrario, nos aleja de nosotros». 


Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet

OBLIGADOS


sábado, 9 de mayo de 2020

SOLO ACEPTE


EL MILAGRO QUE TE CAMBIARÁ LA VIDA


CAPITULO 11
EL MILAGRO QUE TE CAMBIARÁ LA VIDA

Mantenerse positivos cuando estamos rodeados, sumergidos incluso, en lo que otros podrían llamar «negatividad» es más fácil de lo que crees. El secreto consiste en poner fin a los juicios de valor, en «no juzgar por las apariencias».

Cuando pones fin a los juicios de valor, pones fin a toda una manera de vivir. Esto no es cosa de poco. Es un cambio de actitud y de conducta que cambia la vida. Es un milagro.

Pero ¿cómo se hace este milagro? He aquí la pregunta cuya respuesta buscan todos. Pues bien, te ruego que prestes mucha atención a lo que voy a decirte ahora: la manera de salir de los juicios de valor es entrar en la gratitud.

Este corolario es tan importante que deberías pegarlo por toda tu casa y en todo tu mundo. En el espejo del baño. En la puerta de la nevera. En el retrovisor de tu coche. Encima de la pantalla de tu ordenador. Hasta podrías tatuártelo en la muñeca izquierda, o al menos llevarlo grabado en una pulsera: La manera de salir de los juicios de valor es entrar en la gratitud.

Esto significa mantener el agradecimiento ante todos los resultados. Ante todos ellos. Esto significa decir «gracias, Dios mío» hasta por las cosas que estás seguro de no haber elegido conscientemente y que tienes muy claro que no quieres.

Alguien dijo una vez: «La felicidad no consiste en obtener lo que se quiere; consiste en amar lo que tienes». Ese alguien dijo una verdad muy profunda.

La gratitud es el remedio milagroso que cura todos los momentos de infelicidad. Es la manera más rápida de disolver la ansiedad, de sanar la desilusión, de cambiar la negatividad por positividad. Es el camino más corto para salir de un callejón sin salida y volver al Camino. Es la energía que conecta con Dios.

Pruébala alguna vez.

La próxima vez que te encuentres con cualquier resultado, consecuencia o vivencia no deseados, limítate a detenerte. Detente allí mismo, en medio de lo que esté pasando. Simplemente...

... detente.

Cierra los ojos por un breve instante y di para tus adentros: “Gracias, Dios mío».

Respira hondo y vuelve a decirlo.

«Gracias por este don y por el tesoro que encierra para mí.»

Ten la seguridad de que sí encierra un tesoro, aunque no lo veas ahora mismo. La vida te lo demostrará si le das la oportunidad. 

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Cuando la gratitud sustituye a los juicios de valor, tu cuerpo se llena de paz, la delicadeza acoge tu alma, tu mente se carga de sabiduría. Deja que la gratitud sustituya a los juicios de valor, y toda tu experiencia de la vida irá a mejor en cinco segundos.

En cinco segundos.

Esto es así porque la actitud lo es todo. La actitud te corrige el rumbo de la vida cuando te has desviado del Camino. La actitud es como el Mapa de la Vida.

Es como el GPS del cerebro.

Una actitud negativa te hará tomar el camino que conduce a la infelicidad.

Es inevitable. Sucederá con toda seguridad, y sea cual sea el problema. Una actitud positiva te hará volver al Camino de la paz interior y de la felicidad. Esto también es inevitable. Sucederá con toda seguridad, y sea cual sea el problema.

Pero ¿cómo pasar a la gratitud cuando las circunstancias o las condiciones que se presentan son absolutamente desgraciadas, desoladoras o incluso amenazan la propia vida?

Sabiendo que todo momento de la vida es una oportunidad sin igual para que declares, expreses y vivas interiormente la Divinidad que tienes dentro.

Para aclarar esto no basta con anunciar, sin más, que existe una cosa llamada Energía de Atracción. Esto no basta con revelarlo; hay que explicarlo.



Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet

viernes, 8 de mayo de 2020

ENFOCADOS EN LO QUE ANDA MAL


CONCIENCIA EN SÍ Y CONCIENCIA


5. Conciencia en sí y conciencia.

La característica sobresaliente de las pláticas de Maharaj con sus visitantes es la sensación de total espontaneidad por parte dé Maharaj. Nunca se eligen los temas con anterioridad; no obstante, las palabras de Maharaj tienen una flexibilidad única que les da en cada ocasión una frescura estimulante. Uno se maravilla aún más cuantío piensa que ha estado hablando de cuestiones análogas sin ninguna preparación previa en dos sesiones diarias, todos los días de la semana, incluyendo domingos, durante los últimos años. Además, por si fuera poco, Maharaj dice, con Una risa divertida: ¿Acerca de qué hablo? De un solo tema, sobre la misma cuestión: ustedes y yo, el mundo externo y Dios.

En general, Maharaj no se molesta por tener que esperar a su audiencia antes de exponer algún tema que ronda su mente. En ocasiones su pequeño piso se llena por completo en quince minutos. Otras veces, cuando empieza a hablar -uno podría decir a pensar en voz alta hay apenas tres o cuatro personas presentes. Pero esto no hace ninguna diferencia para él. Puede hablar incluso a un solo interesado, si así lo decide, y exponerle con entusiasmo los elementos básicos de su enseñanza, relacionándolos y dando a cada uno su lugar justos La suya es una mente total que va más allá del pragmatismo. Su pensamiento es reflexión total.

Una mañana, después de presentar mis respetos a Maharaj y sentarme, me di cuenta de que sólo había otras dos personas. Maharaj dijo de pronto: ¿Qué diferencia hay entre la "conciencia en sí" y la "conciencia", si es que existe alguna? Cuando esto sucede, uno no sabe si en realidad él espera una respuesta, o si sólo piensa en voz alta, y vacila en responder por temor a romper el hilo de sus pensamientos. Pero entonces puede acontecer que pregunte: ¿Por que no responden? ¿Acaso me han hecho perder el tiempo escuchando mis pláticas todos estos días? Esa mañana, sin embargo, continuó, sin esperar respuesta.

Señaló que la conciencia en sí es conciencia del Absoluto, y, en consecuencia, se encuentra más allá de los tres gunas (Gunatita), mientras que la conciencia es algo nutrido y limitado por el cuerpo físico. Cuando este cuerpo-alimento se destruye, desaparece también la conciencia. La verdad es que nadie muere -el cuerpo, compuesto de los cinco elementos, se mezcla con ellos cuando se encuentra sin vida, y la conciencia, la cual está sujeta a los tres gunas, se libera de éstos-. La conciencia en sí es el estado original primordial, anterior al concepto de espacio-tiempo, y no necesita de ninguna causa o sustento.

Simplemente es. Sin embargo, en el momento en que surge el concepto de conciencia en este estado original de unicidad, aparece el sentido de "yo soy", provocando una condición de dualidad. La conciencia, en tanto que posee una forma, es un reflejo de la conciencia en sí sobre la superficie de la materia. No podemos concebir la conciencia de manera separada de la conciencia en sí; no puede haber un reflejo del sol sin el sol. Pero sí puede haber conciencia en sí sin conciencia.

En el sueño profundo, por ejemplo, no hay conciencia (ésta se encuentra en reposo) pero ciertamente sí hay conciencia en sí, pues en la vigilia uno es conciente de haber dormido; pero sólo en el estado de vigilia.

Maharaj no nos permite olvidar nunca que la conciencia es nuestro único compañero constante y que es la atención continua en el flujo de nuestra conciencia lo que nos lleva a la conciencia en sí; la existencia básica, aquello que es vida-amor-gozo. De acuerdo con Maharaj, la conciencia misma de ser conciente es ya un paso hacia la conciencia en sí. La mente, por su misma naturaleza, es extrovertida, siempre tendiendo a buscar el origen de las cosas en las cosas mismas. Cuando se dirige hacia el origen interno, es como el inicio de una vida nueva. La conciencia en sí remplaza a la conciencia. El "yo soy", que es un pensamiento de la conciencia, desaparece. En la conciencia en sí no hay pensamiento. La conciencia en sí es la fuente, el origen de la conciencia. Maharaj sugiere que un excelente ejercicio espiritual es sentarse quietamente y observar lo que llega a la superficie de la mente. Lo que llamamos pensamientos son como ondas en la superficie del agua. Los pensamientos conducen siempre a la identificación o al rechazo; son producto de ideas preconcebidas y constituyen un obstáculo para la comprensión real. Así como el agua está tranquila cuando no hay ondas, así la mente está serena cuando se encuentra libre de pensamientos, cuando es pasiva y por completo receptiva.

En el espejo de tu mente, dice Maharaj, aparecerán toda clase de imágenes, permanecerán por un momento y desaparecerán. Obsérvalas ir y venir en silencio. Debes estar alerta, pero no permitir que te atraigan, ni rechazarlas. Es importante no involucrarse. Esta actitud de contemplación silenciosa tendrá el efecto, de manera gradual, de alejar todo pensamiento inútil, como invitados no deseados a los que se ignora. Permaneciendo así en tu interior, es decir, en la condición de "yo soy", observando el flujo de la mente sin interferir ni juzgar, como un testigo desapasionado, se puede propiciar que el "interior" desconocido salga a la superficie de la conciencia y se manifiesten sus inusitadas energías que te permitirán comprender el misterio del origen de la vida.



Tomado del libro:
El buscador es lo buscado
Puntos clave de la enseñanza de Nisargadatta Maharaj
Ramesh Balsekar
Imágenes de Internet
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